Una historia de redes y mentiras

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Xavier Cuenca Ortiz de Zárate
hace 5 años
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1 NICK Una historia de redes y mentiras Inma Chacón Adaptación de Ana Crespo

2 Esta obra es un texto adaptado a las directrices internacionales de la IFLA (International Federation of Library Associations and Institutions) y cuenta con el apoyo de la Asociación de Lectura Fácil. Primera edición: junio de 2013 Adaptación: Ana Crespo Revisión: Elisabet Serra Cubierta: Maquetación: Adriana Martínez Edición: David Sánchez Vaqué Coordinación editorial: Anna Pérez i Mir Dirección editorial: Iolanda Batallé Prats 2013 Inma Chacón 2013 La Galera SAU Editorial por la edición en lengua castellana La Galera, SAU Editorial Josep Pla, Barcelona Impreso en Depósito legal: Impreso en la UE ISBN: Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra queda rigurosamente prohibida y estará sometida a las sanciones establecidas por la ley. El editor faculta a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, para que pueda autorizar la fotocopia o el escaneado de algún fragmento a las personas que estén interesadas en ello.

3 A mis hijas, Dulce y Clara. Y a mi hermana Dulce, por supuesto.

5 5 Capítulo 1 Dafne vio por primera vez a Roberto un día al salir del colegio. Y a partir de entonces su vida cambió. Aquella tarde, Dafne y su prima Paula se reunieron con sus amigos en el Chino. El Chino era el lugar donde los chicos del barrio se encontraban por las tardes después de clase. Lo llamaban así porque allí había una tienda y su dueño era oriental. Aunque nadie sabía cuál era la nacionalidad de aquel hombre, todos lo conocían como el Chino. Y cuando los chicos y chicas decían que iban al Chino significaba que iban a encontrarse con los amigos. Los amigos de Dafne tenían 12 o 13 años. Pero los chicos del grupo de Roberto eran mayores. Tenían entre 16 y 17 años y ya iban al instituto. Aunque todos se reunían en el mismo lugar, los mayores y los pequeños siempre estaban separados y no se hacían caso.

6 6 Dafne conocía a todos los chicos que iban al Chino, pero no había visto nunca a Roberto. Lo vio cuando fue a la tienda a comprarse la merienda. En el momento en que ella iba a entrar, él abrió la puerta desde dentro para salir. Roberto casi no la miró mientras sujetaba la puerta y la dejaba pasar por debajo de su brazo. Pero Dafne sí que se fijó en él: se había comprado un donuts de chocolate, llevaba una sudadera azul con el número 7 estampado y había sonreído un poco. Una sonrisa de chico mayor que sabe que atrae a las chicas. Dafne pasó hacia delante y entró en la tienda. Roberto soltó la puerta, salió y se acercó al banco donde estaban sus amigos. Dentro de la tienda, Dafne se puso a mirar los productos. Estaba nerviosa y quería disimularlo. Al final se compró también un donuts de chocolate aunque no le gustaban. Luego salió de la tienda con toda normalidad. No quería que nadie notara que Roberto la había impresionado.

7 Dafne no pudo dormir aquella noche ni las siguientes. El recuerdo de Roberto le quitaba el sueño. Sabía que era un chico demasiado mayor e imaginaba que era mal estudiante, que se metía en peleas y que tenía muchas novias. No era el tipo de chico que le gustaba y sabía que nunca se fijaría en ella. Sin embargo, su recuerdo no la dejaba dormir. 7

8 8 Capítulo 2 Dafne no es el nombre verdadero de la protagonista de esta historia. Es el nick que utilizaba en Facebook. Y la foto que aparecía allí tampoco era suya. Era la foto de su hermana Cristina. A Dafne le habría gustado tener los ojos azules, el pelo largo y la estatura de su hermana. Pero en realidad tenía los ojos marrones y rasgados, y el pelo rizado le llegaba por los hombros. A Dafne también le habría gustado tener los ojos verdes como su padre. Pero de su padre solo había heredado la tendencia a inclinar la cabeza al andar y la joroba que esa posición provoca. Un nick es el apodo o sobrenombre con el que se identifican las personas que utilizan las redes sociales.

9 9 Todo el mundo le decía que caminase derecha, pero por más que lo intentaba era incapaz de conseguirlo: los hombros le caían hacia delante y la joroba aparecía enseguida. También le decían que no se mordiese los padrastros, esas pieles que se levantan alrededor de las uñas y que molestan tanto. Pero Dafne no podía evitarlo. Era la única forma que tenía de calmarse cuando se ponía nerviosa.

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