Homilía del Padre Gaetano Stefanizzi OMR 17 De Enero 2016 Fiesta de San Antonio Abad. Parroquia de Santa Rosa de Lima

Transcripción

1 Homilía del Padre Gaetano Stefanizzi OMR 17 De Enero 2016 Fiesta de San Antonio Abad Parroquia de Santa Rosa de Lima Hermanos Amados de esta Comunidad de San Antonio Abad, che celebra su Fiesta Patronal. La Paz y la Misericordia de Dios ve acompañen siempre y ve proteja la Protección de este grande Hombre que supo vivir en plenitud su Vacacione de Consagrado a Dios. En el Evangelio de San Juan en muchas Ocasiones en la Celebración de la Eucaristía han escuchado el Paso donde dice: «Y se le acercó un Joven a Jesús, y le dijo: Maestro, qué debo hacer para alcanzar la vida eterna? Él le respondió: Por qué me llamas bueno? Uno sólo es el bueno. Por lo tanto, si quieres entrar en la Vida, guarda los mandamientos. Le preguntó el Joven: Cuáles? Jesús le respondió: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no dirás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo. El Joven Respondió: Todo esto lo he guardado. Qué me falta aún? Jesús le respondió: Si quieres ser perfecto, ve, vende cuanto tienes y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en los Cielos; luego ven y sígueme.

2 Al oír el joven estas palabras se marchó triste, pues tenía muchas bienes. «Jesús dijo entonces a sus discípulos: En verdad les digo: difícilmente entrará un rico en el Reino de los Cielos. Es más, les digo que es más fácil a un camello pase por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios. Jesús, hoy quiere meditar contigo, en esta Fiesta de San Antonio Abad, la escena del joven rico. Jesús al Joven rico dice que para ser Santo necesita guardar los Mandamientos. Guardar los mandamientos -que es más que el simple cumplir- consiste en hacer cosas buenas. No hay límite en amar a los padres o al prójimo; no hay límite en la virtud de la sinceridad, de la pureza o de la justicia; y mucho menos hay límite en amar a Dios sobre todas las cosas. Mi vida cristiana consiste en luchar por mejorar en las virtudes. Por eso, la Iglesia no proclama santa a una persona sin demostrar antes que ha vivido las virtudes en grado heroico. La llamada a la santidad es universal: de todos esperas esa lucha por vivir las virtudes en grado heroico. Pero a algunos les pides más, dándoles una gracia interior que les hace preguntarse:«qué me falta aún?» Jesús, cuando llamas a alguien a seguirle más de cerca como hiso con Antonio Abad, no le pides solamente unas cosas buenas, sino todo: recursos materiales, ilusiones profesionales, tiempo, y -sobre todo- el corazón; ese corazón que has creado

3 para amar y que, al entregártelo, se hace aún más capaz de amar. Solo amando un Santo se entrega totalmente a Dios n el bien y en el mal. Y ese Amor se trasforma en obras de caridad con el hermano, y tiene como fruto característico la alegría: una alegría inmensa -lo contrario de la tristeza con la que se marchó el joven rico- que nada ni nadie puede arrebatar. Jesús, ante la respuesta negativa del joven rico, adviertes a tus discípulos: «difícilmente entrará un rico en el Reino de los Cielos.» Quieres aprovechar el ejemplo para enseñarles que «no se puede servir a Dios y a las riquezas». Son dos fines que se excluyen: o Tú eres mi último fin o, en el fondo, mi último fin soy yo mismo: tener, dominar, pasármelo bien, sobresalir. El tema no es tanto el tener más o menos riquezas, sino el «servir Dios o a las riquezas», ser pobre o rico de espíritu. Por eso, en las Bienaventuranzas, dices: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos». Por eso, tengan cuidado de cómo pongo el corazón en las cosas materiales de este mundo: un coche de tal marca, un artículo de lujo, un capricho, una comodidad. Uso lo que tengo con moderación y con cuidado para que dure? Me creo necesidades superfluas?

4 Jesús, me pide que tenga el corazón desprendido de lo material, como San Antonio Abad y ame a Dios sobre todas las Cosas. Sólo así seré pobre de espíritu, que significa libre de espíritu: libre para amar a Dios y a los demás hermanos y responder a mi vocación como hijo de Dios. Antonio Abad supo responder desde su infancia al llamado de Dios, supo despegarse y alejarse de este mundo lleno de ruido y hacer silencio a su alrededor para escuchar la voz de su maestro. Antonio Abad nace en Egipto, se convirtió al Cristianísimo a los 20 Años de edad y dejo todas las riquezas de su familia retirándose del mundo y viviendo en soledad siguiendo el ejemplo de los Padres ermitaños. En toda su vida se dedicó al trabajo, a la oración y a la penitencia. A los 54 Años de edad fundo un monasterio donde empezó a recibir jóvenes que querían seguir su estil de vida, pobre y penitente, por esa razón la Iglesia Católica considera Antonio Abad fundador de la Vida Eremítica. Grande Padre, Maestro y Sabio. Aconsejaba siempre a los monjes más jóvenes a preocuparse lo menos posible por su cuerpo, pero se guardaba bien de no confundir la perfección, que consiste en el amor a Dios por medio de la mortificación y la penitencia. Muchas veces decía a sus hermanos, que pensaran cada mañana que tal vez no vivirían hasta el fin del día, y que hicieran las cosas como si fuera la última vez que la asieran. Antonio Abad, muere en el Año 456 a los 105 años de edad. Pasaron muchos siglos y todavía la Iglesia celebra las virtudes

5 de este hombre de Dios. Hoy esta Comunidad se reúne para agradecer a Dios por el don de su Vida y su Santidad. En toda la Iglesia universal existe en los pueblos una devoción a este Santo. Es Considerado patrón de los Animales y de los terrenos. Ojala hermanos y hermanas podamos también nosotros devotos de Antonio Abad seguir su ejemplo de vida, dejando nuestro egoísmo y apego a las cosas de este mundo y escuchar el llamado de Dios a servirlo con amor y sinceridad de corazón. Quisiera terminar esta Homilía en este día de Fiesta de nuestro Patrono con una Oración especial a él, para que interceda, por usted, nuestra Parroquia y Comunidades, por nuestras Familias, nuestros enfermos y Jóvenes y los Sacerdotes. Dios Todopoderoso que impulsaste a san Antonio Abad a abandonar las cosas de este mundo para seguir en pobreza y soledad el Evangelio de tu Hijo, te pedimos en este dia de Fiesta que, a ejemplo suyo sepamos como Comunidad desprendernos de todos lo que nos impide amarte y servirte con todo el corazón, el alma y las fuerzas. AMEN Padre Gaetano Stefanizzi Omr