Plan de salvación e historia de la salvación

Transcripción

1 Iglesia Nueva Apostólica Internacional Plan de salvación e historia de la salvación El siguiente artículo investiga el tema de cómo la salvación de Dios se logra hacer realidad en la historia. El origen del pensamiento histórico-salvífico Generaciones de alumnos de religión nuevoapostólicos crecieron con una obra que llevaba por título: Historia del reino de Dios. Condensado del plan divino de salvación y redención de los seres humanos. Su presentación intentaba sistematizar la historia bíblica, la historia de la Iglesia y la historia universal bajo puntos de vista pedagógicos de manera tal que la historia de la creación del hombre hasta la nueva creación pudiese concebirse como una sucesión ordenada, planeada y concluyente en sí misma de actos de salvación divinos, como un plan de salvación divino. Tal presentación se basa en un esquema que se retrotrae al tiempo de los Padres de la Iglesia. Ireneo de Lyon, un Doctor de la Iglesia del siglo II, que en sus escritos se debate con las doctrinas de los gnósticos y otros falsos maestros cristianos, desarrolló como uno de los primeros pensadores cristianos un orden histórico-salvífico basado en la Trinidad, según el cual Dios-Padre, Dios-Hijo y Dios-Espíritu Santo obraron cada uno a su manera en la historia en períodos sucesivos en la creación, redención y consumación del mundo, respectivamente. Según Ireneo, en cada uno de los períodos del accionar de las personas de la Trinidad se pueden reconocer distintas fases de actividad de la gracia, es decir distintos períodos de un plan de salvación divino. Para Ireneo, el lugar en el que se hace realidad la salvación del nuevo pacto en la historia es la Iglesia; concretamente, los actos salvíficos de Jesucristo están presentes en los Sacramentos, los cuales son administrados por la Iglesia. Historia del mundo como historia de la salvación En el siglo XVIII se consolidó una interpretación histórica que entendía a la historia como un movimiento con sentido, progresivo y orientado a un objetivo, basado en un mayor desarrollo del espíritu humano. Consiguientemente la historia perseguía una finalidad superior a la cual debían subordinarse todos los hechos aislados, así como D&E Pagina 1 de 5

2 las numerosas calamidades y el mal del mundo. Algunos filósofos veían la razón como esta finalidad superior. Muchos pensadores y teólogos cristianos relacionaron la razón con Dios o la consideraron divina. Correctamente leída e interpretada, la historia, por lo tanto, es una revelación de Dios progresiva. Mas esto significa que si la historia es parte de la automanifestación de Dios, no puede ser obra humana, sino que al igual que la creación es parte del plan de salvación divino, el cual se realiza en ella. Por ende, detrás de los hechos históricos no está el hombre, sino Dios. El hombre no es el sujeto de la historia, pese a que actúa en ella, sino Dios, quien no permite que suceda nada que pudiese impedir su plan de salvación. La idea de que la historia es la automanifestación de Dios condujo finalmente en la teología protestante del siglo XIX a que ya no se diferencie entre la historia del mundo y la historia de la salvación: cada día y cada situación mundial de esto se estaba convencido se encuentra bajo la voluntad salvífica y debe servir a su realización. El concepto historia de la salvación Para la mayoría de los teólogos modernos, la idea de la historia de la salvación no es otra cosa que una hija del siglo XIX, con su inclinación a la sistematización. De modo que se rechaza la idea de un plan de salvación o la equiparación de la historia del mundo y la historia de la salvación. Si la historia de la salvación realmente se desarrolla en forma sistemática en la Sagrada Escritura, eso es más bien una controversia filosófico-teológica. No obstante, en la Biblia está firmemente arraigada la idea de que el desarrollo de la historia está orientado esencialmente a la salvación. Por eso para los cristianos nuevoapostólicos la historia de la salvación es objeto de la fe y también de reflexión. Así también, los enunciados del Catecismo muestran que el concepto de la historia de la salvación es un elemento constitutivo importante de la doctrina de la Iglesia Nueva Apostólica. Es claro que en los informes bíblicos Dios es el que obra en la historia. Pero Dios no sólo obra en la historia sino que a través de Jesucristo se convierte Él mismo en un elemento constitutivo de los hechos históricos. En el Catecismo nuevoapostólico se encuentran bajo la palabra clave historia de la salvación entre otros los siguientes enunciados: Dios, quien creó el cielo y la tierra, se revela de diferentes maneras en la naturaleza y en la historia, de manera que la naturaleza puede ser reconocida como su creación y la historia como la historia de la salvación (Catecismo de la INA 1). Aquí se pone de manifiesto que junto con la naturaleza, la historia es el lugar de automanifestación o autoproclamación de Dios. A continuación se explica que el obrar divino dentro de la historia sirve para hacer realidad la salvación: En la Sagrada Escritura el concepto salvación se utiliza en el sentido de socorro, protección y redención. El obrar de Dios D&E Pagina 2 de 5

3 tiene por objetivo lograr la salvación. Este accionar se desarrolla como historia de la salvación, en la cual reconocemos una sucesión de actos divinos conforme a un plan establecido por Dios (Catecismo de la INA 4.4). El obrar salvífico de Dios no acontece sólo a causa de determinados motivos, sino que está planificado y orientado a determinados objetivos: El plan divino de salvación prevé que en el curso del tiempo sea ofrecida la salvación a todos los hombres. Así, por ejemplo, la difusión del Evangelio por los primeros Apóstoles, la expansión mundial del cristianismo y la preparación de la comunidad nupcial para el retorno de Cristo, son etapas en este plan de salvación (Catecismo de la INA 4.4.2). El Catecismo también menciona la meta y la finalización de este plan de salvación: El plan divino de salvación, como se halla consignado en la Sagrada Escritura, finalizará en la nueva creación (comparar con Apocalipsis 21) (comparar con Catecismo de la INA 4.4.3). Fundamentos bíblicos Bíblicamente el pensamiento de un plan divino de salvación que se hace realidad en la historia tiene sus raíces en la elección del pueblo de Israel por Dios. La salida de Egipto y la conquista de la tierra prometida son ejemplos de una experiencia salvífica hecha realidad históricamente. Además, los actos de salvación son fundamentales para la historia del pueblo de Israel: la historia de Israel es la historia de Dios con su pueblo. La historia del pueblo no es entonces un ir y venir casual de diferentes hechos, sino que se entiende como una serie de acontecimientos acompañados y dispuestos por Dios. En ella, por ejemplo, no se ocultan derrotas militares, sino que son entendidas como un juicio de Dios. Dios es asumido en la historia de Israel como Juez y Salvador al mismo tiempo. El esquema de promesa y cumplimiento constituye la impronta de la convicción histórica del pueblo de Dios elegido, desde la salida de Egipto, pasando por la ley dada en el Sinaí hasta el tiempo del exilio y más adelante. Al presentarse los profetas, la convicción histórico-salvífica que recordaba los hechos de Dios (Ex. 12:14), adquirió una dimensión más amplia, orientada al tiempo final. El acontecimiento salvífico en sí ya no debía buscarse en el pasado como en la salida de Egipto sino que aún no había acontecido y se esperaba en el futuro. Principalmente por el pensamiento apocalíptico, surgido en el judaísmo desde el siglo III antes de Cristo, se cambió la perspectiva: ahora ante todo el futuro pasó a ser el lugar de la salvación: Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre (Dn. 2:44). El reino de Dios que aquí se menciona tuvo su comienzo en Jesucristo y alcanzará su forma definitiva en la nueva creación. En efecto, la nueva perspectiva de la apocalíptica también supera la autolimitación a la nación; la historia de la salvación ahora ya no es la historia nacional, o sea la historia D&E Pagina 3 de 5

4 de Israel, sino que es la historia mundial. La historia de la salvación entonces ya no es nacional, sino universal. Ya no se trata únicamente de la salvación para Israel, sino que más bien se pide la salvación para los otros pueblos: Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos. Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas (Mi. 4:1-2). La salvación divina también está dirigida a los gentiles, esto constituye un tema tratado detalladamente en el Nuevo Testamento (comparar con Hch. 10:34 s.). Con el incremento de la profecía en la época del cautiverio babilónico, la visión histórica se convierte en un factor significativo en la vida religiosa de Israel. Del pasado y el presenta la mirada se dirige al futuro, preguntándose: Cuándo vendrá la salvación definitiva? En su tendencia, la historia mundial ahora se convierte en historia de la salvación porque el obrar divino mira sobre la creación y el mundo como un todo. Así la apocalíptica judía prepara el suelo para el cristianismo, que entiende en la misma medida a los gentiles y a los judíos como destinatarios de la salvación divina. Al mismo tiempo, el pensamiento apocalíptico es una de las condiciones previas para la interpretación histórica de la Edad Moderna, que comprende a la historia como un proceso progresivo, dividido en períodos (comparar con Dn. 2:31-41). Hay que constatar que con el pensamiento apocalíptico se impone un concepto del tiempo que entiende el tiempo o bien la historia no como una mera sucesión de hechos, o el curso del tiempo como una reiteración periódica, en el sentido de un circuito periódico, sino como algo semejante a una sucesión lineal de épocas o imperios hablando bíblicamente: reinos que tienen un comienzo establecido por Dios y un final asimismo establecido por Él. El curso del tiempo y del mundo está preestablecido, todo sigue el curso dispuesto por Dios. En la esfera del reloj divino ya están marcados los distintos períodos de la historia mundial; inexorablemente la aguja da vuelta hacia el final, el cual es revelado en visión profética. Jesucristo como meta y objetivo final de la historia de la salvación El centro de todo lo que acontece en la historia de la salvación es Jesucristo, su actividad entre los hombres, su muerte y resurrección: Y volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis; porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron (Lc. 10:23-24). La revelación histórica de Dios en Jesucristo no puede ser superada, tampoco la salvación que aconteció y fue generada por Cristo, cuya importancia escatológica es destacada de diversas maneras por los testimonios bíblicos: Pero ahora, en la consumación de los siglos, [Cristo] se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado (He. 9:26). Ya D&E Pagina 4 de 5

5 destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros (1 P. 1:20). Por consiguiente, la muerte y la resurrección de Jesús no son hechos históricos después de los cuales la historia sigue, sino hechos salvíficos escatológicos, similares al eje de los acontecimientos de la historia de la salvación. Los acontecimientos histórico-salvíficos que ocurrirán después de la resurrección de Cristo, como el retorno de Cristo, la resurrección y el arrebatamiento de las primicias, el reino de paz y la nueva creación son las consecuencias históricosalvíficas que provienen de la muerte y resurrección de Jesucristo. La inmediatez de la espera cristiana en la pronta venida se basa, por ende, en la convicción de que con Jesucristo la historia de la salvación se dirige a su consumación: lo que queda es su plena manifestación en el reino de Dios como objetivo final de la historia. D&E Pagina 5 de 5