COLEGIO DEL ROSARIO CAMPESTRE

Transcripción

1 COLEGIO DEL ROSARIO CAMPESTRE CORREGIR ES UNA DECISIÓN DE AMOR. NUBIA CONTRERAS SANCHEZ Psicóloga Colegio del Rosario Campestre

2 COMO CORREGIR A NUESTROS HIJOS Los grandes ríos son pequeños al comienzo Los padres debemos tomar conciencia de la importancia de la corrección en la educación de los hijos, como medio para favorecer su crecimiento como persona. Todos los padres tenemos muchos obstáculos para corregir y aceptar la corrección como parte de la formación integral que debemos dar a nuestros hijos, entre otros están: El orgullo, que nos hace ver la corrección como algo vergonzoso y humillante. El temor de herir al otro, de perder su cariño y confianza. El temor de que la corrección sea inoportuna, inútil o que provoque represarías. Pensar que no es necesario intervenir, puesto que con el tiempo todo se va a arreglar o el otro va a corregirse por si solo. El descuido, la irresponsabilidad, la ignorancia; no darse tiempo por estar demasiado ocupado y preocupado por otras cosas. Un falso amor infantil y egoísta, sobre protector y posesivo. El no dar importancia a las faltas pequeñas; olvidar o ignorar que los grandes males, como los grandes ríos son pequeños al comienzo.

3 La corrección no es un estallido de cólera, SINO UNA DECISIÓN DE AMOR. Se necesita fortaleza, sinceridad y buen humor, para dejar de lado los sentimientos de timidez, temor, ira, impotencia, desilusión y evitar extremos como: Callarnos y no querer enterarnos por cobardía,. Ofender, acusar, burlarnos, corregir con cólera y venganza. Ambas actitudes no remedian el mal y hasta pueden empeorarlo.

4 COMO CORREGIR Corregir es avisar, enseñar y levantar; no es destruir, desaprobar y aplastar. 1. Discernimiento y prudencia para cambiar lo que se puede, aceptar lo que no se puede cambiar y comprender la diferencia. No seamos de aquellos que todo lo permiten, no exigen nada o se contentan con demasiado poco. Ni seamos de aquellos que no pasan nada y son demasiado exigentes, perfeccionistas, inflexibles y negativos. 2. Humildad, paciencia y sobre todo cariño y confianza en nuestros hijos. El aporte de cada uno es necesario para el bien de todos. No exigirlo equivale a no valorarlo. Si no espero nada del otro, es señal que no lo aprecio y, en fin de cuentas, no lo amo. No se trata de aplicar un castigo sino de encontrar un remedio. Mas que fiarnos por que el otro se comporta mal, tenemos que buscar por qué no cambia. Cuando lo criticamos, le hacemos notar que está faltando porque es orgulloso, egoísta, flojo o rencoroso, etc., pero no le damos valores o ideas para estimularlo positivamente al cambio. La crítica destructiva me convence que soy «malo», reforzando la mala imagen que ya tengo de mi mismo. En lugar de mostrarme una luz de salida, me hace retroceder aun más hacia la oscuridad.

5 3. Se debe resaltar claramente cuáles son los motivos de la corrección: Corregir no es entrometerse en la vida del otro por curiosidad, celos, afán de dominio o apatía, sino comprometerse por Amor, fidelidad y deseo de que el otro sea cada vez un mejor ser humano. Sin importar la edad que tenga nuestro hijo y sin el sentimiento que conlleve la situación (impotencia, rabia, tristeza, desilusión o cualquier otro) por la cual necesitemos llegar a la corrección o castigo, recomiendo buscar un espacio de intimidad y paz, mirándonos a los ojos repasar los sucesos por los cuales se requiere una amonestación o castigo (esto no quiere decir cantaleta, no es imponer mi punto de vista), seguro que ellos comprenderán la situación y si es posible realizar varias propuestas de su propio castigo y que ellos elijan o decirles: que castigo crees que te mereces? Muchas veces ellos son más fuertes en ese sentido. Corregimos para poner remedio a un mal, para que no se agrave la enfermedad, mostrando así nuestro amor al que está fallando, pues no queremos que siga haciéndose más daño y perjudicando a los demás. La finalidad de toda corrección es que haya más unión y amor en nuestra familia. SIEMPRE CUMPLIR HASTA EL FINAL LOS ACUERDOS.

6 SABER CORREGIRSE, PARA PODER CORREGIR A LOS DEMÁS. «Sabe corregir quien sabe aceptar la corrección» Antes de creernos ofendidos y mostrarnos insultados por nuestros hijos, debemos fijarnos que grado de responsabilidad tenemos en la situación, tal vez no anticipamos y aconsejamos a tiempo? Tal vez no hicimos seguimiento y control? Acostumbramos a creer que siempre tenemos razón o a justificarnos culpando a otros. Antes de corregir a nuestros hijos, nos tenemos que corregir a nosotros mismos, no aprendemos a ser padres por el simple hecho de dar la vida, sino en el ejercicio mismo de la paternidad-maternidad. Dejemos que nuestros hijos nos apoyen a ser mejores padres. Nadie está más interesado en esto que ellos Son los mejores observadores de lo que sucede en casa El hecho de que son pequeños o jóvenes y dependan de nosotros, que no nos permita olvidar que son personas y debemos respetarlos como tales. Conforme crecen, se hacen más conscientes de nuestras debilidades y errores; no nos venguemos por ello. Somos humanos y todos fallamos continuamente hasta en la forma de corregir.

7 CORREGIR ES PERDONAR Solo el perdón mantiene unida la familia y cura todas sus heridas Si reconocemos nuestros errores y tenemos la valentía de pedir perdón por ellos, será más fácil para nuestros hijos comprendernos y aceptarnos como somos. También les será más fácil pedirse perdón entre ellos. Seamos capaces de pedir perdón a nuestros hijos y a nuestra pareja, esto nos hace experimentar la alegría única de la reconciliación, logrando una relación nueva y más profunda que nos hace crecer y les enseña la responsabilidad de reparar el daño causado. No hay educación y vida ética y en valores sin la experiencia de perdón Aprovechemos el menor signo de buena voluntad y esfuerzo, para mostrarle al otro una confianza renovadora y darle oportunidad para comenzar de nuevo.

8 POR LO ANTERIOR LOS INVITAMOS A REFLEXIONAR A continuación presentamos algunas propuestas que pueden ser útiles para que analice. Recuerde una experiencia en la que la manera como corrigió a su hijo resulto negativa. Como se sintió? Que defectos o fallas de sus hijos corrige con mayor dureza? Por qué? Recuerde una experiencia en la que la manera como corrigió a su hijo fue positiva. Como se sintió? De qué manera se está esforzando por evitar los extremos de la imposición y del consentimiento, de la dureza y de la blandura que son ambos destructores de la autentica paternidad?

9 conclusión y compromiso TUS HIJOS NO SON TUS HIJOS Recuerde que corregir es UN ACTO DE AMOR. Los grandes ríos son pequeños al comienzo. Analice a partir de la experiencia diaria cual es su estilo personal de corregir a los hijos. Siempre cumplir hasta el final los acuerdos. Tus hijos no son tus hijos son hijos e hijas de la vida deseosa de si misma. No vienen de ti, sino a través de ti y aunque estén contigo no te pertenecen. Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues, ellos tienen sus propios pensamientos. Puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas, porque ellas, viven en la casa del mañana, que no puedes visitar ni siquiera en sueños. Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer. Tú eres el arco del cual, tus hijos como flechas vivas son lanzados. Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea para la felicidad. Kahlil Gibran

10 Nuestros hijos deben encontrar en nosotros alguien que, a pesar del error que han cometido los sigue amando y sigue queriendo el bien para ellos y por esto mismo le hace tomar conciencia de su falta. NUBIA CONTRERAS SANCHEZ Psicóloga Colegio del Rosario Campestre