Movilidades estudiantiles y científicas en México, retornos y redes: mutaciones de las políticas y transformaciones de los dispositivos

Transcripción

1 En el marco de las actividades del OBSMAC, financiadas por el IESALC de la Unesco, fueron elaborados, en 2011, estudios de casos sobre las movilidades científicas, las políticas de retorno o revinculación y las redes de transferencia de saberes en diversos países de América Latina. Los estudios de caso in extenso están en vías de publicación, con el apoyo del IESALC. Estamos dando a conocer, mediante la página Web del OBSMAC, resúmenes ejecutivos de esos trabajos. El segundo de esa serie concierne México y su elaboración estuvo a cargo de Sylvie Didou. (Sylvie Didou, coordinadora del OBSMAC, 12 de Julio 2011) Movilidades estudiantiles y científicas en México, retornos y redes: mutaciones de las políticas y transformaciones de los dispositivos Sylvie Didou Aupetit didou@cinvestav.mx Julio 2011 En México, analizar la movilidad académica (es decir la de los estudiantes universitarios y de los científicos) implica referirse a tres categorías de programas de fomento a los intercambios desde y en dirección a México: esos son a. los de becas de posgrado al extranjero, b. los de retorno para los recién graduados de posgrado, titulados en instituciones extranjeras, que conjuntamente con los de invitación a investigadores extranjeros, constituyen los ejes vertebradores de la movilidad inversa es decir de la de regreso al país de origen y c. los de revinculación que, en México, han sido enfocados hasta ahora a la creación de redes para la puesta en marcha de proyectos de indagación bi nacionales en áreas disciplinarias prioritarias. Un estudio de las políticas de internacionalización supone por lo tanto evaluar los efectos y las tendencias de comportamiento de las acciones gubernamentales y rastrear sus transformaciones e inercias, estimar la pertinencia de los indicadores que permiten ejercer su seguimiento y detectar sus consecuencias en la organización del sistema nacional de ciencia y tecnología. Dado que los programas aplicados con fines de repatriación y revinculación fueron destinados a mitigar las repercusiones negativas de la fuga de cerebros en las capacidades instaladas en el país, optamos por situarlos en el marco de los flujos 1

2 migratorios en su conjunto para indicar su relevancia, en tanto la emigración de recursos humanos altamente calificados representa una corriente minoritaria con respecto del número total de migrantes pero en incremento rápido y superior al promedio, en la pasada década. Las políticas públicas para la formación en el extranjero de los recursos humanos en el posgrado han dependido, desde los 70, esencialmente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y, marginalmente, de la Secretaria de Educación Pública (SEP) y de la Secretaria de Relaciones Internacionales (SRE). En los 70, casi la mitad de las becas otorgadas por el CONACYT era atribuida para estudios en el extranjero, en función de la demanda de apoyos emitida por los solicitantes, caracterizada como demanda libre ; después de década y media durante la que el promedio de becas asignadas en esa categoría representaba alrededor del 20%, desde 2002, el CONACYT eligió asignar proporciones decrecientes de sus becas a estudios en el extranjero y al nivel de maestría. Si bien esas opciones de política han sido reforzadas por la crisis económica mundial del 2008, no han obedecido sólo a la problemática de los costos unitarios diferenciales de las becas en el país y en el exterior; fundamentalmente, han sido destinadas a reforzar otras políticas cruciales, desde la pasada década, para la reorganización del sistema de ciencia y tecnología, a saber el aseguramiento de calidad y la consolidación de capacidades de formación in situ. En paralelo a esas reformas, el CONACYT instaló esquemas innovadores de movilidad internacional corta, como el programa de becas mixtas: inscribió así la movilidad individual en dinámicas de consolidación de cuerpos académicos e inserción de los laboratorios en redes colaborativas internacionales. Adicionalmente, fomentó patrones no convencionales de internacionalización, por ejemplo el diseño de una oferta de posgrados en co-graduación y la constitución de espacios colaborativos binacionales, tal el auspiciado por el Colegio Franco Mexicano de Ciencias Sociales. Esas transformaciones expresaron, en su conjunto, una voluntad política de lograr una mayor regulación del proceso de internacionalización y la mejor articulación de la movilidad internacional con las políticas de aseguramiento de calidad, tanto en educación superior como en investigación, transitando de un esquema en el cual primaban los deseos de los individuos a uno en el qué 2

3 los apoyos gubernamentales para la movilidad internacional procuran reforzar áreas disciplinarías, garantizar una formación profesional de alta calidad (principalmente en lo tocante a los posgrados para académicos) y diversificar la cooperación predominante (dependiente de Estados Unidos) hacia otras contrapartes, esencialmente europeas (Gran Bretaña, España, Francia y Alemania, sobre todo). Pese a los resultados obtenidos en los últimos años, la dispersión de la información proporcionada a los interesados, la irrupción de nuevos jugadores en el escenario (fundaciones, asociaciones universitarias, empresas, bancos y agencias extranjeras de cooperación) que manejan muchos programas de escasa cobertura propician que quiénes conozcan mejor las oportunidades ofrecidas sean sólo unos cuantos. Lo anterior plantea como pendientes mejorar la orientación a los usuarios y la información para la toma de decisiones de los interesados; más allá, implica propiciar una distribución más equitativa de las oportunidades en función del género, de las pertenencias étnicas pero también de factores discriminatorios menos visibles, como la adscripción institucional o la residencia. Otro problema detectado concierne la falta de información para monitorear el rendimiento de las inversiones en las becas, considerando tanto los individuos beneficiados (cuántos de los becarios obtienen su título en el plazo esperado, regresan a México e ingresan a la academia) como su contribución colectiva al mejoramiento de los recursos para la ciencia y la tecnología, principalmente en los estados de la República (reproducción de equipos de calidad, desarrollo de líneas nuevas de indagación). Aunque la información disponible sobre estudiantes internacionales de origen mexicano sea incompleta y requiera ser trabajada con mayor sistematicidad, lo es menos que la concerniente a los estudiantes extranjeros que eligen realizar todo o parte de su escolaridad de nivel superior en el país. Si bien su número oficial es considerablemente inferior al de los que parten afuera, los datos son poco confiables; la cantidad de los que vienen al país para realizar un periodo de estudio no certificado por una credencial educativa es subestimada, debido a problemas vinculados con su estatuto migratorio, a la manera cómo las autoridades migratorias otorgan el estatuto de estudiante a los extranjeros y a la falta de 3

4 dispositivos institucionales estandarizados de registro. En esas condiciones, se puede sólo sospechar que si bien el tamaño del grupo de estudiantes extranjeros en México se está expandiendo más de lo que lo dejan vislumbrar las cifras disponibles, su aumento se debe a la movilidad corta más que a la de larga duración, orientada a la obtención de un grado. Habrá que analizar las repercusiones de esa situación en los programas de atracción de estudiantes extranjeros, vía becas, implementados por el CONACYT, la SEP y la ANUIES, y principalmente, en sus perfiles geográficos y socio-demográficos, sus demandas de formación y sus pautas de estancia. Otros interrogantes centrales respecto de la movilidad de entrada conciernen la posibilidad para México de volver a posicionarse como un lugar atractivo para los estudiantes procedentes de centro y de sur-américa (posición ocupada en los 70 y 80 y luego ganada por destinos alternos como Cuba), de mejorar su ubicación en los rankings internacionales de calidad, de brindar condiciones adecuadas de recepción a los estudiantes extranjeros y de resolver las dificultades que confrontan al solicitar, en México y en sus países de origen, el reconocimiento de títulos y grados. Por esas razones, la formación de los gestores institucionales de la institucionalización aparece como una tarea pendiente, en el país, con el objeto de un mejor servicio a las comunidades que atienden. Los programas de retorno e internacionalización de las comunidades científicas, llevados a cabo en México en las pasadas dos décadas, surgieron como resultado de un acuerdo de cofinanciamiento entre el gobierno mexicano y el Banco Mundial en los 90, denominado Programa de Apoyo a la Ciencia en México. Ese programa y los que le sucedieron contribuyeron a una internacionalización gradual de la elite científica nacional; si se define esta como la determinada mediante los procedimientos de evaluación de la productividad y de la trayectoria aplicados por el Sistema Nacional de Investigadores -SNI, y si se calcula el índice de internacionalización recurriendo a los indicadores de doctores extranjeros incorporados y de graduados mexicanos titulados en establecimientos del extranjero, aparece que más de 1 de cada tres investigadores del SNI fue formado en el extranjero. Los estudios de recorridos indican además que la adquisición de un doctorado o un postdoctorado fuera del país es un elemento cuya relevancia en la trayectoria ascendente es 4

5 importante, aunque varía según las áreas disciplinarias. En 2009, el gobierno de México lanzó la iniciativa del Sistema Nacional de Investigadores para académicos residentes en el extranjero, pero tanto el radio de la Convocatoria como el tipo de personas apoyadas no fueron los esperados y no permitieron establecer una radiografía de la situación profesional y especialización disciplinaria de los científicos mexicanos emigrados. Mostraron en cambio una voluntad de retorno entre los doctores recién titulados en el exterior que habría que respaldar. En general, las políticas de retorno han beneficiado esencialmente a algunas instituciones y áreas disciplinarias y han sido supeditadas a recursos presupuestarios variables más que relacionadas con proyectos articulados de constitución de redes, movilidad estudiantil en el marco de laboratorios y equipos constituidos y mejoramiento institucional estratégico. Faltaría entonces elaborar diagnósticos finos de situación sobre límites y logros así como mejorar su monitoreo cualitativo, en lo que remite a cumplimiento de objetivos, número de personas captadas y de establecimientos involucrados, seguimiento de sus aportes a las instituciones receptores y constitución de redes disciplinarias funcionales El programa de vinculación denominado Banco de Talentos Mexicanos en el exterior del Instituto para los Mexicanos en el Exterior se diferencia de los programas anteriores por estar a cargo no de estancias relacionadas con las políticas científicas y educativas sino de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Ha permitido generar colaboraciones entre instituciones mexicanas de educación superior, empresas y asociaciones de profesionales extranjeros en siete áreas consideradas como estratégicas para el desarrollo nacional. El IME ha participado además en iniciativas para la constitución de bancos de datos sobre mexicanos calificados en el exterior, con una cobertura cuantitativos todavía limitada. A futuro, requerirá precisar más sus criterios de asociación con sus contrapartes externas, sus objetivos y sus umbrales cuantitativos de logro para acentuar su visibilidad y mejorar el funcionamiento de sus relaciones con una diáspora grande, heterogénea y estructurada asociativa- y gremialmente en un número creciente de organizaciones. 5

6 En suma, pasar de un escenario en el cual la movilidad internacional de los estudiantes de posgrado y de los científicos esta considerada como la resultante de decisiones individuales a uno en el que está considerada como una herramienta y un insumo para mejorar la calidad de los procesos de enseñanza y de investigación en el país de origen implica tanto modificar los significados atribuidos al proceso de internacionalización como revisar las políticas de fomento a los intercambios, los mecanismos de gestión y los reglamentos sobre procedimientos de transferencia de créditos y reconocimiento mutuo de títulos y grados. Conduce a replantear los objetivos perseguidos en términos de factibilidad y de eficacia en los distintos niveles en los cuales funcionan medidas de apoyo a la movilidad, al retorno y a la re-vinculación, a jerarquizar metas prioritarias y segundarias, a identificar poblaciones focales y a racionalizar los modelos de distribución de oportunidades. Lleva a recomendar unificar los dispositivos de fomento y supervisión de las políticas al respecto, mejorar la transparencia y actualidad de los datos y producir indicadores de resultados y no sólo de productos. Las principales recomendaciones, en esa perspectiva, son las siguientes: Instalar un dispositivo de registro unificado de oportunidades de movilidad y construir un sistema común de producción de datos, para elevar la calidad y extensión de la información provista a los interesados, los especialistas y los tomadores de decisión. Indagar el incremento del número de los free movers entre los estudiantes internacionales de origen mexicano, la inserción profesional de los graduados universitarios, principalmente de los doctores que se quedan en el extranjero, la fuga de cerebros y la circulación de competencias, negociando proyectos de investigación comparada y compartida, que involucren las instancias consulares mexicanas, los organismos a cargo y teams de expertos en el país de origen y en los de recepción. Mejorar la mutualización de capacidades, recursos y programas, en un contexto en el que las iniciativas de política pública aparecen ser concurrentes más que complementarias y en el que el número de actores interpelados por las movilidades, 6

7 los retornos y la organización de diásporas, en lo específico o en lo general, se incrementa. Redistribuir más equitativamente los beneficios de los programas de apoyo a la movilidad internacional, a escala institucional, colectiva e individual, con el propósito de controlar un posible efecto Mateo en el acceso a las ventajas y de asegurar una mejor democratización en la distribución de las oportunidades de movilidad internacional. Vincular en forma operativa los programas de movilidad con estrategias de mejoramiento de la calidad en las instituciones de educación superior mexicanas y otras políticas de desarrollo, sectoriales o institucionales. Atender en forma sistemática los retos que lo anterior implicaría en términos de regulación y revisión de las normativas gubernamentales e institucionales y de formación de un personal especializado en la gestión de la internacionalización. Analizar las transformaciones recientes en las políticas de movilidad científica para estimar sus implicaciones en la organización del sistema nacional de Ciencia y tecnología, en la definición de sus prioridades de crecimiento, en las pautas de financiamiento adoptadas por el gobierno y en las modalidades de evaluación del personal de investigación. Biografía: Sylvie Didou Aupetit es doctora en sociología por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, París, Francia. Es investigadora de tiempo completo en el Departamento de Investigaciones Educativas (DIE) del Centro de investigación y Estudios Avanzados (CINVESTAV), México. Es titular de la Cátedra UNESCO-CINVESTAV sobre Aseguramiento de la Calidad y Proveedores emergentes de educación superior en América Latina y coordinadora del proyecto Observatorio de Movilidades Académicas y Científicas (OBSMAC) en América Latina en el marco del proyecto ENLACES del IESALC/UNESCO. Ha sido consultora para el PNUD de las Naciones Unidas, la UNESCO, la OCDE, el IESALC y la Fundación Ford, entre otros e investigadora invitada en la Escuela de Altos Estudios de América Latina (París), el Instituto de Investigación y Desarrollo (IRD, París) y el Center for Policy Analysis, Darmouth, Massachusset. Entre sus publicaciones recientes, destacan: Didou, S From brain drain to the attraction of knowledge in Latin American social sciences. En World Social Science Report. Knowledge Divides. Francia: UNESCO/ISSC, pp ; Didou, S. y E. Gérard, 2010, El Sistema Nacional de Investigadores, 25 años después. México, ANUIES, 147 p; Didou, S. y E. Remedi (2009). Los olvidados: acción afirmativa de base étnica e instituciones de educación superior en América Latina. México: Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN/ Juan Pablos Editor, 350 p. 7