Uso del inglés en las empresas españolas

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2 El nivel de inglés de empresarios y empleados españoles no parece el adecuado para competir en el mercado global. El conocimiento de la principal lengua extranjera que se estudia en España es uno de los puntos débiles de los españoles. Así lo refleja, por ejemplo, el último Barómetro del Clima de Negocios en España, publicado por el IESE en 2014, que desde la perspectiva del inversor extranjero, pone de relieve que se valora muy bien el capital humano de este país en todo menos en los idiomas.

3 Gráfico 1: Importancia del dominio de idiomas en empleados españoles para inversores extranjeros (Fuente: IESE, Barómetro del Clima de Negocios en España 2014) Al igual que en años anteriores, el dominio de idiomas se presenta como uno de los principales problemas en opinión de los inversores. Es el segundo aspecto en importancia para ellos y, sin embargo, la puntuación obtenida es baja, por lo que constituye el principal ámbito de actuación. Un segundo aspecto complementario del dominio de idiomas, al que los inversores extranjeros le atribuyen importancia, son las habilidades para la expresión oral y las presentaciones. Y es que la falta de dominio del inglés por parte de los empleados genera una serie de problemáticas en el entorno profesional cuya consecuencia más grave es, sin duda, que termina lastrando la competitividad de la empresa: Problemas a la hora de tratar con clientes internacionales. Las empresas españolas que han desarrollado estrategias de internacionalización son las que mejor están soportando la actual situación económica. Sin embargo, muchas entidades españolas reconocen que encuentran barreras a la hora de comunicarse con sus clientes potenciales en el idioma inglés, que es la lengua de los negocios internacionales. No en vano, dos billones de personas usan el inglés como primera o segunda lengua en el mundo. Una buena comunicación es la mejor herramienta para impulsar su estrategia de internacionalización. Dar un buen servicio de atención al cliente, ser capaz de intervenir en negociaciones comerciales o mantener reuniones con otros miembros de la compañía ubicados en cualquier país, sólo es posible con un buen dominio del inglés. Además, en el ámbito de Dirección, la capacidad para comunicarse de forma efectiva en inglés puede marcar la diferencia entre ganar posibilidades de negocio o perderlas. Dificultad para acceder a información valiosa de mercado o conocer a la competencia fuera de España. Ahora que el mundo es global, los empleados de cualquier compañía tienen a su alcance la posibilidad de conocer qué hace la competencia fuera del país, saber cuáles son las mejores prácticas, qué

4 compañías marcan tendencia en su sector, nueva tipología de productos o similar pero todo ello no será posible si no existe un dominio del inglés por parte del empleado, puesto que su acceso a la información se verá limitado. Del mismo modo, la investigación puntera en cualquier materia, de forma global, se desarrolla en inglés, por lo que se hace imprescindible para el empleado conocer la lengua de los negocios, y además, manejar el vocabulario específico de su área de trabajo o sector. La información es poder y solo accediendo a ella se podrá estar mejor preparado que la competencia. Empleados escasamente preparados en idiomas lastran la imagen de la compañía. Los empleados son la imagen de la compañía y desde el uniforme, si lo llevan, a cualquier otro forma de comunicarse está diciendo mucho del tipo de compañía que tenemos delante. Es importante que manejen adecuadamente la lengua en la que se van a expresar con clientes, potenciales y proveedores. El largo camino de la internacionalización de una empresa se ve ralentizado si los empleados no dominan el inglés. Al final, las empresas están formadas por personas. Si los equipos encargados de implantar o desarrollar una nueva unidad de negocio fuera de España no dominan el idioma en el que tienen que desarrollar su trabajo y negociar con proveedores, potenciales clientes, autoridades, etc, la empresa irá mucho más despacio en su camino hacia la internacionalización. Más del 60% de los ejecutivos opina que la falta de dominio del inglés les está impidiendo avanzar más rápido en su proceso de internacionalización. Sin duda, dominar el inglés se ha convertido en una pieza fundamental de la empresa española. Porque muchas veces, los inversores y clientes no conocen el español. Una encuesta de la Cámara de Comercio Británica desvelaba que la lengua constituye un obstáculo para lanzarse a oportunidades internacionales para el 62% de las compañías británicas que no se dedican a la exportación, según los datos de Un 70% de los exportadores reveló, además, no conocer el idioma de los países en los que operan. Y muchos de ellos hacen negocio en España. Pero los empresas británicas no son las únicas. Aunque el español siga siendo una lengua de referencia, los negocios con empresas internacionales pasan por utilizar el inglés. Al final, todo se traduce en pérdida de competitividad. A medio y largo plazo, no solo se pierden inversores extranjeros, sino que las empresas españolas o las multinacionales implantadas en este país tienen que buscar fuera personal que hable inglés. Los españoles no son los únicos El nivel de inglés entre los empleados españoles se sitúa por detrás de Bielorrusia, Bulgaria o Rumanía y muy lejos de Filipinas, Noruega y Países Bajos. Pese a la creciente importancia del dominio de idiomas, España es el tercer país de la Unión Europea, sólo superado por Hungría y Bulgaria, con menor número de adultos de entre 25 y 64 años que declaran hablar al menos una lengua extranjera. En concreto, apenas el 51% de los españoles conocen otro idioma, frente al 66% de la media comunitaria. En el otro extremo, como países con más adultos hablando una lengua extranjera, se encuentran Luxemburgo (99%), Lituania (97%), Letonia (95%), Dinamarca (94%), Eslovenia y Suecia (92%). En lo que se refiere a los países vecinos, destacan Alemania (78%), Italia (60%) y Francia (59%). Pero los españoles no son los únicos que hablan poco y mal inglés. Las estadísticas internacionales dicen que cuatro de cada diez trabajadores tienen un nivel básico de inglés, por lo que el 60% restante es capaz de entender y participar en conversaciones de negocio, pero no cuentan con las habilidades necesarias para jugar un papel central en negociaciones o presentar complejas estrategias de empresa. Por otra parte, los sectores que cuentan con un nivel medio más elevado de inglés son el aeroespacial, la defensa y los servicios profesionales y financieros.

5 Pero, cómo está el resto del mundo en lo que a nivel de inglés se refiere? Europa ya domina el inglés de media, o trabaja de manera constante en este objetivo, Polonia y Hungría han mostrado una tremenda mejoría en su dominio del inglés. En algunos países asiáticos, Indonesia y Vietnam especialmente, han transformado su nivel de inglés durante los últimos seis años. China también ha mejorado. Japón y Corea del Sur, aún están a la cola. En general, los conocimientos del idioma inglés mejoran en los países BRIC (Brasil, Rusia, India, China), de manera paralela a su crecimiento económico. Este año, India y Rusia se han puesto delante de China, y Brasil se les acerca rápidamente. El Medio Oriente y el norte de África son las regiones más débiles en el dominio del inglés. Estas naciones, ricas en petróleo, han apostado su futuro al desarrollo de economías de conocimiento antes que a su producción de petróleo. No serán capaces de hacerlo sin un fuerte dominio del inglés. Una excepción a la deslucida actuación de la región son los Emiratos Árabes Unidos, país que ha mejorado significativamente. Uno de los países más destacados ha sido Turquía, que ha mejorado más que cualquier otra nación en este período de seis años. Es una tendencia positiva, ya que sale adelante tras una serie de indicadores económicos. Un pobre nivel de inglés sigue siendo una de las debilidades competitivas más importantes de América Latina. Más de la mitad de la región se encuentra en la banda más baja del índice EPI EF. Brasil, Colombia, Perú y Chile han mejorado, pero todavía carecen de una amplia base de personas que hablen suficiente inglés para convertirse en una fuerza de trabajo globalizada. Algunos países de la región, como México y Guatemala, han decrecido en el dominio del idioma. Un tercer idioma Aunque el inglés es el idioma internacional por excelencia, es cierto que una compañía generará mayor cercanía y confianza con sus clientes si sus empleados se expresan en la lengua local. Esto ocurre especialmente con las empresas con matriz en países de lengua no inglesa. Fuera de España, por ejemplo, la mayoría de ofertas de empleo exigen al candidato conocer un tercer idioma, prueba de que las empresas están demandando cada vez más mayores conocimientos lingüísticos. Además de que el tercer idioma puede mejorar la forma de comunicarse de los empleados con su entorno, estudiar una nueva lengua incrementa las habilidades metacognitivas y las metalingüísticas. Los empleados trilingües tienes mayor capacidad de reflexión y de análisis. Del mismo modo, aumentan las posibilidades de manejar información importante para el puesto de trabajo del empleado, el sector o la forma de funcionar en el país al que vayamos a instalarnos. En sectores como el turístico también tiene un papel esencial para mejorar la atención del cliente, en especial para países cuyos ciudadanos no dominan el inglés. También en empresas con empleados (principalmente personal técnico) desplazados en el extranjero de forma temporal. Además, potencias emergentes como Brasil o Rusia, ofrecen grandes oportunidades de negocio para empresas que sepan adaptarse a su cultura y lengua.

6 En conclusión, existen tres grandes razones que impulsan a los empleados y empresas a tener buen nivel de inglés y estas son: la elevada competencia (el empleado debe comunicarse con un amplio conjunto de interlocutores para que el negocio funcione), la globalización de tareas y recursos (con plantillas ubicadas en diversos países que deben funcionar de forma conjunta y perseguir similares metas) y, por último, la gestión sobre fusiones y adquisiciones internacionales, donde los matices son fundamentales a la hora de cerrar o no un acuerdo.

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