Pedagogía de las Virtudes Una respuesta metodológica para la formación moral de las nuevas generaciones.

Transcripción

1 Pedagogía de las Virtudes Una respuesta metodológica para la formación moral de las nuevas generaciones. Los Programas Educativos de Formación en Valores y Virtudes ofrecidos por Fundación NET, son una respuesta a la creciente necesidad de contar con herramientas pedagógicas concretas para guiar el desarrollo moral de los alumnos, expresada por los diversos actores de la educación en nuestro país. La experiencia adquirida durante quince años de aplicación en terreno de estos programas, como también el vínculo logrado con profesores y alumnos, han permitido a la fundación desarrollar la Pedagogía de las Virtudes como una propuesta metodológica, que plantea el conocimiento, la experiencia y la internalización de las virtudes humanas, a partir del autoconocimiento y la valoración de sí mismo y de los demás, como un medio para guiar a los niños y jóvenes en su desarrollo moral, con el objetivo de formar personas integrales que contribuyan al bien de toda la sociedad. A partir del año 2009 Fundación NET ha construido diversos instrumentos de evaluación y realizado dos investigaciones con el apoyo de la Universidad Finis Terrae, que han permitido validar el sustrato teórico y práctico de los programas educativos que dan forma a su propuesta pedagógica. El contexto La búsqueda humana más importante es la de esforzarse por la moralidad de nuestra acción. Nuestro equilibrio interno y el de la existencia dependen de eso. Sólo la moralidad en nuestras acciones puede dar belleza y dignidad a la vida. Hacer de eso una fuerza viva y consciente es, tal vez, la tarea principal de la educación. Albert Einstein Hasta mediados del siglo XX, en las sociedades occidentales la formación moral de las nuevas generaciones fue una cuestión más bien implícita, era parte del legado cultural que se transmitía de manera natural de generación en

2 generación, a través de las instituciones tradicionales como la familia, los padres y las iglesias. A todas luces las cosas han cambiado. Según algunos autores debido al debilitamiento de esas instituciones y al valor positivo que la sociedad moderna le asigna a la anti-autoridad, a las anti tradiciones, al individualismo y a los derechos individuales. La exacerbación del individuo, como principio y fin en sí mismo en las leyes, los medios de comunicación, la literatura, la medicina y la educación, han mermado el traspaso cultural de los valores humanos, y con ello ha ido desapareciendo la brújula que tradicionalmente condujo a las personas, sobre todo en su niñez y juventud. Sin embargo, existe la necesidad de recuperar ese espacio dedicado a una educación centrada en las preguntas trascendentales del ser humano: el sentido de la vida, el para qué v/s el por qué, la trascendencia y la dignidad, entre otras muchas que le dan orientación al conocimiento y a los avances tecnológicos. Tom Friedman, autor del best seller La Tierra es Plana, lo describe muy bien: El mundo se va a poner cada vez más plano.y eso me preocupa: porque veo que la tecnología está yendo más rápido que la habilidad de la gente para adaptarse. Hay dos modelos en el mundo plano. Uno: cuando el mundo es plano, cualquier cosa que pueda hacerse, se hará. La pregunta es si será hecha por ti, o hacia ti. Y la segunda: que cuando el mundo es plano, todo es commodity (mercancía) excepto la creatividad, la imaginación, todas las dimensiones humanas. Si tengo una gran idea, puedo ir a Taiwán para que la diseñen, manufacturarla en otro lado, y venderla en Amazon, y que Craiglist tenga mi cuenta. Todo es commodity, salvo esto (chasquea los dedos): la imaginación, el chispaso de creatividad Lo que pasa con el mundo plano es que todo es cierto, pero también su opuesto: empodera y desempodera, enriquece y empobrece. Va de los dos lados. Y todo se trata de cómo lo manejas: para eso requieres valores fundamentales muy fuertes. El punto es qué valores éticos construyes, porque importan más que nunca. Yo quisiera que todo computador vendido en Estados Unidos viniera con una advertencia que dijera: El buen juicio no viene incluido. Los tiempos actuales son una oportunidad para poner en marcha modelos eficaces de educación en valores humanos, o de lo contrario podemos permanecer en tiempos de mera crítica y desazón. La decisión es personal e institucional. Directivos, apoderados y profesores pueden comprometer sus esfuerzos y recursos de todo tipo para abordar el desafío. Educación para personas integrales

3 Las ciencias tienden a la especialización, por lo tanto dividen. El hombre necesita síntesis. SS Papa Benedicto XVI. Pueden existir diversos factores históricos, sociológicos y políticos, pero lo cierto es que nuestro país enfrenta una crisis en su sistema educativo que va más allá de lo técnico o académico. No es casualidad encontrar escuelas que han logrado mejorar sus resultados en las pruebas de rendimiento académico, luego de que sus equipos directivos y de docentes han entendido que la educación integral no es entregar la mayor diversidad de contenidos con calidad técnica, sino más bien formar a personas que integran el conocimiento a través de todas sus dimensiones humanas: orientar la educación hacia el pleno florecimiento de la persona y hacia el fortalecimiento de los derechos del hombre y las libertades fundamentales. (UNESCO, Conferencia mundial sobre los Derechos Humanos, año 1993). Así como la técnica sin ética conduce a la irracionalidad y a la deshumanización, la educación meramente academicista es incompleta e inapropiada frente a las demandas de la sociedad moderna. En este contexto, la formación de personas integrales no es un eufemismo, sino más bien el pilar de una educación exitosa, que considera al ser humano en su totalidad y pretende entregarle las herramientas necesarias para abordar el conocimiento y las múltiples experiencias de la vida, desde un punto de referencia moralmente sólido, basado en los principio antropológicos que rigen la dignidad humana y que le permitan lograr una síntesis superior de sí mismo y del mundo. Pilares Formativos del desarrollo moral La Pedagogía de las Virtudes, desarrollada por Fundación NET, es una metodología educativa que se basa en el tratamiento sistémico de las virtudes (conocimiento, experiencia e internalización), como herramienta para educar a niños y jóvenes a manifestar una disposición habitual a hacer el bien, sustentada en los cuatro pilares que esta pedagogía considera como base de una persona plena: dueña de un pensamiento crítico basado en valores, con capacidad socioemocional y afectiva, depositaria de fuerza de voluntad y con un sentido de trascendencia individual y social. No se trata de un maletín de virtudes que el niño deba conocer y aplicar, sino de un proceso guiado por sus formadores, a través del cual el alumno avanza por las etapas de su desarrollo moral -como las describen Lawrence Kohlber y sus seguidores- fortaleciendo los pilares de su carácter para construir un punto de referencia moralmente sólido. Podrá, por una parte, progresar hacia el autocontrol, pasando del cumplimiento de la regla por la gratificación o la

4 evasión del castigo, a la acción consciente y responsable por convicción personal. Por otra, avanzar en su toma de decisiones a partir de lo que esperan los adultos (en el caso de la infancia), o los pares (en la adolescencia), a las actitudes personales, propias de la madurez moral, basadas en la reciprocidad ( hago lo que me gusta que me hagan, no hago lo que no me gusta que me hagan ) y en el sentido de cooperación social como acto de justicia. Finalmente, encaminarse desde la regla convencional a la flexibilidad moral, para ser capaz de extraer principios éticos de reglas específicas, lo que además le significará alcanzar dinamismo y creatividad en la resolución de conflictos. Sé prudente con tus pensamientos, ya que tus pensamientos se transforman en tus palabras. Sé prudente con tus palabras, ya que tus palabras se transforman en tus actos. Sé prudente con tus actos, ya que tus actos se transforman en tus hábitos. Sé prudente con tus hábitos, ya que tus hábitos se transforman en tu carácter. Sé prudente con tu carácter ya que tu carácter se transforma en tu destino. (Lao Tzu) Enseñar a pensar, discriminar y discernir a partir de un punto de referencia moral, es fundamental para enfrentar y ser parte del mundo desde un referente sólido, que permite resolver las diferentes situaciones no siempre de la misma manera, pero sí desde el mismo principio: el bien común. El concepto en sí mismo, no tendría sentido si no se ha formado una persona afectivamente sana, capaz de ponerse en el lugar del otro y, más aún, capaz incluso de ponerse en el lugar de todos los otros, tomando perspectiva frente a los hechos. Para lograrlo resulta imprescindible educar la capacidad de sobreponerse a las dificultades y necesidades individuales; es decir, poner en marcha la fuerza de voluntad, que hace al ser humano dueño de sí mismo, y es el fundamento de su libertad. Para la Pedagogía de las Virtudes desarrollada por Fundación NET, estas habilidades son las herramientas necesarias para que cada niño y joven sea el arquitecto de sí mismo, con un sentido de vida orientado a construir una sociedad movida por el amor y en la que se conduzca de manera virtuosa. Tres elementos para enseñar las virtudes 1. Mostrar el aprendizaje de las virtudes y la formación moral como algo actual, dinámico y aplicado a la vida real. Generar estrategias, a partir de la continua retroalimentación con los mismos alumnos, para la autoformación

5 guiada por el docente, de manera que el aprendizaje sea significativo y fomente la construcción de la identidad, ligada a una personalidad moral. 2. El testimonio coherente de la cultura organizacional en la que el alumno se encuentra a diario, por eso no hay nada más educativo que el ambiente del establecimiento. 3. Dar espacio y valorar las iniciativas que vienen desde los propios alumnos, porque no basta con conocer la virtud, es necesaria experimentarla, vivenciarla, reflexionarla y finalmente optar por ella para internalizarla. De otro modo nos enfrentamos al dilema de la incongruencia entre lo que se considera como bueno y lo que se está dispuesto a decidir frente a las situaciones difíciles.