Semana 46: Hebreos 4

Transcripción

1 Versículo para memorizar Semana 46: Hebreos 4 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Hebreos 4:12 Vista panorámica del capítulo Algunas personas encuentran el libro de Levíticos como sin interés e irrelevante para los Cristianos. Algunas personas aun van más allá desechando todo el Antiguo Testamento. A pesar de que ya no se realizan más sacrificios de animales y otros rituales, no podemos comprender completamente el significado de lo que Jesús realizo por nosotros cuando el vino y murió por nosotros sin entender cómo es que el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento se relacionan. También, mucha falsa doctrina se encuentra basada en la confusión de entender su relación. Este es el propósito central del libro de los Hebreos. Es la explicación del Nuevo testamento del libro de Levítico. Todos los detalles del tabernáculo de Moisés tienen un significado simbólico, que fue cumplido en el Nuevo Testamento (1Corintios 10:11, Gálatas 3:24-25, Colosenses 2:17, Hebreos 8:5, Hebreos 10:1). La palabra clave en el Libro de Hebreos es mejor comparando la superioridad del Nuevo Testamento sobre el Antiguo Testamento. Jesús es mayor que los ángeles (Hebreos 1:4). Tenemos una nueva esperanza (Hebreos 7:19). Tenemos un mejor Testamento o pacto (Hebreos 7:22, Hebreos 8:6). Tenemos mejores promesas (Hebreos 8:6, Hebreos 11:39-40). Tenemos una mejor ciudad (Hebreos 11:16). Tenemos mejor sangre (Hebreos 12:24). Jesús es mejor que Moisés (Hebreos 3:1-6). Hebreos 4 (VRV-1960): 1 Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. 2 Porque también nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron. 3 Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: Por tanto, juré en mi ira, no entrarán en mi reposo; aunque las obras

2 suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo. 4 Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día; Y reposó dios de todas sus obras en el séptimo día. 5 Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo. 6 Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia, 7 otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo; Si oyeres hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones. 8 Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día. 9 Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. 10 Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. 11 Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia. 12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. 13 Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. 14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. 15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. 16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Domingo Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado

3 Paginas Extras de Estudio Hebreos Capítulo 4 Día 1 Mezclados con la fe Versículos 1-3 Dios prometió a Israel que ellos heredarían una tierra donde ellos pudieran descansar de la esclavitud y de sus enemigos. Sin embargo, la generación que salió de Egipto con Moisés no entró por su incredulidad (Números 13-14, Hebreos 3). Necesitamos darnos cuenta que lo mismo podría sucedernos a nosotros. Dios nos ha prometido un lugar en su reino, pero podríamos también perderlo por nuestra incredulidad. Así como a nosotros nos ha sido dada la Palabra de Dios, los israelitas tenían la palabra para su día, sin embargo esto no les hizo ningún bien- no porque la palabra no tuviera poder, sino porque ellos no mezclaron su fe con la palabra de Dios que les fue predicada a ellos. Todas las personas tienen fe, aun los ateos (Romanos 1:18-32, Romanos 12:3). Dios nos da la habilidad de elegir dónde poner nuestra fe. En resumidas cuentas, nosotros ponemos nuestra fe en la palabra de Dios o en los hombres. Dios ordeno desde el principio de los tiempos que habría una iglesia que entraría en su reposo, y que esto pasaría. Nosotros como individuos debemos ejercitar nuestra fe en orden de ser parte de esta. El Nuevo Testamento no se aplica a un grupo selecto de personas. Cada persona debe elegir por sí misma. Día 2 La palabra más grande en la Biblia si Versículos 4-6 En Génesis capítulo 1 y 2, cuando Dios creó el mundo en 6 días literales y descansó en el séptimo. El estaba estableciendo un precedente para el futuro. El estaba estableciendo el principio del Sábado (Éxodo 20:8-11). El estaba también estableciendo las bases para el descanso eterno que él le daría a su pueblo. Sin embargo hay un si. Esto significa que esta promesa no es incondicional, como casi todas las promesas en la Biblia lo son. Hay 118 versos solo en el Nuevo Testamento que muestran que la salvación puede perderse. Hay 101 versos en los que una promesa relacionada con la salvación es hecha condicional con la palabra si. Las condiciones no dependen de Dios. Dependen de nosotros. Debemos creer y obedecer.

4 Día 3 Después de tanto tiempo Versículos 7-9 Aquí Pablo citó el Salmo 95:7-11, sobre el cual este pasaje se encuentra basado. Cuando escuchamos la voz de Dios, no debemos endurecer nuestros corazones en incredulidad como Faraón (Éxodo 4-14, 1 Samuel 6:6). Cuando Dios habla, y no escuchamos, estamos endureciendo nuestros corazones (Marcos 3:5, Marcos 6:52, Marcos 8:17, Juan 12:40). Dios es muy paciente. Hay poco más de 400 años entre Números 13 y el Salmo 95. Dios continuaba amonestando a su pueblo para creer, pero vendrá un tiempo cuando nuestra oportunidad para recibir lo que Dios tenía para nosotros lo veremos solo pasar debido a nuestra incredulidad. Dios no nos pide el hacer una cosa imposible. Pero, no obstante, si requiere nuestra fe, en ello. Si escuchamos su voz hoy, necesitamos creer hoy. En el verso 8, este no es Jesucristo. Este es Josué. Esta es la versión hebrea del nombre Jesús. Esta hablando a cerca de cuando Josué guio a Israel a la tierra prometida. Desde que Dios después habló de otro día, el estaba hablando de la bendición eternal futura que él tiene para los suyos. Día 4 La palabra de Dios es eficaz Versículos Como un hombre trabaja pensando en su jubilación, debemos trabajar para Dios pensando en nuestro eterno descanso. La palabra de Dios es viva, eficaz y cortante. No son solo palabras en una página. Penetra hasta partir el alma y el espíritu. A pesar de que los términos mente, alma, corazón y espíritu son intercambiables a través de la Biblia, aquí la Palabra de Dios es tan precisa discerniendo el que estos pueden ser separados. Esta puede penetrar los huesos y las coyunturas. Esta puede discernir y juzgar los pensamientos y las intenciones del corazón. No hay nada escondido de Dios. El conoce todo de nosotros, dentro y fuera. Debemos responderle a él, así como también ser honestos delante de él. El sabe si nosotros creemos realmente o no. El puede manejar la verdad, y trabajar en nosotros cuando somos sinceros.

5 Día 5 Acerquémonos confiadamente al trono Versículos Jesucristo es nuestro sumo Sacerdote. Así como el sumo sacerdote entraba en el lugar santísimo en el tabernáculo una vez al año con sangre para obtener perdón por los pecados del pueblo, el fue al cielo por nosotros por su propia sangre (Hebreos 9:12 & 23-24). El sabe lo que es enfrentar una tentación y salir de ella, así que él nos ayuda a salir de ella también. Por lo tanto no debemos ser intimidados cuando venimos al trono de la gracia (2Timoteo 1:7). Podemos hablar libre y abiertamente con confianza, valor y certeza. Necesitamos temer a Dios (Hebreos 4:1), pero el temor de Dios no nos aleja de él, nos lleva a él. El tiene la gracia que nos ayuda cuando la necesitamos, y siempre la necesitaremos. No debemos hablar neciamente delante de Dios (Job 1:20-22, Eclesiastés 5:1-7), pero tampoco debemos temer el venir a él.