PRINCIPIOS DE AUTORIDAD BÍBLICA II Autoridades Delegadas Romanos 13:1-14

Transcripción

1 PRINCIPIOS DE AUTORIDAD BÍBLICA II Autoridades Delegadas Romanos 13:1-14 Ahora vamos a revisar dentro de nuestro tema con respecto a la autoridad, lo que hemos llamado las autoridades delegadas, trataremos el tema con respecto a las autoridades que Dios ha delegado para gobernar la humanidad dentro de los diferentes estratos sociales. En el estudio anterior establecimos todo lo relativo al origen de la autoridad, así como la manera en que se introdujo en el mundo la rebeldía de parte de Satanás, y más que todo conocimos la victoria que viene al mundo, con lo cual hoy podemos obedecer a la autoridad: LA OBEDIENCIA A CRISTO. La naturaleza rebelde del hombre es lo que nos hace creer que podemos obedecer a Dios sin someternos a las autoridades delegadas por él. Pero ya Dios ha declarado en Romanos 13:1-2 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Debe estar claro que el tema que comenzamos a desarrollar, es un tema de suma importancia para la victoria de nuestra vida cristiana y más que todo, de nuestra vida espiritual y congregacional. I. LAS AUTORIDADES DELEGADAS II. CREDENCIALES DE AUTORIDAD III. CUALIDADES PARA SER AUTORIDAD Con este bosquejo podremos analizar las cosas más importantes de este tema, esperando que cada uno pueda vivir la vida cristiana dentro del rol en que debemos vivirla, ya como autoridad, ya como siervo que obedece a su Señor, ya como creyente que debe estar sometido a todos en el temor de Dios. Veamos lo que Dios dijo a Nabucodonosor (parafraseando): Serás humillado hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da quien él quiere (Dn. 4:32). I. LAS AUTORIDADES DELEGADAS A. LAS AUTORIDADES ESTABLECIDAS EN EL HOGAR

2 Iglesia de Convertidos a Cristo 2 1. Esta demanda de obediencia se da para cada individuo de manera personal. Cuando el texto dice: Sométase TODA persona... Romanos 13:1, aquí se está demandando de forma particular, que cada uno debe buscar someterse a su autoridad, sea cual sea a la que debe someterse. 2. Si honramos a toda autoridad establecida por el Señor, nosotros en nuestro rol seremos también respetados como autoridad, el día en que Dios nos ponga como tal, pues sabiendo estar sujetos aprenderemos lo que significa estar en autoridad y lo que representa la autoridad para nosotros, ya que estuvimos en este posición y supimos someternos. 3. La familia es el núcleo inicial por donde se inicia la cadena de la autoridad. 1 Corintios 11:2-3 dice: Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y retenéis las instrucciones tal como las entregué. Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo. 4. Asimismo el Nuevo Testamento declara que: Las casadas estén sujetas a sus maridos (Ef. 5:22-24). Los hijos a los padres (Ef. 6:1-3 y Col. 3:20-21). Los siervos a sus amos terrenales (Col. 3:22; Ef. 6:5-7; Tito 2:9-10). B. LAS AUTORIDADES ESTABLECIDAS EN LA IGLESIA 1. Deben ser establecidas y consideradas como tales. 1 Tesalonicenses 5:12-13 declara: Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan; y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros. Este texto de la palabra nos llama a reconocer el trabajo pastoral, a estimarlos y amarlos. 2. Las autoridades eclesiásticas deben ser tratadas con doble honor como nos dice 1 Timoteo 5:17 Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar. Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario. Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos.

3 Iglesia de Convertidos a Cristo 3 3. Debemos sujetarnos a ellos, por la naturaleza de su servicio y por causa del Señor, además de que es de beneficio para la misma iglesia. Leamos esto: Os ruego que os sujetéis a personas como ellos, y a todos los que ayudan y trabajan. 1 Corintios 16:16. Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso. Hebreos 13:17. C. LAS AUTORIDADES ESTABLECIDAS EN EL MUNDO 1. Estas autoridades son representantes de la autoridad divina en el mundo en que vivimos, por tanto debemos sujetarnos a ellas. El texto dice: Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. Romanos 13:1. Por otro lado también se nos aconseja: Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen el bien. Porque esta es la voluntad de Dios. 1 Pedro 2: Las autoridades civiles recibieron la autoridad de parte de Dios desde Génesis 9:6, cuando Dios confirió a Noé el derecho de ejercer la ley como autoridad sobre el hombre. Por esto pudiésemos decir, que Dios confirió a Noé la facultad o más bien la potestad, de regir y sojuzgar sobre todo lo creado que había permanecido luego del diluvio. 3. Estas autoridades deben ser respetadas y honradas como lo que son: En Tito 3:1-3 dice: Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres. Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros Pedro 2:9-12 también recalca que nunca debemos proferir juicio de maldición contra ninguna autoridad y mucho

4 Iglesia de Convertidos a Cristo 4 menos, actuar despreciando el señorío que ellos tienen sobre nosotros. Aquí se nos dice que quienes tal hacen, son Atrevidos y contumaces los cuales recibirán su castigo en el día del juicio de Dios por su desobediencia y su rebeldía. II. CREDENCIALES DE AUTORIDAD A. LAS CREDENCIALES SON DADAS POR DIOS EN SU REVELACIÓN 1. Como todo representante de Dios, las autoridades delegadas, tienen las credenciales dadas por Dios mismo para probar su autenticidad. Si analizamos Números 12:1-15 y Éxodo 3:1-12 veremos lo que dice Dios con respecto a este tema, así como comprobaremos que es Dios mismo el que habló directamente a Moisés y le comisionó para hacer su obra, dándole las credenciales que necesitaría delante del Faraón. 2. En el caso de la rebelión frente a la autoridad de Moisés, ejecutada por Aarón y María (Nm. 12), Dios no permitió que los hermanos de Moisés, ni ningún otro de su pueblo, profiriera juicio de maldición contra la autoridad puesta por él, sin quedar libre de su juicio. Esto evitaría que siguieran la crítica contra la autoridad y les llamó a ambos (Nm. 12:6): Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Después de esto vemos a María leprosa por su pecado. 3. Vemos aquí que al instante, Dios les declaró en el tabernáculo de reunión a Aarón y a María su indignación por su rebelión, en el hecho de que tomaron en su boca a su líder Moisés para enjuiciarlo en la manera en que lo hicieron. Aún fuesen ellos hermanos en la carne de la autoridad a quien criticaban, Dios no les permitiría hacer lo que estaban haciendo, por esto los juzgó y castigó con severidad (Nm. 12:6-9). B. LAS CREDENCIALES SON LA DEFENSA DE LA AUTORIDAD 1. Moisés no escuchó las palabras denigrantes que contra él profirieron sus hermanos (Números 12:1-2). Nada más esperó que Dios le defendiera, porque estaba seguro que Dios

5 Iglesia de Convertidos a Cristo 5 mismo, tarde o temprano juzgaría todo acto de rebelión y crítica malsana en contra de sus líderes. Es bueno recordar también la actitud del Rey David cuando vivió tal ataque de sus adversarios (Sal. 38:12-15). 2. Moisés nunca se defendió ante las críticas de sus hermanos. Sepamos que El que se vindica a sí mismo, no conoce a Dios. La autoridad y la defensa propia son incompatibles, recordemos el ejemplo de Jesús el cual nunca se defendió, aún cuando contra él se dijeron toda clase de barbaridades y blasfemias (1 P. 2:21-25). 3. Moisés fue reconocido como un hombre manso por el mismo Dios. Entre su acusación y la defensa que Dios hizo de él, estuvo presente la mansedumbre de su carácter, la cual fue evidenciada en el (v. 3) cuando dice: Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra. C. LAS CREDENCIALES DEBEN SER CONOCIDAS POR LA AUTORIDAD 1. Debemos saber que toda autoridad viene de Dios. Una verdadera autoridad debe representar dignamente a Dios y debe esperar que sea él que le honre como tal; por lo que nunca debe presumir de esa autoridad, sino ser manso y humilde. Por lo tanto, nunca trate de establecer su propia autoridad. (Por ejemplo: maridos o pastores que reclaman autoridad sin ganársela). 2. Debemos saber que representamos la autoridad divina. Es por esta causa que los que estamos puestos como autoridad, debemos negarnos a nosotros mismos para ejercer la función para la cual Dios nos ha escogido en mansedumbre y humildad. Recordemos que nosotros vamos a representar su autoridad, no a sustituirla. 3. Para ejercer una verdadera posición de autoridad, debemos mantener una comunión constante con nuestro Señor. (Jn. 5:19 y 30) nos declara una expresión que debe ser tenida en cuenta por todos aquellos hijos de Dios que quieren tener bendición en su vida, recordemos que Jesús dice: No puedo yo hacer nada por mí mismo. Él sabe que debe estar

6 Iglesia de Convertidos a Cristo 6 sometido a Dios el Padre, quien es también nuestra autoridad superior. III. CUALIDADES PARA SER AUTORIDAD Dios nunca dará credenciales de autoridad a aquellos que no posean las cualidades por él establecidas para serlo. A. LA DE LOS MARIDOS 1. Amad a vuestras mujeres como a vosotros mismos (Ef. 5:22, 23, 28, 33) - (No hay autoridad con honra si no se cumple previamente el requisito de Dios). El amor de Cristo es el parámetro para nosotros amar y ser verdadera autoridad. 2. Un marido cristiano tiene necesariamente que ser autoridad amando a su mujer como a su mismo cuerpo, para que de esta manera la autoridad impuesta en el hogar se gane a través del amor que él dispensa a su esposa. Tomando siempre el ejemplo de Cristo con su iglesia. B. LA DE LOS PADRES 1. No provoquéis a ira a vuestros hijos (Ef. 6:4,9). Dios reclama de nosotros dominio propio y consistencia en la corrección que como autoridad, debemos dar a nuestros hijos, (DISCIPLINA+AMOR = PROTECCIÓN). 2. Todo padre que ama a sus hijos y pretende ser autoridad para ellos, tiene que amarlos y debe mostrar su amor en la medida en que se erige como una autoridad amante, comprensiva y firme en su corrección. C. LA DE LOS AMOS 1. No amenazar ni provocar a los siervos (Ef. 6:9). Cuanto más una persona tiene autoridad, menos arrogante y amenazadora es. El que grita para que le respeten está demostrando con esa actitud que no tiene autoridad. D. LA DE LOS PASTORES O ANCIANOS DE LA IGLESIA

7 Iglesia de Convertidos a Cristo 7 1. En (1 Ti. 3:1-7 y Tito 1:5-9), se nos dan los requisitos indispensables para que un pastor tenga autoridad delante de su grey. Una cualidad indispensable es el dominio de sí mismo. 2. Otra cosa que le sigue es que sepa gobernar bien su propia casa. Recordemos que ser ejemplo es la base de la autoridad (1 P. 5:2-6), procuremos entonces ser mansos y humildes de corazón. E. LOS GOBERNANTES 1. En ninguna parte del Nuevo Testamento hay alguna instrucción detallada sobre como ser gobernante, lo que nos indica que Dios ha entregado a los hombres que él quiere los gobiernos de este mundo y sólo espera que aquellos que gobiernen en esta tierra busquen su sabiduría, si es que pretenden hacerlo bien. 2. Sólo en el Antiguo Testamento Dios demandó a los gobernadores de su pueblo, regir con rectitud, imparcialidad, justicia y cuidado de los pobres, de tal manera que los gobernados apreciaran lo que Dios les había impuesto. 3. Por lo tanto, si alguna vez piensas en ser autoridad gubernamental busca estos principios y la sabiduría de Dios y mientras seas gobernado, ora por los que nos gobiernan para que Dios tenga misericordia y les dé esa sabiduría que necesitan para hacerlo bien. CONCLUSION Y APLICACIÓN: La autoridad, pues, no consiste en imponerse ante los que deben estar sometidos, sino en servir humildemente y con mansedumbre. Dentro de la iglesia cristiana nunca debe darse la autoridad a aquellos que procuran ejercerla, sino a aquellos que cumplen con los requisitos establecidos por Dios y a la vez, son reconocidos líderes piadosos porque sirven con el espíritu que Dios demanda y desean darle la gloria a Dios en todo lo que hacen en su obra (1 P. 5:1-3).