Ética y responsabilidad social en la ciencia Carolina Caicedo Díaz U.A.E.Méx. México

Transcripción

1 Ética y responsabilidad social en la ciencia Carolina Caicedo Díaz U.A.E.Méx. México El conocimiento forma parte fundamental del desarrollo cultural y socioeconómico sostenible de los individuos, las comunidades y las naciones, y debe concebirse y valorarse como un bien público y un derecho humano básico, lo cual exige de las instituciones de educación superior, un compromiso social. En las sociedades tradicionales las funciones del individuo eran bien definidas; había armonía entre la naturaleza, la sociedad y el hombre. La ciencia trajo consigo la desaparición de este marco tradicional, la ruptura del equilibrio entre el hombre y la sociedad y una profunda modificación del ambiente. Aunque no se debe culpar directamente a la ciencia, los progresos de la ciencia han sido muy rápidos, no así los éticos. En toda la historia de la humanidad, el ser humano ha procurado garantizar y mejorar su nivel de vida mediante el conocimiento y dominio del mundo que le rodea, es decir, mediante un desarrollo constante de la ciencia. Hoy se la tiene convicción de que una de las características del momento actual es la conexión, la interacción y el acondicionamiento mutuo de la sociedad con la ciencia. La ciencia es uno de los factores esenciales 155

2 del desarrollo social y está adquiriendo un carácter cada vez más intenso. El avance de la ciencia ha originado adelantos que conciben los nuevos problemas de la agenda ética (contaminación, riesgos nucleares, manipulaciones genéticas, entre otros) y, al mismo tiempo, se necesita de ellas para darles solución. Por lo que es necesario someter la actividad científica a un control moral, social y político. La sociedad debe recuperar su poder sobre la producción y el uso del saber tecno-científico, controlar el destino de la ciencia y la tecnología que está ahora íntimamente ligado al destino de la humanidad. Y, desde un punto de vista ético, opinar acerca de las decisiones funda- *mentales que comprometen su vida y futuro. El esfuerzo de la investigación e innovación de la ciencia debe ser un componente básico del quehacer del conocimiento, acompañado de la toma de conciencia sobre la importancia fundamental que reviste para el desarrollo social, cultural, económico y político, para la construcción de un desarrollo sostenible: compromiso de mejorar la calidad de vida humana respetando las capacidades de carga de los ecosistemas. 1 Para valorar la ciencia en la actualidad se impone comprender su relación con aquellos aspectos que definen al ser humano y su papel esencial en el proceso 1 Vallaeys, F. Responsabilidad Social Universitaria. Mc Graw Hill. México,

3 de humanización. Mantener la ciencia desarticulada de otros saberes impide resolver con éxito los problemas que enfrenta la humanidad y mucho más los que se refieren a la reflexión ética. La ciencia permite explorar la realidad, pero no es el único medio. Es parcial basarse en la naturaleza de la ciencia. Así como la sociedad actual enfrenta múltiples transformaciones en sus procesos socioeconómicos, la enseñanza enfrenta desafíos y dificultades relativos a la pertinencia de los programas, al acelerado crecimiento del conocimiento científico y tecnológico, al desarrollo de nuevas tecnologías de información y comunicación, y al papel que juega en el bienestar y desarrollo de la humanidad y del planeta Tierra. En los últimos años se habla de responsabilidad social como una dimensión ética que toda organización o institución deberá tener como visión y promover en su actividad cotidiana, se trata de encontrar un punto intermedio que promueva el respeto y la responsabilidad, dirigido a fomentar el compromiso voluntario con la responsabilidad social, agregándole los valores de cada uno de aquellos que decidan inclinarse por tal compromiso y que respeten las diferencias sociales, ambientales y culturales; de tal forma que este compromiso sea efectivo para encontrar el bienestar social que se busca. El compromiso asumido es voluntario, no una simple moda; es una verdadera convicción que busca la soli- 157

4 daridad para elevar la calidad de vida; razón por la cual debe fomentarse en los planes de estudio, para edificar esa cultura cívica que va estrechamente relacionada con la responsabilidad social, unida bajo un cúmulo de esfuerzos y acciones que ayuden a enfrentar las difíciles situaciones que se presentan en el mundo actual. Esta conciencia está ligada a elementos éticos y de formación. Se trata de una voluntad ética interesada en hacer las cosas bien para que se definan principios y valores como medidas de acción humana. Así, la ética y la responsabilidad social son un compromiso y servicio por las consecuencias de las acciones emprendidas; un diálogo y consenso entre todos los participantes y afectados, que sirven a los intereses de todos, permiten la retroalimentación, y a su vez aseguran la sostenibilidad y el equilibrio de las organizaciones o instituciones. La responsabilidad social es la teoría ética que una entidad, sea gobierno, institución, organización o individuo, tiene hacia la sociedad, en tanto compromiso y obligación, por lo que no puede seguir siendo concebida en el marco de las morales tradicionales. Esta nueva visión que el hombre debe tener hacia el mundo que lo rodea implica una nueva definición de la responsabilidad, en donde se involucran actores como los seres vivos y el planeta Tierra. La ética ha avanzado a través de los siglos conforme el ser humano ha reflexionado sobre las intenciones y 158

5 consecuencias de sus actos. De esas reflexiones sobre la naturaleza del comportamiento humano, ha surgido la necesidad de desarrollar una mayor y mejor conciencia de la dirección ética del pensamiento y la acción humana. Un lugar estratégico para instituir y promover la responsabilidad social de la ciencia se encuentra justamente en las instituciones educativas, porque en ellas convergen entre la producción del saber científico, la reproducción de este saber, es decir, la transmisión de conocimientos, la formación de los ciudadanos profesionales que socializan las ciencias y tecnologías, e informan al público sobre el quehacer científico. La universidad es un espacio social abierto al debate público, en el cual, se dan sólidos conocimientos dentro de un marco axiológico. Una de sus premisas más importantes es la responsabilidad social del conocimiento y la ética referida en torno a valores, que implica reconocer que no hay ninguna disyunción entre ciencia, ética y política, que nunca la hubo, y que por lo tanto, la actividad científica es una actividad social como cualquiera que, más que otra, necesita hoy ser cuidadosamente pensada y decidida, porque afecta tanto a los ciudadanos del mundo como al mismo ecosistema. La universidad, en su doble papel de productora de ciencia y educadora del profesional social-científico, articula sus esfuerzos con la sociedad civil, las empresas y los sectores público y privado. 159

6 Por ello los nuevos retos a los que la sociedad actual se enfrenta pasan por el ámbito de la ciencia y el conocimiento que todo profesional debe tener sobre ésta con el fin de tomar decisiones desde su campo de acción basados en su conocimiento en un marco ético. Asimismo, la finalidad de este compromiso, el cual es crear una conciencia sobre todos aquellos que creen que verdaderamente es factible tener una mejor sociedad, se logrará a través de la ayuda que cada uno como participante dentro del grupo socialmente responsable preste, la labor que cada participante desarrolla dentro del grupo al que pertenece, es decir, no únicamente la aportación económica o material que se pueda dar; sino observando la importancia de los valores y cómo éstos son los que impulsan a quienes han decidido participar en grupos comprometidos socialmente. La responsabilidad social se presenta como un desafío para las universidades, dado que este concepto implica que las instituciones universitarias se comprometen no sólo a formar buenos profesionales, sino también personas sensibles a los problemas de los demás, comprometidas con el desarrollo de su país, la inclusión social de los más vulnerables y la promoción del desarrollo participativo de la comunidad. Es necesario incursionar en la dimensión organizativa de las instituciones educativas, para encontrar ahí las posibles explicaciones y descubrir las 160

7 condiciones bajo las cuales se recuperan en la vida cotidiana los encargos sociales. Los avances científico-técnicos resuelven innumerables problemas teóricos y prácticos de carácter económico, político, social o medioambiental. Sin embargo, muchas de estas soluciones plantean nuevas interrogantes cuyas respuestas son vitales para el futuro de la humanidad. El deterioro de la naturaleza, las desigualdades sociales, las diferencias abismales entre los países pobres y los ricos en todos los órdenes, y los problemas económicos requieren del establecimiento de una globalidad humana, responsable y solidaria. Además de los riesgos, el desarrollo aporta nuevas formas de relación y nuevos valores. No se puede concluir que la tecnología sea buena o mala. Dependerá de la responsabilidad en el uso y del análisis preventivo de las consecuencias antes de tomar las decisiones. Una enseñanza que forme ciudadanos participativos y solidarios, que utilicen críticamente las nuevas tecnologías, ayudará a la construcción de una sociedad más justa, humana y sin exclusiones. Una vez más, el papel de la educación es vital. 161

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