ESDRAS. PROGRAMA No Cap. 1:1-6

Transcripción

1 PROGRAMA No ESDRAS Cap. 1:1-6 Al comenzar nuestro estudio en el libro de Esdras sería bueno hacer algunas declaraciones preliminares para que nos ayuden a comprender mejor este libro. Hemos llegado en esta oportunidad al último de los libros históricos, aunque ellos no siguen ad seriatum, eso quiere decir que no están en orden cronológico. En nuestra última ocasión cuando estuvimos en el Antiguo Testamento finalizamos con el Segundo Libro de Crónicas. Y en aquella ocasión, vimos que el reino del sur de Judá había ido a la cautividad por 70 años y no hemos oído nada más de ellos desde que fueron a Babilonia en la cautividad. Ahora, Esdras es quien continua ese estudio. En realidad tenemos 3 libros históricos que se llaman post-cautiverio, es decir, libros que fueron escritos después del cautiverio. Tres de ellos son históricos, Esdras, Nehemías y Ester. También hay otros tres que son libros proféticos: Hageo, Zacarías y Malaquías. Esdras y Nehemías son dos personas que deben permanecer juntas. Esdras era un sacerdote; Nehemías un laico, y ambos trabajaron juntos en tal forma que la voluntad de Dios pudo cumplirse en Jerusalén. Ellos reedificaron la muralla de la ciudad y edificaron el templo. TTB Página 1 de Programa No. 0545

2 Tenemos a Hageo y Zacarías. Ellos trabajaron juntos y animaron a la gente a que edificaran el templo. Ahora, en Hageo tenemos un hombre práctico, eso lo vamos a poder apreciar cuando leamos su libro. El era la clase de persona que siempre estaba preparada para hacer las cosas de una manera práctica. El es esa clase de personas que decía, que dos más dos con cuatro. El que medía el templo, todo tenía que hacerse de una manera específica. Así es como le gusta trabajar a él. No era una persona muy romántica o poética que digamos, pero sí era práctica. Zacarías, por el contrario, era un soñador. Este hombre Hageo tenía sus pies en la tierra; sin embargo Zacarías tenía su cabeza en las nubes. Bien, Zacarías por ejemplo, vio a una mujer en un efa, un cántaro volando por el aire. Amigo oyente, eso es poético. Hageo nunca podía haber visto algo así. Pero lo interesante es que Zacarías nunca podía verse envuelto en los asuntos de medir el templo y de considerar que hace falta puertas y cimientos para poder edificar algo. Uno necesita a estos dos hombres juntos. Tanto el hombre práctico como el poeta son necesarios, y a estos dos los juntó Dios. El juntó a un sacerdote con un laico, en este caso que entramos a considerar, Nehemías. Esdras y Nehemías, estos dos fueron los que edificaron el templo y la ciudad. Nehemías reedificó los muros de Jerusalén. Usted puede notar que el libro de Esdras es un libro que trata de la Palabra de Dios. El es uno de los personajes de las Escrituras que casi se ha olvidado. Nunca ha recibido el reconocimiento que merece. Para comenzar, podemos decir que él era un descendiente de Hilcías, el sumo sacerdote. Eso lo podemos ver allá en el capítulo 7, de este libro de Esdras, versículo 1. Hilcías fue quien encontró una copia de la ley durante el reino de Josías, y por medio de ella trajo un avivamiento. Y Esdras también traerá un avivamiento. TTB Página 2 de Programa No. 0545

3 Esdras fue un sacerdote pero él no podía cumplir con sus obligaciones durante la cautividad; no había templo entonces, había sido destruido. Pero él utilizó su tiempo en estudiar la palabra de Dios. Y se nos dice en el capítulo 7 de este libro de Esdras, versículo 6, que él era escriba diligente en la ley de Moisés. El era un gran reformador, alguien que podía traer un gran avivamiento. El avivamiento comenzó con la lectura de la palabra de Dios por medio de Esdras. Eso lo veremos cuando leamos el capítulo 8 del libro de Nehemías. También, él, probablemente fue el escritor de los dos libros de Crónicas y del Salmo 119, que es el capítulo más largo de la Biblia y que se encuentra en su mismo centro. Todo está relacionado con la Palabra de Dios y él ensalza las Escrituras. El fue quien organizó la sinagoga. El fue el fundador de la orden de los escribas. El ayudó a arreglar el canon de las Escrituras y el orden de los Salmos. Queremos decir que se le debe dar el tributo que se merece Esdras. El fue el primero que comenzó un avivamiento del estudio bíblico. Y, no es este acaso el programa de Dios para un avivamiento? Nosotros no hemos tenido un avivamiento en nuestros días. Dwight L. Moody dijo: El próximo avivamiento tiene que ser un avivamiento del estudio de la Biblia. El pudo apreciar eso. La mayoría de la gente ha estado tratado de crear organizaciones y hacer cosas por medio de métodos, haciendo esto y aquello. Algunos lo han hecho bien, el único problema es que no ha habido un avivamiento; no hemos podido ver un avivamiento en nuestros días. Eso es algo trágico, no le parece? Es triste verdaderamente que no hayan regresado a la Biblia. Oremos para que la iglesia del día de hoy vuelva a la palabra de Dios. TTB Página 3 de Programa No. 0545

4 Hay muchas referencias a la Palabra de Dios en el libro de Esdras. En realidad, se pueden contar por lo menos 10 referencias directas a la Palabra de Dios. Y el lugar de la Escrituras se puede apreciar en toda la vida de estas personas. Esdras dice en el capítulo 9, versículo 4: Y se me juntaron todos los que temían las palabras del Dios de Israel! Y también en el versículo 3 del capítulo 10, dice: Y de los que temen el mandamiento de nuestro Dios. Eso es lo que dice Esdras de la Biblia. El Dr. James M. Grays hizo la siguiente observación: Ya hemos visto que la cautividad en Babilonia no provocó en los judíos un arrepentimiento nacional y por medio de ella realizar una restauración nacional, como podemos apreciar leyendo el libro de Esdras. Cuando Ciro, el rey de Persia, autorizó a los cautivos a que regresaran a Jerusalén y reedificaran el templo, apenas unos 50,000 se aprovecharon de ese privilegio; una gran parte de éstos eran sacerdotes y levitas de las clases más humildes y pobres. Hasta aquí, el comentario del Dr. James M Grays. En este libro de Esdras nosotros tenemos dos grandes divisiones. Tenemos el regreso de Babilonia bajo el liderato de Zorobabel en los primeros seis capítulos. Como ya se ha mencionado, fueron solo unos los que regresaron. Luego tenemos el regreso a Palestina de aquellos que regresaron de Babilonia bajo la dirección de Esdras, esto se menciona en los capítulos 7 al 10. Los que regresaron con él fueron unos Ahora, en el primer capítulo tenemos la restauración del templo mediante un decreto de Ciro, rey de Persia. En el día de hoy solamente queremos presentar una introducción a este pequeño pero maravilloso libro de Esdras. Veamos lo que dice el primer versículo, del capítulo 1: TTB Página 4 de Programa No. 0545

5 En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito por todo su reino, diciendo:... (Esd. 1:1) Ahora, él pone énfasis en la Palabra de Dios. Notemos eso porque es de suma importancia. Este rey Ciro, uno de los grandes líderes mundiales, que llegó a conocer a Dios, él lo llegó a conocer a través del ministerio de un primer ministro de su reino que se llamaba Daniel. Y vemos aquí que Ciro había sido señalado como un siglo antes de haber nacido. Había sido llamado Isa, que quiere decir, señalado. El llegó a conocer a Dios, por tanto sabía lo que estaba haciendo cuando presentó ese decreto, cuando hizo pregonar ese mensaje que la nación de Israel podía regresar a su tierra. Se nos dice que la Palabra de Dios se cumplió en eso. Usted puede apreciar, amigo oyente, que aquí la profecía se ha cumplido. Por lo menos, una cuarta parte de la Biblia fue de tipo profético cuando fue dada; de esa sección una gran parte ya ha sido cumplida. Este es uno de esos pasajes. Ahora, todas las cosas que habían sido profetizadas sobre el advenimiento del Señor Jesucristo, hay personas que dicen que hay unas 300 profecías. Nunca nos hemos detenido a contarlas, pero más de 300 profecías concernientes con la primera venida de Cristo al mundo han sido cumplidas literalmente. Su nacimiento fue profetizado - todo lo relacionado con eso. Eso lo vemos en el capítulo 2, del evangelio según San Mateo. Allí apreciamos que todo está dedicado al cumplimiento de la profecía. Se había dicho cuatro cosas sobre El: que nacería en Belén; que se llamaría Nazareno; que iba a ser llamado de Egipto y que habría mucho llanto en una pequeña ciudad al norte de Jerusalén. Ahora, cómo podía todo eso estan relacionado con el nacimiento de Jesús? El evangelista Mateo, dice que esta fue la manera en que todo fue unido y esa es la historia de Navidad, la profecía cumplida. Ahora, usted tiene aquí esta profecía cumplida; se ve a esta gente. Se da un decreto; se habían cumplido 70 años del cautiverio y ahora podían regresar a su país. Pero muy pocos son los que regresan. Escuchemos cómo comienza TTB Página 5 de Programa No. 0545

6 ese decreto, porque es algo muy importante; leamos el versículo 2, de este primer capítulo del libro de Esdras: Así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Ahora, quizá alguien diga: Bueno, este hombre está diciendo que a él se le han dado todos los reinos de la tierra. Así era en realidad, porque en esa época no existía muchos de los países que existen en el día de hoy. No había países en las Américas. En esos días en nuestros continentes no existían las naciones como las conocemos hoy. El se está refiriendo, pues, a todos los reinos que existían en aquel día. El era el principal rey de todos. Ciro era el más grande de todos los reyes. El podía haber entregado esa clase de decreto, él dijo: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra. Nos preguntamos, cuántos de los gobernantes actuales en el mundo civilizado de hoy reconocen que son ministros de Dios? Ellos han sido colocados en esas posiciones por Dios mismo, aunque ellos mismos no lo sepan. Dios ha permitido que lleguen a esos lugares tan prominentes. Y Ciro dice: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos. Queremos ahora, amigo oyente, que usted se de cuenta dé esta expresión un poco peculiar el Dios de los cielos. Ha notado usted, amigo oyente, que eso es algo diferente? Se menciona aquí en Esdras, también la leemos en Nehemías y en el libro de Daniel. Pero usted no lo encuentra antes de eso. Sabe por qué? Porque antes de eso, era el Señor o Jehová Dios que mora entre los querubines. La gloria Shekinah - la presencia visible de Dios, era una columna de nubes de día y una columna de fuego de noche. Eso era todo lo que se veía, pero era la presencia visible de Dios. Esa presencia visible de Dios los había dejado ahora. Usted recordará que habíamos sugerido de que los había dejado en realidad en la época cuando llegó al trono el TTB Página 6 de Programa No. 0545

7 hijo de Josafat, que según nuestra opinión fue uno de los peores reyes que haya existido. Ellos no pudieron haber tenido otro peor que él. Debería haber dicho que fue el hijo de Ezequías, él fue en realidad el peor de todos. No tuvieron ninguno después de él - no hubo ninguno tan malo después de él, porque él fue el último. El fue muy malo y se llamaba Manasés. Aparentemente la gloria los dejó durante su reino y esa gloria se elevó, se fue del templo. Ezequiel vio la visión. Se elevó del templo, se detuvo por un momento, como si estuviera esperando ver al pueblo de Dios volviéndose a Dios y apartándose de la idolatría. Pero ellos no lo hicieron, y entonces se elevó sobre la ciudad, pasó sobre las murallas y pausó nuevamente. Pero el pueblo no se volvió hacia Dios. Entonces la gloria Shekinah se elevó a la cumbre del monte de las Olivas y allí volvió a esperar. Pero la gente no se volvía a Dios y luego entonces la gloria del Señor se elevo hacia al cielo y no se volvió a ver. Pero un día entró al templo Alguien que había hecho un látigo de cuerdas y limpió ese lugar. La gloria Shekinah no era visible; estaba cubierta por la carne humana, pero era Él Dios manifestado en la carne. Él había dejado Su gloria cuando vino a este mundo a nacer en Belén. Pero la gloria estaba encubierta y la gente le rechazó y le crucificaron. Pero usted puede ver que durante este período, cuando la gloria de Jehová fue hacia el cielo, estuvo con Dios, porque es Dios mismo. Y hoy, Aquel que vino hace 2000 años encubierto en carne humana: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Como nos lo dice Juan, en el primer capítulo de su evangelio, versículo 1. En el versículo 14, del primer capítulo de Juan, dice: Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre). Ahora, cuándo ocurrió eso? En Belén. El estaba encubierto en un cuerpo humano. Por eso nos dice el versículo 18 del primer capítulo de Juan: A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer. El se mostró para que le pudiéramos ver, amigo oyente. TTB Página 7 de Programa No. 0545

8 El vino a este mundo, pero le crucificaron. Pero Él es el rey. Allá en el evangelio según San Mateo, leemos que Él nació como un rey y vivió como un rey; Él hizo milagros como un rey; enseñó como un rey. Le arrestaron como un rey y le hicieron juicio como un rey. Murió como un rey y fue sepultado como un rey. Resucitó como un rey y regresó al cielo como un rey. Volverá también un día como un rey. Él es el rey. Él es el Rey de reyes y Señor de señores. Y qué es Él hoy? Es importante que veamos que Él es el Señor Dios del cielo. Él está en el cielo. Y en este mismo momento en que usted está escuchando estas palabras, Él está a la diestra de Dios, Él es el Cristo viviente. Él nació hace más de 2000 años allá en Belén, un bebito que creció, se hizo hombre y murió. Pero resucitó. Y el Cristo glorificado hoy tiene un cuerpo glorificado. Y algún día aunque no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal cual Él es. Él es el Dios del cielo y nuestra esperanza está en Él. Quizá usted, amigo oyente, puede mirar lo que ocurre en el mundo, pero si usted hace eso, será como Simón Pedro y comenzará a hundirse. No mire al mundo sino mantenga su mirada en el Señor Jesucristo. Mírelo a Él, amigo oyente. Él puede sacarlo de cualquier situación que usted atraviese en este momento. Él es el Dios del cielo. Aun este rey Ciro reconoció que Dios le había dado a él los reinos de este mundo. El no ha hecho eso por usted ni por mí; por lo menos no en la forma en que lo hizo por Ciro. Pero usted recordará que cuando nosotros estábamos estudiando allá en la Primera carta del apóstol Pablo a los Corintios, se nos decía que todas las cosas son nuestras. La vida y la muerte; y el mundo, y Cristo, y Pablo y Apolos, todas las cosas son nuestras. Tenemos que hacer una elección, yo, por mi parte, he decidido seguir a Cristo, como si El fuera para mí uno de los mejores regalos que pudiera recibir. El Cristo viviente, el Señor Dios del cielo. Ahora, en los primeros seis capítulos de Esdras, tenemos como hemos mencionado, el regreso de Babilonia del remanente judío bajo el liderazgo de Zorobabel. En el primer capítulo, tenemos la restauración del templo TTB Página 8 de Programa No. 0545

9 por un decreto del rey Ciro, es decir, él dio un decreto para que tuviera lugar la restauración del templo. Leamos una vez más este versículo 2, para tener una mejor idea de cómo fue dado ese decreto: 2 Así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. (Esd. 1:2) Ahora, ya vimos que en este libro se llama a Dios, el Dios de los cielos. Y eso también ocurre en Nehemías, así como también en el Libro de Daniel. El es el Dios de los cielos. Este es el nombre por el cual Dios es conocido en esta serie de libros que hemos indicado. Fue el título que El tomó cuando quitó Su trono de la tierra, y cuando entregó a Su pueblo en las manos de los gentiles y los envió al cautiverio en Babilonia. Y como dijo Oseas, regresó a su lugar en los cielos. El abandonó el templo en Jerusalén, disolvió el poder teocrático, y llegó a ser el Dios de los cielos; y aun hoy El es eso para Su pueblo antigue. Y permanecerá así hasta cuando regrese a Jerusalén para establecer Su trono allí, como el Señor de toda la tierra; y Jerusalén, entonces, será la ciudad del gran Rey. Notemos ahora que este rey Ciro indica aquí algo de una manera muy definida. El dice: el Dios de los cielos... me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén. El está diciendo que el Dios de los cielos se lo había mandado. Este rey Ciro, aparentemente a través del ministerio de Daniel había llegado al conocimiento del Dios vivo y verdadero. Ahora, el versículo 3, dice: 3 Quien haya entre vosotros de su pueblo, sea Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá, y edifique la casa a Jehová Dios de Israel (él es el Dios), la cual está en Jerusalén. (Esd. 1:3) TTB Página 9 de Programa No. 0545

10 Usted puede notar que Dios le había mandado a él que hiciera esto, pero El no había mandado a la gente a que regresara a Jerusalén. A ellos se les dio permiso para hacerlo. Luego dice en el versículo 4: 4 Y a todo el que haya quedado, en cualquier lugar donde more, ayúdenle los hombres de su lugar con plata, oro, bienes y ganados, además de ofrendas voluntarias para la casa de Dios, la cual está en Jerusalén. (Esd. 1:4) Se le dio, entonces, permiso al pueblo para que regresara. A aquellos que no regresaban se les dijo que hicieran ofrendas de oro y plata, de bienes y de ganados, así como de otras cosas de valor que podían ayudar a aquellos que regresaban a Jerusalén para cumplir con ese mandamiento de edificar allí, de reedificar el templo. Ahora, los versículos 5 y 6, dicen: 5 Entonces se levantaron los jefes de las casas paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y levitas, todos aquellos cuyo espíritu despertó Dios para subir a edificar la casa de Jehová, la cual está en Jerusalén. 6 Y todos los que estaban en sus alrededores les ayudaron con plata y oro, con bienes y ganado, y con cosas preciosas, además de todo lo que se ofreció voluntariamente. (Esd. 1:5-6) Y aquí, amigo oyente, vamos a detenernos por hoy, porque nuestro tiempo ha concluido ya. Continuaremos, Dios mediante, en nuestro próximo programa y contamos como siempre con su muy valiosa sintonía. Será pues, hasta entonces, que el Señor bendiga su vida en forma especial, es nuestra ferviente oración! TTB Página 10 de Programa No. 0545