BARCELONA MAIG 2006 NÚMERO

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1 BUTLLETÍ INFORMATIU TESIS SOBRE LA COOPERACIÓN (II parte) Javier Martínez Peinado e Irene Maestro DE LA FUNDACIÓ BARCELONA MAIG 2006 NÚMERO 107 EL MUNDO SIN SLOBODAN MILOSEVIC, EL SUPERSTAR Maria Djurdjevic IMPACTES SOCIALS I AMBIENTALS DE REPSOL AL NORD I AL SUD ELS REPTES DE LA LLIBERTAT D EXPRESSIÓ A COLÒMBIA Albert Ricart X JORNADES D ECONOMIA CRÍTICA...10 Irene Maestro LA EXTRAÑA TRANQUILIDAD DE LOS AYATOLÁS Nazanín Amirian PREMI DE RECERCA PER A LA PAU La Universitat de Barcelona i Solidaritat UB convoquen el I Premi de Recerca per a la Pau, adreçat a estudiants de Batxillerat dels centres d ensenyament secundari de Catalunya. Poden optar al premi treballs de recerca de Batxillerat que tractin alguna qüestió relacionada amb la cultura de pau, és a dir, els coneixements, valors i habilitats que possibiliten la pau, entesa com l absència de violència en totes les seves formes: guerra, injustícia, vulneració de drets humans, etc. Solidaritat internacional, sostenibilitat, altermundisme, drets humans, conflictes, migracions internacionals, interculturalitat són algunes de les temàtiques que poden vincular-se a aquesta cultura de pau. La convocatòria d aquest premi respon a la voluntat de promoure l educació per a la pau en l ensenyament reglat i enfortir la cultura de pau des de la recerca. El premi serà resolt al mes de maig per un jurat interdisciplinar presidit pel rector de la Universitat de Barcelona i integrat per professorat de la UB. L estudiant, autor o autora del treball premiat, rebrà un ordinador personal i el seu centre educatiu un altre ordinador personal. Pintura lacada sobre paper. 40 x 31,5 cms. Gaston Chaissac Dos personatges, un amb el cap abaix. Vers Lausanne, Musée de l Art Brut. Col lecció Neuve Invention. Consulteu les bases en l espai web:

2 TESIS SOBRE LA COOPERACIÓN 107 BUTLLETÍ INFORMATIU MÓN-3 Primera tesis En el capitalismo global, la cooperación deja de ser «para el desarrollo» y se vincula directamente, a favor o en contra, a la dinámica del capitalismo global. Para desgracia de las terceras vías, la cooperación sólo puede ser pro o anti-sistema: otra cooperación no es posible. El capitalismo global supone acabar con la misma noción de desarrollo. Recordemos que este concepto, formulado tras la II Guerra Mundial, y bajo el manto intelectual del paradigma de la modernización (herencia vergonzante del imperialismo), ha tenido siempre un componente nacional definitorio: se desarrolla una economía nacional, o una sociedad definida territorial y civilmente por el estadonación 1. Las concesiones en el proceso de descolonización respecto al respeto de las fronteras coloniales, más allá de los problemas y conflictos reales que causó y causa para la realidad de las formaciones sociales supra o infra estatales, confirman el carácter nacional del desarrollo. Incluso cuando, desde los años noventa, se configura el nuevo paradigma del desarrollo humano, «centrado en las personas», no se cuestiona la propia dimensión nacionalestatal (lo que se hace evidente en cómo se aplica dicho carácter a las estadísticas que concretan empíricamente el desarrollo humano), si bien en este caso se abre la posibilidad de agrupaciones infraestatales (por etnia, región o género). En definitiva, aunque es un paradigma alternativo al clásico de la modernización, el desarrollo humano no supone una superación del ámbito nacional del mismo, a no ser que se haga global a través de consideraciones del tipo de la «ciudadanía universal» o la igualdad de derechos y deberes de cada persona a escala planetaria 2, lo cual no es el caso. En definitiva, a nivel macro (modernización) o micro (individuo), el marco del desarrollo era «el país», la comunidad encerrada en unas fronteras territoriales y jurídicas. El capitalismo global borra la dimensión nacional de los procesos económicos (producción, distribución, circulación, consumo) vinculados a la acumulación de capital, o, en términos convencionales, vinculados al crecimiento económico (en condiciones capitalistas). No merece la pena detenerse demasiado en este punto, pues ha sido ya muy estudiado. Baste recordar que su significado más profundo es que las relaciones estructurales básicas de la forma capitalista de producir, distribuir y consumir se configuran, dinámicamente, a escala mundial. La relación de explotación (la relación beneficio/salario, o excedente/consumo básico), la asalarización mediante la construcción y profundización del mercado laboral para todo y para todos (con diferentes grados de seguridad, precariedad y flexibilidad), el progreso técnico y los criterios de eficacia y eficiencia productiva (que fijan, junto a la tasa de explotación, las productividades, y por tanto las reglas objetivas de la competencia intercapitalista) y la apropiación del excedente (a través de los mecanismos de precios de bienes, servicios y dinero) se definen a escala global, no nacional. La circulación mundial de las mercancías (medios de producción y de consumo) y del dinero no hacen sino expresar que los encajes macroeconómicos entre ganancias, ahorro e inversión tienen una dimensión también global, no nacional 3. Y es en esa realidad de mecanismos económicos globales en la que cobran sentido las «estrategias de desarrollo», que antes se referían al proceso de crecimiento de la economía nacional. Las estrategias y políticas de desarrollo trataban temas tales como la articulación más o menos armónica de la macroeconomía estatal y la microeconomía empresarial, el papel de los diferentes agentes y clases sociales en la producción y la consiguiente distribución del ingreso entre ellas, los tipos de consumo (productivo e improductivo) y la articulación sectorial (agricultura e industria, interconexión industrial, etc.). Ahora sólo es importante o se presta la máxima atención a la inserción en la economía mundial, jugando algún papel en la fábrica mundial, en el comercio internacional o en las finanzas mundiales, y concibiendo el ajuste macroeconómico como una precondición. No es casual que el capitalismo global haya utilizado el neoliberalismo como ideología para desarmar al Estado como agente económico (que objetivamente se opone a la globalización) acusándolo de ser el mayor enemigo del ajuste, tanto en el Centro como en la Periferia del Sistema, como no lo es que la privatización de los activos mundiales y la desregulación de los mercados hayan asentado a los nuevos hegemones y sus mecanismos de acumulación (las finanzas) en su situación de poder incontestable. En suma, el Estado y su política de desarrollo ya son cosa del pasado, en términos del crecimiento económico actual, 2 1. Rist, G. (2002): El desarrollo: historia de una creencia occidental. Libros de la Catarata, Madrid. 2. Lo que nos remitiría a paradigmas antisistema de funcionamiento económico y social. La necesidad de desvincular el concepto de desarrollo humano de la idea de desarrollo nacional, así como de la necesidad implícita de reconsiderar y ampliar la noción de ciudadanía, desprendiéndola de su carácter nacional, se encuentra argumentada en Unceta, K. (2001): «Perspectivas para el desarrollo humano en la era de la globalización», en Ibarra y Unceta (coord.): Ensayos sobre el desarrollo humano. Editorial Icaria, Barcelona. 3. Como no se trata de agotar la abundante bibliografía a este respecto, baste citar los textos de: Guerrero y Arriola (eds.) (2000): La nueva Economia política de la globalización. Servicio Ed. UPV, Bilbao; Martínez Peinado y Vidal Villa (coords.) (2000): Economía Mundial. Editorial McGraw Hill, y Martínez Peinado (1999), op.cit.

3 sus gurúes y sus políticas 4. Por lo tanto, la problemática que afrontaban la economía y la sociología del desarrollo se ve transmutada por el nuevo funcionamiento capitalista: no hay salvación ni desarrollo fuera de la globalización. O inserción en el capitalismo global (según sus leyes), o marginación y destrucción. La cooperación, por tanto, ya no será «para el desarrollo» en el sentido que éste tenía hasta ahora, sino que se tiene que orientar a otros objetivos: en el marco capitalista global, ha de ayudar a la inserción (con «buen gobierno» macroeconómico por parte del «Estado-amigo del mercado») aunque con exclusión (y por ello aparece el objetivoestrella de «la lucha contra la pobreza»). Por otro lado, ante el profundo dilema que plantea la globalización (o «conmigo o contra mí»), la cooperación no gubernamental pierde el carácter reformista que en ocasiones había adquirido, en cuanto era, en parte, un conjunto de iniciativas protagonizadas por agentes, en principio, no guiados por la lógica del lucro capitalista (iglesias, particulares, fundaciones e instituciones). Sin objetivo (ante la desaparición provocada del desarrollo) y ante el dilema citado, la cooperación se convierte, directamente, en un mecanismo estructural más de consolidación de la nueva globalidad, dirigida además con los criterios de esa dinámica sistémica. Si la cooperación sirve para consolidar la integración de comunidades, personas y actividades en el mundo del capitalismo global, será bienvenida, auspiciada y financiada por los agentes directores del proceso de globalización (empresas, gobiernos y magnates). Si no sirve para ese fin, quedará marginada. En definitiva, la cooperación para el desarrollo, que ya no es lo que era, y sea lo que sea ahora, se escindirá definitivamente en «pro-sistema» y en «anti-sistema». No es posible una tercera vía. En la categoría pro-sistema, cabrán acciones de aparente neutralidad económica, de pretendido marcado carácter humanitario, de explícito carácter reformista, que en última instancia harán de cabo que se echa al náufrago para que siga enganchado (aunque con el agua al cuello) al navío del «mundo» pilotado por el capitalismo global. En la categoría anti-sistema, las mismas o parecidas prácticas se definirán explícitamente como mecanismos para cortar cabos o incluso generar condiciones de motín en el barco. La cooperación prosistema proclama que la integración en el proyecto modernizador-globalizante del binomio «mercado + democracia» es justo lo que hay que hacer. La cooperación pretendidamente reformista (tercera vía), ante los tremendos estragos sociales, medioambientales y culturales de semejante proyecto, no puede sino balbucear: «porque el sistema genera tales efectos, hay que actuar para paliarlos, hacemos falta!». La cooperación antisistema arguye que hay que actuar, no para paliar, sino para luchar contra el proyecto. El marco y las coordenadas que definirán y en el que operarán una u otra vendrán definidos, en primera instancia, por la propia globalización, puesto que desgraciadamente ha sido el capital el que ha llevado la iniciativa en las últimas décadas, y el que ha determinado ese tablero y las reglas de juego globales, dejando como mucho las reglas «locales» para la cooperación prosistema. Pero esta situación no está exenta de problemas objetivos. En el actual proceso de globalización, está ampliamente admitido que el principal de esos problemas es el de su regulación (lo que muchos han llamado la «gobernanza», el «buen gobierno»). A partir del carácter superestructural ideológico y político de este problema de la globalización, la cooperación define también su reto actual y futuro. Segunda tesis Como el principal problema objetivo de la globalización es la construcción de una superestructura política e ideológica que regule las relaciones sociales e internacionales a esa escala también global, la cooperación adquiere prioritariamente carácter político e ideológico. Desde la perspectiva sistémica, la crisis de la base económica podemos fecharla a finales de la década de los sesenta y principios de los setenta (crisis de la hegemonia productiva y comercial de EEUU, crisis del sistema monetario internacional, crisis del modelo energético, petrolero, y de los restos del sistema imperialista, crisis del modelo fordista de crecimiento nacional ). Dicha crisis supone el punto de inflexión que sitúa la globalización como precisamente el proceso que, desde entonces, intenta relanzar el proceso de acumulación a escala mundial, ahora sí, definitivamente, sobre la base de la explotación sin cortapisas de los recursos mundiales y la redefinición de las relaciones internacionales en un sentido supraestatal, es decir, eliminando o relajando las regulaciones estatales (keynesianas y desarrollistas). Las relaciones intraestatales (en el interior de los estados) entre las clases sociales, por su parte, se rediseñan también mediante el ajuste y la gestión del desempleo (que segmenta y atemoriza a la clase obrera) y de la población inactiva (tanto en su tramo juvenil como en el de los pensionistas-temerosos votantes). Es impresionante constatar la homogeneidad de los discursos y las políticas económicas y sociales aplicadas en el 107 BUTLLETÍ INFORMATIU MÓN-3 4. Lo cual no quiere decir que vayan a desaparecer los estados-nación, sino que se va perdiendo su funcionalidad histórica. Una buena expresión de todo esto, incluso desde el análisis convencional, la aporta Susan Strange (2001): La retirada del estado. Icaria Editorial-Intermón Oxfam. 5. El Sistema Capitalista Mundial se constituye como un Sistema de Formaciones Sociales siguiendo la terminología de Samir Amin, con una superestructura inter-nacional (básicamente, a través de la dominación de EEUU y la legitimación del sistema de Naciones Unidas). 3

4 107 BUTLLETÍ INFORMATIU MÓN-3 Centro y en la Periferia, por gobiernos liberales, conservadores o socialdemócratas, sin distinción. El resultado práctico ha sido la mundialización de la infraestructura del sistema (explotación global de los recursos mundiales), y de su estructura (globalización de las clases sociales y pérdida de soberanía nacional en las relaciones internacionales), es decir, de la base económica del sistema de formaciones sociales. Pero los problemas han aflorado al intentar establecer una superestructura capaz de regular esa nueva base económica mundializada. De la misma forma en que el Sistema Imperialista, al cambiar la estructura sistémica con la derrota de los fascismos y la descolonización, tuvo que transmutarse en Sistema Capitalista Mundial (empequeñecido por las desconexiones populares soviética y asiáticas), ahora dicho sistema se transmuta en Sistema Capitalista Global, pero para ello necesita cimentar una superestructura genuinamente sistémica que le haga funcionar como tal sistema 5. La «nueva arquitectura financiera» que se autoadjudica mesiánicamente el FMI, Basilea II, el AMI, la OMC son ejemplos claros de la superestructura económica global diseñada, pero no están siendo fáciles de consolidar, y las dificultades para ello se multiplican tanto por las acciones de gobiernos como de movimientos sociales. Se han definido así dos campos (derivados del dilema enunciado en la tesis anterior): el de la globalización oficial y el de la «alter-globalización». El debate entre ellos, entre sus propuestas políticas e ideológicas, está en la primera línea de combate de los movimientos sociales que no se conforman con el presente y el futuro del capitalismo global 6. Pero hay otro aspecto importante en esta falla superestructural del sistema, y es la propia relación de hegemonía en su Centro, o, dicho de otra forma, hay un problema de protagonismo en la construcción de la superestructura política, en la regulación del poder. Las iniciativas del capitalismo anglosajón, cargadas de la ideología conservadora de los estadounidenses, han pretendido situarlos en las mejores posiciones en este cometido, pero las respuestas de gobiernos y movimientos sociales contra el fondo y/o la forma de tales iniciativas trufadas de integrismo religioso, militarismo, desprecio por la legalidad internacional, etc., muestran que los objetivos no se han conseguido. Hoy el mundo es política e ideológicamente muy inestable, con conflictos y peligros de toda índole multiplicados respecto al pasado. La cooperación se hace eco de todo ello. De hecho, está transmutándose también para ofrecer discurso e instrumentos para establecer las «nuevas» relaciones en y entre los territorios del gobierno mundial. Así, pueden entenderse las tendencias de la cooperación prosistema a centrarse en tareas de sustrato fundamentalmente político o, en términos más generales, de tipo superestructural: el discurso (y los programas de cooperación) para el «buen gobierno», para la «modernización» de la administración (enflaqueciendo lo público), para la «estabilidad democrática», para afrontar el peligro del «terrorismo» por el «choque cultural» (al que se asimila cualquier disidencia) y la necesidad de una cooperación específica al respecto (alegal cuando no ilegal), etc. Y, por supuesto, siempre dirigida desde y por el poder 7. Ese es el nuevo campo de juego. Desde el punto de vista de la libertad, la justicia y la legalidad (por más que ésta sea incompleta, porque hay muchos derechos individuales y colectivos reconocidos por las instituciones internacionales pero sin protección legal efectiva, y más si los viola EE.UU.), la construcción de la superestructura del Sistema Capitalista Global implica muchos nuevos peligros y la posibilidad de retrocesos en los logros conseguidos hasta hoy. Por ello, la cooperación antisistema tiene que abrirse (e incluso poner en primer plano) a estos campos hasta ahora poco transitados, ofreciendo alternativas a la hipocresía, la opresión y la represión, defendiendo y ayudando al fortalecimiento de lo colectivo, de la práctica democrática, de los derechos de ciudadanía universal, promoviendo la primacía legal de los derechos de los pueblos y de los trabajadores por encima del derecho del capital (especialmente foráneo) a engrandecerse a costa del futuro de las generaciones venideras. O se sirve a la consolidación de la superestructura del capitalismo global, o se resiste contra tal proyecto, impregnando la cooperación de los consensos y prácticas alternativas cuyas bases sean la justicia, la democracia y la libertad. Y, en este sentido, habrá que superar la falsa dicotomía de la financiación pública-privada, porque quién asegura mejor unos objetivos y prácticas democráticas en defensa de lo colectivo? Un ayuntamiento democrático puede apoyar más decididamente una cooperación eficiente y eficaz que una ONG 4 5. El Sistema Capitalista Global se define a semejanza de una única Formación Social Capitalista Mundial, aunque persistan entes nacionales y estatales heredados del pasado, y que no determinan ni la dinámica económica ni la jurídico-política, ya que el poder se ejerce con dimensiones transnacionales. 6. La Monthly Review-Selecciones en castellano (ed. Hacer y Món3) ha dedicado su nº 3 (marzo 2005) a dichos movimientos, con el título «Movimientos de resistencia al capitalismo global». 7. Muchos son los ejemplos recientes, sobre todo a partir del 11 de septiembre del 2001, de las intervenciones de Estados Unidos en este sentido. A este respecto, resultan especialmente significativa las palabras pronunciadas el 26 de octubre del 2001, por el entonces Secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, cuando afirmaba que pretendía asegurarse de tener las mejores relaciones con las ONG, porque constituían un multiplicador de fuerzas, una parte muy importante de su equipo de combate (discurso citado en Brauman, R. (2005): «Injerencia humanitaria o misión civilizadora?». Le Monde Diplomatique, Edición española. Septiembre).

5 107 BUTLLETÍ INFORMATIU MÓN-3 VENTURA&COROMINA cuyos «accionistas» (donantes) no quieren que «se meta en política». La cooperación descentralizada puede encontrar aquí un pilar para progresar en términos de democracia directa en los dos sujetos de la práctica cooperativa, y dar sentido antisistema a la llamada «glocalización». Un sentido que, por otra parte, sólo podrá encontrarse en la lucha contra la desigualdad y la polarización que la superestructura neoliberal esconde pero provoca. Tercera tesis La polarización en el sistema se está globalizando a través, ya no sólo de las desigualdades inter-nacionales, sino también a través de las desigualdades entre clase y grupos sociales generadas por la globalización neoliberal, profundizando la brecha entre ricos y pobres. Para combatir la extensión de la nueva pobreza global en el Sistema y la violencia que genera, tanto en su Centro como en su Periferia, la cooperación prosistema pondrá en primer término la ayuda humanitaria y/o social, que a menudo asumirá la forma de cooperación/ayuda militarizada. El desarrollo del capitalismo global no supone el fin del desarrollo desigual de la formaciones sociales, sino su transmutación en una creciente polarización, a través, sobre todo, de un aumento de la competitividad entre pueblos y grupos sociales por ofrecer más ventajas al capital global en detrimento de sus condiciones de vida materiales y medioambientales. Esa creciente polarización, manifestada, entre otros fenómenos, como una profundización de la pobreza, exigirá en muchas ocasiones respuestas «inmediatas» y, sobre todo, legitimadas por el complejo comercial publicitario 8. Estas respuestas, pues, estarán marcadas por la «urgencia» ante desastres infraestructurales que manifiestan de golpe las miserias estructurales, y esa misma urgencia impondrá la mediación de operativos en los que la participación de las fuerzas armadas se presentará como indispensable. Los soldados se convierten en cooperantes (?!), y los ministros de defensa españoles en los más entusiastas pregoneros del dislate. J. Forster, vicepresidente del CICR, lo expresó claramente al indicar que el protagonismo de la emergency aid no se va a corresponder con la por otra parte indispensable cooperation for development porque, básicamente, se trata de dos ámbitos muy diferentes por esencia, actores, intereses en juego y objetivos desplegados 9. Los «grandes problemas» que emergen de la reproducción ampliada del capitalismo global son la Nueva Pobreza Humana y los desastres naturales. Ya no son la extraversión, el pillaje o el «desarrollo hacia fuera». Al contrario, en la lógica del sistema eso es lo bueno y necesario: el tener algo que ofrecer (hidrocarburos, diamantes, metales preciosos...) al pillaje de las multinacionales y los señores de la guerra como demuestra la Economía Política de los conflictos, o el potenciar nichos competitivos en el comercio mundial a costa de la sobreexplotación y la degradación medioambiental. Con ello se reproducen con- 8. Torres i Prat, J. (2005 ): Consumo, luego existo. Poder, mercado y publicidad. Icaria Editorial. 9. Forster, J. (2005): «From emergency relief to development cooperation», conferencia pronunciada en la Reunión de Directores del European Association of Development Institutes (EADI), Ginebra (Suiza), en febrero del

6 107 BUTLLETÍ INFORMATIU MÓN-3 tinuamente las condiciones del empobrecimiento y la extrema fragilidad ante los desastres. A partir de éstos, la rueda de la ayuda humanitaria puede seguir funcionando, en lo que es un perverso juego de repetición de coyunturas para ocultar la estructura. Ése es el único sentido presente y futuro de la cooperación prosistema, que absorbe además a las movilizaciones provocadas por el espanto ante la creciente miseria y sufrimiento humanos. Esta orientación dominante, marcada por el superestructuralismo y el cortoplacismo, acaba minimizando lo que antes constituía el núcleo de las estrategias y políticas de desarrollo: las actuaciones en el ámbito estructural-económico. Marginalizada por la minimización de lo estatal y lo colectivo, la exigua cooperación estructural para el desarrollo es redefinida, en la lógica neoliberal, a través de la microeconomía de los «agentes racionales» (o sea, motivados por el individualismo y el lucro) en la producción, las finanzas y los servicios. Así se reintegra la cooperación para el desarrollo a la cooperación para el desarrollo del capitalismo. En ese sentido hay que situar la rebaja de planteamientos y objetivos de la cooperación para el desarrollo durante la década de los noventa, cuando el esfuerzo pasó a encauzarse prioritariamente a la cobertura las necesidades y/o carencias más palmarias del binomio desarrollo/pobreza humanos. A este respecto cabe citar la propuesta del «pacto 20/20», planteado por el PNUD en su Informe sobre el Desarrollo Humano de 1994; retomado en parte por el CAD/OCDE en su documento de 1997, «Shaping the 21 st century», donde plantea los objetivos que la AOD debería lograr en los inicios del siglo XXI; y finalmente, los omnipresentes Objetivos del Milenio, refrendados por las Naciones Unidas en el 2000, y asumidos por la práctica totalidad de la comunidad donante como los objetivos prioritarios de sus programas de cooperación para el desarrollo. Todos ellos representan, además del reconocimiento de la envergadura creciente del problema de la pobreza en todas sus manifestaciones, el refrendo de la necesidad de dirigir e incluso priorizar los esfuerzos de la ayuda internacional hacia objetivos básicamente asistenciales. Aquí la cooperación pro-sistema ve abrirse su segunda gran línea de actuación (además de la humanitaria de urgencia): la «solicaridad», la industria de los buenos sentimientos, el mercado del lavado de conciencias, que a menudo pueden encubrir objetivos menos honorables. Se trata de la cooperación-escaparate, más atenta a la propaganda/publicidad, la encuesta y el titular mediático que a la denuncia y explicación de las causas que la motivan y, por supuesto, ocultadora, insensible o simplemente ignorante de la dinámica profunda de la triste realidad actual: la universalización del funcionamiento capitalista, con sus mecanismos depredadores y sus efectos devastadores. Javier Martínez Peinado Irene Maestro EL MUNDO SIN SLOBODAN MILOSEVIC, EL SUPERSTAR 6 Antes de que el olvido aleje a Milosevic, de una vez, de las pantallas de nuestros televisores, cabe decir unas palabras sobre la década de grave crisis balcánica ( ) marcada por su presencia: las guerras en el corazón de Europa, la destrucción sistemática de la multiculturalidad, la creación de un nuevo contexto pos-yugoslavo y de un nuevo bipolarismo a escala mundial. El secreto de la larga permanencia en el poder político de Slobodan Milosevic reside en la letal combinación de su gran instinto para mantenerse en ese poder y de su extrema perversidad. Sin ello no se pueden explicar la oscura naturaleza ni la dinámica del complejo entramado balcánico desatado después de la caída del Muro. Y viceversa: fuera de la complejidad de ese entramado balcánico, tampoco es posible explicar el éxito que tuvo ese dirigente en Serbia, un pueblo tradicionalmente antifascista (recordemos la Segunda Guerra Mundial), paneuropeista (recordemos la época de tensión entre los Imperios otomano y austrohúngaro), paneslavista (recordemos la Primera Guerra Mundial y la creación de Yugoslavia) y pacifista (recordemos que Yugoslavia fue, en la época de la Guerra Fría, el único país europeo que, junto con algunos representantes de África y Asia, impulsó el Movimiento de los Países No-Alineados), con el mayor potencial democrático de todas las repúblicas de la ex Yugoslavia en la década anterior a Milosevic (la de los años ochenta). Cómo se explica, entonces, el surgimiento de este fenómeno? Dónde ubicarlo? Cómo definir las últimas guerras en los Balcanes? El embrollo balcánico formado entre no es, como a menudo han interpretado los analistas y políticos, una manifestación de la violencia endémica de sus pueblos, sino una muestra de posibles escenarios de futuro de nuestro mundo posmoderno. Milosevic no fue ninguna desviación del camino de la democracia liberal, sino el liberalismo y la democracia contemporáneos en acción. En ese sentido, los Balcanes son más bien un daño colateral que no disidencia del sistema mundial contemporáneo. Sin este sistema como

7 107 BUTLLETÍ INFORMATIU MÓN-3 VENTURA&COROMINA marco general, el gran instinto y la extrema perversidad de Milosevic hubieran quedado en la esfera de la psicología individual, es decir, en pura psicopatología. Sin embargo, ese diabólico dirigente fue convertido en un superstar, que durante toda una década aparecía a diario en las pantallas de nuestros televisores. «La alternativa que se nos presenta entre el Nuevo Orden Mundial y los nacionalistas neofascistas que se oponen a él es falsa. Se trata de la cara y la cruz de una misma moneda. El Nuevo Orden Mundial fabrica por su propia cuenta los monstruos contra los cuales luego lucha.» Así describe el esloveno Slavoj Zizek 10, uno de los más lúcidos pensadores europeos de hoy, la relación intencionadamente confusa y opaca entre el capitalismo posmoderno internacional y el régimen gobernante en Serbia durante la década de los noventa. En lugar de presentarse como «cara y cruz de una misma moneda» (ora aliados, ora antagónicos, pero siempre sosteniéndose mutuamente), el capitalismo internacional posmoderno y el nacionalsocialismo de Milosevic se autopresentaban como polos opuestos. Patetismo e histeria, unilateralismo y agresividad, dogmatismo y simplificación, son las bases de esa nueva ideología bipolar que se sustenta sobre una imagen maniquea del mundo como contraste entre lo blanco y lo negro. Pero el mundo es algo más complejo. El problema de las llamadas intervenciones humanitarias, que surge en el escenario político mundial después de la caída del Muro de Berlín (1989), es su problema medular. La guerra preventiva, es decir, la justificación del ataque militar en cualquier situación y lugar del mundo donde Occidente considere amenazados, real o ficticiamente, sus intereses estratégicos y económicos, se basa en un argumento invocado por Mussolini para justificar la agresión contra Etiopía en Ese concepto es hoy la base ideológica del desarrollo económico (y democrático) a escala mundial, y por ende, necesita superstars supermalos para tapar una realidad tan lamentable. Lo que está claro es que el orden jurídico y social internacional creado después de la Segunda Guerra Mundial ya no sirve. La soberanía, la integridad territorial, los asuntos interiores, la ONU, el Consejo de Seguridad, el veto de las grandes potencias y otros principios e instituciones del sistema de Breton Wood están definitivamente agotados. La nueva situación que se da en el mundo después de 1989 ha traído consigo nuevos problemas: la conciencia ecológica, el desarrollo sostenible, los derechos humanos, la mundialización. Sobre el agotamiento de las viejas ideas e instituciones da fe también el hecho de que sus últimos y más estridentes portavoces hayan sido justa- 10. Slavoj Zizek (Ljubljana, 1949), filósofo, profesor invitado en las universidades de París, Columbia, Princeton y Georgetown, colaborador de The New York Times y presidente de la Sociedad para el Psicoanálisis Teórico de Eslovenia, ejerce una crítica sistemática de la posmodernidad y exige la reinvención de una ética de izquierda capaz de hacer frente a la revolución de la tecnología y la biomedicina. 7

8 107 BUTLLETÍ INFORMATIU MÓN-3 mente Slobodan Milosevic y Sadam Husein, líderes con el peor saldo político a finales del siglo XX. Pero todavía no se han creado nuevos principios, normas e instituciones por los que haya de regirse la comunidad internacional. El Nuevo Orden Mundial (la globalización capitalista) se presenta como un nuevo Desorden mundial que se expande rápidamente por todo el globo. Hoy, después de Yugoslavia (Kosovo), Ruanda, Afganistán, Irak y, próximamente, Irán, resulta bastante obvio que sin algún cambio interno, adaptación y evolución, el capitalismo posmoderno internacional no va a disponer de capacidad estructural para crear nuevos principios, normas ni instituciones. Especialmente las que puedan insuflar vida y sentido universales mediante las llamadas intervenciones humanitarias. El gran tabú, el tema omnipresente pero silenciado, es la limitación y la contradicción que encierran el capitalismo real internacional como sistema y el liberalismo como su subsistema ideológico. La limitación reside en la incapacidad (objetiva, estructural) de cumplir con los objetivos ideológicos: las promesas de desarrollo económico y de la democracia en todos los países y pueblos del mundo, tal como planteaba Francis Fukuyama. La contradicción reside en la necesidad (objetiva, estructural) de colaboración de los realcapitalistas y liberales internacionales con quien sea, incluidos los fascistas, cuando interese al sistema. Por supuesto, esa limitación y esa contradicción comprometen profundamente ese sistema, de modo que esta realidad se «olvida» y oculta a diario, objetiva y sistemáticamente. Pero no se ha logrado ocultar el profundo sentimiento de incomodidad que provoca. Como si fuera fácil fingir la normalidad mientras se hace uso del derecho a utilizar la fuerza en lugar de la fuerza del derecho, sembrando caos, arbitrariedad, dobles estándares y violencia ilimitada. La intervención de la OTAN en Serbia (1999), a pesar de la infinita perversidad de Milosevic al que no alcanzó ninguna de las bombas que durante tres meses y medio destruyeron sistemáticamente la infraestructura del país, mostró dolorosamente la contradicción interna entre el supuesto humanismo del capitalismo posmoderno internacional y su manera de comprender el derecho. Aquella invasión, que daba legitimidad a la celebración del 50 aniversario de la OTAN, y al mismo tiempo daba legitimidad interna a Milosevic, ayudó a discernir con más claridad que el rey (el Nuevo Orden Mundial), a pesar de todo, está desnudo. Hoy, cuando Milosevic por fin ya no está, quedan las consecuencias del nuevo colonialismo en los Balcanes: llevado al extremo en Bosnia y Kosovo, y presente bajo unas formas menos evidentes en el resto de los países pos-yugoslavos. Sus características son bien conocidas: la debilidad económica, política e ideológica, el alto grado de dependencia y de devastación; la desintegración, fragmentación y dominación progresivas. Mentalidad neocolonialista, arrogancia y desasosiego. Y, por supuesto, instituciones y actividades neocolonialistas. Nueva geografía política: OTAN, OSCE, SFOR, KFOR, UNMIK. Nuevos acrónimos. Un grado menor de occidentalización. Protectorados atípicos. Aislamiento. En Kosovo, la construcción de la base militar de Camp Bondsteel 11 (que, por cierto, Milosevic intentó impedir), teóricamente destinada a ayudar a la población albanokosovar pero que en la práctica tan sólo protege la construcción del oleoducto transbalcánico y desarrolla redes de comercio criminal la del tráfico de mujeres del Este y la prostitución forzada de éstas 12, la de las drogas procedentes de Oriente Medio. En resumen: desarrollo del subdesarrollo como escenario de futuro. Milosevic hizo mucho daño a los pueblos de la ex Yugoslavia, especialmente al suyo propio, el serbio. Tal como vienen advirtiendo Chomsky, Parenti y el premio Nobel de literatura Harold Pinter, en tanto que cliente ideal o, mejor dicho, agente del Nuevo Orden Mundial, Milosevic no es simplemente un problema balcánico, sino un cataclismo histórico, una catástrofe a escala global. Los superstar jamás son una cuestión local. Lo que asusta es que ahora, cuando él ya no está, el mundo sigue exactamente igual. Maria Djurdjevic Directora de la Casa de l Est Camp Bondsteel se sitúa en un lugar vital entre los corredores energéticos que están en construcción en los Balcanes, muy especialmente el oleoducto transbalcánico AMBO, esponsorizado por los Estados Unidos a través de Exxon-Mobil y Chevron; en Sylvia Gómez Saborido, De Kosovo a Irak: la militarización corporativa del petróleo, Instituto Galego de Análise e Documentación Internacional (IGADI), 2003, Amnistía Internacional alertó en 2004 del incremento «sin precedentes» de la industria del sexo basada en el tráfico de mujeres y niñas en Kosovo desde que en 1999 se desplegaron las fuerzas de la ONU y de la OTAN, y denunció la implicación de miembros de estos cuerpos en los delitos A la espera de su ingreso en Europa, Kosovo, donde el crimen organizado tiene vínculos con la policía local y con la guerrilla nacionalista albanesa, se ha convertido en un lugar de paso crucial el tráfico de drogas y personas, como explica Jean-Arnault Dérens en su artículo «Imposible administración de la ONU. Kosovo, un avión sin piloto», Le Monde Diplomatique, núm. 54, diciembre de Sobre la relación existente entre el intervencionismo norteamericano en el extranjero y la creación de «zonas grises» del comercio criminal, véase Sylvia Gómez Saborido, op.cit.

9 IMPACTES SOCIALS I AMBIENTALS DE REPSOL AL NORD I AL SUD Les activitats de Repsol YPF generen greus impactes socials i ambientals, contínuament denunciats per les poblacions afectades, però poc escoltats en l'estat espanyol. Repsol YPF opera en 32 països. En el 2005 va obtenir un benefici net de milions d euros. Els seus principals accionistes són La Caixa i el Chase Manhattan Bank. Actuacions com les de Repsol YPF i altres empreses transnacionals espanyoles que actuen en els països del Sud generen deutes ecològics i socials que ningú assumeix. El nostre objectiu és evidenciar la veritable «irresponsabilitat social corporativa» de Repsol YPF davant l'opinió pública espanyola, alhora que enllacem les xarxes de resistència a Amèrica Llatina i en l'estat espanyol. Tot això coincidint amb la Junta d'accionistes de Repsol, que tindrà lloc a Madrid durant el mes de maig de Volem aprofitar aquesta ocasió per obrir un espai de debat, reflexió i generació de propostes sobre temes com: el deute ecològic i social, les transnacionals i la democràcia, i la crisi del model energètic. Per aquest motiu, el 13 de maig a les 10 h. a la Sala d Actes de la Facultat de CC. Econòmiques UB, organitzem un seminari, on participaran especialistes en aquests temes i afectats directes per les accions de Repsol YPF. És molt important que hi pugueu assistir. Els impactes d algunes transnacionals, sobretot les petroleres, son cada dia més flagrants. Ens hem d informar, hem d escoltar les persones afectades i hem de pensar com podem continuar lluitant plegats perquè impactes socials i ambientals com els que genera Repsol no es donin amb total impunitat. 107 BUTLLETÍ INFORMATIU MÓN-3 Podeu trobar més informació a: Organitza: Campanya «Qui deu a qui», amb la col laboració de la campanya «Repsol Contrajunta d afectats». Amb el suport de Món-3. ELS REPTES DE LA LLIBERTAT D EXPRESSIÓ A COLÒMBIA Els dies 3 i 4 de maig la Coordinadora per la Llibertat d Expressió de l ICCI/Casa Amèrica Catalunya va organitzar unes jornades de reflexió sobre «Els reptes de la llibertat d expressió a Colòmbia» i de suport al col lectiu Medios para la Paz. En aquest país, Món-3 precisament va guanyar l any 1996 el concurs del Col legi de Periodistes de Catalunya, amb un projecte de cooperació de suport a la formació de periodistes per part de la cooperativa COMUNALT (comunicació alternativa) en el Departament del Cauca. Aquestes jornades van comptar amb les intervencions de: Gloria Ortega i Bernardo Gutiérrez, membres de Medios para la Paz ( Juan Manuel Sáenz de Andrés, ex-corresponsal de TVE a Bogotà; Maruja Torres, periodista; i Antoni Traveria, director de l ICCI. Les intervencions van fer palesa la dificultat de proporcionar notícies certes, fiables i veritables, sobre aquest país, per més que compte amb mitjans de comunicació potents i de reconegut prestigi, donat que en part del territori existeixen enfrontaments armats entre parts en conflicte (exèrcit, guerrilla i paramilitars) i el nombre de morts, desapareguts i amenaçats és notori. En aquesta situació, la veritat dels fets de vegades es pot interpretar de manera esbiaixada i sovint la mort és el preu que l informador paga per fer bé la seva feina. De fet, la sortida del país de molts periodistes és, segons els ponents de Medios para la Paz, la única via que tenen de protegir la seva vida. El periodista Xavier Vinader, que va lliurar el Primer Premi Internacional Catalunya a la Llibertat d Expressió a Medios para la Paz, per la seva meritòria tasca en una situació tan crítica, va recordar que nosaltres també estem assistint a un procés de pau al País Basc i potser trobem a faltar una acció com la dels premiats per part del mitjans de comunicació a casa nostra. Albert Ricart 9

10 X JORNADES D ECONOMIA CRÍTICA 107 BUTLLETÍ INFORMATIU MÓN-3 Entre el 23 i el 25 de març van tenir lloc a Barcelona les X Jornades d Economia Crítica, que, des de fa vint anys, i organitzades per economistes crítics de tot l Estat, se celebren amb caràcter bianual a diferents ciutats espanyoles. De fet, aquesta era la segona vegada que els economistes crítics catalans (pertanyents tant a la UB com a la UAB) assumíem la responsabilitat d organitzar-les. Aquestes jornades varen néixer amb l objectiu, i han continuat en la mateixa línia, de generar un cert espai de reflexió i difusió d idees entre tots aquells economistes de l Estat espanyol que no combregaven amb les corrents de pensament econòmic dominant. És a dir, a partir de la crítica a l ortodòxia econòmica, es tractava (i es tracta) de plantejar formes alternatives i més realistes d enfocar l anàlisi de la realitat socioeconòmica que ens toca viure. L estructura d aquestes jornades té un format de congrés, en el que es fixa un tema genèric i s estableixen uns plenaris temàtics (en aquest cas varen haver-hi tres), unes àrees de treball sobre aspectes concrets (a l actualitat hi ha un total d onze, a les que els participants envien ponències) i algunes conferències complementàries (en aquest cas, dues: una sobre la reforma universitària de Bolònia i una altra de crítica sobre la microeconomia neoclàssica, impartida per Bernard Guerrien, de la Universitat de París I). El títol genèric d aquestes jornades es va determinar en forma de pregunta (alternatives al capitalisme?) que no va acabar de tenir resposta al llarg dels tres dies de treball. Com a positiu, cal assenyalar la considerable assistència de públic, amb una forta presència d estudiants d Econòmiques de diferents Universitats (especialment del País Basc, Madrid i Màlaga; i, malauradament, molt restringida de Catalunya); així com de membres i representants d algunes organitzacions de diferents àmbits socials de mobilització i sensibilització socials. Malgrat això, la difusió i l impacte social que les jornades varen tenir (tant a Barcelona com a fora de la ciutat) van ser molt limitats. En el primer plenari es va tractar el tema genèric de les jornades i es va pretendre reflexionar sobre les possibilitats i les alternatives a l actual món en transformació. En 10

11 el segon plenari es va plantejar la necessitat de contraposar a la corrent dominant de l economia del benefici, una economia de les necessitats. I, finalment, en el tercer plenari es va explicar i denunciar el fort component especulatiu de tota una sèrie de megaprojectes de grans infrastructures a diferents parts de l Estat espanyol (inclosa la Barcelona postolímpica). Per la seva part, un nombre important de ponències es van adreçar a les respectives àrees de treball (Política Econòmica i Unió Europea, Economia Monetària i Financera, Economia Ecològica i Medi Ambient, Economia Feminista, Economia Laboral, Economia Mundial i Desenvolupament, Economia Regional i Territori, Fonaments d Economia Crítica i Pensament Econòmic, Estat del Benestar i Renda Bàsica, Economia Social i Cooperació al Desenvolupament), que varen ser discutides en sessions paral.leles. En particular, a l Àrea de Cooperació al Desenvolupament, que coordino juntament amb en Jesús Santamaría (Universitat de Valladolid) des de la seva incorporació com a àrea diferenciada des de fa quatre anys, vàrem rebre sis ponències sobre temes força heterogenis, la qual cosa va donar peu a debatre un ampli espectre d aspectes relacionats amb la problemàtica de la cooperació a l actualitat. Així, la discussió de les sis tesis elaborades per Javier Martínez Peinado i jo mateixa (que ja es van enunciar al butlletí anterior i que es publiquen complertes entre aquest i el següent butlletí) va permetre plantejar la necessitat de ser conscients del fet que tota iniciativa de cooperació tindrà un paper bé a favor, bé en contra del sistema, sense cap possibilitat d actuacions «neutrals». Conseqüentment, caldrà sempre valorar les implicacions en aquests termes i optar indubtablement per totes aquelles iniciatives que es mantinguin dins de la línia que nosaltres plantegem com a cooperació anti-sistema. En particular, i a partir de la discussió d altres ponències, es va reprendre el debat sobre la vinculació entre el comerç i el desenvolupament, i es va parlar sobre com, moltes vegades (amb un substrat teòric molt determinat, i no sempre prou meditat), es fan propostes orientades a potenciar la inserció dels països perifèrics en el comerç internacional «a qualsevol preu» (sense cap tipus d exigències en les condicions sota les quals portar a terme aquesta inserció i sense tenir en compte a quins grups socials es beneficia específicament). En particular, la presentació d un estudi elaborat per Sodepaz sobre la situació del comerç just a l Estat espanyol, juntament amb un altre sobre sobirania alimentària, impulsat per la Xarxa de Consum Solidari, va permetre plantejar com a dintre del moviment del comerç just hi ha pràctiques força diferenciades i orientades en les dues direccions que hem esmentat. Així, es pot observar, d una banda, l existència d una línia «oficial», que pretén perpetuar l especialització productiva a la que han estat abocats els països perifèrics fins a l actualitat i no promoure cap tipus de transformació social (la creació d una botiga de comerç just per part del Banc Mundial a Washington seria el seu màxim exponent). I, d altra banda, com una línia totalment contrària, ens trobem amb iniciatives promotores d un canvi en l especialització productiva, més centrada en les pròpies necessitats de les diferents comunitats («autocentrament») i vinculada als importants moviments a favor de la sobirania alimentària arreu del món. Finalment, la política espanyola de condonació del deute, alguns elements de discussió sobre la perspectiva de l economia ecològica dins del món de la cooperació i el paper de les remeses d emigrants mexicans a Estats Units, en les famílies d origen, varen ser alguns dels temes tractats en les altres ponències de l àrea. Irene Maestro Yarza 107 BUTLLETÍ INFORMATIU MÓN-3 LA EXTRAÑA TRANQUILIDAD DE LOS AYATOLÁS Puede parecer incomprensible la tranquilidad con la que las autoridades de Irán están gestionando la crisis más grave de toda la historia contemporánea del país. El anuncio del presidente Ahmadinezhad de que Irán había conseguido enriquecer uranio para combustible nuclear algo legítimo dentro del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, podría tener varias interpretaciones: Está dando más argumentos a Bush para que invada Irán? O es una amenaza, como si de una bomba atómica se tratara? No será acaso una «mentira preventiva»? Irán debería tener al menos una decena de plantas atómicas para poder enriquecer uranio, cuando en realidad sólo cuenta con una en construcción, en Busher. Querrá meter miedo en el cuerpo de Bush? Acaso el régimen de Irán no se da cuenta de la tragedia que se acerca y por eso no muestra miedo, o es que se ha resignado ante lo que se presenta como una fatalidad inevitable? Pues ambas posturas existen. La primera está encarnada en Alí Jameneí, el líder espiritual, y en el presidente Ahmadinezhad, su discípulo, mientras que la segunda la encarnan los dos ex presidentes, Hashemí Rasfenyani y Mohammad Jatamí. Lo curioso es que esas posiciones divergentes terminan por converger en una misma decisión: no ceder ante las presiones de Occidente. Los desafiantes El eje Jameneí-Ahmadinezhad opina que EEUU no se atreverá a invadir Irán y que la llamada «crisis nuclear» no es más que una guerra psicológica. Sus motivos son los siguientes: 11

12 Amb la col laboració de la Fundació Tam-Tam Que el poderío del ejercito iraní ha hecho temblar a la primera superpotencia militar del planeta. Que el equilibrio de fuerzas en la zona ha cambiado en favor de Irán, debido al fracaso de EEUU en Irak y al triunfo de Hamas en Palestina. Poco importa que Hamas no tenga ni fuerza para suministrar pan a sus votantes! Que Bush necesita de la ayuda iraní tanto para controlar a los chiitas de Irak como para impedir la iraquización de Afganistán. O tal vez ha optado por eliminar lo que considera justamente una fuente de desestabilización en esos países? Que Rusia y China impedirán una invasión en Irán, su único aliado estratégico en la región. Como si hubieran podido impedir la guerra contra Yugoslavia e Irak! Que Occidente necesita del petróleo iraní, y éste puede cerrar el grifo en cualquier momento. Inútil chantaje. Desde 1979 no sólo el mercado norteamericano está cerrado al crudo iraní, sino que los ayatolás exportan sólo unos 2 millones de barriles diarios, el 3% del consumo mundial y una tercera parte de lo que el Sha exportaba en En cambio, para un país monoproductor como Irán, cuya economía depende de esos ingresos, cortar el suministro de crudo sería un suicidio. Que para evitar los efectos de unas posibles sanciones económicas han firmado grandes contratos comerciales con países fuera de la órbita norteamericana. Aun así, y para tranquilizar a la opinión pública y evitar que el nerviosismo creciente de la población se convierta en protestas contra el régimen, aseguran que Alá estará de su lado. Como si los iraquíes no fueran musulmanes! Tanto Ahmadinezhad como Jameneí simpatizan con la asociación apocalíptica de Hoyatíe. Este poderoso grupo de presión, que reúne a los seguidores de Mahdi, el duodécimo Imán de los chiitas y oculto desde el siglo IX, divulga la idea de que aquel santo aparecerá cuando el caos domine el mundo. Querrán acercar su llegada? Hoyatíe fue ilegalizada por el Imán Jomeini en 1983 por aplicar el temerario principio de «cuanto peor, mejor». La guinda de este desafío la pondrán cientos de hombres suicidas, repartidos por los cuatro rincones del planeta. Los resignados Representan a la segunda facción del régimen y sostienen que EEUU consciente de que las armas de destrucción masiva iraní no existen ni podrán existir en décadas nunca admitirá que las inmensas reservas de hidrocarburos de Irán queden fuera de su dominio. Es más, harán todo lo posible para dejar sin efecto el «Contrato del Siglo» que Irán ha firmado con China, su gran rival China, por el que Pekín recibirá durante los próximos 25 años el petróleo y el gas persa. Hoy, una cuarta parte del 60% del petróleo importado chino sale de Irán. Los pragmáticos islámicos estarían dispuestos a negociar, si no fuera porque, tanto en el gobierno de Irán como en el de EEUU, hay sectores que quieren guerra. No congelaron, en 2004 y durante más de dos años, su programa nuclear sin que los occidentales cumplieran con su promesa de otorgarles garantías de seguridad ante las hostilidades de EEUU? Hoy la confrontación se presenta inevitable. El coste: el sufrimiento y la vida miles de inocentes, aquí y allá. Nazanín Amirian Escritora y periodista iraní BUTLLETA D INSCRIPCIÓ per col laborar amb Món-3 omple aquesta butlleta i retorna ns-la. Rebràs informació de totes les activitats de l organització i podràs participar-hi. Nom i cognoms Adreça CP i població País Telèfon Correu-e Estudis, curs i universitat Quota anual mínima 25 euros Quota anual superior voluntària Ordre de pagament: Atengui, si us plau, fins a nou avís, i amb càrrec al meu compte o llibreta d estalvi, els rebuts que li siguin presentats per la Fundació MÓN-3. Atentament, Entitat, agència i n. de compte Signatura Diagonal Barcelona T Fax msirera@ub.edu