4. CARACTERIZACIÓN GENERAL DEL CLIMA EN ESPAÑA

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1 4. CARACTERIZACIÓN GENERAL DEL CLIMA EN ESPAÑA ESQUEMA DE LA UNIDAD 1. LOS CONDICIONANTES BÁSICOS 2. LOS FACTORES CLIMÁTICOS 1.1. Factores geográficos 1.2. Factores termodinámicos 3. LOS ELEMENTOS CLIMÁTICOS Y SU DISTRIBUCIÓN ESPACIAL 3.1. La temperatura del aire 3.2. Las precipitaciones 3.3. La presión y el viento 3.4. Otros elementos del clima 1. LOS CONDICIONANTES BÁSICOS España presenta una gran diversidad de tiempos atmosféricos y de tipos de clima. Situada en la zona térmica templada (excepto el archipiélago canario), tiene unas condiciones climáticas intermedias tanto pluviométricas como, sobre todo, térmicas. Sin embargo, su situación y la variedad de sus condiciones geográficas la convierten en un mosaico de influencias y de contrastes climáticos, lo que da lugar a la existencia de una gran diversidad interna. Esta diversidad se sustenta en los condicionantes fundamentales que determinan y componen el estado de la atmósfera, esto es, el conjunto de factores (geográficos y atmosféricos) y de elementos (entre los que destaca la temperatura, las precipitaciones, la presión atmosférica y el viento). 2. LOS FACTORES CLIMÁTICOS La variedad climática española es el resultado de la combinación de un amplio número de factores geográficos y atmosféricos o termodinámicos. Los factores son las variables que ejercen una influencia permanente e inalterable sobre el clima. Estamos hablando, en definitiva, de causas.

2 2.1. Factores geográficos a) La Latitud. La Península Ibérica se sitúa dentro de la zona templada del hemisferio norte (en torno a los 40º N). Esta zona se caracteriza por la existencia de dos estaciones muy marcadas (invierno y verano), separadas por dos de transición (primavera y otoño). En Canarias, por su latitud subtropical, los contrastes entre estaciones son menos notorios. b) La situación de la Península, entre dos continentes (África y Europa) y entre dos grandes masas de agua de características térmicas distintas (el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo), la convierte en un lugar donde masas de aire de propiedades distintas se encuentran habitualmente. Canarias recibe también influencias atmosféricas distintas por su cercanía a África y su carácter insular. c) La cercanía al Mar. El mar (al enfriarse y calentarse más lentamente que al tierra) ejerce un efecto termorregulador en las zonas costeras, suavizando las temperaturas y disminuyendo los contrastes térmicos. La forma maciza de la Península Ibérica (caracterizada por costas rectilíneas, con pocos entrantes) y la disposición del relieve (paralelo a la costa) contribuyen a que gran parte de las tierras peninsulares estén aisladas del mar. Por esta razón, las zonas interiores tendrán un marcado carácter continental, enfriándose mucho en invierno y calentándose en verano, mientras las costeras presentan una menor oscilación térmica. Por su parte, en ambos archipiélagos, el influjo del mar es determinante. d) El Relieve La disposición del relieve peninsular tiene dos importantes consecuencias: - Los sistemas montañosos paralelos a la costa frenan la influencia del mar. - La posición Oeste-Este de la mayoría de las cordilleras favorece la entrada de masas de aire procedentes del Oeste y dificulta las que vienen del Norte o del Sur. La altitud provoca un descenso de las temperaturas, denominado gradiente térmico, consistente en el descenso de una media de 0,6 ºC por cada 100 m de altitud. En la Península Ibérica, con una altitud media de 660 m y la presencia de relieves montañosos que superan los 1000 m., el gradiente térmico es muy notable. La existencia de estos relieves provoca la aparición de precipitaciones orográficas (efecto foehn) en las laderas situadas a barlovento (las expuestas al flujo ascendente del viento) y descenso de las precipitaciones en las de sotavento (expuestas al flujo descendente). La orientación del relieve influye en las temperaturas y en las precipitaciones. Las laderas orientadas al sol (solana) tienen temperaturas más elevadas que las opuestas (umbría).

3 2.2. Factores termodinámicos Estos factores son los responsables de la circulación atmosférica o sucesión de masas de aire, que determina la existencia de distintos tipos de tiempo atmosférico y de clima. La Península Ibérica se sitúa en una zona muy activa en relación con la CIRCULACIÓN GENERAL ATMOSFÉRICA. Se localiza entre el cinturón de altas presiones tropicales y el de bajas presiones de las zonas polares, en el área de la circulación en superficie de los vientos del oeste. La circulación atmosférica está regida en altura por la corriente en chorro, y en superficie por los centros de acción, las masas de aire y los frentes. a) En la zona templada en la que se sitúa España, la circulación atmosférica en altura está dirigida por la corriente en chorro (Jet Stream). La corriente en chorro es una fuerte corriente de vientos del Oeste que sopla en altura (entre y metros de altitud) y separa las altas presiones tropicales que quedan a su derecha y las bajas presiones polares que quedan a la izquierda. El Jet Stream es el responsable del tiempo en superficie, que depende de dos situaciones: - Cuando disminuye su velocidad (menos de 150 kms/h) crea ondulaciones profundas: crestas o dorsales que originan altas presiones y valles o vaguadas que originan bajas presiones. Ambas se reflejan en superficie y dan lugar a anticiclones y borrascas dinámicos. Las ondulaciones, que pueden llegar a desprenderse del chorro principal, permiten al aire polar penetrar muy al sur y al aire tropical desplazarse hacia el norte, generando una gran variedad de tiempo en la zona templada. - La corriente en chorro se desplaza con las estaciones. Nuestro país queda más afectado en invierno, cuando este se desplaza al Sur, y menos en verano, cuando se traslada al Norte, afectando solo a la franja cantábrica. b) La circulación atmosférica en superficie está dirigida por los centros de acción, las masas de aire y los frentes. b1. Los centros de acción son las áreas de altas y bajas presiones: Los anticiclones son zonas de altas presiones (más de 1013 mb). En los anticiclones el aire tiende a descender y a calentarse cuando entra en contacto con la Tierra. Este aire caliente absorbe la humedad y el cielo aparece sin nubes. Por ello, producen un tiempo estable, seco y soleado. En las borrascas, zonas de bajas presiones (también llamadas ciclones o depresiones), el aire tiende a elevarse, se enfría y condensa la humedad que contiene, formándose nubes y originando precipitaciones. Producen un tiempo inestable, en el que alternan nubes y sol, y frecuentemente lluvioso. Los principales centros de acción que afectan a la península Ibérica son:

4 - Anticiclones: el anticiclón de las Azores, los anticiclones polares atlánticos, el anticiclón escandinavo y los anticiclones térmicos (formados por el enfriamiento del suelo en invierno) del continente europeo y del interior de la península. - Depresiones: la depresión de Islandia, la depresión del golfo de Génova y las depresiones térmicas (formadas al calentarse el suelo en verano) continental del norte de África y del interior de la península. b2. La dinámica atmosférica en superficie provoca el desplazamiento de grandes masas de aire, que producen diversos tipos de tiempo. Las masas de aire son porciones de aire con unas características homogéneas de temperatura, humedad y presión. Estas características las adquieren en sus regiones de origen. La península Ibérica está influida básicamente por masas de aire árticas, polares y tropicales. Las primeras generan masas de aire frías y la tercera masas de aire cálidas. En los tres casos, y dependiendo de la superficie de la región de origen, pueden ser masas de aire marítimas (húmedas) o continentales (secas). Estos caracteres primitivos se pueden modificar si las masas de aire recorren largas distancias. b3. La zona de contacto entre una masa de aire frío y otra de aire cálido se denomina frente. Por tanto, a ambos lados de un frente se produce un cambio brusco de las propiedades del aire, generando inestabilidad. El frente más importante que afecta a España es el Frente Polar, que separa las masas de aire tropical y polar. Sus efectos son muy marcados en primavera y otoño, produciendo importantes precipitaciones y un tiempo inestable. 3. LOS ELEMENTOS CLIMÁTICOS Y SU DISTRIBUCIÓN ESPACIAL Los elementos del clima son los componentes observables y medibles de la atmósfera, que pueden variar en función de la influencia de los factores del clima. Los más importantes son: 3.1. La temperatura del aire En la Península, las temperaturas medias varían en función de una serie de factores: la latitud (las temperaturas disminuyen hacia el norte), la distancia al mar (son suaves en la costa y se extreman en el interior) y la altura (descienden con la altitud debido al gradiente térmico). En relación a las temperaturas debemos considerar dos aspectos importantes: - La amplitud térmica anual o diferencia entre la temperatura media del mes más cálido y la del mes más frío. Las amplitudes más altas se dan en el interior y las más bajas en las costas y en Canarias. - Las heladas se dan cuando la temperatura baja de 0º C, congelándose el agua y depositándose en la superficie en forma de hielo. En nuestro país, el mayor número de heladas se da en la Submeseta Norte y en el Valle del Ebro, y menos en las costas.

5 3.2. Las precipitaciones En España, el volumen anual de precipitaciones es modesto, aunque puede variar considerablemente dependiendo del año, la estación y las zonas. Estas variaciones tienen que ver con la latitud y situación de la península (sucesión anual de borrascas y anticiclones), con la cercanía o apertura al mar (en las zonas más interiores el frío invernal favorece la creación de anticiclones y el calor estival dificulta la condensación del aire, por lo que las precipitaciones suelen ser menores) y con el relieve (más precipitaciones a mayor altura y menos en las zonas encerradas entre montañas). Esta diversidad en las precipitaciones hacen que distingamos tres grandes áreas: La España húmeda. Recibe precipitaciones anuales abundantes (superiores a 800 mm) Se da en el noroeste y norte peninsular, desarrollándose sobre una franja continua que va desde Galicia hasta Cataluña, incluyendo también las zonas montañosas. Las causas de esta elevada pluviometría están en su disposición septentrional, con la consiguiente influencia de las borrascas y de los frentes atlánticos, y en el relieve. Fuera de estas áreas sólo algunos núcleos aislados de alta montaña reciben precipitaciones similares, vinculadas en este caso a la elevada altitud. La España seca. Es un área muy amplia (72% del territorio peninsular) cuyas precipitaciones oscilan entre los 300 y 800 mm anuales. Se da en las dos submesetas, los valles del Ebro y del Guadalquivir, zonas de Levante y Cataluña, y la mayor parte de los archipiélagos. Las causas de la disminución de las precipitaciones son, por un lado, el debilitamiento de los flujos atlánticos a medida que penetramos hacia el interior; y por otro, el alejamiento progresivo del Norte, lo que incrementa la influencia del mundo tropical. La España árida. Zonas con menos de 300 mm de precipitaciones totales anuales. Se localiza en su mayor parte en el sureste peninsular, aunque incluye también algunas comarcas dispersas del interior peninsular (Zamora, altiplanicies granadinas y el bajo Ebro). Esta situación se explica, en unos casos, por el efecto de pantalla que ejercen los relieves cercanos frente a la dirección predominante de los flujos lluviosos; en otros, por su posición interior La presión y el viento La presión atmosférica varía en función de las características de las masas de aire que se van situando en España. Así, en verano e invierno predominan las altas presiones, y en primavera y otoño, las bajas. En Canarias predominan de forma habitual las altas presiones. Los vientos se producen debido a las diferencias de presión, moviéndose desde las altas a las bajas presiones. En la península, por su latitud, dominan los vientos del oeste, aunque existen numerosos vientos locales (cierzo, levante, tramontana...). En Canarias los vientos predominantes son los alisios del este.

6 3.4. Otros elementos del clima La insolación es la cantidad de radiación solar recibida en la superficie terrestre. En la península, por su latitud, se superan las 2000 horas de sol anuales (aunque existen grandes diferencias entre la cornisa cantábrica y las zonas de mayor insolación, esto es, el sureste y Canarias). La nubosidad en España es también muy variada. Así, el mayor número de días despejados se da en el Valle del Guadalquivir y Canarias, mientras que la zona de mayor nubosidad la encontramos en la cornisa cantábrica. La humedad o cantidad de vapor de agua que contiene el aire depende de la temperatura (a más calor, menos humedad) y de la proximidad al mar (más humedad en sus proximidades). En las costas y en la Submeseta Norte encontramos medias de humedad relativa que superan el 70% anual. La aridez es la falta de agua en el suelo y en la atmósfera. Depende de la relación entre precipitación y temperatura (la aridez aumenta cuando bajan las precipitaciones y suben las temperaturas). La aridez mensual suele medirse con el índice de Gaussen y la general con el de De Martonne. En nuestro país la aridez más acusada la encontramos en el sureste peninsular y en las islas orientales del archipiélago canario.