Romanticismo. Consignas:

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1 Romanticismo Consignas: A. Seleccionar 1 (una) obra de Goya y 1 (una) obra de Gericault, Delacroix, Constable o Turner y realizar un análisis por cada una de ellas considerando los procedimientos técnicos, la composición, el tema, contexto histórico e impacto social. (Normas APA). B. Realizar 1 propuesta de diseño, vinculada a su carrera, considerando algún aspecto de lo analizado en el punto anterior, relacionando la imagen con su discurso. Desarrollo: A. El Romanticismo es un movimiento cultural y político originado en Alemania y el Reino Unido a finales del siglo XVIII esencialmente como una reacción contra el racionalismo de la ilustración y el clasicismo, confiriendo, por el contrario, preponderancia primordial a los sentimientos. Arnold Hauser (Hauser, P. 339) distingue, sin embargo, entre el Romanticismo Alemán, que procede de una actitud esencialmente revolucionaria y muta hacia una posición mas bien reaccionaria y el Romanticismo Occidental que, por el contrario, pasa de una posición conservadora y monárquica a una más actitud liberal. Al constituir una manera particular de concebir a la naturaleza, al hombre, y a la vida misma basada en lo sensorial y sentimental, el Romanticismo presenta diferentes tendencias y particularidades en cada país en que se desarrolla así como también en cada artista que lo desarrolla. Goya y el Romanticismo Español El gigante 1820 (Ver imagen 1 en anexo) Si bien fue Goya un pintor muy prolífico y destacado particularmente por sus retratos que le valieron un lugar en la corte española y que dejaron, a la posteridad, un registro como ningún otro pintor haya hecho de sus comitentes, no es éste aspecto de su obra el que se ha elegido para destacar ya que No solo como pintor de retratos se mantuvo Goya independiente de los convencionalismos del pasado. Como Rembrandt, produjo un gran número de aguafuertes, la mayoría de ellos mediante una

2 técnica nueva denominada aguatinta, la cual permite no sólo grabar las líneas sino también modificar las manchas. Lo más sorprendente en las estampas de Goya es que no constituyen ilustraciones de ningún tema conocido, sea bíblico, histórico, o de género. Muchas de ellas son visiones fantásticas de brujas y de apariciones espantosas. Algunas son consideradas como acusaciones contra los poderes de la estupidez y la reacción, de la opresión y la crueldad humana que observó Goya en la Península; otras parecen acabar de dar forma a las pesadillas del artista. (Gombrich, P. 401) Es esta capacidad en la expresión y descripción casi narrativa aplicada a la obra pictórica un aspecto particularmente notable de la obra de Goya así como también su relación más íntima con el Romanticismo. Por otro lado, es importante destacar el hecho del contenido de reflexión y hasta crítica en cuanto a lo político y social que inunda sus obras y lleva la expresividad a un nuevo lugar nunca antes explorado desde la pintura. En la obra, El monstruo está sentado como una carga aplastante sobre un paisaje a la luz de la luna. Pensaba Goya en la suerte de su país, oprimido por las garras y la insensatez humana? O creó simplemente una imagen, como si fuera un poema? Pues fue éste el efecto más destacado de la ruptura de la tradición: los artistas se sintieron en libertad de plasmar sus visiones sobre el papel como sólo los poetas habían hecho hasta entonces. (Gombrich, P. 402) Turner y el Romanticismo Inglés Un vapor en la ventisca 1847 (Ver imagen 2 en anexo) Turner fue un pintor de paisajes inglés que, aprovechando el nuevo impulso que el Romanticismo dio a ésta rama de la pintura hasta entonces considerada secundaria o inferior -, buscó consagrarse y elevar éste género a una nueva dignidad desde una búsqueda novedosa de incorporar los sentimientos y la percepción individual a la representación del paisaje. En la obra, No solo pintó lo que vio de una rápida ojeada sino también, hasta cierto punto, lo que sabía que existía allí. Sabía cómo estaba construido un barco y cuál era su aparejo, y, contemplando su obra, resulta fácil reconstruir estos navíos. Nadie podría construir un vapor del siglo XIX ateniéndose a la marina de Turner. Todo lo que él nos suministra es la impresión del sombrío casco y del gallardete ondeando bravamente en la punta del

3 mástil: la impresión de una lucha con el mar furioso y la amenazadora tempestad. Casi percibimos el ímpetu del viento y el golpe de las olas. No podemos detenernos en los pormenores; todos ellos han quedado absorbidos por el deslumbramiento de la luz y la sombría oscuridad de la tormenta. No sabemos si Turner vio tormentas de esta clase, ni se son realmente así en el mar, pero sabemos que su representación es una tormenta sobrecogedora y terrible, como la que imaginamos al leer un poema romántico o al escuchar música romántica. En Turner, la Naturaleza trasluce y expresa siempre emociones humanas; nos sentimos pequeños y abrumados ante las fuerzas que no podemos gobernar, por lo que nos vemos impulsados a admirar al artista que ha tenido a merced suya las fuerzas de la Naturaleza. (Gombrich, P 403) El mundo que representa éste artista en sus obras no es ya armónico ni apacible, sino que está cargado de sentido, de movimiento, de efectos tan dramáticos como sorprendentes que contrastan fuertemente con el equilibrio y la quietud del período anterior. Es Turner, sin dudas, uno de los representantes más auténticos de una renovada concepción de la naturaleza como grandiosa y sublime pero, a la vez, prácticamente teatral. B. Para el desarrollo de un objeto de diseño actual inspirado en el movimiento Romántico, se tomó como inspiración la obra La marquesa de la Solana realizada por el pintor Español Goya en el año (Ver imagen 3 en el anexo). Por un lado, es importante destacar el hecho de que los retratos de éste artista tienen una particularidad que los diferencia: ( ) en cuanto examinamos las caras de esos grandes percibimos que Goya parece mofarse de su pretendida elegancia; él vio a aquellos hombres y mujeres con ojos escrutadores y despiadados, poniendo al descubierto toda su vanidad y fealdad, su presunción y su codicia. Ningún pintor cortesano antes o después de él dejó un registro semejante de sus protectores. (Gombrich, P. 401) Por otro lado, el indumento realizado, presenta una apariencia contemporánea pero inspirada en la indumentaria típica de la corte española de la época. ( ) a partir del año 1780 se observa una reacción muy acentuada entre las elegantes a favor del traje de maja: ausencia de miriñaques y de polvos en el cabello; uso de tejidos ligeros blancos o negros, adornos rojos o rosados; mantilla de encaje;

4 falda corta que deja al descubierto los diminutos pies; cuerpo muy hechado hacia atrás. (Boucher. P. 319) El conjunto consta de una blusa, con corte cruzado, en color blanco, y una falda de encaje con enagua, todo en tonos negros. El largo modular de la falda llega al tobillo para dejar al descubierto los pies. Los tejidos elegidos son ligeros pero muy trabajados, a la usanza de la época.

5 Anexo Imagen 1 Imagen 2 Imagen 3

6 Bibliografía François Boucher. Historia del traje en occidente desde la antigüedad hasta nuestros días. Montaner y Simon, S.A. Gombrich, E. (1992) Historia del Arte. Castilla: Garriga S. A. Hauser, A. Historia social de la literatura y el arte 2. Colombia: Labor S. A.