Sé de quién. me he fiado

Transcripción

1 Sé de quién me he fiado Junto a los materiales para nuestra oración personal en esta Semana Vocacional 09, oramos juntas en torno a la experiencia confiada de María, mujer de fe. Cada día de la semana sigue un mismo esquema: - La frase paulina que da color y contenido a cada Jornada (puede ayudar poner cada día esa frase en un lugar visible de la capilla) - Breve reflexión aplicando esa frase paulina a la vida y vocación de maría - Texto bíblico mariano donde ver reflejada dicha vivencia - Canto opcional, a modo de respuesta a la Palabra - Silencio y momento para compartir cada una lo que hemos orado personalmente o los ecos que Dios nos deja ese día - Oración final: la que nos propone la Conferencia Episcopal Española en esta Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones 09. ORACIÓN POR LAS VOCACIONES '09 Sólo Dios puede dar la fe pero tú puedes dar tu testimonio Sólo Dios puede dar esperanza pero tú puedes devolverla a tu hermano Sólo Dios puede dar el amor pero tú puedes enseñar a amar Sólo Dios puede dar la paz pero tú puedes sembrar la unión Sólo Dios puede dar la fuerza pero tú puedes animar al desanimado Sólo Dios es el camino pero tú puedes señalarlo a los otros Sólo Dios es la luz pero tú puedes hacer que brille a los ojos de todos Sólo Dios es la vida pero tú puedes hacer que florezca el deseo de vivir Sólo Dios puede hacer lo que parece imposible pero tú puedes hacer lo posible Sólo Dios se basta a sí mismo pero prefiere contar contigo. Cristianos de Campinas

2 DÍA 1: SÉ DE QUIÉN ME HE FIADO María supo desde el inicio de quién se había fiado. Por eso, no vaciló. No hubo situación alguna que la hiciera abandonar. Una vez que dijo hágase ya no necesitó más pruebas ni señales. Sólo las que Dios quiso dar: del pesebre a la vida cotidiana, hasta la Cruz, el abandono de los discípulos y la Resurrección. El Espíritu que la habitaba la hizo fuerte, templada, acogedora. Que Ella nos ayude a recordar siempre de quién nos hemos fiado. Lectura bíblica: Lc 1, El ángel dijo a María: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios porque ninguna cosa es imposible para Dios.» Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel dejándola se fue. Canto: Fuente de paz Oración final: JMOV 09 DÍA 2: DOY GRACIAS A CRISTO JESÚS, QUE SE FIÓ DE MÍ Dios se fió de María, la encontró digna de la vocación para la que Él la había creado. Su dignidad no estuvo en su nombre ni en su apellido; en ser de buena familia o tener contactos con el Templo. Tampoco tenía mucha edad ni mucha experiencia de la vida. La Escritura sólo da un rasgo en su elección: estaba llena de gracia y tan abierta a Dios que pudo escucharlo. En ella querríamos mirarnos todas nosotras. En ella podríamos querer mirar a cualquier joven hoy y descubrir en ellos que también pueden ser dignos de confianza para Dios. Su gracia sobreabundante va transformando a todo aquel en quien pone sus ojos. Como nos mira a nosotras. Como miró a María. Lectura bíblica: Lc 1, Y dijo María: «Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán feliz. Canto: Alégrate, Hija de Sión Oración final: JMOV 09 2

3 DÍA 3: NO APAGUÉIS EL ESPÍRITU, FIEL ES QUIEN OS LLAMA Hemos recibido el Espíritu Santo en nuestros corazones y sabemos por experiencia que, a veces, nosotras mismas lo apagamos. María es también imagen de quien supo cuidar el don recibido, no lo apagó y lo hizo crecer. Ella guardaba todo lo que iba ocurriendo en su corazón: situaciones, personas todo. Lo que era agradable y lo que no. Lo que parecía venir de Dios y lo que no. Y ahí, en su corazón lleno de gracia y Espíritu Santo, iba dejándose santificar por Dios. Sin duda, le costó tiempo, fe, amor y esperanza. Pero apostó por no apagar el Espíritu pues es fiel quien se lo había entregado. Que su corazón inmaculado nos enseñe cómo guardar nosotras en nuestro interior para no hacer estéril la gracia recibida. Para contribuir a que en nuestro entorno todos puedan ir creciendo en sabiduría y en gracia. Lectura bíblica: Lc 2, 51b.52 La madre de Jesús guardaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón. Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres. Canto: Cuando Tú Señor el Espíritu envías Oración final: JMOV 09 DÍA 4: RECIBIS EL ESPÍRITU POR VUESTRAS OBRAS O POR VUESTRA FE? No es fácil aceptar radicalmente que ninguna de nosotras podemos presentar ningún título, ningún mérito ni esfuerzo, por santo que sea, para asegurarnos el amor de Dios o su acogida. Sin querer, ofrecemos oraciones, sacrificios, sufragios, gestos para que Dios responda a lo que pedimos. Pero esto ni con su Madre fue así. María aprendió que haberle criado y ser sangre de su sangre no le daba ningún privilegio. Ante Dios, sólo Cristo salva. No nosotros. Ante Dios, quien escucha su Palabra y la vive con fe, es de los suyos. Y María lo aceptó y lo vivió. Ella, que engendró la Palabra en su vientre, concibió primero en su mente y en su corazón, por pura fe, como decía San Agustín. Y así queda claro una vez más que todo es pura gracia. Lo nuestro es fiarnos y consentir a su querer, como hizo Ella. Lectura bíblica: Lc 8, Se presentaron donde estaba Jesús su madre y sus hermanos, pero no podían llegar hasta él a causa de la gente. Le anunciaron: «Tu madre y tus hermanos están ahí fuera y quieren verte.» Pero él les respondió: «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen.» Canto: Madre, vengo a pedirte que me acompañes Oración final: JMOV 09 3

4 DÍA 5: TESTIGO ME ES DIOS DE CUÁNTO OS QUIERO María puede enseñarnos hoy a mirar con los ojos de Dios al mundo, a las personas concretas que nos rodean. Mirar con sus ojos implica amar con su corazón y ver más allá de lo aparente: ser capaces de descubrir sus necesidades, el proceso creador que Dios va esculpiendo en esa persona y la esperanza de que Dios mismo llevará a término la obra comenzada. Por eso, María puede interceder; puede incluso forzar el corazón de Cristo porque su insistencia nace del amor, de la preocupación por el Reino y por cada criatura. Cómo aprender nosotras a mirar así y a saber discernir el momento y las palabras oportunas para interceder por quienes nos rodean? No parece que el vino en una boda sea algo tan trascendente para el Reino pero para los novios era causa de sufrimiento y eso a María le bastó. Que Ella nos enseñe a valorar los pequeños o grandes sufrimientos de nuestro mundo, especialmente de los más jóvenes, para así quererlos de corazón y ponerlos ante Dios. Lectura bíblica: Jn 2, 1-5 Se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino.» Jesús le responde: «Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.» Dice su madre a los sirvientes: «Haced lo que él os diga.» Canto: Dame, Señor, tu mirada Oración final: JMOV 09 DÍA 6: QUE VUESTRO AMOR NO SEA UNA FARSA No tenemos datos directos de cómo serían las relaciones de María con los demás. Sí sabemos que ella fue un elemento de unión y de reencuentro tras la Pasión de Jesús, para todos los que le seguían. Llama la atención que los Hechos cuenten con tanta normalidad cómo los discípulos y las mujeres vivían, oraban y tenían todo en común junto a María. Humanamente, no parece fácil acoger sin reproche alguno a quienes días antes abandonaron y negaron a tu hijo, cuando más lo necesitaba. Parece que todos se sintieron acogidos sin fingimientos por María. Su amor no era una farsa. Parece que ella fue capaz, con su presencia y su vida, de crear un ambiente donde seguir al Resucitado. Y que los demás al vernos, digan: Mirad cómo se aman! Lectura bíblica: Hch 1, Se volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que dista poco de Jerusalén, el espacio de un camino sabático. Y cuando llegaron subieron a la estancia superior, donde vivían Pedro, Juan, Santiago y Andrés; Felipe y 4

5 Tomás; Bartolomé y Mateo; Santiago de Alfeo, Simón el Zelotes y Judas de Santiago. Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos. Canto: En el trabajo de cada día Oración final: JMOV 09 DÍA 7: AY DE MÍ SI NO ANUNCIARA EL EVANGELIO! En momentos de la historia de la Iglesia y la teología se ha utilizado a María para ejemplificar la pasividad, el sometimiento, la sensiblería casi siempre queriendo aplicar estos valores a la mujer en la Iglesia, sea cual fuere su vocación. Los pocos datos del Evangelio no hablan de una mujer pusilánime y apocada. Siendo madre de familia conocería los trajines normales de cada día. Conociendo cómo quería Dios salvarnos a través de su Hijo y las dificultades que se encontraba, difícilmente podría sentirse acomodada y ajena al Reino. El Magníficat que cantamos cada día es claro: anuncia un Dios que dispersa a los soberbios, derriba los tronos, ensalza a los pequeños, colma de bienes a los necesitados Todos son verbos activos y todos nacen de una misma fuente: contar generación tras generación lo que Dios hace. Sea cual sea nuestra situación actual y nuestra tarea, somos misioneras, apostólicas, a ejemplo de María Inmaculada. Muchas de nosotras no podemos ya, físicamente, recorrer montañas, pero sí vivir de tal forma que quien se encuentre con nosotras sienta que la vida salta de alegría en su seno. Cuál es nuestro saludo al mundo? qué generamos en aquellos con quienes nos encontramos? Lectura bíblica: Lc 1, En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. Feliz la que ha creído que se cumplirían las promesas de Dios!» Canto: Imitándote María Oración final: JMOV 09 5