MANEJO DE ENFERMEDADES DE CULTIVOS HORTÍCOLAS MEDIANTE MÉTODOS BIOLÓGICOS Y BIORRACIONALES

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1 MANEJO DE ENFERMEDADES DE CULTIVOS HORTÍCOLAS MEDIANTE MÉTODOS BIOLÓGICOS Y BIORRACIONALES Dr. Raymundo Saúl García Estrada. Investigador del Área de Fitopatología: CIAD Unidad Culiacán. rsgarcia@cascabel.ciad.mx. EL CONTROL BIOLÓGICO EN FITOPATÓGENOS El control biológico y natural ha sido definido como la disminución de la cantidad de inóculo de una enfermedad causada por un patógeno a través de uno o más organismos o por el hombre. Existe numerosa información que describe una gran variedad de mecanismos por medio del cual los organismos dificultan la actividad dañina o patogénica. En general en el caso de enfermedades pueden ser resumidos en la antibiosis, parasitismo y predación, así como competencia. En la naturaleza el control biológico se produce de forma natural, de tal forma que su aplicación en la agricultura comercial primeramente debe conocer los mecanismos de la interacción entre un patógeno y/o un insecto y los microorganismos antagonistas para poder así modificar el equilibrio entre poblaciones. En algunos sistemas de producción agrícola como en invernadero, el ambiente puede ser manipulado para favorecer el control biológico natural, o los organismos pueden ser introducidos y conservados mediante una apropiada tecnología. Se debe asegurar que un organismo de biocontrol es competitivo en su ambiente y que toleren a los pesticidas utilizados dentro de un paquete de manejo integrado para el control de otros organismos productores de enfermedades, de las malas hierbas y de los insectos. Un camino evidente y lo más ideal para lograr el control biológicolo antes señalado es el aislamiento de microorganismos en cada área agrícola o país, posteriormente aumentar por cultivo su población y finalmente introducirlo en una especie cultivada amenazada por el patógeno o por la plaga. En la actualidad se reconocen tres formas de control biológico que son la antibiosis, el parasitismo y la competencia, comprendidas en las siguientes ocho variantes: antibiosis, capacidad de competencia saprofítica, la fertilización orgánica de los suelos, protección cruzada, hiperparasitismo, hipovirulencia, alelopatía, y suelos supresivos. Las distinciones entre estos conceptos pueden ser imprecisas así como en algunos casos presentar mucha coincidencia. De igual forma, muchos microorganismos utilizados en el control biológico pueden actuar en más de una forma. Al respecto, diferentes especies de Trichoderma, pueden producir antibiosis, competencia, hiperparasitismo y participar activamente en los suelos supresivos. La integración de más de una forma de control biológico y la posterior incorporación de este control a los otros métodos de manejo integrado (resistencia genética, prevención de enfermedades, uso de pesticidas, limpieza del material de plantación, etc.), es semejante a la resistencia vertical que viene determinada por un factor único.

2 ATERNATIVAS ORGÁNICAS Los hongos, bacterias y nematodos son microorganismos que pueden atacar a las plantas ocasionando grandes pérdidas en cultivos comerciales. Se estima que alrededor de un 30% de las pérdidas precosecha y otro 30% de las pérdidas poscosecha se relacionan con los daños que causan los microorganismos fitopatógenos; no obstante, en muchas ocasiones dichas pérdidas pueden llegar a ser totales. Para el control de las enfermedades fungosas, bacterianas y por nematodos se han utilizado tradicionalmente fungicidas sintéticos. Sin embargo, a partir de 1997, debido principalmente a los efectos adversos que se han observado en el ambiente y la salud del hombre, se empezó a implementar políticas de inocuidad alimentaria tendientes a evitar al máximo el uso de plaguicidas que representen riesgos para la salud del consumidor. Por otro lado, se ha observado que el uso continuo de ciertos fungicidas es cada vez menos efectivo debido a la aparición de cepas resistentes de los diferentes fitopatógenos. Es por ello, que ha cobrado importancia el uso de alternativas orgánicas que sean efectivas contra estos microorganismos. Sin embargo, en el momento actual, existen pocos productos orgánicos efectivos para el control de hongos, bacterias y nematodos fitopatógenos, reportados en trabajos de investigación serios. Dentro de los agentes de control biológico para enfermedades de plantas sobresalen: Trichoderma spp, Bacillus subtilis y B.esteaerotermophilus y otras especies de Bacillus, Paecilomyces, y Gliocladium entre otros. Entre las sustancias naturales que se han señalado para el control de algunos tipos de hongos, bacterias y nematodos, se encuentran algunos compuestos de minerales naturales los aceites vegetales y mineral hortícola, extractos de plantas como el neem (Azadirachta indica) y cola de caballo (Equisetum arvense) entre otras. Actualmente las enfermedades de las plantas son combatidas principalmente con productos a los cuales los microorganismos han creado resistencia (fungicidas, bactericidas y nematicidas). Un grupo de ellos, que presentan poco riesgo de aparición de cepas resistentes son los productos a base de azufre micronizado, triturado o sublimado. Se han reportado algunos estudios que parecen indicar que es posible controlar, y a veces desaparecer la enfermedad provocada por estos hongos, utilizando productos químicos muy simples, tales como bicarbonatos de sodio y potasio, silicato de potasio (sílice), aceites minerales, y mediante la aplicación de extracto acuoso de cola de caballo (Equisetum arvense) y aceite de semilla de neem (Azadirachta indica). Los productos anteriores podrían utilizarse de manera libre en agricultura orgánica, ya que no representan riesgos para la salud. El uso de bicarbonatos para el control de cenicilla fue reportado por vez primera en Según esos estudios, el uso de bicarbonato de bicarbonato de sodio fue efectivo en el control de cenicilla en pepinos, berenjenas y fresas, sugiriéndose una aplicación semanal de una solución acuosa al 0.2%. En 1990, se publicaron resultados sobre el uso de este mismo producto en rosas. En este caso la dosis más efectiva fue 0.5%. En otro estudio realizado en la Universidad de Cornell se encontró que una solución de bicarbonato de sodio al 0.5% más un aceite mineral al 0.5%, reducían drásticamente la incidencia cenicilla en la hoja de calabaza. También se observó que esta mezcla era efectiva contra Urocladium en pepino y Alternaria en melón. El modo de acción de los bicarbonatos aún no es conocido, pero se

3 cree que actúa por contacto, destruyendo la membrana celular de los hongos. Un exceso del producto (mayor de 1%) puede ser dañino a la planta también. Elmer et al,. Evaluaron en 1997 el uso de una mezcla de bicarbonato de sodio y aceite mineral en calabacita, calabaza dura y melón cantaloupe, encontrando una disminución significativa en la presencia de mildiú polvoriento. El mismo año, Fallik et al., encontraron buenos resultados utilizando soluciones de bicarbonato en el control de cenicilla provocada por Laveillula taurica en plantas de chile morrón. Los silicatos también han sido señalados como agentes químicos naturales que detienen el crecimiento de varios tipos de cenicilla. En este caso una forma soluble, el silicato de potasio parece ser el responsable de la acción fungicida. Los silicatos se encuentran abundantemente en la arena y en algunas plantas como Equisetum arvense, que contiene hasta un 7% de este elemento. Se ha comprobado que el silicio juega un rol muy importante en la nutrición de las plantas. Por otro lado, ha sido demostrado que el suministro de este elemento en las dosis adecuadas tiene un efecto benéfico sobre la resistencia de las plantas a las enfermedades, especialmente las ocasionadas por hongos e insectos. También favorece la respuesta frente a los estreses de tipo abiótico e incrementa el crecimiento de algunos tipos de plantas. En estudios con fertilización en pepino, se ha encontrado que concentraciones de 100 ppm de este elemento, redujeron hasta en un 98% la incidencia de cenicilla. Las aplicaciones foliares de una forma de silicio, la mica clorita, también han demostrado ser efectivas en el combate de cenicilla en pepino y uvas. Los aceites minerales y vegetales han mostrado ser efectivos para el control de algunos hongos. En pruebas con rosas, se encontró que un aceite mineral de uso hortícola, aplicado semanalmente en concentración 0.3%, reduce drásticamente la incidencia de cenicilla. Lo mismo sucedió con algunas cucurbitáceas en las cuales se encontró una marcada disminución de los síntomas ocasionados por el patógeno. En otros aceites de tipo vegetal, tales como el de jojoba, neem, canela y oliva, también se han observado efectos similares. El aceite de neem merece atención aparte porque este derivado de la semilla del árbol del neem (Azadirachta indica) ha demostrado poseer propiedades fungicidas en plantas, aparte de su reconocido valor como nematicida, insecticida y medicinal. Se encontró que este producto es eficaz en el control de cenicilla, en una concentración de 0.052%, (expresada como % de azadiractina). Igualmente, Meisler [citado por Kuepper y Thomas, 2002] recomienda su uso para el control de esta enfermedad. La planta conocida como cola de caballo (Equisetum arvense) ha sido reportada como efectiva para el control de cenicilla en pepino. Esta planta es rica en silicio y compuestos fenólicos y su acción fungiestática y fungicida podría deberse a una combinación de ambos factores. La infusión acuosa de esta planta parece ser una forma efectiva de uso.

4 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS SELECTAS Baker, R Biological control: An overview. Can. J. Plant Pathol. 8: Chet, I Trichoderma-Application, mode of actino, and potential as a biocontrol agent of soilborne plant pathogenic fungi. Pages in: Innovative Approaches to plant Disease Control. I. Chet, ed. John Wiley & Sons, New York. Davis, D Partial control of Fusarium wilt in tomato by formae of Fusarium oxysporum. Phytopathology 58: Davis, E. F The toxic principle of Jungla nigran as identified with synthetic juglone, and its toxic effects on tomato and alfalfa plants. Am. J. Bot. 15:620. Beben, M. H., and Spencer, D. M The use of antagonistic organism for the control of black root rot of cucumbe. Ann. Appl. Biol.. 89: Fravel, D. R Role of antibiosis in the biocontrol of plant diseases. Annu. Rev. Phytopathol. 26: Jarvis, W. R., and Torpe, H. J Control of Fusarium foot and root rot of tomatoes by soil amendment with lettuce residues. Can. J. Plant Pathol. 3: Jarvis, W. R., Shaw, L. A., and Traquair, J. A Factors affecting antagonism of cucumber powdery mildew by Stephanoascus flocculosus and S. rugulosus. Mucol. Res. 92: Kasenberg, T. R., and Traquair, J.A Allelopathic biocontrol of Fusarium crown and root rot in greenhouse tomatoes. (Abstr.) Can. J. Plant Pathol. 9: 280. Kasenberg, T. R., and Traquair, J.A Lettuce siderophores and biocontrol of Fusarium rot in greenhouse tomatoes. (Abstr.) Can. J. Plant Pathol. 11: 192. Cohl, J., and Schlosser, E Decay of sclerotia of Botrytis cinerea by Trichoderma spp. at low twmperatures. J. Phytopathol. (Berlin) 125: Linderman, R. G Organic amendments and soil-borne diseases. Can. J. Plant Pathol. 11: Magie, R. O Fusarium disease of gladioli controlled by inoculation of conms with non.pathogenic fusaria. Proc.Fla. State Hortic. Soc. 93: Marois, J. J., Mitchell, D. J., and Sonoda, R. M Biological control of Fusarium crown rot of tomato under field conditions. Phytopathology. 71:

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