Lección 14: La tentación de Jesús en el desierto. Puntos introductorios

Transcripción

1 Lección 14: La tentación de Jesús en el desierto. Puntos introductorios Introducción: 1. Los tres primeros evangelios relatan la tentación de Jesús. 2. Vamos leyendo acerca de ella en Mt Uno suele referirse a este evento como la tentación, pero en realidad se trata de tres tentaciones o si se quiere de una tentación triple. -- Como veremos hasta pudieron haber más tentaciones que no están registradas en el relato evangélico 4. O puede decirse que aquí trata de cómo Satanás trató de tres maneras de lograr que Jesús le obedeciera. 5. O también se puede decir que lo que el enemigo buscaba era que Jesús hiciera algo sin tomar en cuenta a su Padre. 6. Uno podría ir de una vez a las tres tentaciones y estaría bien. -- Pero hay algunas cosas alrededor de la tentación triple que merecen ser vistas. I. Es interesante que la Palabra nos dice que Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado. 1. Casi es imposible dejar de ver que Dios quería que Jesús experimentara la tentación. 2. Aunque esto representa un problema hay algunas cosas que

2 podemos decir: 1) Heb ; : (1) La tentación de Jesús por Satanás logró que nuestro maestro pudiera comprendernos a la perfección cuando somos tentados. (2) El, quien sabe que a diferencia suya somos débiles, se compadece de nosotros y es misericordioso para perdonarnos y además acude en nuestra ayuda en el momento oportuno. (3) La tentación de Jesús lo perfeccionó como nuestro sumo sacerdote. 2) 1 Pe : El no hizo pecado porque jamás sucumbió a la tentación. (1) El registro de la tentación en el desierto nos muestra con un ejemplo perfecto cómo se le vence al tentador. (2) Más de esto después.) 3) Me atreveré a decir que Satanás supo a qué venía Jesús al desierto: A que él le tentara, según hemos leído. (1) Piense que Satán no fue a donde Jesús sino al revés y que Jesús fue no de su propia cuenta sino que el E. S. lo llevó. -- Es decir, Satanás esperaba a Jesús. (2) Uno puede pensar en que entre Dios y el diablo se

3 había concertado una pelea espiritual. (3) Satanás estaba confiado en que con su astucia y experiencia podía triunfar sobre Jesús haciéndole pecar. -- Esto se le facilitaba porque con Jesús él tenía permiso divino de emplear tácticas sobrenaturales, como la de llevarle hasta el pináculo del templo o la de mostrarle todos los reinos del mundo. -- Aunque Jesús fue tentado como un hombre, ningún otro jamás ha sido tentado en forma tal. (4) Por su parte, Dios sabía que su Hijo triunfaría pues como El ya lo había expresado, se complacía en Jesús, es decir, sabía que su Hijo, quien nunca le había ofendido, tampoco ahora permitiría ser llevado por Satanás a ofenderle. 3. Entonces, la tentación de Cristo debe ser vista en toda su magnitud. Nótese: 1) Una victoria de Satanás sobre Jesús significaría el fracaso de su venida al mundo como el Salvador del mundo. -- Si Jesús hubiera obedecido la voz del

4 diablo, habría pecado y habría sido descalificado como el salvador, para situarse en el mismo lugar de los pecadores. 2) Una victoria de Jesús sobre Satanás lograría el comienzo de la derrota total de Satanás, como sucedió. 3) No es difícil ver que en ese desierto se libró la batalla más importante por las almas de hombres. II. El lugar y el tiempo de la tentación al desierto, Mt ) Pudo ser el desierto junto al Jordán o pudo ser el desierto de Judea al oeste del Mar Muerto. No es posible saberlo. 2) Marcos nos dice que el lugar estaba habitado por fieras (1.12,13), lo cual nos habla de lo terrible del lugar sobre todo por las noches. 2. Marcos, quien aunque más corto puede a veces ser más exacto, dice que el Espíritu impulsó a Jesús al desierto. 1) Es interesante que la misma palabra se encuentra en Juan 2.15, que Reina Valera traduce como echó (fuera del templo). (1) Como que el Espíritu empujaba a Jesús al desierto. (2) O, como que Jesús sentía que debería apresurarse por llegar al desierto, aunque quizá mientras él iba de prisa, no sabía lo

5 que le esperaba. 3. Los tres evangelistas nos hacen saber que Jesús estuvo en el desierto cuarenta días. -- En cuanto al número mismo, éste es una especie de símbolo de prueba. 4. Pero hay más: Jesús se pasó los cuarenta días sin comer. 1) No parece haber duda de que Jesús, fiel a su costumbre se dedicó a orar. 2) No olvidemos que su ida al desierto fue inmediatamente después de su bautismo. -- Cuánta necesidad debe haber sentido Jesús de orar a su Padre ahora que su obra comenzaba. 3) Note las palabras de Lc. 4.2: Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuáles tuvo hambre. Comp Mt 4.2. (1) O sea, no fue que se aguantó el hambre sino que durante los cuarenta días no sintió hambre. (2) No parece razonable pensar que si pasaron cuarenta días sin que tuviera hambre debe haber sido porque Jesús estaba tan concentrado en algo que se le olvidó comer? -- No le ha pasado a usted algo parecido por quizá casi un día entero? (3) En qué pudo estar tan ocupada la mente de Jesús que se olvidó de la comida durante cuarenta días? -- En la oración por supuesto.

6 (4) Pero también en pensar en la tremenda tarea que le esperaba en el momento en que dejara aquel desierto. (5) Yo diría que en esos cuarenta días la mente de Jesús se dedicó a esas dos cosas: -- Pensaba en su tarea y sentía necesidad de orar; terminaba su oración y volvía a sus pensamientos. Y así seguía sin sentir hambre. (6) Pero quizás hay algo más: Nótese el tiempo verbal en Marcos y Lucas: Mr 1.13; Lc 4.2. era tentado. 1. Si solamente tuviéramos a Marcos la impresión sería que el diablo tentó un número indeterminado de veces a nuestro Señor. 2. Cuando uno lee Lucas la impresión es que Jesús fue tentado en diferentes ocasiones antes de tener hambre. -- Y cuando le llegó el hambre, fue entonces, cuando Satanás le lanzó la primera de las tres tentaciones registradas. 3. De modo que quizás es legítimo decir que además de la concentración de Jesús en la oración y en la meditación su mente se ocupaba en sacudirse las tentaciones que le lanzaba

7 el diablo. -- Con tanto en que ocupar su mente, Jesús pasó los cuarenta días sin sentir hambre. 4) Volviendo a Lc 4.2 podemos decir que al cabo de los cuarenta días, el Enemigo tentó a Jesús en forma fiera y terrible tres veces más antes de retirarse derrotado. -- Es en esas tentaciones en las que Mateo y Lucas se explayan.