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Ana Bustamante Sosa
hace 5 años
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1 La transitoriedad: en homenaje a Sigmund Freud Adriana Pérez Buenos Aires, 8 de enero de 2011 Ante todo y dado que este es tu primer programa en esta emisora quiero nuevamente agradecerte la invitación a participar con una columna en tu programa de radio. Antes de desarrollar la idea de hoy me parece conveniente presentarme. Como bien, dijiste, soy psicóloga, mi formación es desde el psicoanálisis, y desde allí pienso. Me parece que el psicoanálisis es capaz de aportar una visión novedosa aun cuando ha sido inventado hace más de 100 años por Sigmund Freud. Mi reflexión de hoy, que quiero compartir con Uds. se refiere a los inicios, los cuales no son sin los finales. Estamos en el inicio del año, de un nuevo año, el 2011; estamos en el inicio del ciclo de tu programa en esta emisora, es decir en un nuevo comienzo. Los comienzos no son sin los finales. Y es sabido que para muchos, los finales, albergan tristezas o están asociados a sentimientos de tristeza o añoranzas. En algunas personas estos sentimientos llegan a tal intensidad que los lleva a dudar del sentido, del valor, de aquello que tanto aprecian. Se formulan la pregunta de qué sentido tiene tal o cual cosa si se va a terminar, si no va a ser para siempre Otros se angustian enormemente ante la

2 finalización de algún ciclo, por ejemplo, y cuándo termine el secundario qué hago? Y cuando me reciba en la universidad qué? Y después qué? Freud describe esto en un texto, que se conoce como La transitoriedad que dice así: Hace algún tiempo, en compañía de un amigo taciturno y de un poeta joven, pero ya famoso, salí de paseo, en verano, por una riente campiña. El poeta admiraba la hermosura de la naturaleza que nos circundaba, pero sin regocijarse con ella. Lo preocupaba la idea de que toda esa belleza estaba destinada a desaparecer, que en el invierno moriría, como toda belleza humana y todo lo hermoso y lo noble que los hombres crearon o podrían crear. Todo eso que de lo contrario habría amado y admirado le parecía carente de valor por la transitoriedad a que estaba condenado. A ellos les digo, junto con Freud y el psicoanálisis, que es porque hay finales que hay posibilidad de comienzos. Las cosas en la vida son valiosas justamente porque son finitas, es decir, porque se terminan. En cierto sentido su valía, su valor, reside en su finitud. Un ejemplo de esto es la vida misma, si la vida es valiosa, es porque es finita, no infinita, lo mismo pasa con el tiempo, el dinero Estos nunca sobran, siempre faltan. En esto reside parte de su valor. Es decir si la cosa

3 tiene sentido es porque de lo que podemos estar seguros es de que en algún momento se termina. Podríamos pensar innumerables ejemplos que avalen estas líneas. Acaso la música, las canciones, las voces, no hallan su valor justamente, porque su disfrute dura un lapso de tiempo?, en la música tan solo unos minutos, por eso más hermoso. Poder pensar en que por los finales puede haber nuevos comienzos, no solo da valor a las cosas de la vida, sino que también nos alivia con las cosas indeseables que tiene la vida. Por ejemplo nos duele una parte del cuerpo, seguramente duele un poco menos si confiamos que el dolor, no será eterno, terminará, antes o después. Siempre recuerdo una charla de hace algunos años con una conocida: esta estaba embarazada, a punto de parir su primer hijo, y se encontraba asustada por el dolor de las contracciones durante el trabajo de parto. Logró aliviarse del susto cuando pudo formularse la pregunta de qué podía significar algunas horas de dolor en toda una vida? Qué la alivió? Pensemos: pensar en las horas de dolor? O que si eran solo algunas horas, no era eterno el dolor, solo algún par de horas. Es decir que la cosa se iba a terminar.

4 Entonces que la cosa no sea eterna, no solo otorga más valor a lo deseable de la vida, sino que al mismo tiempo nos brinda la confianza de que aquello no deseable de la vida, seguramente hallará su fin. Las cosas solo pueden perder sentido y valor, cuando se nos tornan ilusoriamente eternas. Hay una película que tiene muchos años, de la cual se armó como una especie de saga, la primera de la saga, se llamo, Highlander: el inmortal. El argumento consistía en que había algunos hombres en la tierra que eran inmortales, que solo podían morir si otro inmortal les cortaba la cabeza. La leyenda afirmaba que al último inmortal que quedase, luego de que los otros perdieran la cabeza, se le otorgaría la gracia de convertirse en mortal. Pues bien, la vida de estos hombres consistía en cazarse unos a otros con el fin de poder ser el último y entonces obtener la gracia de poder vivir una vida mortal. La película muestra como la vida solo es vida en tanto es mortal. Estos inmortales, nada vivían, pues su único objetivo era cazar a los otros con el fin de obtener la gracia de la vida. Les propongo entonces: festejemos por los ciclos, tiempos, momentos, terminados, cumplidos, al fin y al cabo de eso se trata en los cumpleaños, festejar los años cumplidos, ya pasados, y brindemos por la posibilidad de

5 nuevos comienzos. Por lo tanto les propongo, brindemos por este ciclo que iniciamos!!

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