TRANSPORTE MEDICALIZADO EN PEDIATRÍA

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1 TRANSPORTE MEDICALIZADO EN PEDIATRÍA Es el procedimiento de transporte, terrestre y/o aéreo, acondicionado para permitir una correcta asistencia técnico-sanitaria en ruta que podrá incluir un soporte vital básico o avanzado en función del equipamiento material y personal. El transporte sanitario primario es el que procede a evacuar al enfermo o accidentado desde el lugar donde se ha producido el incidente hasta un centro hospitalario. Tanto el transporte interhospitalario como el intrahospitalario reúnen una serie de características propias en cuanto a posibilidades de programación, personal, medios técnicos y estructura del servicio que lo hacen diferente al primario. Transporte a una unidad de urgencias pediátricas Los traumatismos son la primera causa en activar los servicios de emergencia extrahospitalarios. Los accidentes continúan siendo la primera causa de muerte en la infancia y en el 50% de los casos la defunción se producirá antes de su llegada al hospital. Las convulsiones representan la primera causa médica. Aunque la incidencia de estado epiléptico en los niños es mayor que en los adultos, la mayoría de las convulsiones en la infancia (>80%) ceden por sí solas en los primeros 5 minutos y no requerirán de medicación anticonvulsiva. El 70% de los traslados a la Unidad de Urgencias de Pediatría del Hospital de Cruces se corresponden con patología traumatológica y neurológica. Su procedencia suele ser la vía pública o su domicilio. Si las circunstancias lo permiten, es muy conveniente contactar (preferentemente antes de iniciar el transporte) con el médico que va a recibir al niño. Vehículo de transporte 1. Ambulancia medicalizada. Es el medio de transporte más utilizado. Es barato, espacioso y con posibilidad de detenerse en caso de necesidad. Entre sus principales inconvenientes figuran el tiempo prolongado en las distancias largas, los desplazamientos bruscos y estar sujeto al ruido, aceleraciones, desaceleraciones y vibraciones. Estas últimas se sitúan en ocasiones en el espectro de las consideradas biológicamente peligrosas (3-20 Hz).

2 2. Transporte aéreo medicalizado. Es utilizado cuando la orografía lo requiere en el transporte primario, y principalmente en el traslado interhospitalario, con el fin de dar una solución rápida a la demanda urgente. Tiene un espectro de vibraciones menos peligroso y menor intensidad de aceleraciones y desaceleraciones que lo hacen idóneo para el transporte del paciente politraumatizado. Entre sus desventajas figuran el ser un medio caro, necesita de vehículos terrestres de apoyo con un mayor número de transferencias del enfermo, y limitaciones del uso en relación a la meteorología, visibilidad y lugar de aterrizaje. 3. Equipamiento técnico-sanitario. Se compone de un mobiliario general, dispositivos sanitarios y la medicación necesaria para la estabilización y evacuación del enfermo. Los medicamentos presentan un sistema de clasificación por colores: azul, respiratorio; verde, quirúrgico; amarillo, pediátrico. Equipamiento técnico-sanitario para una adecuada asistencia de la patología de base y sus complicaciones en el lugar del incidente y durante el transporte. Equipamiento general: Camilla y portacamillas con anclaje para incubadoras. Climatización regulable. Sistemas de calor radiante y/o por contacto para lactantes y preescolares. Dispositivo para suspensión de soluciones de perfusión intravenosa. Tabla para resucitación cardiopulmonar. Recipiente frigorífico isotermo. Maletines de resucitación pediátrico que permitan su utilización en el exterior. Dispositivos de inmovilización: Colchones de vacío, inmovilizador de miembros y columna. Collarines cervicales de todos los tamaños. Férulas y vendajes. Dispositivos de monitorización: Monitor de constantes vitales. Desfibrilador portátil. Oximetría pulsátil.

3 Manguitos de esfigmomanómetros, fonendoscopio y linterna de exploración. Termómetro/sonda de temperatura. El aparataje debe estar adaptado a diferentes edades. Sistema respiratorio: Instalación fija de oxígeno. Dos botellas con capacidad total mínima de L, con caudalímetro que permita un flujo de 15 l/min. Mascarillas y gafas nasales para lactantes y niños. Respirador mecánico versátil. Caudalímetro, manómetro de control de presión y válvula de sobrepresión. Sistemas de aspiración-vacío y sondas de aspiración: 6-14 G. Cánulas de Guedel 0-5. Mascarillas faciales con manguito de cámara de aire. Bolsas autoinflables de ventilación tamaño niño y adulto. Pinzas de Magill lactante y adulto. Laringoscopios hojas rectas (0 y 1) y curvas (1,2,3 y 4). Tubos endotraqueales número 2,5 a 7,5 con y sin balón, fiadores varios tamaños, mascarillas laríngeas, cricotraqueotomo, sondas nasogástricas 6-14 G. Drenajes para toracocentesis. Sistema vascular: Kits de abordaje de vías y de drenaje para pericardiocentesis. Bombas de perfusión. Agujas intraóseas G. Equipo de cateterización umbilical. Medicación necesaria en el transporte pediátrico Reanimación: Adrenalina 1/ Atropina. Bicarbonato sódico 1 M. Cloruro cálcico 10%. Lidocaína 1%. Naloxona, flumacenil. Dextrosa 5, 10, 20 y 50%. Insulina, glucagón.

4 Heparina. Suero fisiológico. Ringer o Ringer lactado. Analgésicos/sedantes/relajantes: Diacepam y/o midazolam. Tiopental. Succinilcolina. Vecuronio o rocuronio. Ibuprofeno y metamizol. Cloruro mórfico 1% y/o fentanilo. Fármacos cardiovasculares. Dopamina, dobutamina, isoproterenol. Adenosina. Propranolol. Captopril. Nifedipina. Otros fármacos: Ceftriaxona, cefotaxima. Carbón activado. Haloperidol. Difenhidramina. Salbutamol nebulizado e inhalado. Bromuro de ipratropio. Dispositivos espaciadores pediátricos. Metilprednisolona y dexametasona. Furosemida. Morbilidad durante el transporte 1. Progresión de la enfermedad subyacente o complicaciones del tratamiento (drogas anticonvulsivas, analgesia-sedación, etc.). 2. Desestabilización fisiológica relacionada con el proceso de traslado (cambios posturales, aceleración-desaceleración, vibraciones, ruidos, cambios de presión, etc.): Alteraciones en la frecuencia cardíaca, tensión arterial, frecuencia respiratoria y temperatura. Desaturación arterial de O 2.

5 Modificaciones PCO 2 arterial. Alteraciones de la presión intracraneal. 3. Errores relacionados con el equipo: Suministro de O 2. Tubo endotraqueal ocluido o mal situado. Mal funcionamiento del respirador. Pérdida de accesos intravenosos. Falta de monitorización: pulsioximetría, test de Glasgow, etc. Hipotermia. Infrautilización de O 2 y medicación (analgesia-sedación principalmente). La morbilidad durante el traslado se podrá minimizar con una estabilización previa del paciente y una valoración mantenida en ruta de los siguientes apartados: Seguridad vía aérea: Aporte de oxígeno. Control de la vía aérea. Saturación de oxígeno >95%. Necesidad de sedación-analgesia. Estado neurológico: Evolución test de Glasgow. Signos de focalidad. Reactividad pupilar. Presencia de fracturas craneales. Lesiones: Trauma cervical. Presencia neumotórax. Fractura de huesos largos y/o pelvis. Circulación adecuada: Frecuencia cardíaca y TA. Perfusión periférica. Acceso venoso. No presencia de sangrado. Monitorización: Electrocardiografía. Pulsiooximetría.

6 Tensión arterial. Presión dióxido de carbono. Temperatura. Otras*: presión venosa central. presión arteria pulmonar. Datos complementarios*: Gases en sangre, bioquímica y hematimetría. Radiografías. TAC. *Transporte interhospitalario. BIBLIOGRAFÍA 1. Buckland L. Excesive exposure of sick neonates to sound during transport. Arch Dis Child Fet Neonat Edit 2003;88(6): Carreras González E. Transporte en helicóptero del paciente crítico. Revisión de 224 casos. An Pediatr 2003;59(6): Jaimovich DG. Transporte de pacientes pediátricos críticos: entrando en una nueva era. Anales de Pediatría Marzo 2001;54(3): Martinón Sanchez JM. Visión pediátrica del transporte medicalizado. An Esp Pediatr 2001;54(3): Orr RA. Measurement of pediatric illness severity using simple pretransport variables. Prehosp Emerg Care 2001;5(2): Velasco Díaz C. Física y efectos hemodinámicas de la aceleración. Actuaciones y limitaciones humanas. En: Medicina Aeronáutica Paraninfo. 2ª ed., 1999;