No está aquí. Ha resucitado Lc 24,6

Transcripción

1 No está aquí. Ha resucitado Lc 24,6 Oración

2 Adoración (silencio) Oración final sé nuestra fuerza, nuestra vida. danos la alegría de vivir. ábrenos a la inteligencia de las Escrituras. enséñanos a caminar, como hermanos, a tu encuentro. haz de nosotros una comunidad en marcha, una comunidad viva y de vida. pon calor en nuestros corazones. pon claridad en nuestros ojos de creyentes. pon humildad en nuestra vida entera, para reconocerte como vivo. pon espíritu en nuestra alma, para confesarte delante de todos con valentía. final (Javier Leoz) 9 Oración - 28/04/2011

3 cruzan la calle con nosotros... en el pobre que tiende la mano a la puerta de una iglesia... en todos nuestros hermanos Mantra 659 "Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al Cielo y se sentó a la diestra de Dios" (Mc 16, 19). El Cuerpo de Cristo fue glorificado desde el instante de su Resurrección como lo prueban las propiedades nuevas y sobrenaturales, de las que desde entonces su cuerpo disfruta para siempre (cf. Lc 24, 31; Jn 20, ). Pero durante los cuarenta días en los que él come y bebe familiarmente con sus discípulos (cf. Hch 10, 41) y les instruye sobre el Reino (cf. Hch 1, 3), su gloria aún queda velada bajo los rasgos de una humanidad ordinaria (cf. Mc 16,12; Lc 24, 15; Jn 20, 14-15; 21, 4). La última aparición de Jesús termina con la entrada irreversible de su humanidad en la gloria divina simbolizada por la nube (cf. Hch 1, 9; cf. también Lc 9, 34-35; Ex 13, 22) y por el cielo (cf. Lc 24, 51) donde él se sienta para siempre a la derecha de Dios (cf. Mc 16, 19; Hch 2, 33; 7, 56; cf. también Sal 110, 1). Pausa Joven: Gracias, Señor, por resucitar Gracias, porque tu resurrección me hace valorar más la vida y no temer a la muerte Gracias, porque sé que puedo esperar encontrarme algún día contigo para siempre Gracias, porque tu vida me da vida y me llena de alegría y esperanza Gracias, porque todos los que aquí amo también vivirán contigo porque nuestras vidas son para la eternidad. Gracias, Jesús resucitado! Mantra 8 Oración - 28/04/2011 No está aquí. Ha resucitado Lc 24,6 al Espíritu Monición Esta noche, ante Jesús Eucaristía, cobran otra fuerza las palabras que hemos venido escuchando estos días: No busquéis entre los muertos al que vive... Jesús está vivo aquí, hecho pan para nuestro alimento, para nuestra compañía, para nuestro consuelo Ante Él queremos confirmar nuestra fe en su Resurrección. Creo en Jesucristo que fue resucitado que resucitó al tercer día confesamos en el Credo Jesús vive, y ésta es nuestra alegría y nuestra esperanza Vive y nos llama a la vida. Y no se trata de un personaje más o menos importante, más o menos influyente, más o menos atractivo Él es el Hijo de Dios, nuestro Salvador, nuestro Redentor; el que ha muerto por nosotros y a quien el Padre ha resucitado para nosotros. Su resurrección es para nosotros promesa de resurrección, de vida para siempre En esta noche nos ponemos ante Jesús resucitado; ante la VIDA, para que nos llene de vida. Pausa orante Lectura de la Palabra de Dios (Lc 24,1-12) El primer día de la semana, al amanecer, las mujeres fueron al sepulcro con los perfumes que habían preparado. Encontraron removida la piedra del sepulcro y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras estaban desconcertadas por esto, se les aparecieron dos hombres con vestiduras 1 Oración - 28/04/2011

4 deslumbrantes Como las mujeres, llenas de temor, no se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les preguntaron: - «Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recordad lo que Él os decía cuando aún estaba en Galilea: Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día`». Y las mujeres recordaron sus palabras. Cuando regresaron del sepulcro, refirieron esto a los Once y a todos los demás. Eran María Magdalena, Juana y María, la madre de Santiago, y las demás mujeres que las acompañaban. Ellas contaron todo a los Apóstoles, pero a ellos les pareció que deliraban y no les creyeron. Pedro, sin embargo, se levantó y corrió hacia el sepulcro, y al asomarse, no vio más que las sábanas. Entonces regresó lleno de admiración por lo que había sucedido. Oración con la Palabra de Dios Las mujeres querían mucho a Jesús Ellas lo acompañaban en muchos momentos de su vida pública. Fueron las que, cuando todos desaparecieron por miedo, ahí, confiadas y valientes permanecían, junto a Maria, su madre, al pié de la cruz Sin embargo tampoco ellas terminan de creerse eso de que Jesús resucitará; porque, si no, por qué van al sepulcro al punto de la mañana con perfumes para ungir el cadáver?... Han visto cómo ha muerto el Señor, y tanta pena y dolor les impide ver y entender otra realidad: Que el sepulcro está abierto Que Jesús no está dentro Que hay unos seres extraordinarios No busquéis entre los muertos al que vive! No busquéis a la vida en un lugar de muertos Y ellas empiezan a recordar Acaso no nos había dicho que esto tenía que suceder? Es necesario que alguien nos haga caer en la cuenta Y entonces sí, empieza de 2 Oración - 28/04/2011 Por aquellos que todo lo quieren racionalizar, que para todo buscan una explicación lógica y no se abren a la lógica de tu amor que muere y resucita por cada uno de nosotros. Mantra 645 Jesús resucitado establece con sus discípulos relaciones directas mediante el tacto (cf. Lc 24, 39; Jn 20, 27) y el compartir la comida (cf. Lc 24, ; Jn 21, ). Les invita así a reconocer que él no es un espíritu (cf. Lc 24, 39) pero sobre todo a que comprueben que el cuerpo resucitado con el que se presenta ante ellos es el mismo que ha sido martirizado y crucificado ya que sigue llevando las huellas de su pasión (cf. Lc 24, 40; Jn 20, ). Este cuerpo auténtico y real posee sin embargo al mismo tiempo las propiedades nuevas de un cuerpo glorioso: no está situado en el espacio ni en el tiempo, pero puede hacerse presente a su voluntad donde quiere y cuando quiere (cf. Mt 28, ; Lc 24, ; Jn 20, ; 21, 4) porque su humanidad ya no puede ser retenida en la tierra y no pertenece ya más que al dominio divino del Padre (cf. Jn 20, 17). Por esta razón también Jesús resucitado es soberanamente libre de aparecer como quiere: bajo la apariencia de un jardinero (cf. Jn 20, 14-15) o "bajo otra figura" (Mc 16, 12) distinta de la que les era familiar a los discípulos, y eso para suscitar su fe (cf. Jn 20, ; 21, 4. 7). Pausa Joven: Te pido, Jesús resucitado, a ti que puedes hacerte presente donde quieres y cuando quieres, que, como a los discípulos, también te hagas presente a nosotros para suscitar nuestra fe Que tu presencia, Señor, nos llene de alegría, de esa que ya nadie nos podrá quitar. Haz que te reconozcamos en las personas con las que compartimos la vida... en nuestros compañeros de estudio y de trabajo... en las personas que 7 Oración - 28/04/2011

5 Y también, Señor, quisiera ser un poco como Pedro: impulsivo y decidido en el amor, a quien nada se le pone por delante cuando se trata de lanzarse al encuentro contigo. Señor, concédeme un corazón enamorado y valiente Oración con el Catecismo de la Iglesia 640 " Por qué buscar entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado" (Lc 24, 5-6). En el marco de los acontecimientos de Pascua, el primer elemento que se encuentra es el sepulcro vacío. No es en sí una prueba directa. La ausencia del cuerpo de Cristo en el sepulcro podría explicarse de otro modo (cf. Jn 20,13; Mt 28, 11-15). A pesar de eso, el sepulcro vacío ha constituido para todos un signo esencial. Su descubrimiento por los discípulos fue el primer paso para el reconocimiento del hecho de la Resurrección. Es el caso, en primer lugar, de las santas mujeres (cf. Lc 24, ), después de Pedro (cf. Lc 24, 12). "El discípulo que Jesús amaba" (Jn 20, 2) afirma que, al entrar en el sepulcro vacío y al descubrir "las vendas en el suelo"(jn 20, 6) "vio y creyó" (Jn 20, 8). Eso supone que constató en el estado del sepulcro vacío (cf. Jn 20, 5-7) que la ausencia del cuerpo de Jesús no había podido ser obra humana y que Jesús no había vuelto simplemente a una vida terrenal como había sido el caso de Lázaro (cf. Jn 11, 44). Pausa Joven: Por qué buscar entre los muertos al que vive?... Señor, hoy quiero pedirte por mí y por tantos jóvenes que creen encontrar vida donde sólo hay muerte Por los que no saben ni quieren buscarte ni encontrarte, porque creen que su vida es más cómoda y más feliz sin ti. nuevo a calentarse el corazón y a comprender y a entender que Jesús, que es el amor, vive para siempre Y hay que contarlo a los demás, avivar en ellos la esperanza Y esto hace que Pedro corra, se lance al encuentro y llegue también a ver y a creer que Él debía resucitar de entre los muertos... Los demás no les creyeron... Quizás por ser mujeres!... Pero a ellas no les importa... Guardan en su corazón la certeza de que Jesús vive... Y tú? llega hasta tu corazón esta certeza? Adoración (silencio - 20 minutos) Resonancias de la Palabra Joven Señor, tú siempre cumples tu palabra aunque parezca algo imposible Yo muchas veces presumo que soy sensato y realista Considero que hay cosas objetivas y que no pueden ser de otra manera Y llegas tú, Jesús, rompiendo todos los esquemas, transformando y haciendo nuevo todo, cambiando la muerte en vida, la tristeza en alegría. Jesús, que yo sepa buscarte donde está la vida. Que no me apegue a recuerdos muertos, ni los quiera mantener con cuidados ni perfumes. A veces, cuando intuyo tu presencia y sé que estás, y que estás vivo, y que estás cerca quiero decirle a otros sobre todo a otros jóvenes-. Pero tengo miedo de que me tomen por loca (así pensaron de las mujeres). Señor, que no me importe, que mi anuncio sea una forma de darte las gracias porque has muerto y has resucitado para que yo también viva contigo para siempre. 6 Oración - 28/04/ Oración - 28/04/2011

6 Lectura de la Palabra de Dios (Jn 2, 1-14) Después de esto, Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: - «Voy a pescar». Ellos le respondieron: - «Vamos también nosotros». Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada. Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era Él. Jesús les dijo: - «Muchachos, tenéis algo para comer?». Ellos respondieron: - «No». Él les dijo: - «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis». Ellos la echaron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: - «Es el Señor!» Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua. Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla. Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan. Jesús les dijo: - «Traed algunos de los pescados que acabáis de sacar». Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió. Jesús les dijo: - «Venid a comer». Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «Quién eres?», porque sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos. 4 Oración - 28/04/2011 Oración con la Palabra de Dios Qué fácil le resulta a Juan reconocer al Señor!... Todos los discípulos han vivido lo mismo, pero no lo han vivido de la misma manera. Después de la muerte de Jesús, Pedro y los otros hacen un intento por volver a lo que eran Pero ya sin Jesús nada puede volver a ser igual y, a pesar de intentarlo durante toda la noche la noche es el momento propicio de la pesca-, no cogen ni un sólo pez. En este rato tú también puedes subirte a la barca con los apóstoles, compartir una noche infructuosa y llegar al amanecer donde alguien os espera en la orilla. Juan, que ha permanecido con Jesús hasta el final, intuye su presencia de resucitado. No necesita tirarse al agua. Su corazón joven y enamorado necesita pocas evidencias o es que para él todo es evidente. Es el Señor! Está ahí, no puede ser otro Y Pedro y - por qué no?- tú también os lanzáis al agua para encontraros con Él Jesús os espera no con un milagro, sino con uno de sus gestos sencillos que en su vida habrá repetido tantas veces: os prepara una comida... Su corazón se desborda de ternura... Es el amigo de siempre. Es tu amigo, el que vive y que se te da como comida todos los días, cuando te acercas a la mesa de la Eucaristía. Adoración (silencio - 20 minutos) Resonancias de la Palabra Joven Señor Jesús: yo quisiera ser un poco como Juan. Quisiera que mi corazón estuviera en sintonía con el tuyo y poder reconocerte, tener la certeza de que eres T quien estás y te acercas para que amanezca en mi cansancio y mi desilusión. 5 Oración - 28/04/2011