CURSO: UN ACERCAMIENTO A LA ORACIÓN TEMA 1 QUÉ ES LA ORACIÓN?

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1 CURSO: UN ACERCAMIENTO A LA ORACIÓN TEMA 1 QUÉ ES LA ORACIÓN? C O N T E N I D O: 1.- LA ORACIÓN EN EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA 2.- LA ORACIÓN EN LOS ESCRITOS DE LOS SANTOS 3.- ESPIRITUALIDAD DE SAN VICENTE DE PAÚL Página 1 de 5

2 CURSO: UN ACERCAMIENTO A LA ORACIÓN TEMA 1. QUÉ ES LA ORACIÓN? El primer tema del curso nos llevará a recorrer lo que está escrito en el Catecismo de la Iglesia Católica; así como a reflexionar sobre lo que, sobre la oración, han recomendado grandes santos de Dios, y cerramos este capítulo primero, con un poco de Espiritualidad de San Vicente de Paúl. 1.- LA ORACIÓN EN EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. La oración es una relación viviente y personal con el Dios vivo y verdadero (2558). La oración como don de Dios. La humildad es la base de la oración (2559). La oración es el encuentro de la sed de Dios y de la sed del hombre (2560). El que ora es todo el hombre. El corazón es el que ora (2562). El corazón es el lugar del encuentro, ya que a imagen y semejanza de Dios, vivimos en relación: es el lugar de la Alianza (2563). La oración cristiana es una relación de Alianza entre Dios y el hombre en Cristo. Es acción de Dios y del hombre; brota del Espíritu Santo y de nosotros. Dirigida por completo al Padre, en unión con la voluntad humana de Hijo de Dios hecho hombre (2564). En la nueva Alianza, la oración es la relación viva de los hijos de Dios con su Padre infinitamente bueno, con su Hijo Jesucristo y con el Espíritu Santo. La oración es estar habitualmente en presencia de Dios, tres veces santo y en comunión con Él, lo cual es posible gracias al Bautismo. Es cristiana en cuanto es comunión con Cristo y se extiende por la Iglesia que es su Cuerpo. Sus dimensiones son las del amor de Cristo (2565). Todos podemos y debemos orar, porque hemos venido al mundo para amar a Dios, alabarle, servirle y aprovechar la relación viviente y personal que nuestro Padre Dios nos ofrece como don de su amor y su misericordia. Relación que nos aporta la paz de Cristo y la alegría del Señor. La felicidad completa. La oración nos prepara para recibir grandes gracias y dones de Dios. El auxilio indispensable del Espíritu Santo nos asiste si lo pedimos con humildad y sinceridad, quedando así en espera de que Dios, que sabe lo que realmente necesitamos, nos de lo que Él vea que nos conviene, y nos lo conceda en el momento oportuno para nuestra salvación. Él sabe qué debemos obtener de su mano providente. Página 2 de 5

3 2.- LA ORACIÓN EN LOS ESCRITOS DE LOS SANTOS. Jesús. Orar es hablar con Aquél que sabemos que nos escucha Santa Teresa de Orar es dialogar con Dios. Platicar con él. La oración, es un diálogo personal e íntimo con Dios, que ilumina en el alma y en el corazón la decisión de identificarse con la razón de ser de la propia vida, es sed del hombre a saciarse en Dios y es sed de Dios de recibir la amorosa y filial intención y búsqueda de su criatura. De qué vamos a platicar con nuestro Creador? Indudablemente que de la necesidad que sentimos para la transformación de nuestros criterios, afectos, motivaciones y decisiones personales, para convertirlas en ofrendas de cumplimiento a la voluntad de Dios y así, portarlas como testimonio de vida cristiana. De tal manera, lograremos además un acercamiento constante y fiel a la vida sacramental tan unida a la oración perseverante. Qué vamos a agradecer con nuestra oración? El don de la creación, y además, el ser beneficiarios del cuidado paternal de Dios, que en Cristo nos ha elevado a la dignidad de hijos. La gratitud nos mueve a la oración. La oración es deleite de los alegres y consuelo de los afligidos. Es la intimidad con Dios y la contemplación de lo invisible. La oración es el goce de las cosas del presente y la sustancia de las cosas por venir San Gregorio de Nisa. El beato Juan Pablo II, nos exhorta: La oración puede de verdad cambiar nuestras vidas. Porque vuelve la atención, la mente y el corazón hacia el Señor Quien descubre la oración descubre la verdadera felicidad puesto que, orar también es escuchar, escuchar la voz interior de la gracia. Escuchar para oír la llamada que dios nos hace, principalmente en la oración litúrgica, en la Eucaristía, en la asamblea Eclesial, en la Predicación, a través del Magisterio de la Iglesia; en los Sacramentos, en la Sagrada Escritura, en el silencio. Por tanto, no hay nada que pueda reemplazar a la oración en nuestra fe, como respuesta a la llamada de Dios, de manera que no sea yo, sino Dios quien dirija mi oración a través del Espíritu Santo: Dios es mi aspiración en ese momento de oración y él acogerá mis palabras. La auténtica oración no sólo es una petición, sino también una alabanza, acción de gracias, bendición, celebración, profesión de fe en el Señor que salva. Según Santo Tomás de Aquino, mediante la oración se cultiva un tipo de amistad del hombre con Dios, que ofreció primero su amistad al hombre (Summa Theologiae II-II, 23,1). Página 3 de 5

4 Esto es, la iniciativa viene de Dios. Según Santa Teresa de Jesús, debemos observar la oración como un camino. Esta santa doctora de la Iglesia nos enseña que:.- La oración es un camino de amistad con Dios. Estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos ama..- La oración es un camino de interiorización. En la soledad / silencio podemos captar la voz de Dios y las inspiraciones del Espíritu Santo. En el silencio abrimos la puerta a Dios para que Él se comunique a nosotros desde lo más profundo de nuestro ser..- La oración es un camino de purificación. Dios no se da a Sí del todo, hasta que no nos damos del todo. Esto es, atender la voluntad de Dios antes que la nuestra..- La oración es un camino de transformación. Orar es cambiar de vida. El camino de oración va siendo trazado por una secuencia de acciones que Dios va realizando en la persona que lo busca sinceramente..- La oración es camino de paz..- La oración es camino de servicio al prójimo. Nuestro compromiso con los demás, la solidaridad y la fraternidad que practiquemos, en beneficio de nuestro prójimo, es un apostolado en el que colaboramos como humildes instrumentos de la voluntad, providencial y misericordiosa de nuestro Señor..- En el libro Eclesiastés, leemos: La oración del humilde traspasa las nubes, y no descansa hasta llegar a Dios, ni se retira hasta que el Altísimo fija en ella su mirada (Ecl 35,21). Esta garantía de eficacia de la oración, como todas las demás que encontramos en el Antiguo Testamento, se robustecen y perfeccionan en el Nuevo Testamento, aun cuando, la mayor parte de las oraciones bíblicas están, como los salmos, formando parte del Antiguo Testamento. Es característica de la oración Neotestamentaria la unión del orante con la voluntad de Dios, principalmente en la acción de gracias y en la alabanza..- San Lucas, evangelista, nos enseña que la oración es un verdadero diálogo con Dios..- San Marcos, evangelista, nos enseña: Mientras oran Ya han recibido lo que piden (Mc 11,24). Esta fe forma parte del diálogo. Por qué un diálogo? Porque Dios ama a sus criaturas y nos da la libertad para unirnos a su Providencia santísima, y nos ofrece que, mediante la Escritura y la alabanza oremos pidiéndole aquello que ya sabe él que necesitamos y nos dará en la medida, tiempo y forma que sea para nuestro bien espiritual. Dios, como amigo providente; como Padre amantísimo y bueno; como Dios creador de todo y omnipotente. Página 4 de 5

5 Todo hombre que busque este diálogo deberá perseverar en la oración hasta alcanzar el don de Dios de presentarse ante Él con el intelecto en el corazón, esto es, mirando a Dios mentalmente y sin cesar, conversando con Él en un temor y una esperanza plenas de respeto, consciente de que todo esto se debe a la gracia que Dios nos otorga para ello. 3.- ESPIRITUALIDAD DE SAN VICENTE DE PAÚL. A continuación reseñamos algunas de las enseñanzas, que este gran santo, deja para nosotros en cuanto a la oración: Denme un hombre de oración y será capaz de todo (SVP XI, 83). La oración es para el alma lo que el alimento para el cuerpo (SVP IX, 416). Debe recurrir a Dios por medio de la oración para conservar su alma (ES XI, 237). La oración es una predicación que nos hacemos a nosotros mismos (SVP IX, 84). La oración es la vida misma del alma (SVP IX, 416). Nos corresponde ahora, releer el breve contenido de esta primera parte del cursito sobre Oración, de manera tal que repasando con detenimiento, sepamos discernir, y llevemos, de nuestro entendimiento a nuestra voluntad y a la práctica cotidiana, la oración perseverante, que nos hará capaces de cumplir la voluntad de nuestro Padre, que está en los cielos. Página 5 de 5