Mi psicólogo es Jesús

Transcripción

1 Mi psicólogo es Jesús

2 Carlo Nesti Mi psicólogo es Jesús La Palabra enseña el sendero que puede guiarnos a una mayor serenidad

3 Lo dedico a todos aquellos que han vivido, vven y vivirán con las últimas palabras de Jesús en su corazón y en su mente, antes de subir al cielo: Yo estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.

4 Índice Prólogo...9 Introducción Oración Transformación Presente Misión Talento Pensamientos Desapego Ser Voluntad Tránsito...51

5 11. Autoestima Juicio Perdón Necesario Superfluo Espíritu Muerte Miedo Amor Síntesis...91 Conclusión...95 Las reglas de oro de la vida...99

6 Prólogo Este libro se escribió íntegramente en la memoria de una palm, mientras me transportaba en auto, en avión, en tren, e incluso a pie, caminando. Esto demuestra que cualquier momento, aún el más insólito, es propicio para concentrarse en sí mismo, y orar. 9

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8 Introducción La lámpara del cuerpo es el ojo: por tanto, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo está enfermo, todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad. Y si tu fuente de luz está a oscuras, cuánta oscuridad habrá! (Mateo 6, 22-23). La vida es como una comedia: su duración no es lo importante, sino cómo se representa (Lucio Anneo Séneca). Este libro habla de psicología y espiritualidad; sin embargo, quien lo escribe no es ni psicólogo ni teólogo. Soy un simple reportero, un observador que encontró en el cruce de esos dos caminos, una mejor forma de vivir a través de Dios. En ocasiones, la curiosidad puede valer oro aun careciendo de estudios específicos. Esa curiosidad me condujo a explorar nuevamente el Evangelio y vislumbrar en las frases de Jesucristo, las señales mismas que revolucionan la existencia humana. Comprendí que debía hacerlo mi psicólogo personal y el de ustedes. Escuché con gran claridad su voz dando consejos que pueden guiarnos, a mí y a ustedes, hacia una vida de mayor serenidad. 11

9 Mi psicólogo es Jesús Sin embargo, como simple reportero, esta curiosidad no me llevó a actuar como maestro sino como alumno. Soy un estudiante, que mientras aprende los secretos de la Palabra del Señor, escribe un libro y lo pone a la disposición de los demás compañeros de estudio. Es la tarea que se le pasa al compañero de banca, quien posiblemente se encuentra en dificultades. Partamos del presupuesto de que cualquiera de nosotros, para alcanzar la serenidad, necesita resolver primero un planteamiento básico: Qué sentido tiene mi vida? Incluso quien pretenda huir de este cuestionamiento, en algún momento, sentirá que lo apremia, porque el ser humano posee en su ADN la inquietud de buscar naturalmente el sentido de las cosas. Pues bien, lo único que da sentido a la vida, paradójicamente, es lo que pensamos de su contraparte, es decir, la muerte. Si para nosotros la muerte es la meta, todo tendrá un matiz decisivo en la vida; sin embargo, si por lo contrario, la muerte sólo es un punto de partida, todo en la vida será transitorio. Si estamos convencidos de que después de la muerte de la carne no existe nada, nos veremos obligados a perseguir a lo largo de nuestra existencia terrenal, el máximo de todo tipo de satisfacciones. Si estamos convencidos, por lo contrario, de que luego de la muerte de la carne, nos espera la felicidad eterna del alma, entonces cualquier situación será relativa. Por qué creer? Premisa: no se puede vivir pensando que nunca llegará la muerte; pero, ciertamente, no seré yo, con quién sabe qué artes persuasivas o taumatúrgicas, quien tenga la presunción de imponerles mi propio punto de vista sobre creer. Sólo puedo hablarles de esas energías importantes que me persuadieron a explorar más allá de la duda. 12

10 Introducción En primer lugar, tengo fe (respuesta del hombre frente a Dios mismo que se le revela) porque considero que el hombre es un ser religioso, que alberga en su corazón la vocación de buscar a Dios, y al mismo tiempo alcanzar la felicidad eterna. Desde el principio, nuestras actitudes (culto, meditación, oración y sacrificio) hablan de que nacimos en el Señor y regresaremos al Creador. En segundo lugar, tengo fe porque el mundo y la gente toda me confirma que Dios existe. El mundo como movimiento, devenir, orden y belleza del cielo y la tierra, permiten intuir una mano universal. Asimismo, las personas, es decir, nosotros, con aspiraciones divinas de conciencia de moralidad, verdad, libertad e infinito. En tercer lugar, tengo fe porque creo en Jesús de Nazaret, quien nació judío de una hija de Israel, en Belén, en tiempos del rey Herodes el Grande y el emperador César Augusto. Además, considero que el Evangelio es crónica e historia de un hecho real: la muerte en la cruz y la resurrección para nuestra salvación, en un único sacrificio. En cuarto lugar, tengo fe porque de manera cíclica, Dios deja señales, pero lo hace a su manera, de tal forma que todo individuo pueda llegar a creer sin necesidad de ver. Son muestra de ello, las apariciones de la Madre de Jesús, la Virgen, que desde Lourdes a Fátima, e incluso hasta Medjugorje, son fuente de mensajes para el género humano. Para mí, la humanidad se divide en tres: hay quien no cree en nada; hay quien cree en algo, pero vive como si no creyera; y quien cree en algo y vive en consonancia. Ser parte de esta tercera categoría es la única manera de conquistar la serenidad constante y llevar la vida más allá de los confines de la muerte. 13