Participación ciudadana en el nivel local: Desafíos para la construcción de una ciudadanía activa

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1 ISSN e n f o c o 84 Participación ciudadana en el nivel local: Desafíos para la construcción de una ciudadanía activa Ignacia Fernández

2 Introducción Hoy existe un amplio consenso en que el nivel local representa el espacio por excelencia para hacer efectiva la participación, porque en él es posible el encuentro cierto entre los ciudadanos y sus representantes y entre las necesidades de la población y las decisiones de la autoridad. La participación de los ciudadanos fortalece la gestión local, ya que incrementa la eficiencia y la eficacia de las decisiones. Este trabajo postula que la participación a nivel local también puede contribuir a generar capacidades en los Hoy existe un amplio consenso en que el nivel local representa el espacio por excelencia para hacer efectiva la participación, porque en él es posible el encuentro cierto entre los ciudadanos y sus representantes y entre las necesidades de la población y las decisiones de la autoridad. sujetos y en las organizaciones para que debatan y participen en la toma de decisiones, lo que redunda en el fortalecimiento de la ciudadanía y la extensión del ejercicio de los derechos ciudadanos. No cualquier tipo de participación contribuye a la obtención de estos resultados. Para comprender mejor esta afirmación, en el comienzo de este documento se abordan algunos asuntos conceptuales relativos al valor que se le asigna a la participación y sus niveles posibles y esperados. Luego se revisan algunos instrumentos y esfuerzos tendientes a fomentar la participación ciudadana a nivel local y el impacto que ellos tienen en el mejoramiento de la gestión local y el fortalecimiento de la ciudadanía. Finalmente, se concluye sobre el rol del Estado en el apoyo a los procesos participativos. 1. El valor de la participación Al momento de definir qué se entiende por participación ciudadana, se encuentran dos tipos de posturas: las que la definen de modo instrumental, en función de su contribución a la eficacia y la eficiencia de las políticas públicas, y las que la comprenden como un camino para el fortalecimiento de la ciudadanía que, a su vez, es expresión del ejercicio de derechos ciudadanos. A la primera postura se le llama instrumental y a la segunda, sustantiva. a. Visión instrumental de la participación La participación aparece como un fin instrumental cuando se entiende como una contribución a mejorar la calidad de las políticas públicas que se im- 1

3 plementan desde el nivel local, es decir, cuando incrementan la eficiencia y la eficacia de la gestión local. A este nivel se valora sobre todo la participación de individuos y organizaciones en la implementación de programas sociales a través de recursos humanos y financieros. También se tiene presente el aporte para la toma de decisiones que resulta de generar sintonía de prioridades entre los ciudadanos y el Estado, cuando este les consulta sobre sus necesidades. Se trata de procesos de participación conducidos de arriba hacia abajo, donde el Estado invita a los ciudadanos a sumarse a su gestión dentro de márgenes predefinidos. En este marco, los instrumentos son poco flexibles y están diseñados para obtener ciertos resultados. b. Visión sustantiva de la participación La participación aparece como un fin en sí mismo, vinculado a la profundización de la democracia, cuando se pregunta por la calidad del vínculo social. Esta apuesta radica en la valoración de lo público como el espacio para la interacción de los ciudadanos con el Estado, el rescate de la dimensión de integración social que tiene la participación y la necesaria relación entre esta y los derechos de la ciudadanía. A diferencia de la visión instrumental de la participación, se trata de promover un proceso de participación de abajo hacia arriba que atiende a los deseos de los ciudadanos, se plantea como un proceso flexible en el que las diversas propuestas se ajustan a la diversidad de realidades locales y representa un acercamiento más profundo a la democracia, pues considera la mayor cantidad de opiniones. En estos casos es la sociedad civil la que toma la iniciativa y se vincula con las instituciones públicas en el nivel local o, por lo menos, estas instituciones se manifiestan proclives a generar espacios de encuentro en los que se canalicen las demandas, las aspiraciones y los deseos ciudadanos. Estas dos opciones de participación no son opuestas por definición. La visión sustantiva también valora la contribución instrumental, pero la entiende como parte de un proceso más amplio, en el cual el que los ciudadanos se involucren en forma inducida en la gestión pública también les reporta beneficios. dadas algunas condiciones básicas la gente sí esta dispuesta a involucrarse en procesos participativos y ve en estas instancias una posibilidad efectiva de solución a determinados problemas. Es fundamental considerar la participa- 2

4 ción como un recurso clave para el logro de objetivos comunes de desarrollo. La participación es un factor que legitima el proceso, genera un compromiso entre las personas, permite dar continuidad en el tiempo a la acción y garantiza un mejor resultado en cuanto a la solución de un problema. (1) Esta es la perspectiva que se defiende en este trabajo. Una que releva el aporte de la participación al mejoramiento de la gestión pública, pero solo en cuanto a su incorporación efectiva en el proceso de toma de decisiones, lo que fortalece la capacidad de la acción ciudadana. Esto es, individuos y organizaciones que conocen mejor sus derechos, los reivindican y son capaces de tomar la iniciativa respecto de asuntos de su interés. c. Niveles de participación Otra distinción conceptual es la que diferencia entre niveles de participación. En general, se distinguen cuatro: Información: las autoridades generan espacios para mantener a la ciudadanía informada respecto de las actividades que realizan. Pueden informar también acerca de sus definiciones estratégicas y los recursos disponibles para la gestión. Consulta: las autoridades abren espacio de consulta a la opinión de la ciudadanía sobre determinadas materias a modo de cabildos o plebiscitos. Decisión: si la consulta es vinculante, los ciudadanos también participan en la toma de decisiones. En este caso, puede tratarse de una participación acotada a una decisión particular o extenderse a un amplio rango de acciones y decisiones de la gestión local como ocurre, por ejemplo, cuando se dan procesos de planificación participativa. Control social: las autoridades rinden cuentas a la ciudadanía respecto de los compromisos establecidos y esta última posee algún margen de facultades para vetarlas en caso de incumplimiento a través de la promoción de mociones de censura o la solicitud de remoción de una autoridad. Es de esperar que desde una valoración sustantiva de la participación los esfuerzos por promoverla se den en estos cuatro niveles, mientras que las visiones instrumentales impulsen más bien los tres primeros sin otorgar igual (1) Serrano, Claudia (1998). Participación social y ciudadana. Un debate del Chile contemporáneo, Asesorías para el Desarrollo, Ministerio de Planificación, Santiago de Chile, p

5 prioridad al control social. Cuando la participación se valora exclusivamente en función de la obtención de mejores resultados de gestión y no como un fin en sí mismo, no se espera que representantes y representados tengan igual posibilidad de influir sobre los destinos de un territorio. Esta relación no es directa ni necesaria. Lo importante es la intensidad con que se desarrollan los procesos informativos, consultivos, decisorios y de control social, en el entendido de que todos ellos contribuyen a fortalecer a la ciudadanía y a mejorar su vínculo con el Estado. 2. Instrumentos y recursos para la participación local Si bien las distinciones expuestas se aplican a cualquier espacio de participación, estas son especialmente apropiadas para observar y evaluar los procesos de participación que tienen lugar a nivel local. Por ello, en primer lugar se revisarán los mecanismos legales de fomento de la participación ciudadana, además de otros mecanismos existentes, para finalizar luego con la contribución que estas herramientas hacen a la participación instrumental y sustantiva. a. Mecanismos formales: el fomento de la participación ciudadana de arriba hacia abajo Ante el convencimiento de la contribución que la participación ciudadana hace al incremento de la calidad de la gestión local, se han instalado múltiples dispositivos para fomentarla a nivel local. La reforma de la Ley Orgánica de Municipalidades de 1999 (2) consagra los siguientes mecanismos para ello: Ordenanzas de Participación: Cada municipalidad debe establecer en una ordenanza las modalidades de participación ciudadana, teniendo en cuenta las características del territorio comunal, la localización de los asentamientos humanos, la conformación etaria de la población, las actividades productivas relevantes y cualquier otro elemento que el municipio considere relevante. Consejo Económico y Social Comunal (CESCO): Órgano de carácter consultivo compuesto por representantes de la comunidad local organizada, asesor de la municipalidad, que tiene por objeto asegurar la participación (2) La Ley Nº reemplaza en la Ley Nº de Municipalidades el Título IV ( Del Consejo Económico y Social Comunal ) por uno nuevo sobre Participación Ciudadana. 4

6 de las organizaciones comunitarias de carácter territorial y funcional en el progreso económico, social y cultural de la comuna. Audiencias públicas: Deben ser reguladas en la Ordenanza Municipal de Participación. Permiten al alcalde y al Concejo conocer acerca de las materias de interés comunal, así como las que plantee un número determinado de vecinos (variable según población comunal). Oficinas de Información y Reclamos (OIR): Cada municipalidad debe habilitar y mantener en funcionamiento una oficina de este tipo abierta a la comunidad en general. Se regulan a través de la Ordenanza de Participación, por medio de la cual se debe establecer el procedimiento público para el tratamiento de las presentaciones o reclamos, así como los plazos en los que el municipio debe dar respuesta a ellos (en ningún caso superior a 30 días). Plebiscitos comunales: El alcalde, el Concejo o la iniciativa ciudadana pueden someter a plebiscito materias de administración local relativas a inversiones específicas de desarrollo comunal, aprobación o modificación del Plan de Desarrollo Comunal, modificación del Plan Regulador u otras de interés para la comunidad local. Pese a la existencia de estas instancias, los datos obtenidos a partir de una encuesta de participación encargada en el año 2004 por la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (SUBDERE) a la Corporación Participa (3) dan cuenta de serias dificultades en la implementación de los mecanismos antes mencionados, sobre todo en el caso de los municipios más débiles. Dicho en sentido contrario, y distinguiendo entre ocho grupos definidos en una tipología de municipios elaborada por la SUBDERE en base a tres variables (población total, dependencia del Fondo Común Municipal (FCM) y porcentaje de población rural), (4) se (3) La encuesta fue contestada por 160 municipios a través de sus funcionarios y/o alcaldes y en ella se utilizó una metodología de auto aplicación poniendo las preguntas a disposición de las municipalidades en la página web de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (SUBDERE). (4) Los valores promedios de las tres variables mencionadas para cada grupo tipológico definido son los siguientes: Grupo tipológico Población total (Censo 2002) FCM / Ingresos propios (%) % población rural (CENSO 2002) Nº de municipios del grupo Grupo Grupo Grupo Grupo Grupo Grupo Grupo Grupo Fuente: SUBDERE (2005). Tipología Municipal: Herramienta base para el reconocimiento de la diversidad comunal-municipal, Documento de Trabajo, Departamento de Estudios Municipales. 5

7 observa que mientras más grande, urbana e independiente en materia económica es la municipalidad, mayor es el grado en el que se implementan los mecanismos establecidos por ley. Tabla 1 Porcentaje de municipios que han implementado los mecanismos de participación ciudadana establecidos en la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades de 1999, según tipo de municipios Grupo tipológico Porcentaje (%) de municipios que cuentan con (o han realizado): Ordenanza de participación CESCO Audiencias públicas OIR Plebiscitos comunales Grupo Grupo Grupo Grupo Grupo Grupo Grupo Grupo Fuente: Elaboración propia en base a encuesta de Participación 2004 SUBDERE Participa Para ahondar sobre estas diferencias cabe hacer referencia a los argumentos esgrimidos por los municipios para la no implementación de uno o más mecanismos legales de participación. Las respuestas proporcionadas en la misma encuesta por los funcionarios de municipios rurales, con baja población y alta dependencia del FCM (grupos tipológicos 1, 2 y 3) (5) fueron: - Baja representatividad y legitimidad de organismos como el CESCO. - Falta de compromiso e interés ciudadano por participar. - Falta de capacitación de los funcionarios respecto a temas de gestión participativa. - Falta de recursos para instalar instrumentos costosos como los plebiscitos. - La instalación de instrumentos formales no se visualiza como necesaria dada la cercanía que existe entre los vecinos y el Municipio. (5) Información extraída del Documento de Trabajo Instrumentos Legales de Participación en el Nivel Comunal Establecen o provocan un diálogo con la comunidad para el mejoramiento de la gestión municipal?. Departamento de Estudios Municipales, SUBDERE,

8 De lo anterior se desprende que mientras los primeros dos argumentos aluden a debilidades presentes en la comunidad, los siguientes dos dan cuenta de carencias presentes en el municipio. En consecuencia, las primeras consideraciones se pueden aplicar a la totalidad de los municipios del país, mientras que las segundas hablan de las dificultades que enfrentan los municipios pobres, tanto en este como en otros ámbitos de la gestión municipal. Desde una perspectiva tendiente a instalar mecanismos de fomento a la Desde una perspectiva tendiente a instalar mecanismos de fomento a la participación desde arriba hacia abajo, estos resultados muestran que ante la heterogeneidad municipal resulta poco pertinente diseñar mecanismos homogéneos. participación desde arriba hacia abajo, estos resultados muestran que ante la heterogeneidad municipal resulta poco pertinente diseñar mecanismos homogéneos. Esto, porque en la medida en que se logran instalar estos mecanismos, las municipalidades grandes, urbanas y con recursos estarían sorteando exitosamente la desmotivación ciudadana, cuestión que no logran los municipios pequeños, rurales y pobres, pues se enfrentan a dificultades internas de gestión. b. Otros mecanismos de participación: Presupuestos participativos y cartas ciudadanas Los resultados precedentes no indican necesariamente que en contextos institucionales más débiles no se estén llevando a cabo esfuerzos tendientes a fomentar la participación. En este sentido, se vio que uno de los argumentos proporcionados por los municipios de los grupos tipológicos 1 a 3 que explican la no instalación de instrumentos formales es que esta no se visualiza como necesaria, dada la cercanía entre los vecinos y el municipio. Una cercanía que, en principio, lleva a pensar en una vinculación directa, cercana y cotidiana entre los funcionarios municipales y los habitantes del territorio. Ante la valoración del encuentro cercano con la comunidad, municipalidades de diverso tipo se esfuerzan por realizar un trabajo directo en el territorio, de modo de acercar su quehacer a la ciudadanía en vez de exigir a los ciudadanos que acudan a las oficinas municipales. Estos esfuerzos radican en una conceptualización del territorio como un espacio culturalmente homogéneo, donde surgen conflictos que cautivan el interés de las personas y se comparten necesidades similares, porque su solución puede impactar directamente en la propia calidad de vida. 7

9 La más conocida y estructurada de estas iniciativas corresponde a la elaboración de presupuestos participativos, inspirada en la experiencia de Porto Alegre, Brasil, y otras experiencias internacionales similares. El proceso comienza con la división del espacio comunal en territorios más pequeños, en los que se convoca a las organizaciones territoriales y funcionales a participar en un proceso de determinación de prioridades de inversión para la elaboración del presupuesto municipal. Los acuerdos y prioridades se exponen luego a mayor escala, a través de representantes elegidos por quienes asisten a los encuentros territoriales. En la actualidad, en Chile existen más de 20 municipios asociados al Foro de Presupuestos Participativos, los cuales trabajan con esta metodología de participación ciudadana. Se trata de procesos que han sido fomentados, liderados y promovidos desde la sociedad civil y la institucionalidad local, por lo que se encuentran cercanos a ser impulsados de abajo hacia arriba, aunque no La Carta Ciudadana es un documento que explica a responden directamente a una demanda ciudadana. los ciudadanos sus derechos y obligaciones e informa sobre los servicios que presta la municipalidad y consiste en la elaboración de Cartas Otra metodología interesante el modo de acceder a ellos. Ciudadanas Municipales. (6) La Carta Ciudadana es un documento que explica a los ciudadanos sus derechos y obligaciones e informa sobre los servicios que presta la municipalidad y el modo de acceder a ellos. Como contraparte, el municipio se compromete a prestar dichos servicios con determinados niveles de calidad, fijando mecanismos para la presentación de quejas, sugerencias y corrección, en caso de que no pueda cumplir con los compromisos asumidos. El proceso de elaboración de las Cartas Municipales es participativo. Se organiza a través de reuniones con la comunidad, con el objeto de conocer sus intereses y demandas reales, así como su disposición a comprometerse en función de más o mejores servicios municipales. Mientras los presupuestos participativos son, como se ha mostrado, una iniciativa impulsada desde el nivel local, las cartas ciudadanas responden a la voluntad de la SUBDERE con el fin de probar metodologías innovadoras de (6) Este proceso fue promovido por la SUBDERE en 2004 y El primer año se trabajó en cinco municipios de la Región de la Araucanía y el 2005 en siete municipios de las regiones V y Metropolitana. Ver Documento de Trabajo SUBDERE 2006 antes mencionado. 8

10 fomento de la participación. Ambas propuestas tienen en común la voluntad de adecuarse a las particularidades del territorio y a los intereses de su población. c. Un comentario acerca del tipo de resultados obtenidos La revisión de las iniciativas que fomentan la participación ciudadana a nivel local muestra que: i) las municipalidades grandes, urbanas y poco dependientes del Fondo Común Municipal (FMC) utilizan mejor los instrumentos legales que aquellas que presentan características opuestas; ii) las municipalidades pequeñas, rurales y dependientes del FCM tienen dificultades para implementar los instrumentos legales por la desmotivación ciudadana, las dificultades internas de gestión y la existencia de vínculos directos con la comunidad que hacen innecesaria la utilización de mecanismos formales; iii) existen otros mecanismos de fomento a la participación impulsados de abajo hacia arriba o de arriba hacia abajo, pero que comparten la preocupación por adecuarse a las características de territorios más pequeños que el espacio comunal. Visto esto, cabe hacer un comentario acerca del tipo de resultados que es posible obtener con la implementación de estos instrumentos. Retomando los argumentos conceptuales presentados en la primera parte de este documento, es posible señalar que todos los mecanismos revisados apuntan centralmente a mejorar la eficiencia y la eficacia de la gestión local. Respecto a la situación de los instrumentos legales, una encuesta previa a la de 2004 realizada por la Corporación Participa para la SUBDERE, indica que en el 79% de las municipalidades que a esa fecha contaba con Ordenanza de Participación Ciudadana (7) estas se desarrollaron sin participación de la comunidad sobre la base de un patrón elaborado por la Asociación Chilena de Municipalidades, el cual fue enviado a todas las municipalidades del país. Por su parte, la encuesta de 2004 indica que los municipios en los que se ha conformado el Consejo Económico y Social Comunal (CESCO), en todos los casos estos son informados acerca del Plan de Desarrollo Comunal (PLADECO) y del Plan Regulador Comunal (PRC), en tanto que solo en un 52% de los casos son informados acerca del presupuesto. Algo similar sucede en cuanto a los temas sobre los que se pronuncia el CESCO: si bien en más de la mitad de los municipios este consejo se ha manifestado en relación con los PLADECO, los (7) La encuesta se efectuó en abril de 2000 y fue contestada por 100 municipalidades. El 69% de ellas indicó contar a la fecha de su realización con Ordenanza de Participación Ciudadana. 9

11 Planes Reguladores y la Cuenta Pública del alcalde, únicamente en un 8% de los casos lo han hecho sobre el presupuesto. Finalmente, solo un 11% de los municipios encuestados en 2004 manifiesta que el CESCO ha hecho uso del recurso de reclamación que la ley le entrega. (8) Sin información disponible sobre los procesos asociados a la implementación de los demás mecanismos establecidos en la Ley de Municipalidades, estos antecedentes muestran que el cumplimiento de la obligación legal no abre espacios efectivos para la participación ciudadana ni en la toma de decisiones ni en el control social de la gestión local. Estos se concentran más bien en niveles de participación informativos y consultivos que contribuyen a mejorar la calidad de la gestión pública en tanto generan mayor sintonía entre las necesidades de la población y las acciones que emprende el municipio. Parte de estos argumentos también son aplicables a los procesos de presupuestos participativos y elaboración de cartas ciudadanas. En el primer caso, cabe tener en cuenta que el ámbito sobre el cual se convoca a participar a la ciudadanía, y el monto de recursos sometido a participación popular, varían de municipio en municipio. La crítica más generalizada a estos procesos es que solo destinan un monto marginal de recursos a la discusión participativa, con lo que la influencia ciudadana en la decisión del presupuesto es mínima. En el caso de las cartas ciudadanas, el énfasis está puesto en el mejoramiento de la calidad de los servicios que presta el municipio, es decir, en la eficiencia de la gestión municipal. Pese a esto, la metodología a través de la cual se obtienen dichos resultados de fortalecimiento de la gestión local resulta auspicioso para el fortalecimiento de la ciudadanía y el mejoramiento de la calidad del vínculo entre los ciudadanos y el gobierno local. En ambos casos se están instalando dinámicas participativas a través de las cuales los ciudadanos adquieren mayor conciencia sobre sus derechos y encuentran un espacio para comenzar a ejercerlos. 3. Conclusión: El rol del Estado para apoyar procesos participativos Una democracia sólida requiere una ciudadanía activa y vigilante, en la que el control ciudadano asegure más transparencia y participación en la gestión (8) SUBDERE (2004). Participación ciudadana en la gestión de los Gobiernos Regionales y Municipios: Diagnóstico situación actual. Documento de Trabajo, División de Políticas y Estudios. 10

12 de gobierno. La pertinencia y la eficacia de las políticas están ineludiblemente vinculadas al protagonismo de los ciudadanos en su diseño, ejecución y evaluación (Programa de Gobierno Michelle Bachelet). El lugar donde la participación puede adquirir con más claridad un sentido sustantivo en los términos en que aquí se la define es el espacio local. En pos de ese objetivo, a continuación se realiza una breve reflexión acerca del rol que le cabe al Estado en el fomento de la participación ciudadana. Para ello es preciso distinguir entre dos niveles distintos del Estado: el nivel central, que opera con un sentido de país que trasciende diferencias regionales y locales, y el nivel local, que establece sus prioridades conjugando las definiciones político estratégicas de las autoridades de turno con las necesidades, demandas y expectativas de los habitantes de su territorio. El nivel central del Estado no puede condicionar ni obligar procesos participativos, tanto por un imperativo ético que resulta de la valoración de la participación como un fin en sí mismo, como por la constatación empírica acerca de la debilidad de los procesos instalados de manera homogénea. Por El nivel central del Estado no puede condicionar ni obligar procesos participativos, tanto por un imperativo ético que resulta de la valoración de la participación como un fin en sí mismo, como por la constatación empírica acerca de la debilidad de los procesos instalados de manera homogénea. Por el contrario, el Estado central está llamado a facilitar y apoyar procesos que convocan directamente a los gobiernos locales y a la ciudadanía. el contrario, el Estado central está llamado a facilitar y apoyar procesos que convocan directamente a los gobiernos locales y a la ciudadanía. Así, desde el nivel central es preciso trabajar en generar conciencia acerca de la importancia de la participación allí donde aún no se visualiza como relevante e instalar capacidades en los municipios para llevar a cabo procesos participativos y de inclusión de la comunidad en la gestión y toma de decisiones. A través de estas acciones es posible avanzar en la conceptualización de la participación como una herramienta imprescindible para una mejor gestión, más que como una más de las múltiples demandas a las que se somete el municipio. Aún en los casos de municipios plenamente comprometidos con el fomento y apoyo a la participación, la principal demanda de las autoridades municipales sigue siendo la solicitud de recursos para desarrollar las actividades 11

13 participativas. Sin desmerecer la necesaria importancia del financiamiento, la experiencia indica que con voluntad y compromiso es posible avanzar en la construcción de espacios de encuentro e intercambio fructíferos con la comunidad. Es en la generación de dicho compromiso, asociado a la entrega de herramientas técnicas, donde radica la mayor parte del esfuerzo que puede realizar el nivel central del Estado para incorporar mayores grados de participación en la gestión local. También es posible y necesario abordar, desde el nivel central, una estrategia para fortalecer directamente las capacidades de acción ciudadana. Esta estrategia debe involucrar necesariamente a los gobiernos locales (así como a la sociedad civil y las organizaciones sociales). Es a nivel local donde se generan vínculos concretos entre el Estado y los ciudadanos y, por lo tanto, donde es posible instalar procesos de construcción colectiva tendientes a fortalecer la participación ciudadana. Dicho en otras palabras, es a través del establecimiento de auténticas dinámicas participativas en la gestión local desde donde resulta más probable iniciar un círculo virtuoso que repercuta en el fortalecimiento simultáneo de la calidad de la gestión pública, la capacidad de la acción ciudadana y la profundización democrática. 12

14 Autora Ignacia Fernández Socióloga Universidad Católica, Magíster en Ciencia Política Universidad de Chile y Doctora en Sociología Universidad de Barcelona, España. Jefa Unidad de Acción Estratégica Gabinete Subsecretaría de Desarrollo Regional Expansiva La serie en foco recoge las investigaciones de Expansiva que tienen por objeto promover un debate amplio sobre los temas fundamentales de la sociedad actual. Este documento, cuya presente publicación fue editada por Cony Kerber y contó con la coloración de Uca Pérez, es parte de un proyecto de la Corporación que analizó fórmulas concretas de participación ciudadana con el fin de mejorar el funcionamiento de las instituciones y de las políticas sociales. Esta iniciativa contó con el apoyo de la Fundación Ford y fue coordinada por Paula Pacheco. Estos documentos, así como el quehacer de Expansiva, se encuentran disponibles en Se autoriza su reproducción total o parcial, siempre que su fuente sea citada. 13