ACTO DE ENTREGA DEL NOVENO PREMIO DE INVESTIGACIÓN DEL CONSEJO ECONÓMICO Y SOCIAL DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS (29 DE ABRIL DE 2014)

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1 ACTO DE ENTREGA DEL NOVENO PREMIO DE INVESTIGACIÓN DEL CONSEJO ECONÓMICO Y SOCIAL DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS (29 DE ABRIL DE 2014) TÍTULO DE LA INVESTIGACIÓN: PROTECCIÓN POR DESEMPLEO Y DURACIÓN DEL PARO EN TIEMPO DE CRISIS: EL CASO DE ASTURIAS Juan Francisco Canal Domínguez César Rodríguez Gutiérrez Universidad de Oviedo DISCURSO DE LOS PREMIADOS Sr. Presidente del Gobierno del Principado de Asturias, Sr. Rector de la Universidad de Oviedo, Sr. Director de Área de Relaciones Institucionales y Asuntos Sociales de Cajastur, Sr. Presidente del Consejo Económico y Social, Sra. Secretaria General del CES, compañeros y amigos. En primer lugar, queremos darles las gracias por acompañarnos en este acto de entrega del Premio de Investigación del Consejo Económico y Social del Principado de Asturias. Para nosotros es un verdadero honor haber recibido este premio, convocado por un organismo tan prestigioso. Cuando Juan Francisco Canal y yo estábamos realizando esta investigación, pensamos que podría caber dentro del área de interés de unos premios que siempre han destacado por valorar investigaciones sobre aspectos laborales y, en muchos casos, realizadas a partir de información referida a Asturias. Estamos seguros de que el resto de trabajos que se presentaron al premio también eran merecedores de reconocimiento, pero quizá la oportunidad del tema o el interés de la base de datos permitió inclinar la balanza hacia la presente investigación. De hecho, este tema es, sin duda, uno de los más debatidos en la literatura sobre Economía Laboral. Planteado como pregunta, resulta en la actualidad incluso provocador: puede la protección por desempleo aumentar la duración de los periodos de paro de los desempleados? Esta afirmación es considerada por algunos 1

2 economistas como una verdad absoluta y universal, mientras que otros la discuten abiertamente. Nosotros hemos querido comprobar cuánto hay de verdad en ella en el momento actual y en nuestra región, en un contexto de crisis aguda del mercado de trabajo. Crisis que ha tenido un origen financiero e inmobiliario (el estallido de la burbuja) pero que se ha hecho más profunda y duradera por su mala gestión en el ámbito de la política económica europea. Hasta la creación del Euro, España contaba con tres instrumentos básicos y autónomos para contrarrestar los vaivenes del ciclo económico: la política monetaria, la política fiscal y la política de tipo de cambio de la peseta. El modelo estándar de actuación anti-cíclica consistía básicamente en operar en los tres frentes de manera combinada. Se aplicaba una política monetaria expansiva a través de reducciones del tipo de interés que estimulaban el consumo y la inversión; se implementaba una política fiscal expansiva por medio de la elevación del déficit público; y, si era necesario, en última instancia se llevaba a cabo una devaluación de la peseta que restauraba de manera inmediata la competitividad perdida sin que hubiera que recortar los salarios nominales. Los ciudadanos teníamos la sensación de que siempre había alguien al mando de la nave corrigiendo el rumbo y evitando el naufragio en los momentos de tormenta. Quizá por eso, no quisimos o supimos valorar que la creación del Euro suponía una cesión de soberanía muy importante: ya no habría más control por parte de España sobre las políticas monetaria y fiscal ni sobre el valor de la moneda. En un contexto así, como señalaba de forma clarividente La Guía del Euro ya en el año 1998, el mercado de trabajo y el nivel de salarios serán prácticamente la única válvula reguladora para restaurar la competitividad perdida. Es obvio que las soluciones a la crisis se han focalizado claramente sobre el mercado de trabajo. Podía haber existido alguna alternativa? Indudablemente, sí. Como señala la propia Guía, si Europa fuera una federación, como los EEUU, el Gobierno podría transferir automáticamente fondos a los Estados más afectados. En este caso la solución a la crisis no pasaría sólo por el mercado de trabajo, sino por los bolsillos de los contribuyentes netos (que serían, sin duda, los países del norte de Europa). Pero, en esta crisis, Europa ha apostado por la austeridad y esto ha sido así porque el debate final lo han ganado los partidarios de la selección natural. Dicho de otro 2

3 modo, ha triunfado el Darwinismo Social. En la Ciencia Económica hay un debate desde sus inicios entre los que piensan en soluciones a largo plazo de los problemas y los que piensan en soluciones a corto plazo. A largo plazo, el equilibrio se alcanza cuando los Gobiernos no interfieren en los procesos económicos y se permite que sobreviva el más fuerte, el que mejor se adapta, el más eficiente. Traducido al mercado de trabajo, esta forma de pensar ha dado lugar a frases memorables, como el pobre es pobre porque quiere (le bastaría con trabajar tanto como el vecino para llegar a tener lo mismo que el vecino), o toda prestación por desempleo es ineficiente, pues sólo sirve para que el desempleado se acomode y deje de buscar empleo, por lo que la propia prestación es la que genera el desempleo. Esta visión, también reconoce que en el equilibrio a largo plazo la palabra equidad (o justicia) es irrelevante, y que las condiciones de partida (distribución de la renta en el momento en que el ecosistema empieza a competir) no se tienen en cuenta. Pero, se imaginan ustedes cómo habría sido la evolución de las especies si en lugar de partir de un lugar común a todos (ese microorganismo primitivo que pobló los océanos y que luego evolucionó por mutación o adaptación) hubieran existido en los mares pequeños organismos y a la vez tiburones desde un principio? Seguramente no estaríamos ahora aquí discutiendo acerca de estas cuestiones. En otras palabras, como decía Keynes, a largo plazo todos calvos (o sea, calaveras). Por ese motivo a los ciudadanos no suele preocuparles mucho el ajuste a largo plazo. Queremos vivir hoy, trabajar hoy, criar a nuestros hijos hoy, y eso implica poner los objetivos de corto plazo por delante de los de largo plazo. Y para que los hijos de un desempleado puedan seguir hoy yendo al colegio y alimentándose con regularidad, para que podamos garantizar la igualdad de oportunidades de esos niños cuando se enfrenten al mercado de trabajo, necesitamos, entre otras cosas, el sistema de prestaciones. Y también lo necesitamos para algo muy importante, que es garantizar la paz social. Siempre suelo decir que en la historia de la Humanidad nunca se ha hecho una revolución persiguiendo la eficiencia, todas han sido en pos de la equidad o justicia, aunque luego algunas salieran mal. Para acabar, y en relación con todo esto, permítaseme citar a un filósofo. En concreto, a Aristóteles, de quien mencionaré dos párrafos tomados de La Política, un libro con más de 2300 años de antigüedad pero que para muchas cosas es de total actualidad. Decía Aristóteles que los gobiernos deben procurar aumentar la clase media, que sólo así se impiden las 3

4 revoluciones que nacen de la desigualdad. Y decía también que los pobres permanecen tranquilos con tal que no se les ultraje ni se les despoje de lo poco que poseen. Esta equidad para los pobres no es, por lo demás, cosa tan fácil; porque los jefes de gobierno no siempre son los más considerados de los hombres. Paso la palabra a mi compañero Juan Francisco Canal que les resumirá brevemente el contenido del trabajo. En el contexto actual de recesión económica, el tradicional debate sobre el papel que desempeña el sistema de prestaciones por desempleo como condicionante de la búsqueda de empleo ha vuelto a los foros económicos con bastante fuerza. De hecho, algunas de las medidas puestas en marcha en la última reforma laboral del año 2012 se han focalizado en este punto (por ejemplo, la reducción de la cuantía de las prestaciones por desempleo y el retraso en la edad de acceso al subsidio para mayores de 52 años hasta los 55 años). Por este motivo, en el momento actual creemos que es especialmente relevante responder a la siguiente pregunta: ha contribuido el modelo español de prestaciones por desempleo al aumento del paro en los años de crisis económica o, por el contrario, ha sido neutral en términos de destrucción de empleo? La presente investigación pretende aportar alguna evidencia empírica para responder a esta cuestión. En la mayoría de los países, el Estado lleva a cabo la función de asegurar a los trabajadores frente a situaciones de desempleo, dados los problemas de asimetría en la información y de riesgo moral que dificultan la aparición de un mercado privado de seguros frente a esta contingencia. Ello confiere al trabajador una protección económica, cuya cuantía y duración varía mucho según países. En cuanto a sus efectos, por un lado, se sostiene que las prestaciones elevan el salario de reserva del trabajador (el ingreso alternativo en caso de pérdida del empleo) contribuyendo a alargar los periodos de búsqueda de trabajo. Pero, por otro lado, las prestaciones contribuyen a disminuir los costes de búsqueda, de modo que el parado puede dedicar más tiempo a esta tarea, mejorando el proceso de selección de puestos de trabajo. 4

5 Qué podemos decir en el caso específico de los desempleados asturianos en este periodo de crisis económica? Utilizando la información individualizada sobre demandantes de empleo y contratos registrados a lo largo del periodo , facilitada por el Servicio Público de Empleo del Principado de Asturias, hemos podido obtener algunas conclusiones interesantes. Por un lado, tal y como se esperaba, la duración media de los periodos de desempleo ha aumentado durante la crisis. Por otro lado, el ritmo de salida del desempleo varía en función del tiempo que el individuo lleva en esa situación y del hecho de recibir o no prestaciones por desempleo. En concreto, los parados que no reciben prestaciones tiene un ritmo de salida más rápido durante los primeros nueve meses en situación de desempleo, pero pasan a tenerlo más lento a partir de entonces. No obstante, en promedio, los parados que reciben prestaciones experimentan periodos de paro más cortos que los que no las reciben. Utilizando los llamados modelos de duración, se ha constatado que mayores cuantías de la prestación contributiva disminuyen la probabilidad de salida del desempleo o, de otro modo, alargan la duración de los periodos de paro. Sin embargo, al mismo tiempo se observa que a mayor duración de la prestación contributiva a la que se tiene derecho, mayor es la probabilidad de salida del desempleo. Es decir, la cuantía de las prestaciones contributivas y su duración ejercen efectos contrapuestos. El hecho de que el aumento de la duración de la prestación eleve la probabilidad de encontrar un puesto de trabajo parece contradecir la hipótesis generalmente aceptada, según la cual a mayor duración de las prestaciones menor incentivo existe a la búsqueda de empleo. Quizá la explicación se encuentre en la especial intensidad de la crisis actual. Con unas tasas de paro situadas por encima del 25 por ciento, los parados son plenamente conscientes de que deben buscar trabajo desde el primer momento. En este contexto, utilizan la prestación contributiva para financiar el proceso de búsqueda y hacerlo más eficiente. En cuanto a la aplicabilidad de estas conclusiones en términos de Política Económica, cabe decir que no se puede sostener, desde una base empírica sólida, que el recorte del sistema de prestaciones por desempleo sea un elemento central en la lucha contra 5

6 el paro en nuestro país. La configuración del propio sistema y el contexto económico actual no parecen favorecer conductas socialmente ineficientes de los desempleados. Para acabar, los autores deseamos agradecer al Servicio Público de Empleo del Principado de Asturias, especialmente a su Director, José Luis Álvarez Alonso, el habernos facilitado los datos que han permitido llevar a cabo esta investigación. También agradecemos a Marta Franch Camino, becaria de la Universidad de Oviedo, su colaboración en el manejo de la base de datos. Finalmente, gracias también al Consejo Económico y Social del Principado de Asturias por hacer posible esta publicación. 6