RUTA ORANTE Visita Reliquias Beato Marianito

Transcripción

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2 RUTA ORANTE Visita Reliquias Beato Marianito

3 ORAR ES: Dejarse guiar por el Espíritu. Déjate guiar por el Espíritu del Señor que te habita y quiere orar al Padre desde la verdad de tu corazón

4 ORAR ES: Disponerse para recibir las bendiciones de Dios. Aquí estoy Señor, como un niño ante Ti. Dispuesto a acoger todas las bendiciones que me quieres regalar. Reconozco todo lo que me das día a día Es tanto Señor!

5 ORAR ES: Pensar en los que sufren. Conozco a muchas personas que están sufriendo Señor Los traigo ante tu presencia Pido para ellos la intercesión del Beato Marianito Me tomo tiempo en orar por ellos

6 Porque la vida es un don. Porque mi vida es un don para el mundo. Porque mi vida tiene un gran valor. Porque me hiciste único/a Porque conoces lo más profundo de mí. Porque me enriqueces con tus dones. Porque Gracias por mi vida Señor!

7 ORAR ES: Dar gracias por mi familia. Mi familia, la que me diste, la que me conoce, la que me ha visto crecer. Gracias por nuestras luces y sombras. Gracias por las luchas y esfuerzos comunes. Gracias por cada uno de los que hacemos parte de ella.

8 ORAR ES: Pedir intercesión al Beato Marianito por las necesidades de mi familia. Expreso ante Ti Señor las necesidades que tenemos en nuestra familia... La intercesión del Beato Marianito nos alcance de Ti, lo que más necesitamos según tu voluntad.

9 orar es: Confiar y esperar

10 ORAR ES: Pensar en la paz del mundo y del país. Quiero juntar mis manos Señor y orar por la paz del mundo, de mi país. No logro comprender la injusticia, el fraude y la guerra entre hermanos. Que yo, Señor, me disponga para la paz y el perdón.

11 VIDA DEL PADRE MARIANITO Supo insertarse totalmente en la vida del pueblo, participando en las penas y alegrías de todos. Para todos fue Padre diligente, maestro y consejero de confianza y testigo fiel del amor de Cristo entre ellos. Los pobres, que él llamaba "los nobles de Cristo", eran sus preferidos. No tenía ningún reparo en emplear sus propios bienes para aliviar las penurias y la indigencia de los más débiles. Visitaba con frecuencia a los enfermos, y para asistirles estaba dispuesto a cualquier hora del día o de la noche. Con infinita mansedumbre y sencillez se ocupaba de los niños y de los jóvenes para guiarlos por el camino de las buenas costumbres y de la prudencia.

12 VIDA DEL PADRE MARIANITO Tenía un grande amor por los campesinos, recordando que él mismo había sido uno de ellos hasta los 16 años. Estaba muy atento a sus necesidades espirituales y sociales, e incluso a las económicas. Su vida era muy pobre, austera y mortificada. Era muy constante en su vida de oración en la que se hallaba la raíz de su apostolado y de su vida sacerdotal. Era muy devoto de la Eucaristía, de la Santísima Virgen, de los Ángeles y de los Santos. Amaba sobre todo a Dios, por cuya gloria trabajó siempre. De aquí nacía su afán por salvar las almas de sus parroquianos y el mundo entero.

13 LA SANTIDAD Cuando la Iglesia declara la santidad de uno de su hijos, está diciendo que vivió un nivel superior de fe cristiana, haciendo realidad las Bienaventuranzas. Así lo vemos en el beato Marianito. Día y noche en íntima unión con el Señor y al servicio de todos, supo reír con los niños, dar consuelo a los tristes. Sanaba a los enfermos y compartía sus escaso bienes con los pobres. Atraía con amabilidad a los pecadores. Todo esto para imitar a Jesús, alcanzando un equilibrio humano en un esquema de humildad y de misericordia y luego la recompensa del cielo.

14 OREMOS Señor Jesucristo, te damos gracias porque otorgaste a tu siervo Mariano de Jesús el don del sacerdocio ministerial e hiciste de él un pastor según tu corazón. Adornándolo de preclaras virtudes lo constituiste en modelo para tu pueblo y ejemplo para los pastores de almas: Concédenos por su intercesión la gracia de saber imitarle en el cumplimiento fiel del deber y trabajar con gozo por tu gloria y por el bien de los hermanos. Por tu misericordia otórganos la gracia de la conversión y la paz en la concordia; y, por los méritos y la mediación del Beato Mariano concédenos la gracia que ahora te pedimos.