DESDE QUE LLEGASTE (Doce poemas de amor) Corona del Sur (Málaga, 2004)

Transcripción

1 DESDE QUE LLEGASTE (Doce poemas de amor) Corona del Sur (Málaga, 2004) Mi estrategia es que un día cualquiera no sé cómo ni sé con qué pretexto por fin me necesites. MARIO BENEDETTI Me necesitarás todavía, me alimentarás todavía, cuando tenga sesenta y cuatro años? JOHN LENNON MUJER DESNUDA A veces una muchacha te toma el latido Y trata de desbaratar la muerte (FRANCISCO MORALES LOMAS) He vivido, he amado a más de mil mujeres. Las hubo transparentes, gráciles, esbeltas o graves y sombrías como los abismos. Mujeres de caderas infinitas, de pechos adianos y cabellos dorados. Mujeres que me llevaron en sus brazos a otros mundos y otras que me hicieron descender a los infiernos. Mujeres de fina porcelana, dúctiles, asequibles para el amor. Mujeres convexas, atrevidas, de palabras ligeras, mirada franca y hermosa piel. Mujeres que se deshacían con el aire y se evaporaban al salir el sol. Mujeres de una noche, de un fin de semana o de toda una vida. De todas ellas aprendí que una mujer desnuda es capaz de desbaratar, aunque sólo sea por un instante, el rostro de la muerte.

2 BÉSAME Bésame hasta morir sin cuerpo (ABDERRAHMÁN EL FATHI) Bésame. Bésame hasta morir sin cuerpo. No me dejes tan vivo que pueda vivir sin tus labios. Arráncame la vida pero no me niegues el mar de tus besos ni el océano de tu boca. Bésame. Bésame hasta morir sin cuerpo o mátame, pero no me niegues tu boca. ANOREXIA junto a ti creo que aumenté más de tres kilos con tus tantos dulces besos repartidos (SHAKIRA) Desde hace meses he perdido el apetito, el gusto por cualquier tipo de comida. La familia y los amigos me siguen recriminando la pérdida continuada de peso, mi aspecto desaliñado, mi cara demacrada, y estos huesos que amenazan con acabar por desencajarse. No lo asimilan. Por más que les explico, no lo pueden comprender. Incluso el doctor me avisó de la necesidad de aplicar alguna terapia de choque. Él tampoco lo llega a entender. La ciencia le impide ver que desde que te marchaste, ausente de tus dulces besos, no existen alimentos que me liberen de una muerte segura: consecuencia de esta irremediable anorexia de amor.

3 TERAPIAS CONTRA EL OLVIDO Sé que no estaré muerto mientras pueda vivir en tu memoria. Por eso estos poemas, estas señales de humo, los s, los mensajes a tu móvil, las rosas, el confeti, las ojeras, el llanto, este ladrido de perro abandonado, el faro iluminado día y noche, los argumentos, las palabras, las vigilias, la puerta sin pasos fronterizos, el muchacho de los recados con millones de s.o.s, las pancartas, las bandas militares, los teletipos, las palomas mensajeras, los grafitis frente al balcón, y algún que otro método más de terapia contra el olvido. PECADOS Me entregué sin condiciones a tus consuelos (FRANCISCO PERALTO) Poseo todo un atlas de pecados que abarca las fronteras de tu cuerpo: pecados de lujuria, de conciencia, pecados de omisión, contra natura, infracciones esbeltas y deformes, pecados que jamás se sometieron a normas ni promesas, casquivanos, simples pecados, sin adjetivar, o pecados mortales, graves, como la oscuridad del Hades. El muestrario

4 de mis faltas incluye mil colores y formas, se conjugan en presente, en pasado o en futuro; y no busco salvarme ni el perdón de los pecados, porque en ellos encuentro, cada día, el despliegue sagrado del deseo que me ofrecen los mapas de tu piel. MUJERES TRANSPARENTES Existen mujeres transparentes que fueron concebidas por los dioses. Son, como el perfil del aire: livianas, ingrávidas, etéreas. Su delicado tacto se asemeja al beso de los ángeles y la fragilidad de su mirada a la de la porcelana china. Cuando lloran liberan minúsculos cristales que se evaporan al contacto con el aire y su piel deja al descubierto con igual proporción el alma, las arterias, los órganos vitales o el pensamiento. De noche, cuando duermen, reflejan en las sábanas imágenes oníricas o apasionadas escenas de jóvenes amantes; sus pechos parecen vidrieras por donde asoma los ojos el amor. Son criaturas de largas piernas, con muslos interminables, cabellos de fuego y delicadas cinturas. Al andar imitan el movimiento de un océano de trigo movido por el viento y en sus brazos siempre habita la vida. Me gustan las mujeres transparentes, sencillas, sin cubiertas ni máscaras. Siempre tuve debilidad por la delicadeza con que fueron agraciadas.

5 NUNCA VIEJOS Pero yo que he tenido su tibia hermosura en mis manos no podré nunca morir (JOSÉ HIERRO) Viejos, lo que se dice viejos, tú y yo no lo seremos nunca. Quizá maduros o enverados como el vino al que cuidan con paciencia. Tal vez más hechos, más certeros, y más seguros de sí mismos, pero viejos no, nunca viejos; excepto en aquellos instantes en que tu mirada me busque y no se cruce con la mía o a partir del momento en que mis manos no presientan el tacto de tus manos o cuando un beso signifique una guarida, un simple mecanismo de defensa. Entonces sí, no sólo viejos, sino conclusos, acabados, gastados y vencidos. Entonces sí, entonces será la hora de alcanzar el auxilio de la muerte. UN TRATO Si alguna vez fulana mía presientes abandono y observas de mi actos la distancia o si en algún instante parezco errático, mezquino, miserable, sin buenas intenciones si alguna vez fulana mía detectas que raciono mi amor y las palabras, acá tienes estas sirenas, estas bengalas, estos fuegos

6 de artificio. Lánzame un salvavidas, recuérdame estos versos, no me dejes sin puntos cardinales, no abandones la lucha ni rehuyas el combate. Piénsame como me piensas ahora que estamos al principio, jóvenes, generosos, con la dicha de habernos descubierto; porque allá, navegando a la deriva y sin norte, será precisamente, el instante en que más te necesite. ***** NUNCA FUI TAN HERMOSA Nunca fui tan hermosa como ahora que sé que tú me amas. Nunca este rumor de océanos en mi vientre nunca este viento de quebradas en mis manos nunca mi cabello prendido de hogueras ni esta ambrosía en mis labios. Nunca mis piernas de perfiles ligeros ni mis caderas esbeltas como gacelas nunca en mis pechos arroyos transparentes ni estos cauces recorriendo mi espalda. Nunca, nunca, nunca Se desborda el manantial de mis ojos al saber que me piensas dulce, perfumada, infinita. Y me abrazo a tu memoria y tus palabras se tornan guirnaldas en mis noches mientras te espero joven, agraciada, generosa, ahora que sé que tú me amas. ***************

7 DESDE QUE LLEGASTE La diferencia es sólo que estás tú y que contigo todo es más soportable (JAVIER SALVAGO) Yo no digo que cambiaras mi vida, ni que llegara contigo un tintinear de campanitas. Tampoco se abrieron los cielos, ni descendieron arqueros cupidos con sus flechas doradas. Incluso, en esta ocasión, el decorado de mi vida mantuvo sus tonalidades grises. Sólo digo que desde que llegaste fumar ya no significa pensar en el cáncer, escribir ha dejado de ser una especie de complejo criptograma, pasear no es un monótono ejercicio para combatir el infarto ni comprar el periódico ese cotidiano ritual que acaba con la lectura de las esquelas mortuorias. Sólo digo que desde que llegaste ya no contengo el júbilo, vislumbro expectativas y todo se me hace mucho más soportable, ahora que te descubro a mi lado. PROFESIÓN DE FE... esta excursión a la muerte que es la vida (MARIO BENEDETTI) A Larisa, cuyos ojos empiezan a iluminarlo todo. Dejé de creer en Dios a la temprana edad de veinticuatro años. Hoy no espero la resurrección de los muertos ni la vida eterna. He perdido la fe en los hombres y la política se me asemeja, cada vez más, a una praxis de mal gusto. Hace tiempo que no acudo a concentraciones ni firmo un manifiesto. Los actos religiosos me parecen obscenos. El trabajo me

8 aburre y ya no es aquel espacio donde me sentía realizado. He dejado el tabaco, el alcohol y algunos otros vicios; aunque mantengo, y no renuncio, a esta antigua manía de colmar mis frases con un malsonante vocabulario. Tengo que reconocer que apenas si me quedan ideales, dogmas, creencias o, incluso, vagas esperanzas. Tan sólo profeso la fe en unos ojos: tus ojos, que me hacen olvidar esta cotidiana excursión hacia la muerte. INVENTARIO DE DERROTAS Le dije que se equivocaba, que yo no tengo pedigrí ni sangre azul, que mi visa no da para más de cien euros y que nunca podré asentar la cabeza. Le seguí detallando mi curriculum de perdedor, las credenciales de exilado perpetuo. Le mostré los documentos que me validan como un desheredado de larga duración. Le expliqué, sin titubear, mi teoría sobre el largo plazo y el día de mañana. Intenté convencerla de que a mi lado no tendría más patrimonio que un incierto futuro, y a pesar de ello prefirió apostar por la aventura de acompañarme. Desde entonces ya no he necesitado a nadie más para compartir este inventario de mis derrotas.