20/11/2017. San Salvador, El Salvador, C.A.

Transcripción

1 Informe de la situación de la niñez y adolescencia en El Salvador Emitido por la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD), ante la visita de trabajo a El Salvador de la comisionada Margarette Macaulay, Relatora para los Derechos de las Mujeres de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) 20/11/2017 San Salvador, El Salvador, C.A.

2 El Salvador ha avanzado de manera significativa en los últimos años en la ampliación de los derechos del niño y la niña. Ejemplo de su rol son: 1. La adopción de la Convención de los Derechos del Niño y Niña desde hace 27 años; 2. La aprobación de la Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia (LEPINA) que establece un nuevo paradigma de protección integral y reconocimiento de los y las niñas como sujetos de derecho plenos. 3. La aprobación de La Ley Especial de Adopciones, norma que tiene por objetivo regular la adopción como una institución que garantiza el derecho y el interés superior de las niñas, niños y adolescentes a vivir y desarrollarse en el seno de una familia, asegurando el bienestar y desarrollo integral 4. Otro avance ha sido las recientes reformas al Código de Familia, que prohíbe el matrimonio infantil. Antes de las reforma, esa excepción en el Código de Familia facilitaba que niñas o adolescentes se casaran con adultos si la adolescente estaba embarazada o si tenía un hijo en común con su pareja, evadiendo así una sanción penal en el delito de estupro o violación sexual. No obstante esos avances, nuestro país debe ser congruente en el ámbito interno, pues, la niñez y adolescencia todavía experimentan brechas entre el derecho formal y su ejercicio efectivo. Las distintas formas de violencia es uno de los desafíos más importantes para un sistema de protección integral y eficaz. Es preocupante que cada día desaparece una niña, un niño o adolescente en el país. Datos de la Policía Nacional Civil y recopilados por el Observatorio de los Derechos de la Niñez y Adolescencia, indican que desde enero al 15 de julio de 2017, se registraron 861 desapariciones a nivel nacional; un promedio de cuatro personas desaparecidas cada día. El 22% son adolescentes de 12 a 17 años; el 40% son jóvenes de 18 a 30 años, sumando ambos grupos el 61%. Por género, 29.61% son del género femenino y 70.38%, son del masculino. Desde agosto de 2013 hasta el 3 de octubre de 2017, la Fiscalía General de la República reportó 313 casos de personas menores de edad desaparecidas. De estos, 168 son del género femenino, mientras que 145 del masculino. De la misma manera, la Policía Nacional Civil, registra homicidios en personas menores de edad. En el año 2016 fueron asesinados 540, representando más del 10% de los 5,278 homicidios en todo el país. La gran 1

3 mayoría de los asesinatos el 95%, eran adolescentes entre los 12 y 17 años de edad. La tasa de homicidios para este rango de edad se situó en 67,4 casos por cada 1000,000 habitantes. La tasa de homicidios oficial en El Salvador para el 2016 fue de 81,2 por cada 100,000 habitantes. En relación a los suicidios, al rededor del 15% de los ocurridos en el país en los últimos cinco años, son de niñez y adolescencia; en la mayoría de éstos no se conocen las causas por parte del Instituto de Medicina Legal, IML. Datos de ese Instituto indican que en el periodo , 366 niños, niñas y adolescentes de 10 a 19 años, se suicidaron por diversos motivos. Es difícil establecer de manera aproximada las causas predominantes, debido a que casi en la totalidad de los casos no llegan a establecerse las causas, sin embargo, entre los factores que precipitaron el suicidio están la depresión, conflictos de pareja, embarazo no deseado y abuso sexual. En los niños y adolescentes, figuran causas similares, a excepción del abuso sexual y embarazo no deseado, pero es preocupante que el IML reporta niños de 10 a 14 años inmersos en alcoholismo como factor precipitante. En lo que al fenómeno de abuso sexual se refiere, las autoridades registran que el primer semestre de 2017, el 79% de abusos sexuales fue cometido en contra de personas menores de 17 años, donde las niñas y adolescentes son las que sufren mayor abuso. La Policía Nacional Civil, PNC, registró entre el período de enero a junio de 2017, un total de 1,948 denuncias por diferentes delitos sexuales. Los delitos denunciados son: Violación, agresión sexual, agresión sexual agravada, agresión sexual en menor e incapaz, estupro, estupro por prevalimiento y violación en menor e incapaz, de los cuales, violación en menor e incapaz fue el más denunciado con 47.95%. También es importante señalar el maltrato contra la niñez y adolescencia. En El Salvador más de la mitad de hogares utilizan alguna forma de castigo psicológico o físico contra la niñez. En cifras, alrededor del 52% de niñez entre 1 a 14 años es disciplinada de forma violenta; el 39%, con castigo físico y el 32% con agresión psicológica, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud Estos regímenes autoritarios llevan a una naturalización de la violencia en la sociedad, convirtiéndose en el patrón de conducta no solo a nivel público, sino en las relaciones institucionales, privadas y familiares. De enero a mayo 2017, las Juntas de Protección recibieron 5,311 casos por presunta amenaza o vulneración a derechos de niñas, niños y adolescentes. El 65.80% fueron niñas y adolescentes y el 29.55% niños y adolescentes masculinos. En el área de salud, se evidencia que cuatro niñas abandonan la escuela cada día por situación de embarazos. Datos de la Política de Equidad e Igualdad de Género 2

4 del Ministerio de Educación, indican que en el periodo 2012/2015, 5,335 estudiantes se retiraron del centro educativo por motivos de embarazo. Esta cifra indica un promedio de 1,333 estudiantes cada año. Al dividir esa cantidad en los años lectivos según los 10 meses del calendario escolar, indica que mensualmente 133 se retiran de clases por esta causa, o mejor dicho más de cuatro cada día. De igual forma, el Observatorio de los Centros Educativos del Ministerio de Educación, MINED (2015) revela que en 538 de los 5,132 centros escolares se presentó el embarazo como una de las principales causas de deserción escolar. El estudio sobre maternidad y uniones en niñas y adolescentes, realizado por MINSAL y UNFPA (2015), indica que solo la cuarta parte de las niñas y las adolescentes que abandonan la escuela a causa de embarazo retornan a sus estudios después del parto. En 2015, el Ministerio de Salud registró 83,478 embarazos en todo el país, de estos 25,132 fueron de niñas y adolescentes entre 10 y 19 años, lo que representa el 30%. Además, cada día, quedaron embarazadas 69 niñas y adolescentes, es decir 3 embarazos cada hora (UNFPA, MINSAL, 2015, pág. 6). Finalmente, podemos decir que camino a los 30 años desde que el Estado de El Salvador ratificó la Convención de los Derechos del Niño, tenga a bien retomar las siguientes propuestas a efectos de recomendarle: 1. Fortalecer la institucionalidad del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, para la disminución de los homicidios en contra de personas menores de edad, que requieren de protección integral. 2. A las autoridades correspondientes atender las desapariciones y otras amenazas a la vida y la integridad personal de la niñez y adolescencia de manera coordinada y oportuna a través de un sistema de alerta temprana que active mecanismos de reacción inmediata ante las desapariciones, para evitar consecuencias fatales o de mayor gravedad 3. Ampliar y fortalecer política y presupuestariamente las entidades responsables de la educación sexual (Ministerio de Educación y Ministerio de Salud) para propiciar la des construcción de actitudes machistas reproductoras de la doble subordinación de las niñas y adolescentes a través de una educación sexual integral. 4. Desarrollar programas de atención dirigidas a los agresores de abuso sexual, en los cuales les permitan modificar su comportamiento, ya que no basta con sancionar legalmente los delitos de abuso, sino que también es necesario su rehabilitación para prevenir futuros delitos. 3

5 5. Generar espacios en los que las voces infantiles sean más que voces, elementos incidentes en las decisiones políticas del país. En este contexto, usted está en la coyuntura precisa para lograr que el fortalecido mandato de su Oficina auxilie a las autoridades salvadoreñas en la identificación de líneas prioritarias para prevenir, atender, sancionar y reparar a víctimas de violaciones a derechos humanos de nuestra niñez y adolescencia. 4