Del deporte a la sociedad: sobre valores y desarrollo del ser humano

Transcripción

1 Del deprte a la sciedad: sbre valres y desarrll del ser human Dctr en Ciencias de la Actividad Física y el Deprte. Prfesr Universidad de Almería

2 RESUMEN En la actualidad, nadie duda de la imprtancia del deprte en nuestra sciedad, tant en su faceta de espectácul cm en su dimensión práctica en el ámbit del ci. Aunque tradicinalmente se le recnce un gran ptencial educativ en la adquisición de valres sciales deseables, l ciert es que, examinand alguns de ls discurss e imágenes del deprte cntempráne, pdems apreciar su carácter cnflictiv, pr cuant puede ser vehícul de transmisión de valres mralmente cuestinables. El bjetiv de este capítul es examinar las características del deprte de una manera crítica e interrgarns sbre su cntribución a la frmación integral y a la ptenciación de las capacidades mrales y sciales de ls niñs y niñas en edad esclar. Asimism, se prpndrán algunas pautas pedagógicas dirigidas a la utilización de la práctica deprtiva cm un medi a través del cual, niñs y niñas pueden ser estimulads en sus capacidades persnales y aprender frmas de cnvivencia demcrática. IDEAS Y CONCEPTOS CLAVE - La scialización cm prces de aprendizaje a l larg de tda la vida para estimular el ptencial human a través de la cnvivencia demcrática. - El deprte cm creación cultural del ser human que puede y debe ser analizad críticamente. La cultura deprtiva cm frma adquirir hábits, emcines y cnductas relativs al hech deprtiv. - La sciedad que querems y cóm puede cntribuir el deprte a la transfrmación scial. - El cuidad de un mism, del entrn y de ls demás a través de la práctica deprtiva. Prpuestas pedagógicas para cnvertir el deprte en una experiencia que estimule el ptencial persnal y scial de ls niñs y niñas en edad esclar. Jrnadas para Frmadres de Deprtistas en Edad Esclar. Diputación de Almería. 2

3 REFLEXIONES PREVIAS - Según tu experiencia cm practicante, cnsumidr y/ espectadr deprtiv, analiza aspects psitivs y negativs del deprte. - Imagina una mini-sciedad (cmunidad) y explica las características de la cnvivencia que te gustaría tener en ella. - Reflexina sbre qué necesita un ser human para ser feliz y desarrllar su ptencial en la sciedad actual. Piensa en cuestines persnales y sciales. - Es el deprte alg innat, natural en el ser human, pr el cntrari, es cread, cnstruid artificialmente? - Cuáles sn ls principales mdels que tienen ls niñs/as en su aprendizaje de valres a través de la práctica deprtiva? - Cntribuye el deprte a la igualdad de géner, etnia clase scial? - Existen culturas cn mayr valr que tras? Debems asimilar la cultura hegemónica pdems transfrmarla, cmbinarla cn tras? - Existe una cnexión entre deprte y plítica? Jrnadas para Frmadres de Deprtistas en Edad Esclar. Diputación de Almería. 3

4 CONTENIDOS Intrducción El deprte es hy día un fenómen de extrardinaria imprtancia scial que merece la atención de investigadres y estudiss. Per también frma parte de ls estímuls, situacines, experiencias y emcines a ls que cualquier ciudadan/a de las sciedades más avanzadas se puede expner. Es decir, cupa un lugar preeminente del imaginari scial cada vez más mundializad al que asistims recién estrenad el sigl XXI. Si hablams del camp de la mtricidad cm una las dimensines de la glbalidad de la persna, sin duda el deprte es la manifestación más ppular, tant desde el punt de vista de su práctica cm de su cnsum en frma de espectácul. En ls discurss que frecuentemente ns llegan se suele relacinar el deprte, especialmente la práctica físicdeprtiva, cn numerss beneficis físics, psiclógics y sciales. El deprte es presentad cm un gran instrument para el desarrll integral del ser human. Existe una gran cantidad de estudis y reflexines sbre ls beneficis de la práctica físicdeprtiva en cada una de las áreas de desarrll del ser human: física (mejra de salud y prevención de enfermedades en distints sistemas fisilógics, mejra de habilidades mtrices ), psiclógica (mejra de la autestima y el autcncept, aument de la sensación de cmpetencia, mejra de las situacines de estrés, trastrns sueñ, depresión ) y scial (mejra relación cn ls demás, cperación, sentimient de equip, refrzamient de identidades clectivas ). A ell pdríams añadir su ptencial cm medi educativ y de transmisión de valres mrales. Sin embarg, n debems caer en una retórica simplista que defiende el deprte cm un fenómen psitiv per se y que, pr tant, debe prmcinarse entre la pblación. Una mirada a algunas investigacines al respect ns deja entrever su carácter dialéctic (Gutiérrez, 1995), pr cuant está plagad de ambivalencias y cntradiccines en cada una de las dimensines anterires. Si hablams de ls efects psitivs sbre la dimensión física, debems cnsiderar que la práctica físicdeprtiva es saludable si se dan una serie de cndicines. Fundamentalmente, cuand incide en la mejra de la cndición física-salud, cuand se realiza en un entrn segur (espacis, materiales, equipamients ) y cuand su práctica se desarrlla cn cntinuidad a l larg de la vida de la persna. Desde el punt de vista psiclógic, es el ejercici aeróbic el que permite mejras en situacines de estrés, depresión, ansiedad nervisism. Asimism, es imprtante que ls desafís y habilidades puests en jueg sean semejantes, establecer metas realistas, btener infrmación cnstante de ls prgress y mantener la cncentración en la práctica para que la experiencia deprtiva sea realmente óptima. Y qué decir del desarrll de habilidades sciales y valres mrales. Quizá es en esta área dnde surjan mayres prblemas para identificar el deprte cm una práctica psitiva en la frmación del carácter del ser human y en la prmción de valres sciales demcrátics. Jrnadas para Frmadres de Deprtistas en Edad Esclar. Diputación de Almería. 4

5 La creencia tradicinal ns hace pensar que de la participación en juegs y deprtes surgen cualidades cm la lealtad, la cperación, el dmini de sí mism la fuerza de vluntad. Especialmente ls deprtes clectivs, pueden prprcinar situacines frmativas que favrezcan la igualdad, la tlerancia, la reslución de prblemas en el sen del grup. De hech, se le recnce su capacidad cm element integradr de clectivs inmigrantes, cm medi para enseñar respnsabilidades a ls jóvenes en riesg, para la prevención y tratamient de drgdependencias, recuperación scial de barris marginales ptenciadr de diversas funcines en persnas cn discapacidad. Sin embarg, desde el punt de vista scial y mral, también existen numersas críticas que cuestinan ls valres y las situacines scimtrices que se dan en la práctica y, especialmente, el mdel deprtiv hegemónic prveniente del deprte cmpetición. El deprte puede ser una fuente de desarrll de actitudes y cnductas demcráticas, per también fmentar cnflicts, vilencia, segregación scial, intlerancia y exclusión. Y desde este punt de vista, si querems defender el deprte cm un element frmativ y un medi para una scialización demcrática efectiva, debems atender ls mensajes que ls distints agentes scializadres están vlcand sbre ls niñs y niñas en edad esclar, precisamente pr ser una etapa especialmente sensible en la frmación del carácter y la identidad. La naturaleza scial del deprte y la cnstrucción de la cultura deprtiva El deprte es un prduct, una cnstrucción de ls seres humans. Su amplia extensión en la vida scial hace que en muchas casines asumams su existencia apyads en una especie de naturalización. Ciert es que la capacidad mtriz del ser human le viene desde sus rígenes y que existen referencias de actividades físicas desde la prehistria. Danzas y rituales las actividades prpias para la subsistencia cm la caza ns muestran el carácter mtriz de la especie humana. Per estas manifestacines de la mtricidad y tras muchas que pdems encntrar a l larg de la histria distan en gran medida de l que hy entendems pr deprte. El deprte frma parte de l que llamams cultura definida cm el sistema de creencias y valres, cstumbres, cnductas y artefacts cmpartids que ls miembrs de una sciedad usan en interacción cn ells misms y su mund y que sn transmitids a través del aprendizaje. La cultura, pues, se cmpne tant de elements tangibles (bjets, bras, tecnlgías...) cm intangibles (creencias, ideas, valres...), elements que se aprenden y que están en cnstante revisión. El binmi sciedad - cultura es indisciable, si bien la sciedad es un cncept más ampli. Ambas tienen a su vez una relación íntima cn el prpi hmbre, ya que la sciedad a través del prces de scialización permite que éste adquiera una serie de pautas culturales determinadas, per manifestadas a través de su prpia persnalidad. N bstante, td este prces es dinámic, cambiante tant en un cm en tr sentid. El dinamism del entramad cultural, est es, su psibilidad de cambi es fundamental a la hra de enfrentarns al fenómen deprtiv desde una perspectiva crítica. En tras palabras, en cntra de una visión bilgicista y determinista, cre necesari reivindicar que la característica prpia de ls seres humans y, psiblemente, la que más ns diferencia de tras especies, es la capacidad para decidir, elegir y transfrmar la realidad y a nstrs misms. Jrnadas para Frmadres de Deprtistas en Edad Esclar. Diputación de Almería. 5

6 Si cnfiams a ciegas en ls efects psitivs del deprte sbre el desarrll integral del ser human sin un plan preestablecid sbre qué tip de seres humans querems frmar, qué tip de sciedad pretendems cnstruir y cuáles deben ser ls valres que cntribuyan a la chesión y al prgres mral, pdems encntrar uns resultads paradójics, cuand n seriamente cntradictris. Y la única frma de garantizar dichs planes es la actuación desde ls diferentes ámbits de respnsabilidad hacia un bjetiv cmún: la scialización demcrática. SISTEMA SOCIOCULTURAL GENERAL POLÍTICA EDUCATIVA Y DEPORTIVA Centrs esclares Organizacines deprtivas Prfesres/as Entrenadres/as Padres ALUMNO/A DEPORTISTA Hermans/as Seguidres Cmpañers/as Leyes, nrmas y reglaments Medis de cmunicación POLÍTICA EDUCATIVA Y DEPORTIVA SISTEMA SOCIOCULTURAL GENERAL Figura 1.- Esquema de relacines en la scialización deprtiva (Gutiérrez, 2004) La scialización a través de la práctica deprtiva Pdems hablar de scialización cm un prces de aprendizaje durante tda la vida que capacita al ser human para pder realizar determinadas funcines sciales. Se trata de aquells mecanisms que dtan a las persnas para desarrllar sus pryects vitales en un marc scial. Ell cnlleva la adquisición de habilidades que favrezcan la vida cn ls trs. A través de la scialización, vams adquiriend las pautas culturales hegemónicas de nuestr entrn, tant el más próxim e íntim, cm el más distante macr, facilitad en nuestrs días pr la implsión tecnlógica que vivims. Jrnadas para Frmadres de Deprtistas en Edad Esclar. Diputación de Almería. 6

7 Cualquier situación que implique la relación cn trs cnstituye un ptencial scializadr. Y realmente tales situacines sn las que se ns presentan cnstantemente, pues aunque vems la televisión leems un libr en sledad, estams cnsumiend trcits de mund, ideas y pensamients de trs. El deprte es una de ellas. Existen muchas y diferentes frmas de acercarse al deprte. Desde la psición de espectadr, hasta las prácticas en el sen de un club. Desde las cnversacines de bar sbre ls acntecimients del fin de semana hasta la educación física en el cntext esclar. El deprte, cm actividad scial, englba un ampli repertri de símbls, valres, nrmas y cmprtamients que l identifican y diferencian claramente de tras prácticas sciales. Per la diferenciación de tras actividades n implica su separación del sistema scicultural glbal. Quier decir que si bien las situacines sciales en el cntext deprtiv tienen unas características prpias, éstas n están al margen de ls cntrns de la sciedad sin dentr de ellas. La figura 1 muestra un esquema de ls ptenciales agentes scializadres en el camp de la cultura deprtiva. Aunque la scialización es un prces que dura tda la vida, la scialización primaria, aquella que se prduce en la infancia, es decisiva para la cnstrucción de la identidad de ls niñs y niñas al ser un perid en el que el ser human puede ser especialmente influenciable. La scialización en el deprte se lleva a cab a través de tres agentes principales: la familia, la escuela y ls medis de cmunicación. N bstante, existen trs elements cn un enrme impact scializadr cm ls amigs y cmpañers y las prpias rganizacines deprtivas (clubes, federacines, entrenadres). En un mund tan cmplej y dinámic cm el actual, es difícil precisar el grad de influencia de cada agente scializadr en la cnstrucción de la cultura deprtiva, pr l que es necesari asumir la participación de tds ells. Desde las primeras edades, las persnas se intrducen en un camp de l scial, el deprtiv, cuya dinámica prduce y reprduce mensajes que generan uns determinads hábits, emcines, frmas de pensar, en definitiva, una cultura dentr del deprte que cntribuye al desarrll de su persnalidad y de su frma de ver el mund. (figura 2): De frma muy simplificada, pdems establecer 4 etapas de scialización a través de la práctica deprtiva Fase 1: Intrducción en el camp deprtiv: la primera relación cn ls valres culturales hegemónics. Fase 2: Iniciándse en la cultura deprtiva: cmienz de la frmación pedagógica en línea cn ls valres culturales hegemónics. Fase 3: El refuerz de la cultura dminante: la cnfluencia de mensajes de ls agentes de distint nivel scial. Fase 4: La reprducción de la cultura dminante a través de la práctica scial. Jrnadas para Frmadres de Deprtistas en Edad Esclar. Diputación de Almería. 7

8 Entrenadres Padres Espectadres MMCC Organizacines Cmpañers Centr esclar Reprducción CULTURA DEPORTIVA DOMINANTE Refuerz CULTURA DEPORTIVA DOMINANTE Intrducción en el CAMPO DEPORTIVO Inici CULTURA DEPORTIVA DOMINANTE Figura 2.- Prces básic de scialización deprtiva (Águila, 2009) El prces de scialización deprtiva se inicia en la infancia. Ls niñs y niñas se intrducen en el camp deprtiv, que transmite mensajes cm la cmpetición, la búsqueda de prgres y la superación persnal, per también el ensalzamient del éxit y la segregación, la meritcracia, la ambición desmesurada pr el triunf, la rivalidad y el enfrentamient emcinal la visión del deprte cm un camp dnde l masculin tiene más valr. Ls primers cntacts cn el deprte suelen ser en entrns de clubes, a través de ls medis de cmunicación y en la educación física esclar. La segunda fase cnllevaría el inici de la cnstrucción de una visión del deprte pr parte de ls niñs/as. Practicar cntemplar el deprte va cnfigurand realidades en la cnciencia de ls participantes hasta el punt de naturalizar ls valres culturales que se dan en ls entrns deprtivs. Tant más cuand, en una tercera fase, dichs valres se ven refrzads pr diferentes agentes sciales (entrenadres, padres, medis de cmunicación ) que siguen legitimand ciertas ideas y uss en el deprte. Finalmente, entendems la fase cuatr cm el mment en que las persnas ya han interirizad ests valres deprtivs y cntribuyen a su reprducción mediante la práctica scial en sus rles y ámbits de actuación: entrenadres, prfesres, padres, espectadres, peridistas Td este prces de scialización es dinámic y, pr tant, cambiable. Más allá de una visión determinista debems asumir que las característica prpia de ls seres humans es su capacidad para decidir, elegir y renvar el mund y a sí misms. Y el primer pas para la transfrmación de la realidad es el análisis crític de la misma. Para ell, es necesari atender a la evlución que el fenómen del deprte ha sufrid desde sus inicis y cuestinar la idneidad de aquells valres de la cultura deprtiva que predminan. Jrnadas para Frmadres de Deprtistas en Edad Esclar. Diputación de Almería. 8

9 El rigen del deprte y su evlución scial Las características de nuestra sciedad, el mund tal cual l cncems es prduct, sin duda, de una larga evlución histórica. Sin embarg, nuestr devenir está marcad pr un de ls principales cambis histórics y sciales que se prduj alrededr de ls sigls XVI y XVII, cn el pas de las llamadas sciedades premdernas a las mdernas. La mdernidad supus el inici de una épca que dejó atrás definitivamente muchas de las cndicines anterires, y expandirá una serie de rasgs cmunes, entre ells: la industrialización, la división y especialización del trabaj y el desarrll de un sistema ecnómic capitalista liberal, la evlución hacia un nuev sistema plític regulad pr ls estads-nación y la generalización de un mdel demcrátic de participación plítica cnsiderad el más adecuad para maximizar ls beneficis de la mdernización. Junt a las cndicines estructurales de la sciedad, la mdernidad aprtó una nueva cnciencia en el pensamient del hmbre, herencia del antrpcentrism iniciad en el Renacimient. Se impne una visión humanística, centrada en las capacidades del ser human que, a través de la ciencia y la razón, puede dar rienda suelta a sus ambicines y anhels de prgres cnstante. El alejamient de las explicacines religisas cnsigue enfatizar las bndades de la razón humana, que ns libera de dgmas y verdades reveladas, para pasar a ser ls únics prtagnistas y respnsables de nuestr devenir. Es el triunf de la Razón para la explicación n sól de ls fenómens naturales, sin también sciales. La cnfianza del hmbre en sí mism genera tal expectación, que se cree capaz de un acercamient definitiv a la felicidad, la justicia, la cmprensión del mund y del y, y el prgres mral. Además del espíritu ecnómic capitalista, en la mdernidad se extienden una serie de valres que acentúan la individualidad y la respnsabilidad, prmueven actuacines racinales, planificadas y calculadas, fmentan el éxit, la eficacia, la disciplina y el esfuerz. La racinalización de la sciedad implica un prces mediante el cual la vida scial se rganiza siguiend principis abstracts, basads en el cálcul, la eficiencia, la predictibilidad y el cntrl del mund físic y scial. El deprte, cm actividad reglamentada y sistematizada, tiene sus rígenes en este cntext de la mdernidad. Cncretamente, la Inglaterra del sigl XIX fue el escenari de aparición del deprte mdern en plena expansión de la sciedad industrial. Mandell (1986) cnsidera que el espíritu emprendedr, de búsqueda del éxit, el cálcul y la eficiencia, prpis de la ética prtestante y de la industrialización, sn ls factres que se exprtan a ls juegs y acaban impregnand la práctica deprtiva. Para Elias (1992) el deprte vin a cumplir una función de cntrl scial al cnvertirse en una actividad recreativa mimética de ls cmbates y las batallas, eliminand ls riesgs al dtar a la práctica de una serie de reglas que limitaban el us de la vilencia y salvaguardaban la integridad física de ls cntendientes. Para Brhm (1993), el deprte es una respuesta a las necesidades del md capitalista de prducción y cntribuye a la reprducción idelógica de las frmas de cnducta, valres y estatus que se dan en las relacines de prducción y en el rden scial dminante. Jrnadas para Frmadres de Deprtistas en Edad Esclar. Diputación de Almería. 9

10 Pr su parte Burdieu (1993) explica la génesis del deprte a partir de las necesidades educativas de las clases sciales dminantes en el sen de las Publics Schls inglesas, institucines educativas masculinas de la aristcracia y de la alta burguesía. El deprte se utiliza cm una frma de aumentar el craje, desarrllar el carácter, de inculcar la vluntad de ganar, de la necesidad del esfuerz y del entrenamient sistemátic para cnseguir las metas. Tds ells sn valres y cnductas prpias de las clases dminantes que se transmiten a ls hijs a través de la educación cn el fin de mantener el rden scial establecid. Pr tr lad, es necesari recrdar que, el deprte mdern surgió cm una práctica de clase en un cntext de clar dmini masculin, n en van estaba prhibid para las mujeres, e inclus Cubertin, el fundadr de ls Juegs Olímpics mderns les trgaba únicamente la función de crnar al vencedr. La relación de la mujer cn la actividad física y el deprte ha estad mediatizada pr las cncepcines bilógicas sbre el cuerp femenin, su supuesta inferiridad respect al de ls hmbres así cm la idea de prtegerl para llevar a buen puert su fin bilógic, la maternidad (Vázquez, 2001). A partir de ahí las desigualdades se resaltan a través de una cultura que justifica diferentes mds de vida entre hmbres y mujeres, siend ellas las respnsables del cuidad de ls hijs y de las tareas dmésticas, limitand, de este md, su acces al deprte vigrs y de cmpetición. El deprte, según Hargreaves (1993) cnstituye un prces de legitimación de la hegemnía masculina, un fc simbólic del pder masculin. En cnclusión, el deprte, cm la mayría de cis, inicialmente se desarrlla en el sen de las clases altas y pdersas que sn las que tienen suficiente pder adquisitiv y tiemp libre. La práctica deprtiva supne un ci racinal, metódic y estructurad pr una serie de reglas y un códig cultural basad en el hnr y el jueg limpi. Además, para la cnsecución del éxit es necesari un entrenamient planificad, sistemátic y grandes dsis de pundnr y esfuerz. Se trata, pues, de una actividad ideal para transmitir ls valres de la clase dminante, el dmini masculin y el espíritu racinal capitalista. La extensión del deprte a las masas se hace de acuerd cn las prescripcines que las clases altas han idead para su práctica, a través de estructuras jerarquizadas y burcratizadas, cm ls clubes y las federacines. Al cnvertirse en una pdersa arma para la mvilidad scial y para cnseguir prestigi y recncimient, aumenta la práctica entre las clases bajas y medias que, cn la prgresiva prfesinalización del deprte, entran en la estructura que regula las cmpeticines deprtivas, cm rganizadres, practicantes espectadres. La respuesta psitiva de la pblación ante la espectacularidad de ls events deprtivs cnvierte el deprte prfesinal en un imprtante escaparate apetecible para intereses idelógics, culturales, ecnómics y plítics. Las clases altas siguen manteniend su distinción de las masas al dedicarse a mdalidades deprtivas más selectivas a las que las clases bajas n tienen acces. De este md, el deprte mdern que sigue siend una de las más imprtantes manifestacines en el mund, es un ci accesible a las masas, ya sea cm practicantes ya sea cm espectadres, tremendamente mercantilizad y plitizad, que, aunque en cntinu prces de demcratización, cntinúa siend un camp de distinción y desigualdad scial. Jrnadas para Frmadres de Deprtistas en Edad Esclar. Diputación de Almería. 10

11 Cuál es la sciedad que querems? valres y deprte Ante esta pregunta quizá pdríams btener muchas y diferentes respuestas. Sin embarg, cre que pdría ser una idea cmún a tds ls seres humans, pensar en una sciedad que permita el desarrll de nuestr ptencial, en un marc que garantice nuestra dignidad cm persnas, respet a la diversidad, igualdad de prtunidades Cm plantea Marina (2004), vivir puede cnsiderarse un ejercici puramente bilógic, una función espntánea. Per l que tds realmente querems es vivir bien, pr l que, más allá de frmas particulares de ver el mund, cre que tds aspirams a ser felices, tener salud y ser cnsiderads dignamente. Si tuviera que elegir un pilar básic, éste sería la felicidad, entendida cm un estad de bienestar glbal, ptimism y ganas de vivir y experimentar gracias a la ampliación de nuestras psibilidades. Evidentemente, estas grandes mtivacines persnales del ser human se desarrllan en sciedad, n sól prque nacems en su sen, sin prque es a través de las relacines sciales cm aprendems la cultura, ns cmunicams, crecems en cmpañía y pr reflej de ls trs. N bstante, hems de asumir la vulnerabilidad tant del ser human cm del medi físic y scial. Nuestr cuerp es frágil, nuestra mente está presinada pr expectativas y exigencias. El medi ambiente es precari, n dispnems de recurss ilimitads. Pr td ell, vivir y cnvivir bien implica un esfuerz pr el cuidad de un mism, de ls trs y de nuestr medi. Sin duda, ests fines recalan de frma directa en ls llamads valres, en las cuestines que pririzams le dams más mens imprtancia a l larg de nuestra vida. Vivir implica una tarea de autcncimient y cncimient de ls trs y del entrn. Vivir bien requiere desarrllar las capacidades humanas que se necesitan para ls rets que ns esperan: el raznamient y la memria, la imaginación, la habilidad física, cgnitiva y afectiva, la independencia de juici, el sentid de la respnsabilidad, la cperación, el autcntrl, la perseverancia, el entusiasm, la mtivación. Y, en un marc scial, necesitams situacines que garanticen estas psibilidades, que permitan expresarns en nuestra diversidad (géner, raza, clase capacidades mtrices, intelectuales ), que ns permitan participar en las decisines, que ns estimulen a reslver pacíficamente ls cnflicts, que ns dejen expresar nuestras emcines y aprender de ell. Es el deprte un buen vehícul para desarrllar valres deseables, para crear micr-sciedades que transmitan una cultura demcrática y de desarrll persnal?. Y respndería, depende. El deprte en sí n es más mens psitiv que cualquier tra situación scial. Es más imprtante el cóm que el qué. En la figura 3 pdems bservar la dialéctica de la cultura deprtiva. Prpng un ejercici. Cada valr tiene su cntrari en el esquema. En primer lugar, define situacines cncretas de cada pareja de valres, pr ejempl de igualdad y desigualdad. Piensa en situacines que has vivid en el deprte esclar, y verás cm encntrarás experiencias en un y tr sentid. Jrnadas para Frmadres de Deprtistas en Edad Esclar. Diputación de Almería. 11

12 VALORES POSITIVOS Cherentes sciedad demcrática VALORES NEGATIVOS Obstáculs para sciedad demcrática IGUALDAD COOPERACIÓN LEALTAD INTEGRACIÓN TOLERANCIA LIBERTAD AUTONOMÍA DIÁLOGO ACEPTACIÓN DE LA DIFERENCIA JUSTICIA SOLIDARIDAD CONVIVENCIA PACÍFICA Situacines scimtrices DESIGUALDAD COMPETICIÓN DESLEALTAD DISCRIMINACIÓN INTOLERANCIA DEPENDENCIA REPULSA DEL OTRO RECHAZO DE LA DIFERENCIA INJUSTICIA EGOÍSMO CONFLICTOS VIOLENTOS Figura 3.- Dialéctica de ls valres de la cultura deprtiva (Águila, 2009) La scialización a través del deprte se prduce pr medi de ls mensajes que sn transmitids desde diferentes fcs sciales. Así, en una sciedad cmpleja dnde existen innumerables estímuls y fuentes de infrmación, cnsider que la respnsabilidad es cmpartida. Es habitual señalar determinads agentes cm ls villans en este jueg scializadr, críticas que sn vertidas usualmente desde trs sectres igualmente implicads. Desde la escuela se critica la falta de implicación de ls padres en la educación de sus hijs/as, mientras las familias dirigen sus miradas a ls prfesinales de la enseñanza. Ls prfesres de educación física se quejan de la falta de apy scial al deprte, cuand en sus prácticas siguen reprduciend mdels segregadres. El entrn cmpetitiv, clubes, federacines, entrenadres n se sienten cmpetentes para llevar a cab una labr educativa, entre tras csas, prque ells sn técnics que enseñan un deprte. Y ls medis de cmunicación se rigen pr ls valres del mercad y la tiranía de las audiencias, sacand a la luz la versión espectácul del fenómen deprtiv y desatendiend tras labres más frmativas. En mi pinión, la experiencia deprtiva de niñs y niñas, muchas veces sigue estand muy lejs de la transmisión de valres demcrátics. Mensajes que sn reprducids pr muchs agentes sciales diferentes, que interactúan y se cmplementan aprtand una visión glbal del deprte que se aparta de nuestrs bjetivs frmativs. De manera cncreta, analizaré ls siguientes tópics: Cmpetición, éxit y segregación / Emción tribal y vilencia. Jrnadas para Frmadres de Deprtistas en Edad Esclar. Diputación de Almería. 12

13 Cmpetición, éxit y segregación El act deprtiv, tal cual está cncebid, es un enfrentamient agnístic, una cmpetición estructurada de acuerd cn determinadas reglas, dnde existe un ganadr y un perdedr. Y en esta situación scimtriz, necesitams cuestinar hasta qué punt la práctica deprtiva prprcina uns medis adecuads para la educación humanista y demcrática. El carácter cmpetitiv del deprte n tendría pr qué perjudicar el desarrll mral de ls cntendientes si l utilizárams cm un medi y n cm un fin. Valres cm el esfuerz, la disciplina, el intent pr mejrar y superarse a sí mism n tienen pr qué entrar en cntradicción cn trs cm la slidaridad, el respet, la tlerancia la igualdad. Per, para cnseguir fusinar ambas tendencias valrativas en una misma experiencia es necesaria una intervención efectiva, puest que ls mensajes sciales que bmbardean a niñs y niñas fcalizan hacia la excelencia y la superiridad sbre ls trs, l cual prduce inevitablemente segregación y discriminación de ls mens dtads. El deprte esclar está cnstruid cm una mimesis del mdel deprtiv de cmpetición. N en van, la principal actuación de las rganizacines deprtivas se basa en el diseñ de cmpeticines municipales, prvinciales, autnómicas y nacinales. La mayría de ls esclares que practican deprte l hacen a través de clubes que frman parte de las respectivas delegacines federativas. El cntext cmpetitiv sustentad pr las federacines n dedica esfuerz a la prmción de valres y hábits deseables en ninguna de sus psibles accines. Desde el punt de vista rganizativ, las cmpeticines sn estructuradas baj criteris de selección y exaltación del éxit. N existen intents para crear experiencias de cnvivencia al margen de ls prpis enfrentamients en la cancha. Tampc se tienen en cuenta trs criteris pedagógics tant en el reglament y nrmativa de cmpetición, cm en la frmación de técnics y árbitrs. De este md, tds ls prtagnistas asumen un papel mimétic del deprte prfesinal: ls niñs y niñas emulan las grandes figuras deprtivas y ls cmprtamients pc deprtivs ; ls entrenadres n se cnsideran educadres y dirigen sus equips sus deprtistas hacia la búsqueda de resultads y la extracción del máxim rendimient, renunciand a la prmción de valres cm la igualdad, el cmpañerism la slidaridad; ls árbitrs tampc cumplen un papel educadr, sin sancinadr. Y ls padres, ay ls padres! Sn ls más frfs, ls más interesads en el éxit de sus hijs/as, pryectand sus deses y frustracines, cuand n transmitiend una presión insprtable. En el añ 2005, el 63% de ls españles declaró que le gustaría que su hij/a se dedicara al deprte prfesinal de alta cmpetición (García Ferrand, 2006). Sin embarg, en mi pinión sin ests mecanisms de tensión generads alrededr de una mera cntienda deprtiva, ls niñs y niñas practicarían deprte pr el mer placer de hacerl, pr divertirse y cmpartir una experiencia cn amigs/as. N parece aceptable cntinuar prduciend un deprte para niñs y niñas basad en el mdel cmpetitiv sbre td cuand, si tmams el ejempl del fútbl, sól el 3% de ls niñs se dedicarán al deprte prfesinal (Gutiérrez del Pz, 2006). Jrnadas para Frmadres de Deprtistas en Edad Esclar. Diputación de Almería. 13

14 La experiencia práctica real del deprte en edad esclar es más que cuestinable cm medi de educación en valres y prmción de actitudes demcráticas. Per, cm siempre, n existe un sl respnsable de tal situación. La vivencia en el sen de ls clubes deprtivs al ampar rganizativ de las federacines es retralimentada pr la acción de la familia, ls grups de iguales, ls prpis prfesres de educación física y, pr supuest, ls medis de cmunicación. Haciend un examen de cnciencia, es patente que la Educación Física esclar mantiene un enfque de excelencia físicmtriz y de discriminación. Aún se siguen utilizand las pruebas y baterías de test de cndición física y de habilidades mtrices cm medi de evaluación y calificación de ls alumns/as. Diverss estudis pnen de manifiest que hay una tendencia incnsciente en el prfesrad a precuparse mens de aquells alumns/as que cnsidera de menr nivel físic mtriz y más de ls más dtads. De este md, el refuerz psitiv negativ según el cas puede cntribuir a que, de hech, esta prfecía se cumpla, cn la cnsiguiente cnsecuencia en la definición del autcncept, de la autcmpetencia y la autestima. Esta reprducción de la excelencia en las clases de EF bien pdría explicarse en similares términs a ls aprtads anterirmente para el mantenimient de esteretips de géner. Cncretamente, recuerd que durante mis estudis de EF en la universidad aquells alumns/as que habían realizad mejres marcas en las pruebas físicas slían jactarse de sus mejres cndicines, e inclus criticaban que la nta de selectividad impidiera el acces a grandes deprtistas. Durante tda la carrera se mantuv esa cultura deprtiva de éxit asciad a las capacidades físicas y mtrices, lvidand que el prfesrad n tiene que ser un deprtista de élite, sin un mediadr pedagógic. N es de extrañar, entnces, que el prfesrad de EF en su ejercici prfesinal reprduzca ests valres. Ls medis de cmunicación, pr su parte, clabran en el fment de valres de éxit y meritcracia en el deprte: el peridism deprtiv cntribuye cm ningún tr element a preservar e inclus amplificar la ilusión básica del espectadr deprtiv: que el resultad del jueg imprta (Durán, García y Latiesa, 1998: 208). El deprte prfesinal, espej en el que se miran muchs niñs y niñas, prprcina un mdel étic en el que l más imprtante es ganar, aún a csta de injusticias vulneracines del reglamente. Recuerd las declaracines de Iker Casillas, prter del Real Madrid de fútbl, ante la última jrnada de liga en la que su equip necesitaba ganar para cnseguir el trfe. Decía alg así cm n me imprtaría ganar en el últim minut y de penalty injust. Pr supuest, en un mund deprtiv en el que ls clubes sn pequeñas empresas parece nrmal que ls resultads manden. El prblema es el psible calad de esta visión prfesinalizada del deprte en niñs y niñas cuand, además, el rest de agentes sciales también reprducen esta perspectiva. Y bien que cala entre ls más jóvenes sbre td cuand se refuerzan actitudes de engañ trampa, es decir, de jueg suci, si es pr el bien del equip sea si es para ganar. Recuerd vagamente ahra un cmentari televisiv en un partid de fútbl de niñs, cre que de categría infantil. Un de ls jugadres se deja caer en el área después de un leve cntact, cnsiguiend engañar al árbitr que señala penalti. El cmentarista exclama cn entusiasm: qué inteligente ha sid, ha ntad el cntact, simulad una caída y ha cnseguid una situación favrable para su equip! Clar, para ganar un trne infantil! Qué exhibición de madurez futblística cuand l que en realidad está sucediend es una vulneración del reglament, una burla del códig deprtiv. Jrnadas para Frmadres de Deprtistas en Edad Esclar. Diputación de Almería. 14

15 Gutiérrez (1995) bservó empíricamente que ls prgramas infantiles de cntenid deprtiv suelen reprducir esta visión del deprte espectácul: imágenes y cnsignas rientadas al éxit, la rivalidad, el triunf, la ambición, el pder y el sacrifici pr encima de td, inclus de la prpia salud (p. 199). El análisis de las series Oliver y Benji y Juana y Sergi mstró que en pcas casines se ns permite cntemplar una imagen en la que se resalte l bien que se l han pasad ls niñs/as jugand, l satisfechs que están de haber encntrad un nuev amig/a, ya que si pretenden frmar parte del equip n es tant pr su relación cn ls amigs sin pr la psibilidad que se les frece de participar en ls campenats mundiales (p. 199). Tampc, cntinúa Gutiérrez, aparecen imágenes y escenas que muestren a ls niñs y niñas en su ambiente natural, cn sus relacines familiares, esclares y sciales en general, cn sus prblemas y alegrías, aspects que pdrían haber aprtad una imagen más real de ls prtagnistas [ ] Pr el cntrari, ls jugadres y jugadras sn presentads cm entes artificiales, desarraigads de su prpi ambiente (p. 199). Cm plantea Álvarez (2001) al respect de la transmisión de valres pr parte de ls medis de cmunicación, si bien se habla de jueg limpi, cperación, salud, l ciert es que se hace cm valres de sign recesiv, es decir, que n cnsiguen superar el arraig de trs principis de éxit: la esencia que dmina el csms deprtiv transfrmada en idelgía es la meritcracia, la cual cmprta la evaluación de la prductividad. El rendimient se presenta cm un de ls valres de representación más sólids [ ] cm una aplicación de un cntrl racinal del cuerp que es la base del deprte mdern. Ell se traduce en el análisis del deprte dnde priman las estadísticas, la santificación de l numéric, la búsqueda de errres, la instauración del récrd, el númer cnvertid en fetiche (Álvarez, 2001: 261). En tales circunstancias, es la experiencia deprtiva cherente cn una scialización humanista y demcrática? Sn ls mdels deprtivs cuys valres sn la cuantificación del éxit, la exaltación de ls mejres y la jerarquización meritcrática una buena referencia para la educación de nuestrs niñs y niñas? Emción tribal y vilencia En el act deprtiv, el dese de victria y el mied a la derrta desata una gran tensión emcinal. De hech, para que se mantenga el interés pr la cmpetición deprtiva es necesari que exista esta implicación. Entre ls deprtistas y entre ls seguidres pr supuest. Ls reglaments deprtivs sn ls precepts nrmativs que dirigen la cmpetición hacia el fin últim de la victria (p.e. en balncest está prhibid encestar en la prpia canasta, es decir, dejarse perder ). Y cuanta mayr emción y dramatism en el resultad se presenta en un deprte, mayr es su seguimient. Evidentemente, esta característica del jueg deprtiv es bien utilizada en el despliegue de su faceta espectácul, pr cuant es abslutamente necesari preservar e inclus aumentar la ilusión del espectadr de que el resultad de la cmpetición es muy imprtante (García Ferrand, 2001). De este md, tant el practicante cm el aficinad se sienten atraíds pr la cmpetición decantándse hacia un equip deprtista cn el que se establece un prces de identificación. Jrnadas para Frmadres de Deprtistas en Edad Esclar. Diputación de Almería. 15

16 Cm defiende Dunning (2001), en ls acntecimients deprtivs, para que ls engranajes de la pasión funcinen bien, un tiene que estar cmprmetid cn querer ganar. Cm participante direct un tiene que querer ganar prque sí, prque está en jueg la prpia identidad individual, y cm espectadr, un tiene que desear la victria prque se identifica cn el hére adrad individual prque se identifica cn un de ls equips que cmpiten (p. 155). El prblema surge cuand se desata una emción incntrlada, irracinal y la lucha simbólica de la práctica deprtiva se cnvierte en una expresión de vilencia real. Cualquier aficinad al deprte ha pdid cntemplar cóm la defensa emtiva de uns clres ha dad pas a un enfrentamient vilent entre aficinads, que algunas veces acaba cn resultads dramátics. En ests mments, ls detractres del deprte cm fenómen scial encuentran suficientes arguments para defenestrarl y tacharl de irracinal, primitiv y pc educativ. Si bien es ciert que estas manifestacines más deplrables n sn representativas de tda la cultura deprtiva, n es mens ciert que, cm siempre, muchs agentes sciales cntribuyen a esta imagen del deprte a través de sus mensajes. Cm plantea Barber (2001), la emción tribal y primitiva n crece espntáneamente, sin que es estimulada pr diferentes intereses públics y privads, fmentada pr gbernantes, empresaris, medis de cmunicación, institucines deprtivas y educativas, peridistas y hasta ls padres y las madres. Pr tant, lejs de buscar respnsables directs bien pdríams asumir la parte de respnsabilidad que a cada un ns tca. Ls medis de cmunicación, en su lucha particular pr ganar audiencias, fmentan prcess de identificación clectiva bañads en la exaltación emcinal. Es difícil participar ver un acntecimient deprtiv sin decantarse hacia algun de ls cntendientes. Si el medi es lcal si el trne es internacinal siempre prima la supuesta bligación de apyar a ls nuestrs (Barber, 2001). Y este prces de definición de nstrs y ells bien puede cnsiderarse una frma de chesión y a la vez de exclusión. Valgan alguns mensajes al respect en la Eurcpa de fútbl de nacines de 1996 celebrada en Inglaterra: La guerra del fútbl se ha declarad El fútbl inglés ha sid de nuev una fuente de rgull, de glria y de esperanza nacinal El ejercit esccés ha invadid la capital fuern pasads pr la espada (En García Ferrand, 2001: ) Así pues, ls prcess de identificación, el nacinalism, el etncentrism y l patriter cbran relevancia y se ven favrecids pr ls prpis cnductres y peridistas que utilizan un lenguaje belicista que en algunas casines rza la aplgía a la vilencia (Álvarez, 2001). Además, ls temas cnvertids en nticia están aderezads pr la cnfrntación y pr tds aquells elements que pueden prvcar rivalidades y antipatías. El cnflict se lcaliza en la base de las infrmacines, así cm el lenguaje bélic, favrecedr de la expsición emtiva, las descripcines cnmvedras y la creación de ídls (Álvarez, 2001: 257). Es evidente que el carácter negativ y cnflictiv de las nticias y retransmisines deprtivas tiene más audiencia, pues la psición atrae más que la cperación. Cuant mayr dramatism se infunde a un enfrentamient, más expectativas se generan y mayr carga emcinal se cnsigue. Jrnadas para Frmadres de Deprtistas en Edad Esclar. Diputación de Almería. 16

17 Es pr ell que ls medis, a menud, prlngan intencinadamente ls mments antes y después de ls acntecimients deprtivs pues así cntribuyen más a caldear el ambiente (Barber, 2001). En cualquier cas, la emción tribal es irracinal y excluyente. Diverss estudis psicsciales han mstrad la influencia psitiva de la expsición a la vilencia en ls medis de cmunicación sbre cnductas y actitudes agresivas. Cuand de espectáculs deprtivs se refiere, n cnsider exactamente acts vilents l que pdems ver, aunque en casines se llega a tales enfrentamients, per sí una excitación sbredimensinada que, sumada a tras muchas y diversas causas, puede prvcar cnductas agresivas. N en van, una excitación emcinal incntrlada puede aumentar la respuesta agresiva cnsecuencia de la frustración la prvcación, inclus cuand la expsición a aquell que ns ha generad excitación se ha prducid antes del cmprtamient agresiv. Tant más prbable, pues, es que aparezca una cnducta agresiva durante el estad emcinal elevad. De hech, ls niveles de activación emcinal influyen en nuestra capacidad racinal, en nuestrs pensamients sbre el cmprtamient de ls demás y en nuestras tendencias a agredirls. Mensajes cm hay que machacarles me sient rgulls de ser de este equip, el viej enemig fue derrtad y trs muchs que cnstantemente vuelcan ls medis de cmunicación, pr n hablar de trs más xenófbs belicss, cntribuyen a crear un clima de cnflict alrededr de la cntienda deprtiva que pueden incidir en un mayr índice de vilencia. Cm escribía hace uns añs Sánchez Ferlsi en el periódic: El antagnism de la pura treidad es la base de las identidades nacinales [ ] Pr es dig que el fútbl cm espectácul de masas es intrínsecamente fascista y puede llegar a serl extrínsecamente [ ] El fútbl de masas satisface la perversa necesidad psiclógica de tener enemig, cm fundament de identidad, prque prprcina la satisfacción de la autafirmación antagónica clectiva en su frma más pura [ ] ns prprcina tr element fascista: el líder carismátic ante la multitud fanáticamente incndicinal (En Barber, 2001: 133). Dunning (2001) analiza el fenómen del gamberrism en el fútbl. En su pinión, la vilencia en el deprte n es sól prduct de la intensidad de la cmpetición de la trascendencia del resultad en el deprte prfesinal, sin también de las estructuras y valres patriarcales, es decir, de las nrmas de masculinidad y el cncept de l que es ser hmbre. De hech, el fútbl es un deprte que invita a cmprtamients patriarcales de lucha prque el jueg en sí es una lucha. N bstante la gravedad de la vilencia en ls aficinads al fútbl varía de unas clases sciales (siend mayr en la clase baja) y en trs subgrups dependiend de ls niveles de civilización y/ de identificación cn ls equips respectivs. En pinión de Dunning, existen ds tips de vilencia: un que surge espntáneamente cnsecuencia de ls niveles alts de excitación y tr que es premeditad, dnde están implicads grups más mens identificads. Para Dunning, la prpaganda n intencinada de ls medis de cmunicación funcina muchas veces cm reclam para la intrducción en el fútbl de grups vilents y radicales que utilizan el acntecimient deprtiv cm platafrma para enfrentamients cruents. Y cuál es la intervención del rest de agentes cn respect a la emción en el act deprtiv? Usualmente es refrzada. Si bservams cualquier acntecimient deprtiv de niñs niñas, existe un fuerte sentimient de identidad y búsqueda de éxit. Jrnadas para Frmadres de Deprtistas en Edad Esclar. Diputación de Almería. 17

18 En trn al mdel cmpetitiv auspiciad pr las institucines deprtivas, se fmenta la implicación emcinal hasta el punt de encntrarns cn n pcas situacines que pdríams calificar de vilentas entre ls deprtistas. La actitud de ls entrenadres de niñs y niñas en edad esclar, ya cmentada en varis apartads, estimula también el dese pr éxit y la exaltación del triunf. Se busca intencinalmente que ls participantes eleven su nivel de excitación, l cual lleva en muchas casines a actitudes y cnductas n precisamente limpias. Hace unas semanas presencié un partid de fútbl de categría infantil en el que un de ls entrenadres cambió a un jugadr prque n tenía la tensión necesaria, traducid al lenguaje clquial del susdich, prque n daba patadas. Y, en ese mism partid, padres y madres vciferaban cntinuamente, cn uns niveles de excitación un tant desprprcinads dada la escasa trascendencia de la cmpetición, presinand a sus hijs, desacreditand a ls cntraris, e inclus llegand a las mans cn el árbitr pr n estar de acuerd cn sus decisines. A ver quién le explica a ests padres que n están viend la final de la Champins League, que flac favr le están haciend a sus hijs a ls que en muchas casines les impiden disfrutar de frma natural de una situación lúdica y que, sin querer esper, están fmentand unas actitudes y cmprtamients pc tlerantes. Clar, es que el partid era muy imprtante prque entre este equip y el tr hay mucha rivalidad. Pueden creerl. Puede existir rivalidad entre niñs de 10 añs sin la intervención de ls mayres y sin el clima de tensión que genera el entrn? En el entrn de la educación física parece que el tema de la vilencia en el deprte es repudiad per n cre que esté siend suficientemente examinad. Desde la escuela también se estimula la implicación emcinal y el dese de la victria y el éxit, tal y cm antes cmentaba. La cmpetencia y la rivalidad deben dejar pas a la cperación y la slidaridad en tdas las circunstancias scimtrices de ls niñs y niñas. La cntribución de la EF a la cnfiguración de una cultura deprtiva mens agresiva y vilenta pasa, pues, pr trasladar ls discurss plíticamente crrects a las accines educativas, prprcinand situacines en las que niñs y niñas cmpartan bjetivs, se sientan incluids en lugar de excluids y se relativice td l que acntece alrededr del hech deprtiv, especialmente, el resultad. Hasta aquí un smer repas de alguns mensajes del deprte cntempráne que rdean la experiencia físicdeprtiva de niñs y niñas. Per trs muchs se han quedad en el tinter que sería necesari igualmente analizar. La desigualdad de géner, el lvid de las minrías étnicas, el supuest apliticism del deprte, ls efects de la glbalización y la trasculturización En cualquier cas, valga l que aquí he presentad al mens para cuestinar pr qué está legitimada esta perspectiva del deprte. Hems vist cóm, pr un lad, existe una legitimación que pdríams llamar bjetiva que prviene de las estructuras sciales (institucines, rganisms, leyes ), per pr tr, encntrams una legitimación subjetiva de tds y cada un de nstrs que es la cnsecuencia del aprendizaje de un habitus, de una cultura deprtiva, de una frma de ver el mund a través del fenómen deprtiv que mantiene tópics y esteretips de desigualdad, elitism y exclusión. Jrnadas para Frmadres de Deprtistas en Edad Esclar. Diputación de Almería. 18

19 Del entrenamient a la educación deprtiva: de ls fines cmpetitivs a ls fines educativs y recreativs A pesar de las bjecines que veng denunciand, sig creyend fervientemente en las ptencialidades del deprte cm medi para una transfrmación scial, al mens, cm experiencia mral frmativa cn gran calad en la infancia. Per para ell, tds ls agentes sciales deberían invertir ls fines del deprte, empezand pr analizarse a un mism, en qué cre, qué sient, qué dese para la sciedad y para ls niñs y niñas. Así, plantearse el cambi scial implica la definición de las metas que se cnsideran más adecuadas para el máxim desarrll individual de las persnas, en el marc de un pryect scial que favrezca la prsperidad y la calidad de vida. En este sentid, desarrll persnal y scial se presentan cm ds caras de un mism pryect vital, pr cuant cnsider que la plenitud individual sól puede cnseguirse dentr de ls cntrns de una sciedad plenamente igualitaria y plural, siend la demcracia la rganización sciplítica que mejr puede cumplir dichs fines. Ahra bien, transfrmar la sciedad a través la práctica deprtiva implica, en primer lugar, cambiar aquells valres de la cultura deprtiva n cherentes cn nuestr fin. Si la demcracia es el mejr sistema scial para el desarrll humanístic, debems ptenciar y ejercer ls valres de igualdad, tlerancia, cperación, integración y justicia en cada un de ls ámbits en ls que desarrllams nuestra vida ctidiana; en nuestr trabaj, en las relacines sciales y familiares y, cóm n, en el deprte. Pr tant, debems cnstruir una cultura deprtiva dentr de ls cntrns de la cultura demcrática, sin traicinar ls principis básics del sistema scicultural más glbal en el que está incluida. El ci deprtiv será un element útil para la transfrmación cuand se transfrme a sí mism. Ls niñs, ante el fenómen deprtiv, pueden desempeñar diferentes rles, que Velázquez (2004) resume en cuatr: practicante, espectadr, cnsumidr y ciudadan. Evidentemente, cm el prpi Velázquez plantea y se refleja en la figura 4, cnsiderar el deprte cm medi de transfrmación scial requiere asumir su influencia en la cnstrucción de la ciudadanía en el más alt nivel jerárquic, que puede expresarse en el ejercici de cualquiera de ls trs rles. CIUDADANO PRACTICANTE ESPECTADOR CONSUMIDOR Figura 4.- Rles en el deprte esclar (A partir de Velázquez, 2004) Jrnadas para Frmadres de Deprtistas en Edad Esclar. Diputación de Almería. 19

20 Cnsiderand el deprte de una manera amplia, hems cnstatad la influencia de múltiples agentes en la cnstrucción y transmisión de la cultura deprtiva. Sin duda cre que la educación es la vía de intervención más directa y plausible, l cual ns llevaría a plantear un ci desde la infancia que abandnara ls precepts de la clásica iniciación deprtiva y ls sustituyera pr ls principis de l que Velázquez (2004) define cm educación deprtiva : la educación deprtiva tiene cm bjet la frmación de ls alumns y las alumnas cm miembrs de la ciudadanía, capaz tant de vivir cn autnmía y respnsabilidad en el ámbit de la cultura deprtiva, participand y disfrutand plenamente de ella, cm de cmprmeterse de frma activa y crítica en la cnstrucción y desarrll de dicha cultura, en la sciedad demcrática y sus valres (Velázquez, 2004: 186). El énfasis en la educación pr encima del prpi deprte es tda una declaración de intencines. El cambi de la cultura deprtiva será más efectiv si actuams hy sbre ls que serán adults mañana. Para ell, la educación deprtiva exige la participación de ls adults en el marc del tiemp libre, utilizand las actividades prpuestas cm un medi de educación en ls valres demcrátics, y facilitar su transferencia a trs ámbits de la vida scial. Per también es necesari cntemplar desde una perspectiva crítica cóm cntribuyen trs medis n específics del ci (pr ejempl, ls medis de cmunicación la escuela) al desarrll y difusión de la cultura deprtiva. El ci, y en particular el deprte, es un marc ideal para la frmación humanística pr sus características prpias que l diferencian de tras áreas más cnstreñidas scialmente. El ejercici de la libertad y la autnmía, la expresión de la identidad y el desarrll de la persnalidad y el disfrute, sn prtunidades para la creación de valres scialmente deseables. Pr ell, cualquier intervención del adult en el deprte de ls niñs y jóvenes debe recncer y llevar a la práctica ests principis básics. Se trata, pues, de definir las relacines que se dan en las situacines del ci deprtiv entre el educadr y ls educands, tratand de cnciliar la autnmía y la espntaneidad del participante, cn la acción frmativa prpuesta pr el educadr. En definitiva, hacer partícipes a niñs y niñas en el desarrll de la práctica deprtiva, escuchand sus intereses, respetand sus ritms, atendiend sus inquietudes y estads de ánim. Una segunda premisa de la intervención pedagógica sería determinar cuáles serían ess valres sciales psitivs a fmentar y el análisis crític de ls negativs. Pr tant, recrdand ls planteamients de Velázquez (2004) que recgí en la figura 4, la educación para la ciudadanía se erige cm el eje vertebradr de td el prces educativ. Esta prpuesta necesita ser cncretada en la práctica a través de situacines en las que se estimule la cperación, la igualdad, la tlerancia y la actitud pacífica, la slidaridad, la interculturalidad, la justicia, la inclusión y el respet a la diferencia. Prpuesta que debe cmpletarse cn la reflexión crítica sbre ls mensajes e imágenes del deprte en trs ámbits, especialmente en su faceta de espectácul, así cm en ls acts de cnsum. Ests serían ls bjetivs del deprte en edad esclar, pr encima de finalidades eminentemente técnicas, si bien sn dichas situacines scimtrices particulares del deprte las platafrmas desde las que cumplir cn tales fines. Jrnadas para Frmadres de Deprtistas en Edad Esclar. Diputación de Almería. 20