Los efectos de El Niño en México

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1 Los efectos de El Niño en México Juan Alberto Velázquez Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología-El Colegio de San Luis Parque de Macul 155 Col. Colinas del Parque, C.P San Luis Potosí S.L.P. alberto.velazquez@colsan.edu.mx Resumen El Niño- Oscilación del Sur es un cambio de temperatura del Océano Pacífico sur el cual es parte de la variabilidad natural del clima. En México, El Niño se manifiesta principalmente en cambios en la precipitación de manera diferenciada según la época del año y la región del país, y se le asocia con sequías, que tienen efectos tanto en actividades agrícolas, como con fuertes lluvias, que provocan deslaves e inundaciones con afectaciones directas a la población. Este trabajo se enfoca en discutir el enfoque que diversos sectores dan a El Niño como causal de situaciones de desastre en México, obviando otras situaciones de carácter social que serían la causa principal de las afectaciones Abstract El Niño-Southern Oscillation is a shift on the South Pacific Ocean temperature, which is due to the natural variability of climate. In Mexico, El Niño causes changes in the precipitation patterns depending on the region and season. Such precipitation changes are associated with droughts that affects agricultural activities and intense rainfall that causes floods and landslides in urban areas. This work discusses the approach that considers El Niño as the direct cause of disaster in Mexico without take into account the environmental and social conditions in the country. El Niño- Oscilación del Sur (ENOS) es un fenómeno que se origina en el calentamiento de la temperatura superficial del Océano Pacífico a lo largo de la línea del Ecuador. Este aumento de temperatura influye en las variaciones del clima en México. Formalmente, la Organización Meteorológica Mundial ha definido a El Niño como las condiciones anómalas en la temperatura superficial en el Pacífico tropical del este, tomando como anómalo una elevación (descenso en caso de La Niña) de 0.5 C o más (-0.5 C o menos) por encima (abajo) de la media del periodo , durante un trimestre y debe permanecer al menos 5 trimestres con esas condiciones (SMN 2018). Lo primero que llama la atención en esta definición es el uso del término condiciones anómalas. En el diccionario de la lengua española, anomalía tiene varias acepciones, entre ellas desviación o discrepancia de una regla y también la de defecto de forma o funcionamiento. Por lo tanto, el uso de la palabra 1

2 anomalía tiene una connotación negativa, indica que algo no está funcionado bien y que por lo tanto, necesitaría corregirse. El término anomalía en ciencias atmosféricas es un préstamo del inglés de la palabra anomaly ; según Wilks (2006) una anomalía de una variable atmosférica dada es entendida como la sustracción de una serie de datos de su valor promedio. Además, el autor señala que el término anomalía no tiene una connotación de que un evento es anormal o inusual. Como ejemplo, la Figura 1 muestra la temperatura promedio anual para la ciudad de San Luis Potosí en el periodo , junto con la temperatura promedio para el mismo periodo. A partir de esta figura observamos que hay años que mostraron una temperatura inferior al promedio, como lo es el caso de los años entre 1983 y 1988; Asimismo, hay años en los que se presentó una temperatura mayor al promedio, como es el caso de los años entre 1998 y Si a estos datos de temperatura les sustraemos la temperatura promedio del periodo (18 C) obtenemos las anomalías de temperatura mostradas en la Figura 2. En esta figura podemos observar que se pueden presentar tanto anomalías positivas como negativas, las cuales indican cuantos grados es diferente la temperatura de un año dado de la temperatura promedio. En sí la figura 2 muestra la variabilidad del clima para la ciudad de San Luis Potosí. El uso de la palabra anomalía, fuera del contexto de las ciencias atmosféricas para describir la variabilidad del clima, puede llevar a una mala interpretación en la que cualquier variación de las variables meteorológicas es anormal, y por lo tanto, puede causarnos daño. Figura 1. Temperatura promedio anual ( C) para la ciudad de San Luis Potosí, en el periodo Figura de elaboración propia con datos del CLICOM (CICESE 2018) 2

3 Figura 2. Anomalías de temperatura promedio anual ( C) para la ciudad de San Luis Potosí, en el periodo Figura de elaboración propia con datos del CLICOM (CICESE 2018) Por lo tanto ENOS, al igual que otros fenómenos hidrometeorológicos es parte de la variabilidad del clima, y que al estar descrito y comunicado a la población con el término estadístico de anomalía puede llevar a sesgos. Así, cuando hay condiciones de ENOS en el Océano Pacifico, el clima de México presenta también diversos cambios. Magaña y col (1999) afirman que ENOS afecta los patrones de lluvia en el país y que las lluvias se intensifican en años de El Niño durante el invierno en el noroeste y el noreste de México, mientras que disminuyen en el sur. Además, los inviernos de El Niño son más fríos y los veranos más secos y cálidos. Sin embargo el impacto de las lluvias no es igual a otro en cada periodo de El Niño y varía de una región a otra. Por ejemplo, Magaña y col. (1999) afirman que durante el ENSO de no hubo cambios en las lluvias mientras que en el ENSO de , las intensas lluvias de invierno solo se presentaron en la península de Baja California, Sonora y la Península de Yucatán. Por otro lado, las lluvias en verano en años de Niño disminuyen en México, llegando a provocar sequías. Los autores afirman que ENSO también provoca menos humedad en el suelo lo que lleva a un auge de incendios forestales en los años en que se presenta el fenómeno. La figura 3 muestra las anomalías de precipitación en México para las diversas estaciones en años de Niño particularmente intenso. En esta figura podemos observar que la distribución de estos cambios en la precipitación varía de una región a otra y de una estación a otra, en particular puede observarse un aumento de la precipitación en primavera en el noreste y en la región del Golfo de México, y una disminución en verano y otoño en la mayor parte del país. 3

4 Figura 3. Anomalías de precipitación (mm/mes) para las diferentes estaciones en años de "El Niño" intensos (1957, 1965, 1972, 1982, 1997). Fuente: Servicio Meteorológico Nacional (SMN, 2018) A El Niño también se le asocian afectaciones a la sociedad debido a impactos y desastres de origen hidrometeorológico en México y en otras regiones del mundo. Así, Delgadillo y col. (1999) reportan que durante El Niño de los medios de comunicación repitieron recurrentemente declaraciones de sectores gubernamentales que afirmaban que El Niño fue la causa de diferente afectaciones a la población, como sequías, inundaciones e incendios forestales, reproduciendo el discurso que oculta los problemas de fondo de los desastres tales como la desigualdad social, la precariedad, y la devastación ambiental. La relación directa entre el aumento de desastres y el fenómeno de El Niño ha sido estudiada en el trabajo de Goddar y Dilley (2005), quienes evaluaron una base de datos de desastres internacional (Emergency Disaster Data Base) la cual incluye datos de la Organización de Naciones Unidas, de organismos no gubernamentales y de organismos de investigación. Se evaluaron 7000 casos de desastres reportados de 1975 a 2005 y se evaluó la frecuencia de desastres en años de El Niño y años neutros (años donde no se presenta ENOS). El análisis incluyó un análisis estadístico para comparar la distribución de frecuencias de desastres para los dos casos, y los resultados muestran que, en general y a nivel global, no hay diferencia estadísticamente significativa en la frecuencia de desastres de origen hidrometeorológico durante El Niño y la frecuencia de desastres durante años neutros. Los autores concluyen que los desastres hidrometeorológicos ocurren todos los años. Esta conclusión, aparentemente simple, tiene un fondo trascendente 4

5 pues entonces habrá que buscar otro culpable de los desastres hidrometeorológicos diferente al fenómeno de El Niño. En México, el caso de las afectaciones atribuidas a El Niño en la ciudad de Tijuana ha sido estudiado por diversos autores. Por ejemplo, Winckell y colaboradores (2006) discuten la cobertura de la prensa en dicha ciudad durante el evento de El Niño de1997. Los autores afirman que durante el periodo octubre 1997 a enero de 1998 la población fue sistemáticamente informada acerca del el fenómeno a través de periódicos con comunicados de agencias estatales y municipales en la que se inundó la ciudad con datos. Ante esta información los colonos de la ciudad se sintieron amenazados por lo que las agencias gubernamentales trataban de relajar la situación. Rodríguez (2007) reporta que en febrero de 1998 las lluvias intensas (la precipitación de febrero 1998 excedió 107% la precipitación anual) provocaron inundaciones y la caída de casas. Rodríguez (2007) atribuye las afectaciones de la ciudad por las lluvias no a la intensidad de la misma o al fenómeno del Niño, sino a las circunstancias en Tijuana con las cuales se fue construyendo socialmente el riesgo, entre ellas identifica como escenarios de riesgo: la transformación del medio natural, al modificar el uso de suelo de uso agrícola a urbano y la demanda de construcción de vivienda. Actualmente, existe un monitoreo de las condiciones de temperatura del Océano Pacífico con el que se busca predecir las condiciones de Niño en el futuro próximo y emitir avisos de alerta. Goddard y Dilley (2005) afirman que los eventos de Niño fuerte tienen altas probabilidades de ser pronosticados, y que por lo tanto, los desastres asociados pueden ser reducidos. Sin embargo, estos pronósticos no tendrían efecto en reducir afectaciones si antes no se atiende en reducir la vulnerabilidad. Rodríguez (2007) afirma que en la ciudad de Tijuana las afectaciones por las lluvias en diversos periodos de El Niño son cada vez más significativas según se ha incrementado la población de la ciudad y se han acumulado vulnerabilidades, tanto de dimensión física como social. Por otro lado, el trabajo de Winckell y col. (2006) muestra que la comunicación a la población de la posible presencia de lluvias asociadas a El Niño, tampoco evita que haya afectaciones. En resumen, podemos decir que los cambios en los patrones de precipitación asociados a El Niño, son comúnmente considerados como amenaza y no como parte de la variabilidad el clima y que en México las afectaciones durante este periodo son explicadas generalmente como consecuencia del fenómeno hidrometeorológico, obviando las causas ambientales y sociales subyacentes. 5

6 Referencias CICESE. Base de datos Climatológica Nacional CLICOM (2018). Delgadillo, J., Aguilar, O. T., & Rodríguez, V. D. (1999). Los aspectos económicos y sociales de El Niño. Los Impactos de El Niño en México. UNAM, México, Goddard, L., & Dilley, M. (2005). El Niño: catastrophe or opportunity. Journal of Climate, 18(5), Magaña, V., Pérez, J. L., Vázquez, J. L., Carrisoza, E., & Pérez, J. (1999). El Niño y el clima. Los Impactos de El Niño en México, UNAM, México, Rodríguez Esteves, J. M. (2007). La conformación de los" desastres naturales": Construcción social del riesgo y variabilidad climática en Tijuana, BC. Frontera norte, 19(37), Servicio Meteorológico Nacional (2018). Impactos de El Niño en México. Wilks, D. S. (2006). Statistical Methods in the atmospheric sciences second edition. International geophysics series, 91. Winckell, A., Le Page Michael & Vela Rafael (2006). Los efectos de El Niño en Tijuana , Tijuana, México. El Colegio de la Frontera Norte A.C. 6