FIESTAS MAYORES EN HONOR DE LA DIVINA PASTORA DE CANTILLANA, DECLARADAS DE INTERÉS TURÍSTICO DE ANDALUCÍA

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Mariano Rojo Contreras
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FIESTAS MAYORES EN HONOR DE LA DIVINA PASTORA DE CANTILLANA, DECLARADAS DE INTERÉS TURÍSTICO DE ANDALUCÍA SOLEMNE NOVENA, FUNCIÓN PRINCIPAL DE INSTITUTO Y PROCESIÓN TRIUNFAL DE GLORIA DE LA DIVINA

Estos cultos tiene lugar en el altar mayor de la parroquia, donde se instala delante de su retablo, el llamado risco, altar efímero y bucólico cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII.

1 FIESTAS MAYORES EN HONOR DE LA DIVINA PASTORA DE CANTILLANA, DECLARADAS DE INTERÉS TURÍSTICO DE ANDALUCÍA SOLEMNE NOVENA, FUNCIÓN PRINCIPAL DE INSTITUTO Y PROCESIÓN TRIUNFAL DE GLORIA DE LA DIVINA PASTORA La principal celebración de la hermandad tiene lugar el día 8 de septiembre de cada año, fiesta de la Natividad de la Virgen María, día que, desde tiempo inmemorial, dedica el pueblo de Cantillana a su Divina Pastora. En torno a esa fecha se celebra desde antiguo una solemne novena en honor a la Pastora de las Almas, dando comienzo el primer sábado de septiembre para finalizar el segundo domingo. Estos cultos tiene lugar en el altar mayor de la parroquia, donde se instala delante de su retablo, el llamado risco, altar efímero y bucólico cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII. El retablo mayor es cubierto por un enorme lienzo pintado que simula un paisaje y que se descuelga desde la bóveda del presbiterio, formándose delante un monte o risco, decorado con plantas aromáticas y flores, y enriquecido con objetos de plata y orfebrería, apareciendo en su cima la imagen de la Divina Pastora bajo frondoso árbol. El templo parroquial es, a su vez, exornado con ricas colgaduras de damasco y terciopelo rojo, gran número de arañas de cristal y otros valiosos enseres. La víspera de la fiesta principal y el último día de la novena, tras la celebración de ésta, tiene lugar la salida desde la parroquia del tradicional Santo Rosario de hermanas, por las principales calles

del pueblo, celebrándose de la misma forma que en los orígenes fundacionales de la hermandad en el siglo XVIII.

El día 8 de septiembre, fiesta litúrgica de la Sacrosanta Natividad de Nuestra Señora, a las once de la mañana se celebra la Solemne Función Principal de Instituto en honor de la Divina Pastora de

Esta función religiosa, se convierte anualmente en el culto interno más multitudinario de Cantillana y su comarca, apareciendo el templo parroquial, uno de los mayores del territorio, literalmente

2 del pueblo, celebrándose de la misma forma que en los orígenes fundacionales de la hermandad en el siglo XVIII. En él es portado el simpecado o estandarte de la Divina Pastora, al que acompañan largas filas de hermanas ataviadas con la clásica mantilla española, con faroles de plata. El día 8 de septiembre, fiesta litúrgica de la Sacrosanta Natividad de Nuestra Señora, a las once de la mañana se celebra la Solemne Función Principal de Instituto en honor de la Divina Pastora de las Almas. Esta función religiosa, se convierte anualmente en el culto interno más multitudinario de Cantillana y su comarca, apareciendo el templo parroquial, uno de los mayores del territorio, literalmente abarrotado de fieles. A las diez de la noche de este mismo día, sale en procesión solemne desde la parroquia, la venerada imagen de la Divina Pastora, recorriendo entre el fervor de sus hijos las principales calles de la villa, profusamente decoradas con banderas, luces y arcos triunfales, para la ocasión. La Divina Pastora es una importante obra escultórica de principios del siglo XVIII, de las primeras que se hicieron de esta advocación, que en opinión de diferentes expertos en arte, se puede atribuir al círculo de Francisco Antonio Ruiz Gijón. Algunos de los momentos más destacados de la procesión los constituyen la salida de la parroquia, entre el clamor del pueblo, el discurrir por las calles del casco antiguo, que se engalanan especialmente con luces, colgaduras, banderas y arcos, el callejón de Josefa la del Caco, la función de fuegos artificiales a su paso por la Alameda o la emocionante subida por la popular Cuesta del Reloj.

Pero si algo hay que destacar por encima de todo, sería la ceremonia de quitarle a la Virgen el sombrero de Pastora, acto que tiene lugar en torno a la mitad del recorrido, en la calle Martín Rey,

paso y, tras vitorear varias veces a la Divina Pastora, le quita el sombrero pastoril, mientras tiene lugar una impresionante lluvia de flores, suelta de palomas y fuegos artificiales, momento

3 Pero si algo hay que destacar por encima de todo, sería la ceremonia de quitarle a la Virgen el sombrero de Pastora, acto que tiene lugar en torno a la mitad del recorrido, en la calle Martín Rey, donde una vez llegada la procesión al lugar acostumbrado, que se encuentra especialmente decorado con arcos de flores, luces y gallardetes, un sacerdote cantillanero y hermano de la hermandad sube al paso y, tras vitorear varias veces a la Divina Pastora, le quita el sombrero pastoril, mientras tiene lugar una impresionante lluvia de flores, suelta de palomas y fuegos artificiales, momento indescriptible en el que cada año el pueblo y miles de visitantes vibran al unísono en un mismo sentimiento de devoción y entusiasmo religioso a la Madre de Dios.

ROMERÍA Y BESAMANOS DE LA DIVINA PASTORA La romería de la Divina Pastora se celebró por primera vez el 30 de septiembre de 1952, coincidiendo con el Día del Besamanos, por iniciativa de un grupo de

Este festejo popular y campero vino a completar las fiestas pastoreñas que desde el siglo XVIII venían celebrándose, sirviendo de esta forma de broche final de todas las celebraciones del mes de

4 ROMERÍA Y BESAMANOS DE LA DIVINA PASTORA La romería de la Divina Pastora se celebró por primera vez el 30 de septiembre de 1952, coincidiendo con el Día del Besamanos, por iniciativa de un grupo de hermanas apoyadas por el capuchino fray Claudio de Trigueros. Este festejo popular y campero vino a completar las fiestas pastoreñas que desde el siglo XVIII venían celebrándose, sirviendo de esta forma de broche final de todas las celebraciones del mes de septiembre. Lo que comenzó siendo una jornada de convivencia que se celebraba en el olivar de Lapola, sito en el lugar denominado Los Pajares, se convertiría, con el paso de los años, en una de las romerías más conocidas y numerosas de la provincia de Sevilla, con la que se inicia el último fin de semana de septiembre un ciclo que se continua con las de Torrijos, Valme y Cuatrovitas. La peregrinación de la hermandad con el simpecado seguido de caballistas y carretas al sitio de Los Pajares, hizo necesaria la construcción de una ermita de estilo andaluz, obra del arquitecto sevillano Aurelio Gómez Millán. Su primera piedra fue colocada en 1956 por el canónigo y capellán real don José Sebastián y Bandarán. Desde entonces, la titular de la hermandad peregrina periódicamente en romería hasta su ermita -en un principio cada siete años y en la actualidad cada cinco o bien de forma extraordinaria, con motivo de algún acontecimiento especial-, yendo los restantes uno de los simpecados de la corporación. El 16 de septiembre del año 2003, las fiestas y romería de la Divina Pastora de Cantillana, fueron declaradas oficialmente de Interés Turístico Nacional de Andalucía por la Consejería de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía.

Al amanecer del último sábado de septiembre, Cantillana se despierta con el estruendo continuo de un sinfín de cohetes, tracas y las alegres dianas del tamborilero y de la banda de música

ser colocado en su carreta de plata y así iniciar una nueva romería.

por bueyes, decoradas artísticamente con flores de papel y un numeroso cuerpo de coches de caballos, que se va abriendo paso por las calles de Cantillana dejando sonoros ecos de sevillanas,

5 Al amanecer del último sábado de septiembre, Cantillana se despierta con el estruendo continuo de un sinfín de cohetes, tracas y las alegres dianas del tamborilero y de la banda de música hasta que a las diez de la mañana se abren las puertas de la parroquia, sede fundacional de la hermandad, para que salga, entre el alegre repique de sus campanas, el simpecado pastoreño para ser colocado en su carreta de plata y así iniciar una nueva romería. El cortejo se compone de caballistas, seguidos por miles de romeros a pie, que acompañan a los sones del tamboril y la flauta a la Virgen en su carreta, y a la que siguen las carretas tiradas por bueyes, decoradas artísticamente con flores de papel y un numeroso cuerpo de coches de caballos, que se va abriendo paso por las calles de Cantillana dejando sonoros ecos de sevillanas, vivas y oraciones por todos sus rincones. Al salir del pueblo, la comitiva toma el camino que lleva al río Viar y recorre la orilla hasta bajar a cruzar sus aguas, donde se hace parada obligatoria para cantar la Salve, en la frontera misma de la aldea pastoreña, produciéndose una estampa de especial tipismo y colorido.

Poco después, las campanas de la ermita reciben al simpecado, que entre el clamor de una multitud enfervorecida llega al altar del santuario.

posteriormente con sus insignias al Santo Rosario cantado de medianoche, que llena de avemarías y luminarias las calles de la aldea, en dos largas filas de hermanos.

Al término de la misma sigue la fiesta por las casas que componen la aldea y las casetas allí instaladas, que durante todo el día permanecen abiertas para invitar a todo el que hasta ellas se

6 Poco después, las campanas de la ermita reciben al simpecado, que entre el clamor de una multitud enfervorecida llega al altar del santuario. Por la tarde tiene lugar la santa misa y el recibimiento de las hermandades pastoreñas llegadas de otros lugares, que con sus estandartes desfilan ante las puertas del santuario, acudiendo posteriormente con sus insignias al Santo Rosario cantado de medianoche, que llena de avemarías y luminarias las calles de la aldea, en dos largas filas de hermanos. En la mañana del domingo se celebra la santa misa de romeros, cantada por sevillanas por el Coro de la Hermandad. Al término de la misma sigue la fiesta por las casas que componen la aldea y las casetas allí instaladas, que durante todo el día permanecen abiertas para invitar a todo el que hasta ellas se acerque. Así llega la tarde y con ella la hora de la vuelta emprendiéndose de nuevo el camino. Será entonces, al anochecer, en el cauce del río Viar, cuando se produzca uno de los momentos estéticamente más conseguidos de la romería y de los más singulares de todas las fiestas, al alumbrar los caballistas y romeros con bengalas el paso de la carreta.

7 La entrada en el pueblo resulta apoteósica y multitudinaria. Las barriadas reciben a la Virgen con fuegos y tracas, y en la plaza del Llano los caballistas realizan una ofrenda de flores al simpecado mientras las bandas de música interpretan marchas y pasodobles. Mientras tanto, las calles de Cantillana vuelven a cobrar vida, repletas de romeros que acompañan a la Divina Pastora hasta su entrada en el templo parroquial, donde su imagen habrá quedado expuesta a la veneración de los fieles en tradicional y devoto besamanos, desde las diez de la noche. Ya de madrugada, los pastoreños vuelven a sus casas, depositando antes un beso en las benditas manos de su Pastora y soñando ya con el próximo septiembre, cuando el ciclo festivo vuelva un año más a hacerse realidad.

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