De Cuzco a Machu Picchu a pie, Camino del Inca por el Valle Sagrado del Rio Urubamba. PLANETA AGUA - Álvaro H. Pescador,

Transcripción

1 De Cuzco a Machu Picchu a pie, Camino del Inca por el Valle Sagrado del Rio Urubamba PLANETA AGUA - Álvaro H. Pescador,

2 «Manco Capac, tenía el mandato divino de encontrar el Sitio para fundar un Imperio. El Dios Sol le había dado una vara de oro y le dijo que él y su hermana eran libres de ir donde quisieran, pero que debían esperar una señal. Al descansar, debía enterrar la punta de su espada en la tierra, el lugar donde ella se hundiera por completo, sería el elegido. Manco Capac y Mama Ocllo provenientes del Lago Titicaca, caminaron durante años hacia el Norte hasta llegar al monte Huanacaure, al Sur de Cusco. En la cima del monte, Manco Cápac hundió su espada y esta desapareció»

3 1 3 Tal es el mítico relato de cómo se fundó Cusco, la capital del Imperio Inca, hacia el Siglo XII. Así, sabemos que tribus de lengua Quechua, provenientes del Lago Titicaca, fueron los fundadores de un imperio que se expandió a lo largo de la Cordillera de los Andes, siendo Cusco el centro urbano, administrativo, religioso y militar más importante. 2 Para dominar culturalmente y desmoralizar a los Incas, las tropas de Pizarro erigieron sus iglesias sobre los templos del Sol y la Luna, al Sur y Este de la Plaza Principal. En la época de la Colonia, Cusco se convirtió en una gran urbe indígena-hispana, que fue el centro económico y militar del Virreinato del Perú. Cusco, Capital Arqueológica de América, es la ciudad poblada más antigua del continente, y a su vez, Patrimonio Cultural de la Humanidad.

4 De nuevo el morral al hombro. Al cruzar el puente sobre el Río Urubamba uno entra en territorio sagrado, resguardado por el gobierno del Perú. El camino solo puede realizarse en grupo, con guías y porteadores peruanos, contactados en Cusco. Tras un par de horas de camino pasamos por Patallaqta, el primer asentamiento arqueológico, donde vivieron unas 150 personas. Claramente, se puede apreciar la práctica del cultivo por terrazas para controlar la erosión causada por la lluvia, sobre la pendiente de la montaña. 4 Existen dos formas de llegar a Machu Picchu. Una de ellas es tomando el tren en Cusco para de allí llegar a Aguas Calientes, un pintoresco pueblecillo del que diariamente parte un bus, que tras cuarenta minutos de ascensión llega a la Ciudad Sagrada. La otra, es hacerlo a pie, durante cuatro días de recorrido por el Camino del Inca, el mismo que construyeron y utilizaron los indígenas para ir desde Cusco hasta su Santuario. Como buen caminante, tomo la segunda opción. No poseo afán alguno de llegar a Machu Picchu, aunque en secreto tengo allí una cita con el Sol. Quiero llegar caminando a Machu Picchu, saber que es con el sudor de mi cuerpo que he llegado allí. En Cusco me he puesto de acuerdo con dos inglesas y un norteamericano; los cuatro, luego, nos hemos unido a un grupo más grande. Madrugamos, y tras una hora de camino en una van, iniciamos el recorrido muy cerca de Oyaitantambo. 5

5 7 Pronto, la árida vegetación del Valle, en la que de vez en cuando puede apreciarse algún cactus es reemplazada por el bosque de niebla en el que uno se va adentrando sobre las lozas de un camino en piedra, que fue construido mediante el sistema de mita. Cada hombre que pertenecía al Imperio debía trabajar en obras civiles durante tres meses al año. Sabiamente, y tras muchos recorridos, establecieron el trazado del camino, teniendo en cuenta la disponibilidad de Agua a lo largo del mismo. A pesar de la cercanía a las fuentes, el camino no se inunda en invierno, siendo transitable todo el año. 6

6 8 Un sentimiento inefable lo va embriagando a uno a medida que va descubriendo el camino. Quiero que este recorrido por el Valle Sagrado y sus prístinos afluentes se quede a vivir en mi, que el camino me atraviese no yo a Él, sino Él a mi-, que sea parte de mis recuerdos, por siempre, hasta el fin de mis días. 9

7 Son 48 Kilómetros de recorrido, a través del Valle del Río Urubamba, enmarcado por las Cordileras de Vilcabamba y Vilcanota, ésta última coronada con nieves perpetuas, de las que la vida desciende descalza. La más dura es la segunda jornada, que nos lleva desde Patallaqta hasta Runkurakay, en donde los chasquis o mensajeros del Inca, se relevaban. Había allí un puesto de observación militar, guarnición de provisiones y a la vez, Templo en homenaje a la Luna, regidora de las mareas y los ciclos de la fertilidad.

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