Facultad de Humanidades Departamento de Ciencias de la Comunicación Maestría en Comunicación Estratégica e Imagen Institucional

Transcripción

1 Introducción Sobre la perspectiva del planteamiento de la teoría de la comunicación Por Ignacio Laclériga Aplicar los contenidos teóricos de la comunicación a casos concretos es algo complejo. La tarea de ponerme en marcha y trasladar lo teórico al objeto de estudio es ardua. Mi planteamiento trata de plasmar los campos teóricos a la aplicación práctica de los aparatos de seguridad del Estado. Hacerlo desde una perspectiva funcionalista o práctica me parece poco realista. Por un lado los funcionalistas analizan la realidad discursiva desde los efectos. Lo interesante para este enfoque es que lleva su estructura hacia modelos de aplicación real y el éxito de sus resultados se traduce en productos aceptados por sus públicos. Por otra parte, los postulados críticos se plantean el análisis de los discursos para saber cuál es la motivación real de los emisores y sus pretensiones manipuladoras. Los resultados de estos análisis nos permiten dar con los fundamentos de nuestros propósitos y elaborar estrategias destinadas a discutirlos y modificarlos. Desde la primera perspectiva, las teorías se enfocan positivamente a la realización de fórmulas para la aplicación de productos comunicativos efectivos. Desde la perspectiva opuesta, el investigador descompone el objeto de estudio para rediseñarlo, si fuera el caso. En realidad, ambas se oponen porque están encaminadas a discutir parámetros distintos, uno el práctico, de construcción de productos informativos; otro el analista, de investigar productos informativos. A la hora de aplicarlos a la realidad se decanta por la vertiente funcionalista. Sin embargo, el enfoque funcionalista, como reduccionista y manipulador de los medios de comunicación masivos, ha sido puesto en contradicho y establecerlo como modelo de aplicación teórica tiene graves oposiciones iníciales. Por su parte, fundamentar la practicidad de una teoría en sus fundamentos críticos tiene mucha carga ideológica y muy poca aplicación real. El enfoque funcionalista, por ir dirigido a mantener las condiciones del sistema, sería bautizado como integrado. El enfoque crítico, por ir encaminado a desenmascarar un sistema en descomposición, sería calificado como apocalíptico.

2 Contenido Para Eco (1965), es profundamente injusto encasillar las actitudes humanas en dos conceptos genéricos y polémicos como son apocalíptico e integrado (p.29). El autor italiano hace referencia a la disputa entre dos corrientes de pensamiento que han mantenido dividida la corriente teórica de la comunicación desde sus albores, al principio del siglo XX. Aunque la tesis de Eco es tendente a destruir este mito, sobre todo después de la guerra fría, parece resistirse a mantenerse hasta nuestros días. Reprochamos a los que definimos como apocalípticos o como integrados el hecho de haber difundido igual cantidad de conceptos genéricos conceptos fetiche- y de haberlos utilizado como cabeza de turco en polémicas estériles o en operaciones mercantiles en las que todos nos nutrimos (Eco, 1965, p.29). Teniendo por integrados a los estudiosos del funcionamiento exitoso del proceso comunicativo mediático, y por apocalípticos a los analistas de los discursos dominantes de los medios. Aplicación práctica A la hora de aplicar las teorías a un plan de comunicación organizacional para los encargados de la seguridad del Estado de Guatemala, decantarme por uno de estos dos modelos teóricos motiva una discusión importante y es momento de establecer parámetros. Por un lado, lo que interesa de la seguridad es su efectividad pronta e inmediata, la constatación por parte de la ciudadanía de que el modelo está funcionando y el referente institucional como un sistema sólido y comprometido. Desde este punto de vista, los funcionalistas nos dan las herramientas para construir mensajes acordes con un proyecto de combate contra la delincuencia, al mismo tiempo que nos ayudan a enviar estos mensajes para modificar las percepciones negativas de la gente hacia las fuerzas de seguridad del Estado. Por otro lado, los críticos nos ayudan a desenmascarar los mensajes contraproducentes que han creado las percepciones negativas hacia las fuerzas de seguridad, sus verdaderas motivaciones y las fuerzas ocultas de poder que dirigen sus intenciones. Ambas aportan interesantes argumentos. La primera es atractiva a la hora de tener una aceptación más inmediata de la población, pero continúa manteniendo las estructuras fallidas del sistema en pro a una efectividad inmediata. La segunda nos

3 descubre los verdaderos causantes del deterioro institucional, pero es insatisfactoria a la hora de presentar soluciones inmediatas a los conflictos y, sobre todo, a la hora de crear percepciones favorables de la población hacia los responsables de la seguridad nacional. Es posible, en apoyo a los credos críticos, que a modo de experiencia sicoanalítica freudiana, el paciente, en este caso el pueblo, se percate de las contradicciones del régimen y esto actúe como inmediato paliativo de su percepción hacia las fuerzas de seguridad. Eso no lo podemos asegurar, porque se trata de una previsión de futuro poco sustentable científicamente. Se impone la búsqueda de un modelo conciliador que nos sirva para interpretar el objeto de estudio. Para McCarthy (citado en Habermas, 2001), hay dos direcciones en las que se ha movido el concepto kantiano de la razón, por un lado los que atacan esta racionalidad y por otro las que la refunden en un modelo sociohistórico. Como Eco, McCarthy acaba criticando las dos posturas del pragmático (integrado), frente al idealista (apocalíptico), para pasar a apreciar ambos aspectos de las ideas prácticosociales de la razón: su irreemplazable función en la interacción social cooperativa, así como su potencial para un uso erróneo de la misma (Hoy, McCarthy, 1994 p.38). Esto lleva a Habermas (2001) a preguntarse: Conserva la cooperación de sujetos capaces de aprender dentro de su respectivo mundo de la vida articulado en cada caso de modo lingüístico- la fuerza revisora necesaria para un cambio racionalmente motivado de la interpretación del mundo? Está la razón arrojada al acontecer abridor del mundo del lenguaje? O continúa siendo, al mismo tiempo, una fuerza que mueve el mundo? (p.16) En este cuestionamiento habermasiano de la acción comunicativa encontramos dos ejes transversales importantes para un replanteamiento del hecho comunicador. Por un lado, la posibilidad de generar cambios a través de la comunicación y, por otro, la trascendencia del lenguaje en todo este proceso. A la hora de una aplicación de las teorías de la comunicación en las instituciones del Estado relacionadas con el tema de seguridad tendrían que buscarse enfoques tendentes, no a desentrañar entresijos comunicativos o construir productos comunicativos, sino a reforzar los canales de comunicación existentes para fortalecer la consistencia de la información obtenida. En ese sentido, la aplicación de la comunicación en las instituciones públicas habría estado orientada hacia dos corrientes. La primera, de análisis, habría sido el enfoque de organizaciones externas al Estado, que mediante la investigación mediática

4 denunciaría las carencias del gobierno en materia de seguridad. Los análisis de los discurso públicos, así como las investigaciones en torno a los aparatos ejecutivos del Estado serían las aplicaciones teórica existentes en esta línea de investigación. La segunda, de producción, estaría enfocada en la creación de campañas e imagen institucional. Serían los programas internos de comunicación, dirigidos a las relaciones públicas, creación de revistas, páginas web e imagen institucional. Los relacionistas y asesores de imagen habrían aplicado sus estudios mediáticos en un sentido práctico y manipulador tendente a obtener percepciones favorables. La aplicación de estas dos tendencias teóricas de la comunicación a las instituciones encargadas de la seguridad han sido un modelo a seguir durante los últimos cincuenta años y los resultados en materia de comunicación poco han cambiado al respecto. Se maneja una comunicación pobre y de bajo rendimiento a la hora de aplicar resultados óptimos y duraderos. Para cambiar este curso debemos buscar los nuevos enfoques encaminados a un manejo más adecuado de los procesos comunicativos, no diseñados únicamente para criticar o crear los productos comunicativos, sino para efectuar lazos de conexión entre los diferentes procesos. Es desde aquí, desde donde podremos generar una percepción solida del trabajo institucional, al mismo tiempo que estableceremos elementos de creación de discurso compartidos e incluyentes. Un nuevo enfoque desde la comunicación organizacional Esta nueva perspectiva de la comunicación, tan cercana a los estudios de comunicación organizacional, que define las percepciones desde el campo de la opinión pública y refunda los discursos desde la aplicación práctica del manejo del lenguaje, cuenta con sugestivos planteamientos teóricos. Desde el punto de vista de periodismo, opinión pública y agenda ciudadana, Miralles (2002) tiene un importante aporte a través de lo que llama agenda ciudadana para formar un periodismo público. Representa no solamente el punto de vista de la ciudadanía sobre cuáles son los asuntos de interés público, sino que la vincula en calidad de sujeto político que pone temas de interés público (p.131). Bajo este

5 enfoque son los ciudadanos los que establecen un nuevo tipo de agenda democrática, en el que los medios juegan un importante papel a la hora de generar consensos sociales. Esta visión de la opinión pública debiera ser de especial importancia a la hora de plantear las estrategias de comunicación de las instituciones públicas. Lo que Miralles aplica para los medios de comunicación se debe también, en pro de democracias más incluyentes, pero, sobre todo, para obtener instituciones más aceptadas por la ciudadanía, aplicar a los diferentes organismos del Estado. Para que un Estado sea plural y democrático debe reflejar las opiniones ciudadanas, pero si además pretendemos legitimar las acciones de ese Estado en materia de seguridad ciudadana, no cabe duda que el elemento de la plasmación de la opinión ciudadana en las políticas de Estado para le seguridad civil serán indispensables para crear esa percepción favorable. Una percepción que fomentará el funcionamiento consentido de las fuerzas de seguridad. El sistema gozará de una legitimidad tendente a reforzar sus acciones políticas y fortalecerá la apreciación ciudadana sobre los temas de la seguridad nacional. Establecer la agenda ciudadana sobre materia de seguridad será un primer paso para canalizar los esfuerzos del Estado en esta materia. Para que esta agenda sea totalmente incluyente deberá contener herramientas que le permita conocer las reacciones del público ante los cambiantes efectos de la opinión. O lo que es lo mismo, tener instrumentos de retroalimentación operativa que den de forma continua y veraz informaciones sobre las percepciones de la población en materia de seguridad. Tan importante como establecer la agenda ciudadana en materia de seguridad es la búsqueda de un lenguaje adecuado para construir los discursos con que transmitir la información. Así como la agenda se va a constituir en el motor, el lenguaje va a permitir la acción de cambio. Ya que si no se estructuran procesos compartidos de discursos mediáticos, la legitimación operativa del Estado se perderá en los discursos. Sobre la importancia del lenguaje en nuestras relaciones, Young (2001) ha hecho una importante aproximación a lo que significan las metáforas en nuestros patrones para el cambio desde perspectiva de la Programación Neurolingüística o PNL. Para los seguidores de este nuevo paradigma, el lenguaje configura de tal manera nuestra

6 construcción del mundo, que es posible cambiar nuestra percepción de la realidad a través del hecho lingüístico. La PNL permite la apropiación de los discurso por parte de equipos de trabajo. Esto es fundamental a la hora de establecer nexos entre instituciones y ciudadanía. Si los procesos ideológicos y políticos de los ciudadanos; que son asumidos como líneas de trabajo de legitimación por los mandos públicos; no son reproducidos por los equipos gubernamentales encargados de la seguridad del Estado, de nada habrá servido el trabajo de captación de información. Es tan importante poseer la información adecuada, como que la información sea el fundamento del discurso aplicado en los diferentes equipos de trabajo. Para ello, se necesita la estructuración de códigos compartidos y generados por todos los individuos, interna y externamente, que configuran la estructura social en materia de seguridad. Manejar los mismos códigos, si se quiere, las mismas metáforas, a la hora de interpretar el mundo, es imprescindible para comunicar. Si población, mandos y equipos de trabajo utilizan lenguajes distintos, interpretan la realidad de manera distinta, con diferentes códigos; ningún esfuerzo por construir modelos efectivos en materia de seguridad dará resultado. La comunicación organizacional se convierte en herramienta de trabajo que va más allá de los simples manejos de medios y se adentra en la redes de comunicación interna y externa. La aplicación de redes compartidas de lenguaje será la base teórica de toda esta estructura. Un sistema de comunicación que encuentra sus bases en postulados teóricas provenientes de los más modernos planteamientos y que unen los presupuestos funcionalistas a los planteamientos críticos. Se lleva el pensamiento teórico a un nivel operativo de la comunicación, que se centra más en los procesos de la acción comunicativa como generadora de constantes cambios. Las herramientas para la elaboración de los canales de interconexión de los diferentes motores del cambio residen en los medios de comunicación.

7 Conclusión Los medios de comunicación, con el internet como abanderado de la comunicación moderna, serán los que permitan canalizar los esfuerzos que permanecen sujetos a líneas de investigación teóricas. Tecnología y sociedad se unen así en una compleja trama de relaciones, que no por compleja, es ajena e inescrutable. Los nuevos enfoques de la comunicación nos permiten resolver los complejos problemas de la sociedad moderna. Punset, 2006, explica que cuando creemos solucionar un problema, en realidad, no estamos calculando la solución: lo único que hacemos es recuperar información de la memoria y hacer una predicción (p. 67). Nuestro cerebro, por tanto, se va adaptando poco a poco a lo que le va ocurriendo. En este sentido, la construcción de sistemas de redes interactivos adaptados a las redes sociales nos permiten comprender un poco mejor el funcionamiento del mundo de la comunicación. La seguridad del Estado es uno de los mayores problemas con los que se enfrentan las sociedades modernas. Las complejas redes operativas de la criminalidad desbordan cualquier aparato de seguridad nacional y lo minimizan ante la magnitud de las redes criminales internacionales. No por ello, los problemas de seguridad deben ser asumidos como casos irresolubles para planteamientos de trabajo para los comunicadores. Lejos de eso, constituyen un reto para la comunicación organizacional. Un reto que tiene soluciones reales que pasan por la aplicación de medidas tendentes a generar materiales de apoyo a las instituciones del Estado. La criminalidad será una realidad de futuro pero ciudadanos y gobierno pueden trabajar en la construcción de un esfuerzo conjunto de su combate, de una convivencia más humana y unas metas compartidas. La modernización de los procesos de comunicación de las instituciones encargadas de la seguridad del Estado debería ser prioridad nacional, ya que la modernización por parte del crimen no se detiene y tiene en las redes informales de comunicación una de sus mayores fuerzas. La tecnología se convierte en un baluarte indiscutible de estos procesos de comunicación, el manejo y asimilación del mismo en el proceso de obtención de información y generación de discursos es sustancial al fortalecimiento mismo de las instituciones del Estado. Tecnología, comunicación y seguridad del Estado son ejes transversales de un mismo motor de cambio.

8 Aunque en un principio los sistemas de interacción de cómputo eran muy distintos a los sistemas de interacción humana, ya que funcionaban mediante órdenes e instrucciones predeterminadas, hoy en día la proliferación de procesos cibernéticos ha creado un nuevo modelo de comunicación donde máquinas y hombres intercambian lenguajes. Integrar estos lenguajes hacia objetivos comunes constituye el próximo reto de la teoría de la comunicación. La aplicación de estos adelantos teóricos a las organizaciones sociales y, en este caso, a las instituciones del Estado encargadas de la seguridad, permitirá desarrollar procesos de cambio dirigidos a mejorar percepciones y estructuras de combate al crimen. Bibliografía Eco, U. (1965) Apocalípticos e integrados. Barcelona: Debolsillo. Habermas, J. (2001) Acción comunicativa y razón sin trascendencia. Barcelona: Paidos. Hoy, D.C. y McCathy, T. (1994) Critical Theory. Oxford: Blackwell. Miralles, A.M. (2002) Periodismo, Opinión Pública y Agenda Ciudadana. Colombia: Norma. Young, P. (2002) El nuevo paradigma de la PNL. Barcelona: Urano. Punset, E. (2006) El alma está en el cerebro. Madrid: Aguilar