MOLDES DE ARCILLA. Castro COTO DO MOSTEIRO

Transcripción

1 MOLDES DE ARCILLA. Castro COTO DO MOSTEIRO En el yacimiento arqueológico llamado Coto do Mosteiro, se realizaron varias campañas arqueológicas durante los años , que tuvieron como objetivo el estudio de un asentamiento castrexo, ocupado también en época romana, que era desconocido hasta ese momento. Se sitúa en un otero dominante a 4.5 km de la villa ourensana de O Carballiño (por la carretera local que lleva a O Reino). Tiene al N la Sierra de la Madanela y al O los Montes del Pedroso, mientras que al S y al E se abre el Valle del Arenteiro, enmarcado por la Sierra Martiñá más al este. En ese lugar, en el año 1976, se descubrió accidentalmente un muro de especial aspecto al abrirse una pista. Un posterior derrumbe de tierras, junto a la aparición de materiales de interés, ocasiona que el Ayuntamiento de O Carballiño y el Museo Arqueolóxico Provincial de Ourense decidan intervenir, iniciándose los trabajos arqueológicos a finales del año El curioso topónimo del yacimiento viene dado porque en las inmediaciones, unos cien metros más abajo en sentido sureste al comienzo del valle, en el lugar de Mosteiro (San Pedro) de Lobás hubo una abadía de monjas benedictinas entre finales del siglo XII y finales del siglo XV, época en la que fue anexionada, como priorato, al convento de S. Paio de Antealtares de Santiago después de una reforma de la orden religiosa. En la Edad Media esta zona formaría parte de la denominada Terra do Orcellón. Hoy no queda nada del primitivo enclave aunque la iglesia presenta interesantes características (ábside rectangular, portada románica de transición al norte, portada abocinada del siglo XVI al oeste,...). En el siglo XVII se construye por delante de ella, al oeste, la casa prioral con claras influencias de los pazos y reformas del siglo XVIII (conserva un torreón circular y otro cuadrangular, solana, escalinata, patio interior, gran chimenea sobre hogar,...). La desaparición del conjunto como priorato se

2 debió producir a raíz de las desamortizaciones eclesiásticas del siglo XIX. Se convirtió en parroquia hasta inicios del siglo XX, en que pasa a depender de Sta.Uxía de Lobás; durante unos pocos años acogió una pequeña escuela, quedando más adelante en estado de total abandono. Este yacimiento castrexo-romano, protegido por un impresionante sistema defensivo con fuertes murallas de muy diferentes aspectos, tiene un recinto superior casi circular (55 x 60 m) que al sur y al este presenta hasta tres plataformas escalonadas. La pista que lleva a los lugares de Fontao y Mosteiro, deshizo sus partes inferiores por todo el lateral este (también hay pequeñas canteras, tanto en el interior del recinto como en sus inmediaciones, que sirvieron material para la construcción del templo de A Veracruz, en O Carballiño). Estas defensas, por las caras este y norte, están protegidas por un foso excavado en la roca descubierto en una longitud de unos 150 metros. Al pie del yacimiento, por estas mismas caras, discurre un pequeño curso de agua que riega las tierras bajas. A juzgar por los numerosos hallazgos realizados, el yacimiento parece que fue el centro de una intensa y especializada actividad metalúrgica. A lo largo de las excavaciones realizadas se recuperaron una gran cantidad de molinos planos (más de cincuenta), enteros o fragmentados, que posiblemente habría que relacionar con la molienda de mineral. No hay que dejar de lado que en la Sierra de la Madanela, a menos de dos kilómetros en línea recta, todavía quedan huellas de minas para la extracción de estaño. Asimismo se recogieron útiles para el repujado de láminas de metal, para la elaboración de hilos metálicos, una piedra para afilar, abundantes escorias tanto de hierro como de bronce, fragmentos de crisoles, etc. Son abundantes los fragmentos recuperados de parrillas de hornos, tanto pétreos como cerámicos. Pero de todos los materiales recuperados, lo que más llamó la atención en su momento, fue la gran cantidad de moldes de arcilla para hacer objetos metálicos. Estos moldes, muy fragmentados, estaban concentrados en la zona baja SE, al mismo pie de la muralla descubierta de aparejo poligonal concertado en sentido oblicuo, y por encima del gran foso excavado en la roca que, en ese momento, estaba totalmente cubierto de tierra. Hay que apuntar que entre la base de la muralla y el propio foso hay un canal excavado en la roca, que serviría para recoger el agua que discurría sobre la roca, sin que se pueda apreciar su destino ya que la pista trazada deshizo completamente esa esquina baja del yacimiento. Este lienzo de muralla tan espectacular, que serviría también de contención de tierras, se incrusta

3 prácticamente en la propia roca en esa zona baja; roca que también hace las veces de defensa, por la cara este, dada su fuerte pendiente. Sin duda la procedencia de los fragmentos de moldes, el propio lugar del trabajo metalúrgico, estaría situado justo por detrás y por encima de esta muralla, que originariamente tendría bastante más altura a juzgar por los niveles horizontales descubiertos en la estratigrafía del corte realizado, así como por la abundancia de piedra recogida en los niveles más profundos del foso en el momento de su vaciado. Los sucesivos derrumbes fueron los que ocasionaron que los moldes se concentraran en la zona indicada, cuando el foso ya estaba casi lleno de tierra. En total se recuperaron trescientos sesenta y cinco fragmentos de moldes, de los cuales ciento cuarenta presentan cavidades y formas más o menos reconocibles, mientras que los otros doscientos veinticinco son muy pequeños. Los más grandes miden entre 5-7 cm, los más reducidos, la mayor parte, tienen alrededor de los 2 cm. Los moldes, en sentido general, son objetos que muestran unas cavidades en las que se introduciría una materia (mineral en este caso) en pasta líquida que, al solidificarse toma la forma de la cavidad que presentan. La arcilla es un material que, una vez humedecido convenientemente, es muy fácil de modelar, endureciéndose después con su cocción. Los moldes de arcilla que estamos describiendo serían bivalvos, es decir, formados por dos piezas que encajarían una en la otra. En algunos se pueden apreciar rebajes y resaltes para su perfecto acople, así como el bebedero por donde se introduciría el metal líquido que, al solidificarse tomaría la forma de la pieza cuya cavidad está marcada en las dos partes del molde. Los moldes de arcilla son fáciles de trabajar, se cogería un modelo de la pieza que se quiere realizar, presionando contra ella las dos valvas cando la arcilla aún está blanda. Una vez endurecidos mediante cocción, permiten la realización de una gran variedad de piezas, en este caso concreto, de adornos de bronce. Entre los fragmentos recuperados se pueden distinguir moldes para la elaboración de alfileres (prendedores de ropas o cabellos) con la cabeza más o menos decorada, algunos solamente conservan la parte de la varilla o aguja, para fíbulas (objetos metálicos que sujetan prendas de vestir) de pie recto, anulares, y posibles Aucissa, agujas de fíbulas anulares, aritos,... Unos solamente sirven para la realización de una pieza, otros permiten hacer dos o más al mismo tiempo, especialmente en el caso de alfileres y aritos o cuentas de collar. Por el material recuperado al que se asocian estos moldes, cronológicamente se situarían en torno al siglo I a. C.

4 Dada la concentración de los moldes en el mismo lugar, hay que descartar el carácter puramente doméstico de la producción ya que el material, en ese caso, estaría disperso por el yacimiento. Se debe pensar en el Coto do Mosteiro como un gran centro de producción especializado en hacer piezas metálicas, de bronce, con una función ornamental lo que, unido al impresionante sistema defensivo nos estaría hablando, sin duda, de un yacimiento importante y con cierto prestigio, ocupado, a juzgar por los estudios y trabajos realizados, entre el siglo IV a. C. y el siglo I d. C. Zona de concentración de los moldes

5 Dibujos de los moldes más significativos MUSEO ARQUEOLÓXICO PROVINCIAL DE OURENSE