DICTAMEN Nº. 66/2008, de 2 de abril. *

Transcripción

1 DICTAMEN Nº. 66/2008, de 2 de abril. * Expediente relativo a reclamación de responsabilidad patrimonial de la Administración Pública iniciado a instancia de Dª. Z, procuradora de los tribunales, en nombre y representación de Dª. X, a consecuencia de accidente de circulación ocurrido el día 11 de abril de 2007 en la carretera CM-210. ANTECEDENTES El 10 de junio de 2005 tiene entrada en la Delegación Provincial de la Consejería de Obras Públicas en Cuenca la reclamación de responsabilidad patrimonial presentada por Dª. Z, procuradora de los tribunales, en nombre y representación de Dª. X, en la que exponía que El pasado día 11 de abril de 2007 sobre las 21,40 horas, el vehículo propiedad de mi representada circulaba por la carretera CM-210, correctamente conducido por su hija Doña W y al llegar a la altura del km. 54,800, término municipal de Beteta, su conductora se vio sorprendido por la existencia en la calzada de una mancha de gasoil altamente resbaladiza. Ante esta situación sorpresiva imprevisible e inevitable la conductora intentó esquivarla pero no pudo evitarlo derrapando el vehículo, saliéndose de la calzada y volcando. Como consecuencia del accidente, añade, el vehículo de su representada sufrió daños cuya reparación asciende a 8.141,39 euros, que es la cantidad que solicita como indemnización, alegando que el accidente se produjo como consecuencia de la ausencia de medidas de mantenimiento de la vía que impidiese la existencia en la calzada de una mancha de gasoil. EXTRACTO DE LA DOCTRINA Dentro de los posibles factores de riesgo en una carretera cabe distinguir aquellos inherentes al propio servicio de conservación y mantenimiento, como el trazado y la señalización de las vías o la existencia de riesgos dentro del propio dominio público de la carretera, de aquellos, como el presente, derivados de actuaciones dolosas o culposas de terceros o de sucesos de carácter fortuito. Las circunstancias de hecho que resultan del expediente evidencian que como causa inmediata del accidente aparece la actuación o intervención de un tercero ajeno al servicio público, un vehículo sin identificar, del que debió derramarse el aceite y que habría circulado antes por ese mismo lugar, sin que existan pruebas de su identidad. En estos casos, la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo al enjuiciar pretensiones de indemnización planteadas por víctimas de accidentes similares, ha rechazado en varias ocasiones las reclamaciones formuladas, afirmando que la intervención en el hecho causante del accidente de un tercero desconocido pero ajeno a la Administración que ocasionó consciente o inadvertidamente la situación de peligro generadora del daño [...] rompe ese preciso carácter directo entre el actuar administrativo y el perjuicio * Ponente: Enrique Belda Pérez-Pedrero 1

2 Dictámenes Consejo Consultivo Castilla-La Mancha ocasionado [...] y sólo queda como vía de posible responsabilidad de aquélla, la omisión de la vigilancia debida a la carretera [...], y sobre esto se ha de decir, que si bien es cometido del organismo correspondiente la vigilancia de las carreteras para mantenerlas útiles y libres de obstáculos de todo tipo que impidan o dificulten su uso con las debidas garantías de seguridad y conste en el expediente que tal función de policía se realizaba en aquella zona en la forma habitual, la naturaleza indicada del factor causante del accidente y la posibilidad de que se hubiera producido poco antes de ocasionarse aquél, hace que por muy estricto concepto que se tenga de esa función de vigilancia, no quepa imputar a la Administración en el caso de autos incumplimiento de aquélla o cumplimiento defectuoso de la misma, por no eliminar perentoriamente y con toda urgencia una mancha de aceite, que en un momento determinado se puede producir de forma tan repentina como impensable y de consiguiente, falta ese nexo causal preciso entre el daño ocasionado y el actuar de la Administración en el mantenimiento del servicio público de carreteras... -Sentencias de Tribunal Supremo de 8 de octubre de 1986, Ar. RJ 5663, y de 11 de febrero de 1987, Ar. RJ En una línea doctrinal concordante con lo expuesto, el Consejo de Estado ha venido rechazando también, en casos análogos, la imputación de responsabilidad a la Administración encargada del mantenimiento de las vías públicas -Dictámenes del Consejo de Estado 1131/2002 de 30 de mayo, 2458/2001, de 4 de octubre y 1177/2001, de 31 de mayo-. El citado Consejo en fecha más reciente -Dictamen 842/2006, de 19 de julio- ha declarando que no se da el nexo de causalidad requerido para declarar la responsabilidad patrimonial de la Administración. Y ello por cuanto la causa directa del accidente fue la existencia de una sustancia deslizante (en concreto, una mancha de gasoil) en la calzada de la carretera, existencia fortuita, que implica la intervención de un tercero ajeno al servicio público, en concreto un vehículo sin identificar, del que debió derramarse dicha sustancia deslizante, añadiendo que, no es de apreciar culpa "in vigilando" de los servicios de conservación de la Demarcación de Carreteras y, en todo caso, no es razonable exigir una vigilancia tan intensa que, sin mediar lapso de tiempo no instantáneo o inmediato, cuide de que el tráfico de la calzada sea libre y expedito. Considera el Consejo que el deber de vigilancia no puede exceder de lo que sea razonablemente exigible, sin que comprenda, por tanto, el supuesto de caída de sustancias de vehículos, que ocasionen perjuicios a los vehículos que sigan en el tráfico normal de la carretera. En igual sentido, se pronuncia el Dictamen 635/2006, de 9 de septiembre. Por su parte, este Consejo Consultivo también ha venido sosteniendo el mismo criterio. Así en el Dictamen 115/2001, de 23 de octubre, se afirmó que por extremas que sean las medidas de vigilancia adoptadas por una Administración, la inmediatez con que puede acontecer un accidente tras la producción de un vertido sobre la calzada hacen inviable responsabilizar a aquélla de los accidentes acaecidos por tal causa, salvo que se acredite que entre la producción del derramamiento y la intervención del servicio de mantenimiento de la vía haya mediado un espacio de tiempo realmente inapropiado. En fechas más recientes hemos vuelto a declarar a inexistencia de nexo causal entre el funcionamiento del servicio de carreteras y accidentes producidos por vertidos, sin necesidad de someter a estricto escrutinio el estándar de conservación y vigilancia que, en función de las características de la vía pudiera resultar obligado. Entre los más recientes, en el Dictamen 178/2007, de 10 de octubre, emitido en relación con reclamación de responsabi- 2

3 lidad patrimonial planteada como consecuencia de un accidente de tráfico debido a un vertido de aceite en la intersección de las carreteras CM-4127 y CM-412. En dicho dictamen, al igual que en el presente, estima el Consejo que, al tratarse de un líquido deslizante, a diferencia de otros casos, como el examinado en el dictamen 212/2007, en el que se trataba de un obstáculo fijo en la carretera- un animal muerto- el estudio de la relación causal no precisa pivotar sobre la determinación de unos estándares genéricos y apriorísticos de vigilancia, cuidado y conservación de las vías, -por otra parte, siempre difíciles de precisar en el caso concreto-, que son exigibles legalmente a las Administraciones titulares de dichas vías. Ello es así porque, sin necesidad de examinar si, dadas las características de la vía y la intensidad de tráfico diario, se cumplió con los estándares adecuados a través de revisiones de la vía realizadas ordinariamente o con una determinada periodicidad e intensidad (en este caso, tres veces a la semana), los hechos permiten excluir a priori la relación causal entre dichos estándares y el resultado dañoso. En este supuesto, se alega que sobre las 21,40 horas del día 11 de abril de 2007, la hija de su representada, que era quien conducía el vehículo que sufrió el accidente, se vio sorprendida por la existencia en la calzada de una mancha de gasoil altamente resbaladiza y aunque la conductora intentó esquivarla, no fue posible por la imprevisibilidad de esta circunstancia, lo que motivó que después de derrapar el vehículo se saliese de la calzada y volcase. Así, no se ha alegado ni tratado de probar qué tipo de actuación del Servicio de vigilancia podría haber evitado la presencia de la mancha de aceite. No se aporta dato alguno sobre el tiempo que el líquido llevada derramado en la calzada, ni tampoco acerca de que el Servicio de conservación hubiera tenido conocimiento previo de la existencia del aceite, ni tampoco de que hubiera sido avisado o advertido de ello y no hubiera efectuado las labores de limpieza para eliminarlo antes de que sucediera el accidente. A través de la descripción del hecho y a falta de otros datos sólo cabe presumir que transcurrió poco tiempo entre la actuación de un tercero causante del vertido y el accidente. Ello lleva a concluir que, por muy extremada que hubiera sido la vigilancia ordinaria de la carretera por parte del Servicio correspondiente, no se hubiera podido prever ni evitar el accidente, cuya única causa eficiente es en este caso la acción de un tercero, no existiendo nexo causal entre el funcionamiento del servicio público y el accidente, lo que impide derivar la responsabilidad a la Administración. DICTAMEN Que no existiendo relación de causalidad entre el funcionamiento del servicio público de conservación de carreteras, de titularidad autonómica, y los perjuicios económicos reclamados por Dª. Z, en nombre y representación de Dª. X, por daños derivados de un accidente de circulación acaecido el día 11 de abril de 2007 en el punto kilométrico 54,800 de la carretera CM-210, procede dictar resolución desestimatoria de la reclamación de responsabilidad patrimonial examinada. 3

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