Misión en La Cañada Real Galiana. Primeros pasos en La Cañada Real Galiana

Transcripción

1 Misión en La Cañada Real Galiana Fieles a nuestro Carisma las Dominicas de la Anunciata, una vez más, hemos respondido a la llamada hecha desde Caritas diocesana de la Vicaría IV de Madrid, a estar con los más desfavorecidos. En este momento nuestra presencia como Congregación en este barrio marginal, se visibiliza a través de las Hermanas Ildefonsa Martín (Comunidad de General Oráa); Carmen Romeral (Comunidad de Aluche) y Mª Carmen Peris (Comunidad Casa Provincial). Primeros pasos en La Cañada Real Galiana El día 26 de septiembre desde la Vicaría IV de Madrid se convocó una reunión informativa sobre el Voluntariado en La Cañada Real. Acudimos 21 personas, aunque nos dijeron que había más voluntarios. Entre ellas estábamos religiosas y laicos, estudiantes de la universidad de Madrid que hacen y quieren seguir haciendo las prácticas en el barrio de La Cañada Real. Nos dio la bienvenida Javier Prieto, abogado, voluntario con dedicación plena a Caritas. Nos hablaron Javier Rodenas, Trabajador Social, como responsable del Proyecto; Esther Jiménez, responsable del grupo de adultos, y Daniel Sobrino que es el responsable del proyecto de menores (niños y jóvenes), y por lo tanto es el que vendrá con nosotros cada día. Todos ellos con varios años de experiencia en La Cañada, nos informaron de todo el trabajo que allí se realiza. El resto con ganas de comenzar el curso y de reencontrarse con la gente que vive allí. A La Cañada Real se va todos los días, por las mañanas de 10,00 h a 13,30 h se realizan talleres para adultos: Alfabetización. Cultura general. Español para extranjeros. Actividades sociales, de salud, cocina, informática Escuela de padres. Preparación para sacar el permiso de conducir.

2 Por la tarde de 16,30h a 19,30h se realizan tareas para menores: Temas de higiene, ducha Refuerzo escolar Merienda Juegos sociales Campamentos durante las vacaciones colegiales. D. Agustín Rodríguez, párroco de la iglesia de San Fermín, en el barrio sur de Madrid, es párroco, por opción personal, de la parroquia de Santo Domingo de la Calzada, ubicada en La Cañada Real, atiende esta zona desde hace dos años y medio. Caritas de la Vicaria IV está en plena vinculación con Caritas parroquial. Visita acompañada a La Cañada Real El día 1 de octubre de 2012 visité por primera vez el lugar concreto de trabajo de todos los martes y jueves del curso actual. Íbamos en un coche todo terreno, propiedad de Caritas Nacional, lo conducía Javier Prieto, que nos iba explicando la zona según íbamos avanzando. Comenzamos el itinerario pasando primero por lo que se llama Gallinero, es el basurero, allí se vierte una parte de la basura de Madrid. Vi como niños, jóvenes y adultos revolvían la basura, viven en casas de cartón, latas, plásticos sin luz, ni agua No puedo describir lo que en esos momentos veían mis ojos, pero allí están unas 80 familias rumanas sin papeles, casi sin identidad y con inseguridad. Pasamos por la parroquia, no pudimos entrar porque a Javier se le olvidaron las llaves. Edificada en pleno barrio traficante y consumista de droga, Javier nos dijo que era el barrio con más tráfico y más consumo de droga de toda Europa. Vi cómo jóvenes y menos jóvenes se estaban pinchando, dentro y fuera de los coches que eran incontables, con los

3 camellos a sus puertas y traficando, ajustando precios Por información que nos dan, en esa zona a veces y sobre todo en invierno se encuentran algún cadáver tirado en medio del camino, nos cruzamos con una furgoneta de los servicios sociales de Madrid que les reparte metadona, y están un poco controlando la zona. Continuamos la ruta pasamos por un barrio habitado por musulmanes, con su mezquita incluida, gente en las puertas de la casa con velos y con sus pequeños comercios al estilo africano. Aquí nos cruzamos con una furgoneta de la cruz Roja que trabaja en este barrio, y es donde se encuentra una antigua fábrica de muebles, Caritas ha alquilado parte de este edificio y lo ha habilitado para desarrollar las actividades que realizamos. Continuamos la ruta y entramos en lo que ellos llaman la Cañada sin asfaltar. En esta zona están los gitanos rumanos y los gitanos españoles, aquí nos encontramos con una furgoneta del Secretariado de gitanos, nos detuvimos y hablamos con una chica muy amable que nos animó a estar en la zona y a querer a esta gente. Después de ver todo lo que es la Cañada Real-Galiana nos llevó a la fábrica, que ellos han acondicionado muy bien. La entrada tiene un hall y una escalera al lado por la que se sube a una sala pequeña donde se reúnen los monitores y voluntarios, lugar en el que se preparan los bocadillos de la merienda para los niños. Más arriba se encuentra el comedor, con mucha luz, acondicionado con mesas y sillas. En la parte baja al lado de la escalera, un servicio para monitores, tres salas de estudio, una de ellas habilitada para infantil de 0 a 3 años, una sala con ordenadores, unos servicios para chicos y otro para chicas; un aseo con tres duchas y otro con dos duchas, otra salita donde están dos lavadoras y una secadora, una sala grande para juegos junto con un gran almacén de reserva de alimentos y donaciones de ropa y algo más. Cuando vimos todo, nos sentamos en la sala de monitores y Javier Ródenas, nos comentó unas cuantas normas a tener en cuenta en nuestro trabajo: Lo primero, tiene que haber cierto orden No dejar entrar dentro a los niños cuando llegan excepto si llueve. No dejarles jugar en la escalera. Se tienen que lavar las manos antes de merendar. A los lavabos no se debe entrar, únicamente a lavarse los dientes después de merendar. Cuando se está en clase no se dejará salir al servicio. Acostumbrarles a ser puntuales a las llamadas, estas se harán con silbato.

4 Tenemos que trabajar el silencio, levantar la mano para que se callen, o decir alguna palabra y ellos que contesten: eoeo--- oe, alulu---ya Tenemos que trabajar con ellos hábitos de convivencia, no debemos sacar a un niño de la clase cuando se porta mal, podemos sentarlo en algún lugar señalado. Tenemos que ser nosotros los que controlemos la situación. Mirar las agendas, en las clases de apoyo para ver los deberes. En las actividades de ocio estar vigilando. No se les puede dar nada. Casi parece imposible que a tan sólo 14 ó 16 kilómetros de la Puerta del Sol de Madrid se encuentre esta zona donde el deterioro de la persona es tremendo. Me impresionó de verdad, estoy feliz y con ilusión de poder prestar un poco de mi tiempo a estas personas, aunque se nos ha dicho que los pasos son lentos y la influencia mínima No obstante lo mío es sembrar, por algo se empieza, no pretendo ni convertir, ni forzar, únicamente ser y saber estar con ellos. Los frutos, el tiempo lo dirá y el Señor actuará. Llegué a casa contenta de poder conocer el lugar de mi trabajo aunque sean pocas horas a la semana. El martes, día 9 de octubre fui a la Vicaría pensando que comenzábamos nuestra tarea, pero me dijeron que no tenían todavía permiso de la Administración para poder recoger a los niños en la ruta escolar, y que los autobuses que los devuelven a casa tienen que tener confirmado por la administración las paradas concretas donde tenemos que recogerles para llevarlos a la fábrica, me dijeron que me avisarían el día para empezar. Por fin, el 16 de octubre comencé mi trabajo tan deseado y esperado. Llegué a la Vicaría IV donde nos esperaban, éramos ocho religiosas de distintas congregaciones (todas jubiladas), dos voluntarias laicas y Daniel Sobrino, que es el responsable de la actividad de menores. Nos llevaron en una furgoneta y un todo terreno. Una vez en la fábrica nos dieron el horario y la responsabilidad que teníamos cada una. A mí me asignaron como responsable del grupo de los medianos, 2º y 3 er Ciclo de primaria. El primer día llegaron en total 12, yo tenía en mi clase 5 niños. En el grupo conmigo están para ayudarme, Hna. Josefina (de la Congregación de Jesús,

5 María y José), y Miriam, (una estudiante de la Universidad de Madrid en prácticas), ya que el apoyo es personalizado. Me llevé muchas cosas preparadas de casa y poco me sirvió, ya que me di cuenta que niños que están en 5º y 6º no saben leer y apenas sumar y restar. Después del apoyo se les da la merienda y a continuación se realiza alguna actividad de juegos educativos. Actualmente el grupo ya es de 27 y en la clase tengo a 12. Mientras estamos en el apoyo hay algunos niños, 10 cada día, que se les invita a que se duchen, se les lava la ropa que llevan puesta, se les seca y se la llevan a casa toda limpia, (de este trabajo se encarga una religiosa de San Vicente de Paul). Hago con gusto esta actividad, son los pobres entre los pobres, doy gracias a Dios por darme la posibilidad de poder conocer, amar, y trabajar con estas personas, si alguna vez uno de estos niños es capaz de salir del medio en el que viven ya me sentiría satisfecha, aunque soy consciente de que no tengo que esperar los frutos. Los niños aunque no saben, tienen hambre de conocer y equipararse a los demás niños, saben que el medio en el que viven no es humanamente posible y no lo quieren. En estos momentos me surge un interrogante: Este trabajo, -dar cariño y cultura al más necesitado, con deseo de hacerlo como lo haría Jesús- se puede decir que es Nueva Evangelización? H. Mª Carmen Peris