APÉNDICE A. Liturgia de la Celebración de Bodas Normas Diocesanas para la Diócesis de Trenton. Introducción

Transcripción

1 APÉNDICE A Liturgia de la Celebración de Bodas Normas Diocesanas para la Diócesis de Trenton Introducción El amor que se tienen el uno por el otro y su deseo de compartir sus vidas juntos es una muestra de la presencia de Dios en sus vidas, y una llamada a la vocación del matrimonio. En su boda usted hace una promesa solemne, por siempre, una alianza el uno con el otro y con Dios, en presencia del pueblo de Dios, de sus amigos y sus familiares. Es el Sacramento de la Iglesia. La liturgia de la boda, por lo tanto, se debe preparar cuidadosamente para celebrar su amor y el Sacramento del Matrimonio. Recuerde que la Iglesia, su familia y amigos, testifican su promesa solemne en un lugar especial y santo: su iglesia parroquial. Agradezca la ayuda de la Iglesia - su clero, ministro pastoral, y músicos- en dirigirle en la selección de las apropiadas lecturas de la escritura, del ambiente litúrgico y de la música ritual. La Iglesia le ama y le pide que usted tenga un alto respeto por el Sacramento del Matrimonio y por la celebración de la liturgia de su boda. Considere sus opciones para los textos y la música teniendo en cuenta las pautas de la iglesia. Al seguir estas pautas, usted ayudará a expresar su fe y realzará la celebración de su boda como un acto de culto. La Liturgia de la Boda Las palabras, los gestos, y la música para la liturgia de su boda deben manifestar a todos los presentes qué está sucediendo dentro de usted, a saber, un encuentro con Cristo en el Sacramento del Matrimonio. Por lo tanto, cualquier música que se elija para su celebración debe demostrar a todos los reunidos su amor el uno con el otro en Cristo. La música instrumental puede también expresar a cada uno de los presentes la naturaleza festiva de la ocasión. Evite por favor a cualquier música que tenga connotaciones negativas para usted o sus invitados con situaciones y actividades que contradicen los valores católicos del matrimonio. Aunque usted puede no estar enterado de ello, hay mucha música hermosa y emocionante que habla de Dios y de Cristo en sus vidas, de la santidad, de la alegría, y de la belleza del matrimonio, y de la significación cristiana especial de su día. Antes de elegir la música para su boda, conozca todas las posibilidades. Su músico parroquial puede aconsejarle. Esto toma tiempo, así que asegúrese de hacer el contacto con bastante anticipación a la fecha de la boda. Pág. 1 de 5

2 El modelo de todo Culto Católico Romano es la Misa de domingo. La Misa Nupcial incluye los Ritos Iniciales, la Liturgia de la Palabra, la Liturgia de la Eucaristía, y el Rito de Conclusión. La Iglesia invita a todos los fieles a la participación completa, consciente y activa en la Misa. Su intervención activa en la preparación de la liturgia de su boda invitará a todos los presentes a que participen plenamente en la celebración. Por lo tanto, toda la música ritual de la Misa debe ser cantada por todos los que se han reunido para su boda. El canto de la asamblea en una boda expresa la alegría y la unidad de la gente reunida. (Celebrando el Matrimonio, Paul Covino Pastoral Press, Portland, 1994, página 86) La música ritual de la Misa incluye lo siguiente: Canción de Reunión, Salmo Responsorial, Aclamación al Evangelio (Aleluya), el Santo, Santo, la Aclamación Conmemorativa, el Gran Amén, el Cordero de Dios, la Canción de Comunión, y una Canción de Alabanza post-comunión. Otras oportunidades para la música dentro de la Misa de Nupcial son antes de la procesión de entrada y en la preparación de las ofrendas. El Rito del Matrimonio fuera de la Misa incluye los Ritos Iniciales, la Liturgia de la Palabra, el Rito del Matrimonio y el Rito de Conclusión. El lugar apropiado para el canto comunal sería la Canción de Reunión, el Salmo Responsorial, y el Aleluya al Evangelio. Dos elementos distintivos de la liturgia de la boda son las procesiones que ocurren al principio y al final de la celebración. Acompañadas a menudo de música instrumental, estas dos acciones rituales pueden también incluir la canción comunal o coral. Ministros Litúrgicos La iglesia reconoce a la novia y al novio como los ministros principales del Sacramento del Matrimonio. El clero, el padrino/caballero de honor y la madrina/dama de honor, junto con la familia y amigos, atestiguan su intercambio de votos, que es el signo primario de este sacramento. El sacerdote o el diácono presidirán en la liturgia, mientras que los ministros litúrgicos asistirán a la asamblea reunida en oración. Estos Ministros Litúrgicos son: Ministros de la Santa Comunión: Un miembro de su familia o de la parroquia, comisionado por el Obispo, asiste a la distribución del Cuerpo y de la Sangre de Cristo durante el Rito de Comunión. Portadores de las ofrendas: Dos o más miembros de su familia, llevan las ofrendas del pan y el vino. Un regalo simbólico para los pobres se puede también presentar en este momento. Pág. 2 de 5

3 Lector: Un miembro de su familia o de la parroquia, el lector proclama las lecturas de las Escrituras durante la Liturgia de la Palabra. El lector puede también leer la Oración de los Fieles. Servidores del Altar (Monaguillos): Miembros de su familia, o de la parroquia, los servidores del altar asisten al sacerdote y al diácono en la celebración de la Liturgia de la Boda, actuando como portador de la cruz y acólito. Ministros de Hospitalidad: Miembros de su corte nupcial o de la parroquia, estos hombres y mujeres dan la bienvenida a sus invitados y contestan a las preguntas referentes a su comodidad o a necesidades personales. Ministros de la Música: La parroquia tiene cantores, organista, coro y a otros instrumentalistas para asistir en el planeamiento y la ejecución de la música litúrgica apropiada para su celebración. La práctica de tener un solista cantando toda la música durante la liturgia de la boda debe ser descontinuada y desalentada. Las directivas litúrgicas para la celebración de la liturgia dentro de la Iglesia Católica Romana insisten en la participación completa de todos los presentes al cantar la liturgia. Por lo tanto, el ministro apropiado para conducir el canto en la liturgia de la boda sería cantor. La posición normativa del cantor en la Diócesis de Trenton es en frente de la asamblea. Si es solicitado, otro individuo, además del cantor, puede cantar una sola pieza de música en un lugar apropiado dentro de la liturgia, es decir, la Preparación de las Ofrendas, o una Canción de Alabanza pero no la Canción de Comunión. La preparación para el matrimonio difiere de parroquia a la parroquia. En este proceso usted conocerá a los ministros de música de su parroquia. La consulta con sus ministros de música es una parte importante de este proceso y necesita ser hecha de una forma oportuna. Música en la Liturgia La adoración de Dios debe ser auténtica. Los fieles traen a sus verdaderos seres para ser transformados por la Palabra y el Sacramento. La participación completa y consciente permite que todos entren en el misterio de la fe. La forma preeminente de participación litúrgica está en la canción. La energía y la gracia de la música dibujan a todo el presente dentro de la comunidad, el Cuerpo de Cristo. El Cuerpo de Cristo, hecho verdadero en la reunión de los creyentes, la palabra proclamada y en el Eucaristía, refleja siempre la presencia de Dios, Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Por lo tanto, sería inadecuado introducir en la liturgia música grabada o enlatada. En la selección de la música para la liturgia de la boda se debe tener cuidado en las áreas siguientes: Preludio: Cuando la familia y los amigos se reúnen, esta selección de música fija un ambiente de alegría y oración. La música que puede no ser apropiada para la liturgia puede ser aceptable aquí. Pág. 3 de 5

4 Procesión: Música instrumental que acompaña el movimiento de ministros y de la corte nupcial al altar. Estas selecciones de música se toman a menudo del repertorio clásico, ofreciendo una variedad amplia de disposición y de estilo. (Las Marchas, compuestas por Wagner y Mendelssohn, se han asociado fuertemente con las bodas en la cultura Norteamericana. Estas dos selecciones musicales evocan respuestas negativas y positivas de parejas, de familias y de personales parroquiales. Deben ser escogidas con cuidado y discreción pastoral.) Canción de Entrada: La Canción de Entrada cambia la participación de la asamblea de pasiva a activa. La Canción de Entrada también moldea a la asamblea reunida en la comunidad de culto: la Iglesia. Música ritual: Las partes de la liturgia que deben ser siempre cantadas: Salmo Responsorial, Aclamación al Evangelio, el Santo, Santo, la Aclamación Conmemorativa, el Gran Amén. Preparación de las Ofrendas: (Misa Nupcial solamente) Un período de transición en la celebración de la Misa, ésta sería una oportunidad apropiada para seleccionar música a ser cantada por el cantor solamente o por la asamblea. Canción de Comunión: (Misa Nupcial solamente) es la oración de Comunión de la asamblea. Por lo tanto, se debe tener cuidado para seleccionar un salmo o un himno que se centren en la Santa Eucaristía como presencia de Cristo entre nosotros. Canción de Alabanza: Cantada dentro del Rito de Comunión como canción de acción de gracias de la asamblea, esta selección de un salmo o de un himno invita a los que se han reunido a levantar sus voces en alabanza y alegría. Música de Despedida: Elegida del repertorio clásico o de la parroquia, esta música acompaña a la corte nupcial cuando salen de la iglesia. La celebración de la liturgia de su boda es una expresión de su fe. Debe reflejar la gratitud y la alegría que usted siente hacia Dios por todas las bendiciones demostradas a usted a través de su vida, especialmente en el día de su boda. En las palabras de la Constitución Dogmática sobre la Iglesia, del Segundo Concilio Vaticano, cada miembro del pueblo debe ser ante el mundo testigo de la resurrección y de la vida del Señor Jesús, y señal del Dios vivo (GIRM # 38). Permita que la liturgia de su boda y la música que usted seleccione reflejen esto. Pág. 4 de 5

5 APÉNDICE B Remuneración Económica Cada parroquia fija el estipendio, la donación y los honorarios apropiados para todos los que estén implicados en la preparación y la celebración de la liturgia de la boda. Le corresponde a la pareja estar informados de estos costos y asegurarse de pagarlos de una manera oportuna. Es acostumbrado pagar el honorario de los músicos de la parroquia antes de la ceremonia. Este pago puede ir directamente a los músicos o a la parroquia. Cada parroquia ha organizado este proceso de acuerdo con sus propias necesidades pastorales. Otras circunstancias únicas y especiales se deben discutir con el pastor de la parroquia y su sola discreción basta para su decisión en esta materia. Prácticas Piadosas dentro de la Liturgia de la Boda Algunas parroquias han incorporado varias prácticas piadosas en el momento después de la Comunión. Esto viola la integridad del Rito de Comunión, y sería inadecuado observar cualquier gesto que no se centre en la Santa Eucaristía. Una práctica que se ha mantenido en la liturgia de la boda es que la novia deje flores o parte de su ramo de boda en la Capilla de la Virgen María. Un acto piadoso realizado por un miembro de la Sociedad de María, la novia dejaría parte de su ramo de boda en el altar de María, a su salida de la iglesia. Aun cuando esta sociedad Mariana se ha ido desvaneciendo de la vida parroquial, este gesto ha permanecido como adición al rito Católico de la boda. Una acción piadosa tal no es parte de la liturgia y algunas parroquias ya la han descontinuado. Si la novia y el novio tienen una devoción profunda y personal a la Santa Madre, y desean demostrar esta devoción en el día de su boda, entonces la discreción pastoral debe discernir donde puede tener lugar este gesto piadoso. Si esta práctica todavía se encuentra agregada a la liturgia no debe ocurrir después de la Santa Comunión, como meditación. Un lugar apropiado para este gesto piadoso sería después de la Oración Después de la Comunión o de la Bendición Final. La asamblea no tiene que estar sentada para este ritual privado y la Despedida debe seguir poco después. Otro gesto no-litúrgico que ha encontrado un lugar dentro de la liturgia de la boda es la Vela de Bodas o Vela de la Unidad. Aunque no es parte del Rito del Matrimonio, este gesto se ha convertido en un símbolo muy visible en la celebración de bodas. En 1999, la Arquidiócesis de Newark preparó una Oración de la Mesa u oración antes de la comida del banquete de bodas que incorpora el uso de la vela de bodas. Esta oración de la mesa es una alternativa para aquellas parejas que deseen incluir este ritual en la celebración de su boda. En la Diócesis de Trenton, la Vela de la Unidad se puede utilizar como oración en el ensayo o en la recepción. La inclusión de esta práctica en la liturgia debe ser desalentada. La discreción pastoral en el uso de la vela de la boda se deja al pastor y a quienes él haya asignado para trabajar con usted en la preparación y la celebración de su boda. Pág. 5 de 5