ORIGEN Y CAUSAS DEL SUBDESARROLLO ANDALUZ

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1 ORIGEN Y CAUSAS DEL SUBDESARROLLO ANDALUZ M0 Francisca Martínez Romero Universidad de Cádiz INTRODUCCION El siglo XIX fue crucial para Andalucía, la que comenzó siendo la región más rica de España, cuando finalizó no se puede decir que fuera la más pobre, pero si había experimentado un cambio de rumbo. En conjunto tal vez haya sido Andalucía, junto con Cataluña, la que más posibilidades tenía en el inicio del capitalismo para acometer un despegue económico modernizador. Así en el antiguo régimen, antes de la revolución industrial, la economía andaluza era la más diversificada de España: tenía el mayor índice de urbanización del país, un sólido comercio asentado sobre el monopolio indiano y era considerada como una de las economías con mayores posibilidades líquidas, como se puso de manifiesto al crearse la sucursal del Banco de San Carlos en Cádiz. Andalucía fue foco incipiente de industrialización y más tarde centro principal a nivel internacional de producción minera. Pero cuando es el momento histórico en que la sociedad andaluza comienza a retrasar su evolución respecto a otras y cuales fueron sus causas?. Este dramático giro ha hecho y hará correr mucha tinta. No cabe atribuir el subdesarrollo andaluz a una causa única, unos historiadores han hecho hincapié en unas y otros han puesto más énfasis en otras. Es un caso específico español? Hay que insertarlo dentro de un contexto general que desfavorece siempre a las regiones meridionales? Son estas causas de naturaleza económica, social y política?. Lo cierto, es que ha sido una disyunción de posibilidades y realidades, lo que ha configurado un cierto "modelo andaluz" en el proceso de conformación del capitalismo español. Hay también una interpretación tomando como marco teórico explicativo la teoría de la dependencia (Delgado Cabeza) donde en cierta manera el centralismo madrileño en lo político tendría mucho que ver. También se ha pretendido asimilar a Andalucía con el llamado "modelo mezzogiorno" en donde el ahorro andaluz había ido a financiar a otras regiones. AGRICULTURA Las deficiencias de la agricultura andaluza no son nuevas sino que vienen de antaño; el sistema de cultivos responde a un modelo tradicional con bajo nivel de industrialización, abundan las explotaciones extensivas, poca capitalización que se manifiesta en la baja mecanización (sobre todo en el sistema de regadío), una estructura distorsionada que se pone de relieve en el binomio minifundio-latifundio, escaso peso del subsector ganadero y forestal, deficiente investigación, gran dependencia de los factores de producción, muchas veces escasa preparación del agricultor, insuficientes canales de distribución y 104

2 comercialización, desarticulación entre los mercados andaluces y en gran medida, también, escasa afiliación de los movimientos asociativos. La agricultura andaluza retrocedió de 1977 a 1987, pues de representar el 15,33% del PIB (1977) sólo alcanzó el 10% (1987), pero aún así, siguió teniendo un peso específico importante. El que se haya producido un retraso de tal consideración, no fue consecuencia de una reestructuración de la misma, sino de un autentico abandono del sector y de una política discriminatoria que tuvo como objetivo prioritario el crecimiento industrial. Durante las últimas décadas hubo un crecimiento de la superficie dedicada a los cereales, hortalizas y frutales, pero el caso más llamativo de crecimiento, fue el que se originó en los llamados cultivos industriales (girasol, algodón y remolacha), encontrándose el cultivo del olivo en una situación de estancamiento y la vid en plena recesión. Respecto al VAB agrario/empleo, la tasa de crecimiento fue positiva y mayor que a nivel nacional, conseguiéndose por la vía de la disminución de los gastos salariales, con aprovechamientos intensivos y de menor riesgo; tratándose pues, de un comportamiento plenamente rentista, demostrándose una de las contradicciones del modelo agrario andaluz puesto que el crecimiento de la productividad se consiguió en base a una reducción del empleo, en una región con graves problemas de paro. Aunque hubo un cierto trasvase de población activa desde el sector agrícola a la industria y los servicios, además de la emigración a otras regiones, la mecanización del campo exigía que el proceso continuara, pero la crisis industrial y el cierre de la emigración hacia el exterior, cierran las posibilidades de ocupación para los campesinos que sobran en el sector. A la agricultura andaluza le faltó en estos años, dar un tirón a las industrias auxiliares proveedoras de inputs agrarios, haber aumentado la extensión de las industrias agroalimentarias, incrementar la producción final agraria y los gastos fuera del sector puesto que, todo ello hubiese dado más oportunidad al crecimiento de otros sectores productivos, a condición de que éstos no fueran foráneos de la región. Mención especial merecen las industrias agropecuarias, que cuentan con la posibilidad de transformar las materias primas producidas por la agricultura de la región, pero duran las últimas décadas hubo un deterioro continuo de éstas, conduciendo a una falta de competitividad dentro del mercado español, de tal modo, que los productos andaluces son elaborados fuera de la región y una parte vuelven a importarse ya transformados para su consumo. Finalmente, lo que caracteriza a la producción agraria andaluza es su gran diversidad, hablándose incluso de "las agriculturas andaluzas", dicha diversidad es consecuencia tanto de factores naturales (orografía, suelo, clima) como de históricos y jurídicos, que en unión de los anteriores se traducen en fuertes desequilibrios, en función de la distribución de la propiedad, grado de mecanización, comercialización, etc. INDUSTRIA En Andalucía, fracasaron todos los intentos de despegue industrial, siendo el rasgo más sobresaliente la escasa entidad de este sector a nivel regional, existiendo una alta concentración espacial de las actividades industriales (Cádiz, Huelva y Sevilla), e igualmente una alta concentración productiva polarizada sólo en unos pocos subsectores (alimentación, química). Del análisis de las tablas input-output de Andalucía se deduce que no son más de diez sectores los que tienen un número de vínculos importantes lo cual significa que el tejido industrial está muy desarticulado. 105

3 La crisis internacional de los años setenta tuvo unas consecuencias graves para Andalucía, siendo muchas industrias las que se eliminaron, unas veces por su débil e inadecuada dimensión y otras por estar vinculadas a actividades que entran en crisis por causas económicas o técnicas, produciéndose un fenómeno de desindustrialización, fenómeno común al de otras regiones pero en Andalucía tiene características específicas, puesto que se produce sin que se hubiesen alcanzado unas tasas de industrialización semejantes a aquellas (País Vasco, Cataluña), partiéndose de unas condiciones en el punto de partida diferentes. Los subsectores industriales más representativos de Andalucía son de demanda débil y media, estando estructurados al modo de los paises subdesarrollados, es decir, poca identidad de los subsectores considerados como decisivos para el crecimiento y mucho peso de las actividades vinculadas a los recursos naturales con bajo crecimiento transformador y sin apenas adición de valor. Uno de los subsectores mas dinámicos fue la industria química, pero sólo se limita a la química básica realizándose las etapas finales, que son las mas rentables, fuera de Andalucía. La productividad industrial tuvo un comportamiento mejor que la de los servicios puesto que la sustitución de trabajo por capital fue mas intensa en la industria que en aquellos. Por tanto, en una región atrasada como Andalucía, los incrementos de la productividad fue una consecuencia de la gran destrucción de puestos de trabajo. Las inversiones llegadas a la región como consecuencia de los Planes de Desarrollo se decidieron a nivel central y sus efectos apenas tuvieron incidencia sobre el contexto regional. Por otro lado, las inversiones y actividades industriales promovidas por el INI, tuvieron escasa incidencia por el fortalecimiento de la industrialización de la región porque no hubo conexión entre estas inversiones entre sí, ni entre éstas con las demás de Andalucía. Durante estos años hubo una gran afluencia de inversiones extranjeras centrándose preferentemente en los servicios y en la construcción. Respecto a las ayudas procedentes del FEDER, Andalucía fue una de las regiones más favorecidas. Andalucía está situada entre las Comunidades Autónomas con menores tasas de variación de cambio tecnológico, las ayudas concedidas en 1988 por la Dirección General de Ciencia y Tecnología, a iniciativas privadas I+D, se concentraron en Madrid, Cataluña y País Vasco, siendo la participación andaluza de tan sólo 1,1%. Las características, pues, de la industria andaluza se pueden resumir en: concentración en muy pocos núcleos industriales, desarticulación territorial y económica, fuerte dependencia del exterior y subordinación tecnológica. También la mayor especialización industrial de otras regiones más desarrolladas, las han situado en una posición dominante que han deteriorado las relaciones entre la economía andaluza y el resto, haciéndose cargo Andalucía de una serie de actividades que, por supuesto, no le ayudaron a salir de su atraso. SERVICIOS También en Andalucía, como en el resto de España, el sector terciario pasó a figurar a la cabeza de la clasificación del ordenamiento sectorial. La expansión del sector servicios en esta región no respondió a las necesidades de crecimiento industrial, más bien, aumenta la ausencia de posibilidades en la industria, haciendo el sector terciario de refugio de capitales y mano de obra desempleada, de tal modo que, mientras en las regiones desarrolladas se produjo un incremento acompasado del terciario como sector vital para la ampliación del proceso productivo, en Andalucía los servicios comprendieron una serie de actividades que surgieron ante una falta estructural de ocupaciones más productivas, pudiéndose afirmar que el crecimiento de este sector se deba a un proceso de "terciarización por subdesarrollo" como 106

4 consecuencia de una "desindustrialización", es decir, que la economía andaluza se "terciarizó" sin haber pasado por una etapa previa de "industrialización" como suele ser lo normal en las regiones desarrolladas. Dentro de la denominación genérica del sector terciario se integra un conjunto de muy diversas actividades, si bien, el comportamiento conjunto de este sector en Andalucía fue claramente expansivo, dentro del mismo existieron actividades concretas que lideraron este movimiento, mientras que otras se mantuvieron dentro de la tónica general de la economía o incluso llegan a perder peso. Los servicios de "Ahorro, Banca y Seguros", "Hostelería" y "Servicios para la venta" obtuvieron la mayor tasa de crecimiento. Quizás, la nota más característica, no exclusiva de Andalucía, fue la modificación en la estructura empresarial del sector que se manifestó en la sustitución del comercio tradicional por el autoservicio como tipo de establecimiento dominante. En Andalucía, la productividad de los servicios es menor que a nivel nacional, porque en esta región proliferan los pequeños establecimientos de servicios con una productividad escasa o nula. El crecimiento del sector servicios en esta región se debió más a una utilización intensiva de inputs primarios que a un incremento de su productividad. POBLACION Y EMPLEO En la segunda mitad de la década de los setenta se inició el retorno de muchos emigrantes andaluces que, tan pronto se hicieron sentir los efectos de la crisis económica en Europa se vieron obligados a volver a la región y, dada la escasa capacidad de su aparato productivo para generar empleo se crearon problemas de paro realmente dramáticos. Con la llegada de la crisis de los años ochenta, comenzó a consolidarse un nuevo tipo de movilidad espacial de la población; los andaluces ya no se van ni al extranjero ni a las regiones clásicas (Madrid, Cataluña y País Vasco) como lo hicieron en años anteriores, sino que se mueven dentro de su propia comunidad y dentro de ésta en un porcentaje muy elevado en su propia provincia. Además, las capitales de provincia dejaron de ser centro de atracción, puesto que las zonas más dinámicas se situaron en el litoral (sobre todo Málaga) y en los alrededores de alguna capital como Sevilla. Aunque la densidad media de Andalucía es prácticamente idéntica a la española, en el interior de la región existen grandes desequilibrios de aglomeración y desertización. Se puede decir, que la población andaluza tuvo un comportamiento normal, en función con su nivel de desarrollo, y que su crecimiento no fue preocupante, no pareciendo por tanto, que el factor demográfico fuese una dificultad para su transformación socio-económica, existiendo, no obstante, el problema de la desigual distribución territorial, así como el desequilibrio campo-ciudad. Como consecuencia de la "terciarización" de la economía andaluza se produjo una gran demanda de empleo en el sector de los servicios. En los últimos años, la población ocupada en el sector primario perdió 10,3 puntos porcentuales, lo que significó un importante cambio social al movilizar un éxodo rural de grandes proporciones; los empleos en la industria disminuyeron cuatro puntos porcentuales, lo que demuestra la incapacidad de este sector para generar empleo; el empleo en la construcción permaneció estancado y finalmente el empleo en los servicios se incrementó en catorce puntos porcentuales, convirtiéndose este sector en el destino directo del éxodo rural. Por tanto, los servicios ocuparon mayoritariamente a la población andaluza, al que contribuyeron no sólo los servicios tradicionales sino también "los públicos", por el crecimiento de la demanda de empleos de las administraciones públicas. 107

5 La agricultura y la industria son sectores que mejoraron sus índices de productividad, resultando por tanto, expulsores de empleo. Solamente los servicios podrán, en un futuro inmediato, generar demandas de empleo pero difícilmente lo harán para poder absorber el excedente derivado de la agricultura y de la industria y para satisfacer los incrementos inherentes al crecimiento demográfico. Desde la terminación de la Guerra Civil, la falta de empleo supuso para Andalucía la más honda preocupación social, porque la economía andaluza fue incapaz, no sólo de crear nuevos puestos de trabajo, sino de mantener el nivel de empleos precedente. El mercado de trabajo del sector terciario fue el gran protagonista de este período. Otro factor que condicionó la escasa capacidad de Andalucía para generar empleo fue la desarticulación de su tejido económico que llevó consigo el que no existieran efectos multiplicadores del empleo en esta región. Desde 1973, el paro no deja de aumentar en Andalucía, siendo el mejor indicador secular de esa frustración colectiva de la sociedad andaluza y el síntoma más grave que afectó a su economía, a la vez, que el protagonista de los males de esta región. Esta lacra no es ni de hoy ni de ayer, permanece constante, convive con el pueblo andaluz, puesto que no tiene carácter coyuntural sino que es un paro estructural. En las últimas décadas, mientras que en España el aumento de la tasa de paro se debió fundamentalmente a la destrucción de puestos de trabajo, siendo menor la influencia de la incorporación de nuevos activos, en el caso andaluz, el comportamiento fue inverso, debiéndose a la diferente estructura por edades de las poblaciones, puesto que mientras en España se detiene la incorporación de jóvenes, en Andalucía se mantuvo durante algunos años más. A partir de 1985, tuvo lugar un cambio de tendencia que se manifestó en el aumento de activos, de las tasas de actividad y del número de ocupados. La causa de este cambio fue la recuperación de la actividad económica, la estructura por edades y la incorporación de la mujer al mundo laboral. COMERCIO EXTERIOR ANDALUZ Los factores que inciden de manera decisiva en la formación del déficit comercial andaluz son los bienes de origen industrial, porque representan una mayor parte del comercio total, además del gran peso que representan los inputs intermedios que se necesitan para cualquier proceso de producción. Por tanto, la debilidad del sector industrial origina un desequilibrio entre oferta y demanda, influyendo en la estructura del comercio exterior andaluz. Hay sectores industriales en la economía andaluza cuyas exportaciones son importantes, pero para que esta se lleve a cabo se necesita una gran cantidad de importaciones de productos, este es el caso de las importaciones de petróleo, productos textiles, maquinaria e industrias extractivas, pudiendo afirmarse que casi todos los sectores industriales presentan saldos deficitarios. Existe una cierta correlación entre comercio exterior y desarrollo, ya que las regiones más desarrolladas muestran una mayor propensión exportadora, mayor diversificación y productos más elaborados, pero a la vez estas regiones son también grandes importadoras, porque necesitan de una fuerte inversión para renovarse. Las regiones consideradas como atrasadas, en cambio, se caracterizan por una estructura exportadora dominada por bienes primarios, con menor valor añadido incorporado y con un menor ritmo exportador, siendo este el caso del comercio exterior andaluz. Las principales secciones exportadoras de Andalucía fueron: material de transporte, metales y sus manufacturas, productos de las industrias químicas, productos de las industrias alimentarias, productos minerales, productos vegetales y grasas y aceites. Estos datos ponen de manifiesto la carencia en 108

6 Andalucía de una industria productora y exportadora de manufacturas de industria ligera que, sin embargo, ha tenido un cierto desarrollo en el resto de España. Las exportaciones andaluzas se hayan concentradas en Andalucía Occidental participando en ellas en un 80 %. Si descendemos a nivel provincial la concentración se encuentra en las provincias de Cádiz, Sevilla y Huelva. El sector exterior andaluz relativamente importante dentro del total andaluz, presenta una falta de conexión entre los distintos núcleos exportadores que dificultan, lógicamente, los efectos multiplicadores del sector exterior en su conjunto, pero esta desconexión del sector exterior andaluz refleja, también, la falta de integración económica a nivel regional. EL BIENESTAR DE LOS ANDALUCES Con relación a los grados de bienestar que disfrutaron los andaluces en los últimos lustros analizados a través de diversos indicadores socioeconómicos, se puede afirmar que en casi todas las variables elegidas, los valores de Andalucía, ponen de relieve una situación de "subdesarrollo" en el bienestar. Este nivel de bienestar es patentemente inferior a la media nacional, solamente Extremadura presenta un nivel inferior y Galicia se encuentra en situación parecida, existiendo un nivel inferior en Andalucía Oriental. Entre las provincias, hay tres, Sevilla, Cádiz y Málaga que registran valores superiores a la media regional, con apreciables diferencias en algunos casos. La renta per capita ha estado siempre por debajo de la media nacional. Aunque este indicador es el más utilizado para ver el desarrollo económico de una región, conviene completarlo con la renta regional per capita y con la renta familiar disponible per capita, que no refleja la situación socio-económica de Andalucía en relación con la española. Así, la renta regional por habitante fue inferior a la media nacional y en el ranking de la diecisiete comunidades autónomas Andalucía ocupó en 1977 y 1987 el decimosexto lugar, sólo quedaba atrás la región extremeña, lo cual significa que en diez años nada varió en Andalucía. Con referencia a la evolución a través del tiempo, el nivel inferior de Andalucía con respecto a la media nacional, se ha venido manteniendo a lo largo de los años, lo cual demuestra la existencia de unas causas estructurales que no se han abordado por la carencia de un plan de medidas eficaces. Lógicamente, en el transcurso del tiempo se produjo una mejoría sustantiva, pera esa evolución positiva comparada con la evolución general española, no es satisfactoria, puesto que, si bien relativamente es destacada, ello se debe al bajo nivel del punto de partida. Tomando otros indicadores como: consumo eléctrico por habitante, Tm. de cemento por habitante, depósitos bancarios por habitante, teléfonos por 100 habitantes, turismos por 100 habitantes, todos los valores de Andalucía están por debajo de la media nacional. La tasa de analfabetos por comarcas andaluzas, registra tasas altísimas en algunas de ellas de hasta el 23% sobre la población total, siendo frecuente que el 19% y 20% sea normal en muchas comarcas andaluzas; por provincias Jaén tiene la tasa más alta de analfabetos, 105 por 1000 habitantes. La otra cara del bienestar, es decir, la cara amarga, es la pobreza, lo que es lo mismo, la situación en la que el nivel de vida está por debajo de un nivel determinado, situándose el umbral de la pobreza en la mitad del gasto medio por individuo o por hogar, así mismo se sitúa la línea de miseria en el 25% de la línea de pobreza. Andalucía ( ) fue la región que más contribuyó al número de pobres en España, seguida de Galicia y Extremadura. Con relación a los que viven en la miseria la contribución de la región pasó del 34% (1973) al 54 %. Andalucía, pues, en las contribuciones a la pobreza y a la miseria, estuvo a la cabeza de todas las regiones españolas, siendo sus valores, con gran diferencia los más elevados. 109

7 CONCLUSIONES Es probable, que nos falte todavía suficiente perspectiva histórica para comprender la transcendencia política y económica que para Andalucía ha supuesto la instauración de su Estatuto de Autonomía, en cuanto a la valoración de sus resultados. Lo que se puede afirmar es que tanto el "Plan Económico para Andalucía" ( ), como el "Programa Andaluz de Desarrollo Económico" ( ), han tenido escasa incidencia en la resolución de sus problemas. La economía andaluza permaneció enquilosada, desarticulada y marginada a pesar de las grandes esperanzas que pusieron en el mítico "92". En los últimos años han circulado diversas opciones para resolver sus males, por cierto un tanto inquietantes, tales como "Andalucía: la California de Europa", "el mejor lugar de retiro para los jubilados comunitarios" o "el lugar ideal para pasar las vacaciones"; tampoco serán solución los tan anhelados Fondos de Cohesión Comunitarios, ni las ayudas del FEDER, porque los problemas de Andalucía fueron y son más profundos y complejos para que las ayudas comunitarias puedan solucionarlos, a pesar de que esta región fue una de las más beneficiada por ellas. Por todo lo anterior significa que nada cambió en Andalucía durante estas décadas!. No es incompatible una cierta renovación y modernización con el atraso y el subdesarrollo, ya que ambos conceptos son relativos y al modernizarse unas regiones más rápidas que otras, las más reacias a la renovación, entre ellas Andalucía, son caracterizadas como atrasadas, no contradiciendo en ellas un cierto crecimiento, sino que este es más débil y discontinuo. BIBLIOGRAFIA Aurioles Martín J. Claves actuales de la Economía Andaluza. Cuadernos Andaluces Martín Rodríguez M. "La Economía Andaluza De la crisis a la recuperación" en Papeles de Economía nº 45. Delgado Cabeza M. Dependencia y Marginación de la Economía Andaluza " La dinámica económica en Andalucía " en Construir Europa Martín Rodríguez M. "Andalucía: luces y sombras de una industrialización interrumpida" en Pautas regionales de la industrialización española. (siglos XIX y XX) La Renta Nacional de España y su distribución provincial. Diversos años. Banco Bilbao Vizcaya. Román C. Sobre el Desarrollo Económico de Andalucía