Sofofa, Martes 12 de junio 2007

Transcripción

1 Intervención de Sr. Guillermo Scherping, profesor, Director del Colegio de Profesores, Seminario LOCE y Colegios Particulares Subvencionados: Es la vía para una educación de calidad? Sofofa, Martes 12 de junio 2007 La discusión que estamos teniendo respecto a educación, no sólo tiene que ver con las evaluaciones de nuestro propio sistema, con los desafíos propios de la educación chilena, sino que también con hacerse cargo de los cambios de focales que estamos viviendo. Creo que esto es comparable sólo a otra discusión, y eso es lo que me preocupa, que tuvo lugar en nuestro país y que demoró 30 años. Me refiero a la discusión de la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria que empezó en El debate era si el Estado debía obligar a los padres a que los sus hijos se educaran o si el Estado atentaba contra la libertad de los padres de elegir si sus hijos debieran educarse. Nos llevó 30 años. Ahora, por qué nos llevó 30 años? Porque fue una discusión que tomó un fuerte sesgo ideológico, más que ideológico, en realidad, sobre ideologizado. El que la discusión sea ideológica es debido a que es real, están en juego ideas; pero cuando es sobre-ideologizada, es difícil ponerse de acuerdo. Nos atrincheramos cada uno en su lugar y se establece una discusión corporativa. O sea, si yo me pongo a defender a los profesores aquí, si los sostenedores se sienten atacados, si los alcaldes se sienten acosados, no nos vamos a demorar 30 años, nos vamos a demorar mucho más. Y vamos a hacer las cosas a medias, cuando tenemos la posibilidad de hacerlas bien. Entonces, el primer llamado tiene que ser a dimensionar el tipo de discusión que está teniendo lugar en el país. Entre otras cosas, y lo digo porque también soy dirigente nacional de la CUT y en esa condición estuve en el consejo asesor, porque este debiera ser una discusión, un debate, una consulta muy activa a todos, no sólo a nosotros en nuestra calidad de actores del sistema educativo. Este es un tema que le preocupa a todo el mundo y, por lo tanto, ustedes como sostenedores, nosotros como docentes, los alcaldes como administradores de la educación, debiéramos promover que se conozca, pero en su verdadera dimensión. 1

2 Nosotros somos grandes defensores de la educación pública que se asocia básicamente a la educación del Estado. Pero esa asociación de educación pública a educación del Estado es un asunto que también ha cambiado en nuestro país. Lo que voy a decir ahora, no lo hago porque piense que toda época pasada haya sido mejor, sino porque creo que caracteriza muy bien esto que se dice muy rápidamente de que el sistema chileno es un sistema de provisión mixta. Es verdad que la educación particular en Chile es anterior a la pública, eso es muy cierto. Es verdad que el sistema público chileno ha sido, a partir de configurarse la educación del Estado, un sistema mixto. Eso es lo que se construyó en el país y se construyó como parte de un consenso. Pero qué era la distintivo de cada uno? Existían sólo por establecer la diversidad que convivía en la sociedad? Sí, pero era sólo eso? No era solamente eso. Los invito a que busquen una investigación, paper, libro, que diga, por lo menos hasta el año 80, en Chile, que hable de educación privada. Nunca se habló en Chile de la educación privada, se hablaba de la educación particular. Alguno puede decir que es un asunto semántico, pero no es así. La educación particular en Chile se llamó particular porque agregaba una particularidad al curriculum nacional. Lo distintivo no era sólo que el Estado no era el propietario de esa educación o el responsable de esa educación. Lo distintivo era lo educativo. No era la propiedad, ni la discusión si lucraba o no lucraba, si seleccionaba o no seleccionaba. De ese modo se estableció la educación religiosa y qué hacía este tipo de educación? Agregaba la particularidad de evangelizar a través de la educación, cuestión que el Estado no podía hacer, porque era un Estado laico. Las colonias de emigrantes que deseaban preservar su cultura agregaron su particularidad de preservarla agregándola al currículo nacional. Así se estableció el colegio inglés, la escuela italiana, el colegio alemán y todo lo que conocemos. Los privados querían experimentar metodológicamente, cuestión que el Estado no podía hacer porque el Estado no podía adscribirse a determinada metodología, eso afortunadamente se resolvió tempranamente en el sistema educativo chileno, hubo libertad en ese sentido. Pero un privado podía establecer un colegio que se atreviera con determinada metodología y surgieron los colegios Montessori, Frenet, Waldorf y otros que le 2

3 agregaban su particularidad al currículo nacional, que no la podía adoptar lo que se llamaba educación fiscal. Por eso se llamó educación particular, no porque fuera de privados. Lo distintivo era entonces la opción de educación diversa que proveían privados para que efectivamente nuestra educación fuera de construcción democrática. Una realidad distinta es la que se establece a partir del año 80 como concepción de Estado. No sólo es el tema de que crece la educación privada, porque si creciera la particularidad educativa de la educación privada eso sería de una riqueza enorme para la formación educativa de nuestro país. Pero lo que crece es sin ninguna particularidad, es para hacer lo mismo que ya se hace. Y eso por qué? Al igual que yo no le echo la culpa a los alcaldes de la municipalización, no le echo la culpa a los sostenedores respecto de las concepciones que se establecen para la educación privada a partir del año 80. Cambió el paradigma del Estado y también cambió el paradigma de la educación chilena y eso es un asunto que no se discute. Es posible desarrollar buena educación en un país sobre la base de la competencia? Competencia que la mayor de las veces niega la cooperación Es posible educar sin cooperación? Y digo competencia porque el sistema se estructura en base a ésta. Establece como idea que al competir va a sobrevivir el mejor y por lo tanto va a ser el elemento movilizador de la calidad. Eso no ha ocurrido en 24 años. No ha ocurrido, entre otras cosas, debido a que los padres cuando seleccionan, no miran el Simce. Los padres siguen teniendo una concepción más integral de lo que quieren de educación para sus hijos. Entonces ven el proyecto educativo, qué ofrece el establecimiento. Son muy pocos los padres, y mayoritariamente de los quintiles más altos, los que observan el Simce, incluso ahí son poquísimos. La inmensa mayoría elige el establecimiento por la orientación del establecimiento, por la cercanía al hogar. Esta última, cuestión que no está presente en el proyecto de ley. Hay una serie de elementos para la admisión del estudiante pero no está la cercanía al hogar, que es un elemento fundamental. 3

4 Entonces, al no considerar los padres el "sello de calidad" que le pone el Simce a los establecimientos, no establecen la movilidad de calidad en base a la competencia. Por otra parte, el exacerbar la competencia en el sistema educativo hace que ello también influya en el éxito o fracaso de la educación y en el éxito o fracaso escolar. Les pongo un solo ejemplo: si se establece una carrera profesional docente, en donde los docentes deben competir entre sí para desarrollarse profesionalmente, les aseguro que ninguno de ustedes como cooperadores del Estado en la labor educativa va a poder tener cuerpo docente. Porque si los miembros del cuerpo tienen que competir no operan como cuerpo, no funcionan como cuerpo. Sin embargo, la tendencia es que los docentes compitan por bonos, por asignaciones variables; con la lógica de que los "docentes malos" no van a tener movilidad, van a salir del sistema y van a quedar los buenos. Pero como los docentes siguen docentes, difícilmente compiten y luchan por seguir siendo un cuerpo docente. No es posible mirar la unidad educativa como si fuera una empresa clásica. Esta es una empresa social, de composición social y requiere de un cuerpo docente, de un cuerpo directivo que colabore entre sí para desempeñarse en esa unidad social que es el colegio, ya sea particular o municipal. Esas lógicas creo que no están suficientemente presentes en las concepciones que están en el proyecto de ley. Valoro ambos proyectos de ley, el de La Ley General de Educación y el de la Superintendencia, pero creo que requieren de estas discusiones y sólo es posible que se den en el Parlamento si todos los que estamos aquí las llevamos allí, de lo contrario no se van a dar. Comparto buena parte de las valorizaciones que aquí se han hecho, pero lo que no comparto es que nosotros no actuemos con la suficiente responsabilidad y alturas de miras. En los sectores populares se dice para hacer tortillas hay que quebrar huevos. A veces se quiebra el huevo del profesor, a veces el del sostenedor, a veces el del alcalde. No tengamos temor a lo nuevo y lo digo como maestro. No asumamos defensas corporativas para debatir un tema que es nacional y que puede marcar una época. Fíjense lo significativo que fue para 4

5 este país dictar la Ley de Instrucción Primaria y cuánto tiempo influyó en el desarrollo del sistema educativo chileno. Equivalente a ese momento es la discusión que estamos teniendo hoy día. No es en función del próximo año ni lo próximos diez años. Una coyuntura para que estemos todos nosotros discutiendo educación de nuevo, se pueda dar en mucho tiempo. Entonces no la desaprovechemos al ponernos a defender cada uno su parcela, porque eso no daría cuenta del tremendo desafío que tenemos en la educación chilena. Lo que tenemos que discutir aquí es cuál es el desafío de esta educación para este siglo. La crisis del sistema, que puede haber respondido a determinado momento, tiene que ver que con que hoy no responde a los nuevos desafíos y por eso tenemos que hacer esta discusión también. No es necesariamente la condena de quién hizo el sistema anterior o el histórico, no es ese el debate. Cuando se habló de acreditación universitaria la inmensa mayoría del país estuvo en contra. Pasaron cinco años y todo el mundo estaba de acuerdo y es la misma acreditación que se habló al comienzo. Por qué? Primero se estableció un sistema de tal seriedad que tiene la confianza de todos los sectores, de las universidades, de los académicos, de los estudiantes. En segundo lugar, aquello eso que era amenazante para el sistema de educación superior chileno como era acreditar, poner el sello de calidad a la universidad y a las carreras, terminó siendo tan formativo que ha ayudado a las universidades y a las carreras a dar un salto en su desarrollo. Entonces, si miro el proyecto de Superintendencia desde la perspectiva más formativa que punitiva, puedo también pensar que nos ayudará a todos, a los docentes, a los sostenedores, a ordenar mucho más nuestra casa, a no tenerla tan dispersa y a establecer esfuerzos que sean comunes para hacer marchar el sistema educativo chileno. Muchas gracias 5