Luc 12:13 Y le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia.

Transcripción

1 Julio 05 de 2014 APERCIBÍOS Luc 12:13 Y le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia. Luc 12:14 Más él le dijo: Hombre, quién me puso por juez o partidor sobre vosotros? Luc 12:15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. Este pasaje nos da a entender que en el corazón de este hombre que hizo la petición al Señor acerca de la herencia, había avaricia, y por esto Cristo les habla la parábola que sigue a continuación 1 / 11

2 Luc 12:16 Y les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había llevado muchos frutos; Luc 12:17 y él pensaba dentro de sí, diciendo: qué haré, porque no tengo dónde juntar mis frutos? Luc 12:18 Y dijo: Esto haré: derribaré mis alfolíes, y los edificaré mayores, y allí juntaré todos mis frutos y mis bienes; Luc 12:19 y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes almacenados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Luc 12:20 Y le dijo Dios: Necio, esta noche vuelven a pedir tu alma; y lo que has prevenido, de quién será? Luc 12:21 Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico en Dios. Verdaderamente la vida del hombre no consiste en los bienes que posee, y aquí se nos muestra como por naturaleza el hombre pone su confianza y deleite en las riquezas y no es rico para con Dios. Este hombre rico al ver todos sus bienes amontonados para muchos años dijo: Alma mía repósate y regocíjate. Nunca se nos ha mandado a amontonar bienes, por el contrario, se nos ha mandado a compartir con los que tienen necesidad. 2 / 11

3 Cuando Juan el Bautista habló de arrepentimiento, le preguntaron: Entonces qué debemos hacer? A lo que él respondió: Luc 3:9 Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; todo árbol pues que no hace buen fruto, es cortado, y echado en el fuego. Luc 3:10 Y ellos le preguntaban, diciendo: Pues qué haremos? Luc 3:11 Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo. Estos son los frutos de un verdadero arrepentimiento, es decir, que si no estamos haciendo conforme a este mandamiento, no nos hemos arrepentido de verdad. Y solamente un verdadero arrepentimiento hará que haya un buen árbol que lleve buen fruto. De lo contrario estamos diciendo Señor, Señor pero viviendo para nosotros mismos, amándolo de palabra. Qué le dice Dios al hombre rico? NECIO. 3 / 11

4 Y en qué consiste la necedad del hombre? Pues en hacer tesoros en la tierra, en hacer tesoros para sí y no en el cielo, no para con Dios. Hoy existen muchos hombres que dicen ser siervos del Señor y que están cargados de avaricia, haciendo tesoros terrenales para sí, sirviendo a las riquezas, cuando claramente se nos advirtió que no se puede servir a dos señores; no se puede servir a Dios y a las riquezas. Después de estas palabras el Señor habló a sus discípulos y les mostró la solución a este problema de la avaricia del hombre. Un pasaje muy conocido y escuchado pero que parece todavía no hemos entendido: Luc 12:22 Y dijo a sus discípulos: Por tanto os digo: No estéis afanosos de vuestra vida, qué comeréis; ni del cuerpo, qué vestiréis. Luc 12:23 La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido. Luc 12:24 Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen cillero, ni alfolí; y Dios los alimenta. Cuánto de más estima sois vosotros que las aves? Luc 12:25 Y quién de vosotros podrá con su afán añadir a su estatura un codo? Luc 12:26 Pues si no podéis aun lo que es menos, para qué estaréis afanosos de lo demás? 4 / 11

5 Luc 12:27 Considerad los lirios, cómo crecen; no labran, ni hilan; y os digo, que ni Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Luc 12:28 Y si así viste Dios a la hierba, que hoy está en el campo, y mañana es echada en el horno; cuánto más a vosotros, los de poca fe? Hermanos, entendamos que ni siquiera podemos lo que es menos, ni siquiera podemos añadir a nuestra estatura un codo; el único poderoso para llevarnos a Su estatura es el Señor, el único que puede llevarnos a Su medida, a dar la talla, a estar completos y perfectos en todo lo que él quiere es él. El Señor continúa hablando a sus discípulos y enseñándonos lo que se debe hacer: 29 Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. 30 Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo; pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas. 31 Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas. 5 / 11

6 Creo que parecemos muchas veces como la gente del mundo, afanados por el sustento y el abrigo, que vergüenza, Señor perdona nuestra incredulidad. Andamos buscando primero la añadidura; y en este pasaje se nos da la solución: Buscar primero el Reino de Dios, lo que él quiere. Tristemente también hay muchos buscando primero el reino de los hombres y no el Reino de Dios. Nuestro Señor habla en seguida de como es el asunto de buscar primero Su Reino: Luc 12:33 Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejecen, tesoro en los cielos que nunca falta; donde ladrón no llega, ni polilla corrompe. Luc 12:34 Porque donde está vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón. Que palabra tan horrible para la carne, la cual no queremos escuchar o la cual desechamos. Es tan sencillo como esto: Dónde está nuestro tesoro? Si está en los cielos haremos tesoros allá, y si está en la tierra, pues haremos tesoros aquí. Cuál es nuestra meta, cuál es el blanco al que estamos apuntando? Lo que nos muestra dónde está nuestro corazón es dónde 6 / 11

7 estamos invirtiendo nuestro tiempo y recursos. En la tierra hay ladrones y polilla, aquí las bolsas se envejecen y los tesoros son tan solo por un poco de tiempo; que pésimo negocio es hacer tesoros en la tierra; ocupémonos del mejor negocio: Hacer tesoros en el cielo, hacer la voluntad del Padre, despojarnos con la Gracia del Señor y dar a los pobres. 2Co 8:15 como está escrito: El que recogió mucho, no tuvo más; y el que poco, no tuvo menos. Hch 2:44 Y todos los que creían estaban juntos; y tenían todas las cosas comunes; Hch 2:45 Y vendían las posesiones, y las haciendas, y las repartían a todos, según la necesidad de cada uno. El Señor no terminó su mensaje aquí, tenía algo más que decir para nuestro provecho: 7 / 11

8 Luc 12:35 Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; Luc 12:36 y vosotros semejantes a hombres que esperan cuando su señor ha de volver de las bodas; para que cuando viniere, y tocare, luego le abran. Luc 12:37 Bienaventurados aquellos siervos, a los cuales cuando el Señor viniere, hallare velando; de cierto os digo, que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y pasando les servirá. él Qué tremendo pasaje! Señor danos oídos para oír y un corazón para entender y obedecer. Que nuestros lomos estén ceñidos y nuestras lámparas con aceite encendidas. Padre que vivamos cada día como hombres que esperan tu regreso en cualquier momento y que seamos hallados haciendo conforme a tu voluntad. Concédenos ser de aquellos siervos bienaventurados que cuando tu vinieres halles velando. 8 / 11

9 Luego el Señor añade: Luc 12:40 Vosotros pues también, estad apercibidos; porque a la hora que no pensáis, el Hijo del hombre vendrá. Hermanos, no sabemos del mañana, no sabemos en qué momento nos llamen a dar cuentas, por esto se nos invita a estar apercibidos. Y cómo es esto de estar apercibidos? Luc 12:41 Entonces Pedro le dijo: Señor, dices esta parábola a nosotros, o también a todos? Luc 12:42 Y dijo el Señor: Quién es el mayordomo fiel y prudente, al cual el señor pondrá sobre su familia, para que a tiempo les dé su ración? Luc 12:43 Bienaventurado aquel siervo, al cual, cuando el señor viniere, hallare haciendo así. 9 / 11

10 El estar apercibidos tiene todo que ver con ser mayordomos fieles, y mayordomo fiel es aquel que vive para agradar y hacer la voluntad de Su amo. Se trata de que en cualquier momento, siempre, estemos haciendo lo que él nos dice que hagamos. Luc 12:44 En verdad os digo, que él le pondrá sobre todos Sus bienes. Oremos: Padre clamamos por ser mayordomos fieles, que vivamos para agradarte y hacer tu voluntad, es decir, que no viva yo, sino Cristo. Que tú seas nuestro tesoro, y que entonces busquemos primero tu Reino, que estemos apercibidos dando tu ración a los tuyos y haciendo tesoros en el cielo y no en la tierra. Que no estemos afanosos por sustento y abrigo, que no busquemos amontonar, ni tengamos nuestra confianza y deleite en las riquezas, sino en ti. Líbranos de la avaricia y llévanos a andar en las buenas obras que tú preparaste de antemano para que anduviésemos en ellas, las obras que son para tu Gloria y deleite. Las obras tuyas y no las nuestras. Amén. 10 / 11

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