Guerra de guerrillas y contrainsurgencia en Guatemala: La experiencia del Pueblo Maya.

Transcripción

1 Guerra de guerrillas y contrainsurgencia en Guatemala: La experiencia del Pueblo Maya. Carlos Mendoza Rivas Licenciatura en Etnohistoria de la ENAH conejoenmovimiento@hotmail.com Palabras clave: Guerra de guerrillas, contrainsurgencia, tierra arrasada, golpe de estado, genocidio, paramilitarismo, desplazamiento forzado, Comunidades de Población en Resistencia, cuestión étnico-nacional, identidad histórica. Introducción A principios de la década de los años 80, específicamente entre 1981 y 1982 decenas de miles de campesinos guatemaltecos de origen maya provenientes de la región montañosa de los departamentos de Huehuetenango y El Quiché, así como de la zona selvática de El Petén, cruzaron la frontera con México en busca de refugio y huyendo de la violencia y de las masacres realizadas por el ejército guatemalteco como parte de su estrategia contrainsurgente de lucha antiguerrillera. Dicha estrategia consistió en el lanzamiento de una ofensiva militar a gran escala en octubre de 1981, organizada y dirigida por el general Benedicto Lucas García, hermano del entonces dictador y jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Romeo Lucas García; tal ofensiva tenía como objetivo eliminar las bases sociales de la guerrilla y para ello se aplicó la llamada tierra arrasada, que consistió en la aniquilación y destrucción sistemática de poblaciones enteras de las tierras altas del occidente, desembocando a través de estas acciones, y estableciendo como hecho histórico, el genocidio del Pueblo Maya de Guatemala. Primera parte: el nacimiento de la lucha armada revolucionaria en Guatemala

2 La historia política y social contemporánea de Guatemala, ha estado marcada por una serie de regímenes militares desde principios del siglo XX, teniendo un breve paréntesis democrático con la llamada primavera guatemalteca, donde a partir de la revolución de octubre de 1944 se derroco la breve dictadura del general Federico Ponce, dando lugar a las primeras elecciones libres que llevaron a la presidencia, al profesor de filosofía Juan José Arévalo en 1945, quien daría inicio a un periodo de diez años de modernización del Estado en beneficio de los sectores populares de la sociedad guatemalteca. Posteriormente hacia 1951 el coronel Jacobo Arbenz sería elegido presidente, continuando con la modernización del estado, pero sobre todo impulsando una reforma agraria a través del decreto 900, que consistía en una redistribución de tierras de cultivo entre miles de familias campesinas, a partir de la expropiación indemnizada de las tierras acaparadas por grandes terratenientes, así como de las tierras ocupadas por la compañía norteamericana de la United Fruit Company. Sin embargo en junio de 1954 el coronel Carlos Castillo Armas, mediante un golpe de estado apoyado por los Estados Unidos, derrocaría al gobierno de Jacobo Arbenz, poniendo fin al sueño democrático y comenzando así un nuevo periodo de sucesivas y violentas dictaduras militares. Ahora bien, hacia finales de los 50 y principios de los 60, ocurrirían una serie de intentos de rebelión dentro del mismo ejército por parte de jóvenes oficiales, que se manifestaban en contra de la dictadura y de la política pro-norteamericana de Carlos Castillo Armas y del general Miguel Idígoras Fuentes, quien había llegado al poder en 1958 a través de un nuevo golpe de estado. Dentro de estos intentos de rebelión militar, la más trascendente sería la sublevación del 13 de noviembre de 1960, que si bien sería una sublevación fallida, influiría en la organización del Movimiento Revolucionario 13 de Noviembre, el antecedente inmediato de la primer guerrilla guatemalteca; las Fuerzas Armadas Rebeldes fundadas en febrero de 1963 en la Ciudad de Guatemala por miembros del MR-13, del Movimiento 12 de Abril, de la Juventud Patriótica del Trabajo y del Partido Guatemalteco del Trabajo.

3 Esta primera guerrilla tendría como teatro de operaciones, la Ciudad de Guatemala y la Sierra de las Minas en los departamentos de Zacapa e Izabal, en la zona oriental del país a través del Frente Guerrillero Edgar Ibarra, dirigido por el Primer Comandante en Jefe Luis Augusto Turcios Lima. A pesar de las precarias condiciones en que las FAR inician la lucha guerrillera, bajo la dirección del comandante Turcios Lima y del capitán Marco Antonio Yon Sosa, el Frente Guerrillero Edgar Ibarra logró desarrollar acciones de alto impacto militar, como la toma del municipio de Panzós en el departamento de Alta Verapaz o la emboscada de Sunzapote, en las que se contó con el apoyo de la población y la participación de milicias populares revolucionarias que fortalecieron la capacidad militar de las unidades guerrilleras. Sin embargo desde el gobierno militar del coronel Enrique Peralta Azurdia quien llego al poder en 1963 y continuada por Julio Cesar Méndez Montenegro, presidente civil electo en 1966, la ofensiva militar para contrarrestar el avance de la guerrilla daría fuertes golpes a la misma, y sobre todo generaría una fuerte ola de represión contra los campesinos de la zona oriental de Guatemala, y contra los dirigentes obreros y estudiantiles de la ciudad, de hecho y de acuerdo al sociólogo guatemalteco Manolo Vega Castañeda, el caso de la desaparición de 28 importantes dirigentes del Partido Guatemalteco del Trabajo, ocurrida entre el 2 y 5 de marzo de 1966 en la ciudad de Guatemala, está considerado como el primer caso de desaparición selectiva forzada en la historia de América Latina. Así mismo para el año de 1967, tras la muerte del comandante Turcios Lima y al no contar con una amplia base de apoyo social, las FAR se vieron prácticamente sofocadas y diezmadas por la ofensiva del ejército guatemalteco que acabo con la mayoría de combatientes guerrilleros, lo que ocasiono el término del primer momento de la lucha armada revolucionaria y el repliegue táctico de los sobrevivientes del Frente Edgar Ibarra, tomando la decisión en 1968 de construir una base político militar en el departamento de El Petén, y desde esa parte del norte del país, abrir un corredor estratégico hacia zonas del Ixcán, Quiché y Alta Verapaz. Segunda Parte: Las nuevas organizaciones guerrilleras y la violencia contrainsurgente contra el pueblo maya

4 Después de algunos años de repliegue estratégico de la guerrilla, hacia principios de la década del 70 se reanudaría nuevamente la lucha armada revolucionaria con la implantación de dos nuevas organizaciones guerrilleras. La primera de ellas, la Organización del Pueblo en Armas (ORPA), surgiría en 1971 a partir de un desprendimiento del regional de occidente de las FAR, dirigida por el Comandante en Jefe Gaspar Ilom y por el comandante Luis Ixmatá, se implantaría en la sierra madre de Guatemala, ubicando su campamento principal en el volcán Tacaná, ubicado en el límite natural que divide a México y Guatemala. Por esta razón la ORPA se implanto y organizo diversos frentes guerrilleros y bases sociales de apoyo a lo largo de la franja cafetalera del país desde el volcán Tacaná en el departamento de San Marcos hasta la región del Lago de Atitlán en el departamento de Sololá, formando bases sociales entre las diversas poblaciones campesinas de mames, cachiqueles, quichés y tz utuhiles, situación que le confiere a esta segunda fase de la lucha guerrillera la integración de los pueblos indígenas al movimiento armado revolucionario de Guatemala. Paralelamente a esta situación, en la selva tropical del Ixcán, un contingente de 15 guerrilleros cruzaba desde la selva lacandona la frontera entre México y Guatemala, para comenzar su trabajo de implantación al norte de El Quiché. Este pequeño contingente formaba la segunda organización guerrillera que en ese momento tenía el nombre de la Nueva Organización Revolucionaria de Combate, y al igual que la ORPA esta guerrilla saldría de una división interna de las FAR y más adelante daría forma al Ejército Guerrillero de los Pobres, bajo la dirección final del comandante en jefe Rolando Morán. Teniendo sus principales frentes guerrilleros y bases de apoyo en la región de los altiplanos occidentales, y contando con una importante implantación en las poblaciones ixiles de Cotzal, Chajul y Nebaj en las regiones montañosas del norte de El Quiché, así como del norte de Huehuetenango entre las poblaciones mames y kanjobales.

5 Por su parte las Fuerzas Armadas Rebeldes, ahora bajo la dirección del comandante en jefe Pablo Monsanto, reanudarían la lucha armada al norte del país en la zona selvática de El Petén y las Verapaces, de igual manera surgiría un brazo armado del PGT en la zona central del país. Para principios de la década de 1980 la guerrilla cobraba gran fuerza y cada vez más pueblos se sumaban a la lucha, y justamente con el ataque al cuartel militar de Cuarto Pueblo ubicado en la selva del Ixcán en enero de 1981 iniciaba un intenso accionar en todos los frentes guerrilleros. En respuesta el gobierno militar lanzo una aplastante y sangrienta ofensiva que en unos cuantos meses logro desarticular gran parte de las estructuras de retaguardia que las organizaciones guerrilleras tenían en la capital y posteriormente esta ofensiva se trasladó a la zona rural. Esta ofensiva comenzó en el Altiplano Occidental donde a finales de 1981 el ejército comenzó a aplicar la tierra arrasada entre las aldeas y oblaciones de esta región montañosa, iniciando en el poblado de Chupol ubicado en el departamento de Chimaltenango, de donde las columnas militares fueron subiendo hacia el Quiché y Huehuetenango dejando a su paso una gran cantidad de ancianos, niños y mujeres asesinados. Esto sucedió bajo el mando del general Romeo Lucas García y fue continuado por el general golpista José Efraín Ríos Montt, esta grave situación provoco el éxodo masivo de miles de campesino mayas en busca de refugio principalmente en México, en el estado de Chiapas, donde el gobierno mexicano no tuvo la capacidad de atender realmente este terrible problema de desplazamiento forzado, por lo que las condiciones de supervivencia de estos refugiados instalados en campamentos bajo la supervisión del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y de la Comisión Mexicana de Atención a los Refugiados (COMAR) fueron bastante difíciles y degradantes a nivel de

6 salud y alimentación e incluso se tiene registrado el ataque de kaibiles 1 a estos campamentos de lado mexicano. Así mismo la población sobreviviente de las masacres del ejercito fue reorganizada en las llamadas aldeas modelo, que eran una especie de campos de concentración donde se tenía bajo control militar la vida de cientos de personas. También la creación de grupos paramilitares fue otra de las estrategias contrainsurgentes por parte del gobierno militar guatemalteco con la creación de las llamadas Patrullas de Autodefensa Civil, donde se obligaba a los pobladores a enrolarse en grupos de vigilancia para generar un cerco entre la población civil y la guerrilla, situación que genero una enorme tensión social entre las población de muchos pueblos, pues si alguien se negaba a participar en estas patrullas era considerado como subversivo y por lo tanto era desaparecido y asesinado. Sin embargo parte de la población sobreviviente y que no quiso salir de Guatemala busco refugio al norte, entre las montañas y la selva, consideradas en situación de desplazamiento forzado interno, estos cientos de personas lograron sobrevivir a la terrible persecución del ejército durante más de 14 años, quienes se organizaron en las llamadas Comunidades de Población en Resistencia y que sin ser combatientes fueron uno de los últimos bastiones sociales de la guerrilla, razón por la cual el ejército intento exterminar a estas poblaciones en resistencia. Toda esta situación impulso la búsqueda de la unidad revolucionaria de las organizaciones guerrilleras que para febrero de 1982 fundaron la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca con la intención de coordinar el trabajo político y militar de la guerrilla como forma de hacer frente al gran golpe que le propino la ofensiva del ejército y que le costó el distanciamiento de la población civil. Tercera parte: El costo de una guerra olvidada 1 Los llamados kaibiles son tropas de elite del ejército guatemalteco especializados en lucha contrainsurgente y tácticas de terror contra la población.

7 Durante esta década del 80 hasta la firma de los Acuerdos de Paz Firme y Duradera el 29 de diciembre de 1996 entre la Comandancia General de la URNG y el gobierno de Guatemala, trascurrió la violencia en contra de la población civil no combatiente que apoyaba al movimiento revolucionario en las zonas montañosas, como en la zona costera y urbana. Según los datos ofrecidos por el Informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, en Guatemala fueron desaparecidas alrededor de 400 aldeas por las masacres realizadas por el ejército, 200 mil personas muertas y alrededor de 50 mil personas refugiadas en México. Estas cifras representan parte del saldo social de la guerra, sin embargo como bien sabemos las cifras oficiales nunca son tan certeras, pues todavía siguen saliendo a la luz cientos de restos óseos encontrados en cementerios clandestinos, desenterrados por los equipos de antropología forense que trabajan en Guatemala y que contribuyen a la memoria histórica de este trágico conflicto social. Memoria que actualmente comienza a despertar, justo cuando en este año 2015 se efectúa el segundo juicio histórico del general y ex dictador guatemalteco José Efraín Ríos Montt por genocidio en contra del pueblo maya Ixil, segundo porque hubo un primero, donde después de un largo proceso Ríos Montt fue dictaminado como culpable y donde sin embargo una semana después fue retirado de la sentencia por falta de pruebas. Buscando conocer y registrar parte de esta memoria mediante mi temporada de campo en Guatemala de agosto 2015, mi percepción de la guerra como estudiante de ciencias sociales quedo marcada por las breves palabras de un buen amigo originario del municipio de Santiago Atitlán, quien me dijo al conocer mi interés por este momento histórico: Hermano, quieres saber de la guerra la guerra es el infierno!!. Estas palabras las dijo con una profunda seriedad y tristeza en sus ojos, después de que me ejemplificara sobre la mesa de su casa, como eran las emboscadas que la guerrilla hacia sobre el ejército, pues resulta que este buen amigo es de origen maya tz utuhil, su nombre es Gaspar Mendoza Sosof, tiene 46 años y fue guerrillero combatiente de la Organización del Pueblo en Armas de Guatemala, donde llego a ser el Primer Teniente Ramiro del Frente Javier Tambriz.

8 Actualmente vive a las orillas de este pueblo, es un hombre solitario, se dedica a la agricultura de auto subsistencia y al igual que muchas personas de este municipio, prefiere hablar de la paz en lugar de la guerra.