CONOCER A DIOS EN CUATRO ETAPAS (ORACIÓN)

Transcripción

1 1 CONOCER A DIOS EN CUATRO ETAPAS (ORACIÓN) EL EVANGELIO Felipe Santos, SDB Evangelio quiere decir buena noticia : es el anuncio de que Dios es amor y que es posible una relación con él para cada uno de nosotros, gracias a Jesucristo. Esta relación puede transformar nuestra vida pues Dios es la fuente dela Vida y del Amor que todos buscamos. Este evangelio se resume en cuatro etapas: 4 tomas de conciencia/revelación que hay que tener para encontrar a Dios de forma personal...

2 2 1. Creer que Dios es amor Los hombres, las autoridades, los mismos cristianos han falseado a menudo la imagen de Dios. Pero nos parece. La Biblia nos dice: «Dios es Amor» (1). Jesús ha venido para manifestar este amor que quiere cuidar de nosotros. No dice: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y cansados que yo os aliviaré» (2). Quiere darnos una vida con una esperanza. Dios te ama, profunda, apasionada y verdaderamente Cualquiera que seas, hayas hecho lo que hayas hecho, cualquiera que seas, Dios hace de ti su alegría más grande y tiene para ti manifestaciones de júbilo (3). Eres una criatura maravillosa a la que él quiere y desea (4), para que puedas conocerlo, hablar con él y oírlo a su vez: "La vida eterna, es que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y al que has enviado, Jesucristo" (5) En Jesús, ha venido para ti: su amor no es una teoría. A los que le da su vida, él se manifiesta: "el amor de Dios se ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha dado (6). Es lo que experimentan muchos cristianos que han hecho un encuentro con Jesús. (1) 1ª Juan 4,8 (2) (2)Mateo 11,28 (3) (3) Sofonías 3,17 (4) (4) Salmo 139 (5) / (5)Juan 17,3 (6) 6) Romanos 5,5 2. Reconocer que el mal es el obstáculo entre nosotros y Dios

3 Existe en nosotros lo mejor y lo peor. El mal que hay en nosotros, hiere a los demás y también somos heridos por ellos. Dios no está lejano ni indiferente, pero el mal que hay en cada uno de nosotros, nos separa de él. Pues Dios es santo, es decir puro, sin mal. No puede cohabitar con el mal: «son vuestras faltas las que ponen la separación entre vosotros y vuestro Dios» (7). El pecado en la Biblia designa el mal en nosotros, nuestra actitud egoísta de llevar nuestra vida sin Dios. Es este pecado el que crea la distancia que sentimos entre Dios y nosotros. El pecado es como un cáncer que lleva a la muerte y nos conduce a estar eternamente separados de la vida y del amor de Dios, si nos mantenemos en él: «Todos han pecado y están privados de la presencia gloriosa de Dios» (8). Dios se ve a veces falsamente como el que atiende sólo la ocasión de castigarnos por nuestros pecados. Pero Dios nos ama profunda y tan intensamente que ha hecho una cosa impensable: nos libra del pecado por Jesucristo. «Pues el salario del pecado es la muerte, pero el don gratuito de Dios, es la vida eterna en Jesucristo nuestro Señor» (9). PARA DESCUBRIR A DIOS, HAY QUE RECONOCER CADA UNO PERSONALMENTE QUE EXISTE EL MAL EN NOSOTROS, LO QUE LA BIBLIA LLAMA PECADO, y tener la misma mirada que Dios sobre el mal (es decir no minimizar o excusar nuestras faltas). Cada uno personalmente, debemos desear que Dios nos libre del mal en nosotros, querer cambiar de vida, cuestionarnos y aceptar que Dios nos mejore. 3 7) Isaías 59,2 (8)Romanos 3,23 (9)Romanos 6, Aceptar el perdón y el amor de Dios dados por Jesucristo Jesucristo se presenta a sí mismo como Dios hecho hombre y manifestado a los hombres. Ha mostrado su amor y su perdón mediante su muerte en la cruz. En efecto, Jesús se sacrificó voluntariamente por cada uno de nosotros, para que no tengamos que

4 sufrir la pena que merecía nuestro pecado y para que podamos conocer a Dios: «Cristo murió una vez por todas por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios» (1 Pedro 3,18). Su muerte tiene un sentido, un fin. Por eso ha venido hasta nosotros: murió para borrar nuestras faltas que nos separan de Dios. Jesús resucitó, mostrando así su poder sobre el pecado y la muerte. Su resurrección es la prueba de su divinidad: podemos por tanto creer en él, tener confianza, pues él vive siempre. Nos trae así la esperanza de una vida nueva. Resucitó para darnos una segunda oportunidad en la vida, la ocasión de una nueva salida. Por su Espíritu quiere comunicarnos su fuerza para renunciar al mal. Y lo que dijo y prometió, se hace. Por su muerte nos ofrece el perdón de Dios por nuestras faltas. Por su resurrección, nos ofrece una relación viva y libre con Dios, una nueva salida en la vida, gracias a la fuerza del Espíritu Santo. Podemos tener una relación con Dios por Jesucristo, pidiendo perdón a Dios y dándole gracias a Jesús por lo que ha hecho por nosotros. Es lo que la Biblia llama arrepentimiento. Es el único medio de tener una relación personal con Dios y la seguridad de la vida eterna Invitar a Jesús para una nueva salida Jesús quiere aportar un sentido a nuestra vida. Pero hace falta abrirle el corazón. Quiere guiarnos por la vida, pero no al modo de una autoridad humana. Nos conoce y nos ama tal como somos. No necesitamos experimentarlo, merecerlo, hacer algo para beneficiarse de su amr. Basta renunciar al mal y confiarle nuestra vida, es decir que sea él quien ocupe el primer sitio en nosotros. Eso implica tener conciencia de lo que sigue:

5 5 el mal está en mí y este mal que se llama pecado, me separa de Dios y de los demás. Jesús murió por mis pecados y resucitó para darme una vida eterna, una vida de relación personal con Dios, que comienza ya, ahora y continuará hasta después de mi muerte deseo seguir su ejemplo, escuchar su voz y hacer lo que él diga, renunciando a mis malos comportamientos, para vivir una vida nueva con su poder. Estás convencido de estas cosas y quieres acoger a Jesucristo en tu vida para experimentar su amor? Es fácil: se hace con la oración. Orar, es muy sencillo: hablar con Dios, como lo hacemos con otro, con sinceridad y honestidad. He aquí un ejemplo de oración que puedes hacer ahora, ahí delante de Dios, un encuentro magnífico con Dios. Puedes emplear también e inspirarte con tus propias palabras: «Jesús, te doy gracias por tu amor a mí y porque hayas venido al mundo para morir por mí. Reconozco que hasta ahora he ido a mi aire y a veces te ha faltado. Quiero cambiar mi vida, darle la vitalidad que tú deseas de mí y ser constante en seguirte siempre Perdóname una vez más y ven a comunicarme la luz de tu presencia en mi vida. Gracias. Amén»