JO C K EY C LU B. a b r

Transcripción

1 R E V I S T A D E L JO C K EY C LU B A ñ o 4 N Ú m e r o 8 a b r i l a b r 07 G. P. Carlos Pellegrini Golf; Cecilia Palacio E n t rega de Premios 2006 Patrimonio: Los Prilidiano Pueyrre d ó n Vi a j e s : la Suiza de los tres mundo s

2 Acta fundacional El 15 de Abril del 2007, se conmemoraron los 125 años de la fundación del Jockey Club. El facsímil del acta de fundación, firmado por el doctor Carlos Pellegrini y su primera Comisión Directiva, re p roduce el original que obra en los archivos del Club. Acta de fundacion del Jockey Club e integrantes de su primera Comision Directiva, 15 de abril de R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 1

3 ajdgasdgas dg JO C K EY C LU B comisión di r e ct i va PRESIDENTE Bruno Quintana SECRETARIO GENERAL Alfredo Francisco Cantilo TESORERO Juan de Ganay COMISIóN DE CARRERAS PRESIDENTE Emilio Raúl Dumais SECRETARIO Edgardo A. Garat VOCALES Guillermo M. Alvarez Fourcade Juan Carlos Bagó Horacio Walter Bauer Carlos H. Blaquier Hernán Ceriani Cernadas Miguel Enrique Crotto Bartolomé Luis Mitre COMISIóN DEL INTERIOR PRESIDENTE Diego Norberto Quirno SECRETARIO J. Esteban Cornejo Murúa VOCALES Daniel C. L. Funes de Rioja Tomás González Álzaga Diego M. Ibarbia Iván Didimo Posse Molina Marcos F. Roca Julio Sánchez Sorondo Patricio Edmundo Weiss VOCALES SUPLENTES Juan Carlos Echeverz Roberto Enrique Hornos Guillermo Moreno Hueyo Guillermo Strada

4 carta del presidente El 15 de abril, el Jockey Club cumplió sus primeros 125 años de existencia. Desde ese 15 de abril de 1882 hasta el presente, nuestro club ha pasado por momentos de organización, de crecimiento, de esplendor y también de incert i d u m b re, pero siempre supo mantenerse firme en sus principios e incluso renacer de sus cenizas cuando, sin éxito, se intentó trasformarlo sólo en un re c u e rdo de épocas pasadas. Si pudo re n a c e r, fue precisamente porque ese re c u e rdo permaneció latente en el sentir de sus socios, que m a n t u v i e ron vivo el ímpetu y el espíritu que nos legaron los fundadores, los que forjaron la institución en una conjunción de honor, de amistad, de respeto, de cultura y de fort a l e z a. Cabe por lo tanto, en este significativo aniversario, rendir homenaje a quienes dejaron estampados sus nomb res en el acta fundacional de este club, comenzando por Carlos Pellegrini, que muchos años antes había tenido la idea de crearlo, idea que fue soñando y madurando junto con un grupo de amigos entre los que figuraban Vicente Casares, Santiago Luro, Eduardo Casey, Eudoro Balza, Emilio Casares, Nicolás Lowe, Carlos P. Rodríguez, Anacarsis Lanús (h), Tomás Duggan, Mariano Marenco, Nicandro Vi l l a r, Bernabé Artayeta Castex, Juan Shaw (h), Emilio Nouguier, Federico Bridger, Francisco Fernández, Juan N. Fernández, Santiago Gahan, Alberto Ortiz Basualdo, J. W. Nash, Pedro Seré y Guillermo Ta y l o r. Todos ellos figuraron en aquel emblemático documento que dio inicio a la vida del Jockey Club, y muchos de ellos integraron su primera Comisión Directiva, la encargada de guiar los primeros pasos de la nueva entidad. De a poco, a partir de este comienzo, la institución fue creciendo hasta transformarse, como quería Pellegrini, en el centro social más importante de nuestro medio. Muchos han sido los cambios experimentados desde entonces, pero el club sigue siendo el mismo de siempre, y mantiene una tradición que, desde su fundación, siempre re a f i rm a ron quienes tuvieron a su cargo funciones directivas y lo pro y e c t a ron hacia el futuro con nuevas re a l i z a c i o n e s. Como here d e ros de ese legado, debemos celebrar este aniversario y continuar avanzando por la misma senda Bruno Quintana Presidente R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 3

5 ajdgasdgas dg R E V I S T A D E L Jo c k ey Clu b Revista para Socios del Jockey Club Staff Director Alejandro Ramos Mejía colaboran en este numero: Xavier Prieto Astigarraga Gastón Saiz Roberto D. Müller Julie Bergadá Peter Laurence José María Casanova Fernando Castro Nevares índice 6 Gran Premio Carlos Pellegrini Escuela de Aprendices 24 Golf: Cecilia Palacio 28 Polo: Heriberto Duggan Arte Consignas Diseño Fotografia Víctor Alvarez Julie Bergadá Marcelo Sarachi Archivo Jockey Club FOTO DE TAPA Carlos Pellegrini, con un grupo de amigos, en la p e l o u s e de la tribuna oficial del H i p ó d romo argentino (c.1900) 33 Campo de Deportes 36 Sede Social 44 Patrimonio 48 Biblioteca 54 Reciprocidad 58 Agenda Revista del Jockey Club es una producción de ARM Ediciones. Suipacha º B Buenos Aires Tel. (011) armediciones@fibertel.com.ar Impreso en FP Compañia Impresora estilos 60 Suiza, la de los tres mundos

6 sumario Carreras se fue UN GRAN HOMBRE DEL TURF El turf nacional perdió recientemente a Hernán R. Ceriani Cernadas, uno de sus más prominentes protagonistas. Propietario del haras La Quebrada, supo hacerlo el más ganador desde el año Creador de la Carrera de las E s t rellas, trajo al país a Southern Halo, acaso el re p roductor más exitoso en la historia local. Murió un turfman de raza. Golf GRAN PREMIO MIGUEL JUÁREZ CELMAN 2006 Sebastián Prado (23) y Diego Hermida (56) entablaron un desafío generacional al disputar la vuelta final de esta tradicional Copa. La categoría scratch quedó para el primero, mientras que el segundo se llevó la de 0 a 9. La historia de un Gran Premio que se inicia en Esgrima LOS PIRÁN: TRES GENERACIONES DE ESGRIMISTAS El tradicional deporte de las armas reúne en sus pedanas a un abuelo, su hijo y sus nietos. Movidos por una vocación que se transmite de una generación a otra, lograron importantes conquistas en torneos nacionales e internacionales. Los Piránuna dinastía de esgrimistas. 40 Perfiles VICENTE L. CASARES: CABAL EJEMPLO DE SU ÉPOCA Al cumplirse 125 años de la fundación del Jockey Club, rendimos tributo a uno de sus fundadores. Hombre público, por tres períodos Pre s i d e n- te del Club y pionero de la industria láctea, Vicente L. Casares ocupa un lugar en la historia grande del país.

7 carreras Gran Premio Internacional Carlos Pellegrini 2006 Storm Mayor, un doble homenje al piloto de torm e n t a s El zaino repitió su triunfo del año anterior en San Isidro y así logró una hazaña histórica, que no se daba desde los años cuarenta; el rasgo solidario va haciéndose un hábito en la carre r a más relevante del ecuador hacia el sur. D a gusto presenciar uno de esos hitos que serán recordados de tanto en tanto como hazañas indelebles. Un hecho histórico en su rubro, de esos que muy posiblemente se tornen sepia hasta ser por fin igualados o superados. Resulta placentero ser testigo de algo que uno podrá contar a su descendencia sin recurrir a viejos papeles erosionados por el tiempo, como lo podrán hacer quienes asistieron al hipódromo de San Isidro el sábado 16 de diciembre de 2006, que se llevaron mucho más que la sensación de una tarde agobiante: en ellos quedó, si estaban al tanto de lo que ocurría, el recuerdo de un doblete en el Gran Premio Internacional Carlos Pellegrini. No habrá que recurrir ya a estadísticas impresas ni a septuagenarios memoriosos para saber cuál es el último ejemplar que ganó dos veces seguidas la carrera de caballos más trascendente del hemisferio austral. Muchos de los que estuvieron en ese inolvidable día podrán contestar que Storm Mayor quebró seis decenios sin que el logro se re- Izq. Storm Mayor y el festejo de Julio César Méndez Der: Los propietarios, el Presidente del Jockey Club y la Sra. Mirtha Legrand, en la entrega de premios. 6 - R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

8 pitiera. Desde el bicampeón Filón, que en el año 1945 se autoemuló, no ocurría semejante cosa. Otros seis lo habían antecedido en tal mérito, y un tal Académico, al dar cátedra en el 46 y el 48, alcanzó lo mismo pero en temporadas no sucesivas. Lo bueno, si esporádico, dos veces bueno. Y por eso el ingente valor de la conquista del zaino contemporáneo, el segundo, apenas, en triunfar en dos Pellegrini al hilo en el césped sanisidrense, superficie del gran premio desde el 41. Según estiman fueron los asistentes con la comodidad de dos pantallas gigantes a la coro n a c i ó n 2006 del ya coronado. Que esta vez lo ganar (1992), y Laredo, último ejemplar inca en llegar primero (1993). Es hábito eso de que haya un forastero en la definición, cuando no venciendo. P e ro por tres cuartos de cuerpo, y con un re g i s t ro parecido al de doce meses antes ( /100 contra /100) para los metros, arribó delante Storm May o r, entre 15 adversarios dispuestos a que lo suyo, de re v e rdecer laureles, quedara sólo en intento. Ninguno lo consiguió y la hípica argentina dio la bienvenida al pedestal de honor a un viejo conocido, a otro de los llamados a perpetuarse en la memoria. No constituyó un único motivo de celebración. Bien lo merece que se haya r é c o rd, dio doblete en la tarde al haras La Biznaga y al padrillo Bernstein, y la re c t a del Félix de Álzaga Unzué, donde Hollin fue el mejor de 24 corre d o res, también al b o rde de una plusmarca (53 56/100 para el kilómetro), otorgando un doblete (Méndez), y manteniéndose invicto en t res salidas... a los cinco años (actuó muy poco, por lesiones). P e ro lo principal, y lo histórico, pasaron por el plato fuerte del día. El Pellegrini resultó desquite para Julio Méndez, que no había podido montar al triunfador en la versión del 2005, y confirm a c i ó n para el entrenador Juan Esteban Bianchi, que sumó su quinto trofeo en la carrera y hasta se animó a desafiar con el Las imágenes de la victoria, por partida doble hizo con más ventaja al cruzar el disco, pero no con menos trabajo. Si hasta por un momento su jockey, el uruguayo Julio César Méndez, se asustó porque algunos colegas-rivales le señalaban que había perdido, superado por la brava Shuaily. Incluso el piloto de la única yegua del lote, Juan Pablo Vargas (un muchacho de 24 años que gracias a este Pellegrini había salido por primera vez de Perú), pensó que había triunfado. Es que fue potente y muy abierta la carga de la extranjera, que tenía dos modelos por imitar: Potri Pe, última hembra en tratado de otro Pellegrini solidario, pues lo colectado en diversos conceptos fue destinado al hospital Fernández. Constituyó, por supuesto, una jornada de fiesta para el turf, con orquestas, desfiles, bandas musicales, concursos, autos antiguos, apuestas por pesos y el re s p a l- do de varias empresas: Aero p u e rtos Argentina 2000, Banco Macro, Chevro l e t, Park Hyatt Mendoza, E. S. P. N., Lotería de la Provincia de Buenos Aires, Secre t a r í a de Turismo y Municipalidad de San Isid ro. Y, también, con otras dos competencias del grupo I: la milla del Joaquín S. de A n c h o rena, en la que Storm Military, con un tiempazo de /100 cercano al vencedor al también argentino Invasor, considerado el mejor sangre pura de carrera del mundo del momento. Como es usual, la reunión del Pellegrini incluye en carreras comunes nombre s de ganadores del pasado y de hipódro m o s sudamericanos. Aquel día se clausuró con una denominada Storm Mayor. Visto lo del 2006, no sería descabellado que el fenomenal zaino tuviese dos pruebas este año. O por qué no? un clásico. En todo caso, ya merece un homenaje mayor. Como el que él mismo, con su re n d i m i e n- to y su nombre, ofreció al piloto de tormentas: don Carlos Pellegrini. Xavier Prieto Astigarraga R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 7

9 carreras Escuela de aprendices del Jockey Club Una educación integral San Isidro alberga, sostiene y forma a futuros j o c- keys que competirán no sólo en su hipódro m o. En un año o algo más, adolescentes p r i n c i p a l m e n t e del interior y de origen humilde ganan conocimientos y, sobre todo, aprenden a manejarse en las carreras y fuera de ellas. Lo p r i m e ro es la educación, subraya Héctor Libré, ex jockey y uno de los instru c t o re s. T engo 13 años, soy chueco, chiquito y mi pasión son los caballos. Mi sueño es ser jockey; siempre miro las carreras por Crónica TV. [...] y mi ilusión es estar en un hipódromo todavía no conozco ninguno personalmente montando un caballo de carre r a. Soy de una familia humilde, curso el primer año de un colegio tecnológico y tengo dos caballos, que no son de carre r a sino criollos, a los que monto por placer. Quisiera estar en un colegio que me enseñe todo sobre caballos y además necesito un equipo de jockey para competir. Me gustaría conocer un hipódromo (cuento con la autorización de mis papás para que alguien me acompañe). No tengo fax ni Internet, por eso escribí esta carta. Gracias. Esta carta de lectores fue publicada el 9 de julio del 2003 en La Nación Deportiva. El autor era Facundo Almada Knaus, un chico del chaqueño pueblo Machagai. Existía, además del económico, un gran impedimento para su sueño: no había dónde aprender, de modo oficial, a apilarse sobre un caballo y echarlo a correr. La escuela de aprendices, creada por el Jockey Club Argentino en los años cuarenta, se encontraba cerrada. Así permaneció alrededor de un lustro, hasta que se dió con los ex jockeys Héctor Libre y Víctor Sabin para llevarla adelante. Eso fue en julio del 2004, y a casi tres años su reapertura, la escuela se desenvuelve como lo que es... y como algo más. Mucho más. Vienen muchos chicos de provincia, de lugares muy humildes. Su origen es parecido al de los boxeadores, describe Libré, de 58 años. Algunos vienen por la salida laboral, pero hay que ver qué vocación tienen. A todos les exigimos tener terminado el primario, y a veces nos traen certificados falsos, explica quien corrió desde mayo del 66 hasta febrero del 93. Claro: lo que suele ganar, como mínimo, un aprendiz no exitoso es pesos por mes, ya que el jinete cobra el 10% del premio que obtiene el caballo, y si no se llega entre los primeros, se perciben 60 pesos. Libré solicitó a Jorge Iglesias, gerente del hipódromo de San Isidro, que los chicos tuvieran una residencia, con horas de entrada y de salida. Una disciplina que viene muy bien para adolescentes que en un 95% de los casos llegan solos. Hay cada historia de vida... Arriba izq. El portal de la escuelita Abajo: A clase, dos veces por semana R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

10 Muchas veces ese trasfondo deja secuelas y en algún momento el chico explota, pensando que es él quien gana las carreras, que es un crack, rebelándose contra la vida..., narra Libré, que tiene para con sus alumnos un trato severo y a la vez paternal. Las carreras las ganan los caballos, figura en dos carteles, como para que los pupilos tengan bien y constantemente en claro de quién es el mayor mérito en un triunfo. Un letre ro está en el aula, donde Libré enseña la teoría, y el otro, en la sala del caballo mecánico, en la que Sabin i n s t ruye en lo técnico. Ambos lugares están en el campo 2, unos 50 metros a la d e recha de la entrada por Diego Carman. Los lunes y los jueves Héctor dicta Se aprende en un caballo mecánico clases de 13 a y luego, hasta las 16, es el turno de Víctor; también hay un profesor de educación física, Diego Davide, que interviene los martes y los viern e s. Una tarde, mientras Héctor preside la clase, llegan el editor y el cronista de la revista del Jockey Club y son sa saludados por todos los alumnos con re s p e t o. Toda una muestra de buenos modales. Los educados educandos de esta camada son: Damián Baldo, Carlos Cab rera, Leandro Fernández, Jonatan Fig u e roa, Luis Miguel Flores, María Fleitas, Facundo Jarc o v s k y, Julio Jorg e G a rcía, Néstor Lacorte, Enrique Míguez, José Luis Morales y Lorena Torres. En efecto, hay dos chicas entre los Izq:. Los chicos autoevalúan sus aptitudes. Centro: Francisco Corrales, un egresado de la escuela, es jockey desde Mayo de Abajo: Un claro mensaje colgado en la pared. doce aspirantes. Y vaya casualidad son a priori las que más condiciones reúnen, y las más fanáticas y conocedoras. Hay en el pizarrón un cuadro de dos entradas: horizontalmente figuran los nombres de los chicos, y vert i c a l- mente, aspectos del oficio, como postura, pegada, coordinación, fuerza de brazos, de piernas; y en las intersecciones, los puntajes, puestos por los propios implicados. María es la de más alto promedio y, como cada uno, debe justificar en voz alta su autocalificación. Después llega la evaluación de los instru c t o res, que siempre contiene notas más bajas que la de la pizarra, a lo sumo iguales. Y luego llega el turn o de mirar videos y de análizar las carreras, los pilotos y las hipótesis. Es entonces cuando se escucha el anticipo Lorena, que exclama Ah!, A ésta la gana Carrizo!, sorprendiendo a todos p o rque la prueba es una común, nada de clásico ni de handicap siquiera. Los alumnos tardan entre dos y tre s meses para aprender a vare a r, y al menos un año para que la Comisión de Carreras, a pedido de la escuela, les otorgue la patente. Correr es para muchos; pensar la carrera, para pocos, les enseña Libré, que enuncia una regla de oro del jockey: punto 1, tener sentido común. Punto 2, seguir el punto 1. E insiste en aquello de que el principal pro t a- gonista es el animal: cuál es su misión?, pregunta; administrar un caballo, le contestan; entonces la pre s i ó n es del caballo, responde, como para que no perturbe la cabeza la urg e n c i a por ganar. A veces uno se ocupa de que p i e rda el caballo; el mejor jockey es el que menos se equivoca, añade. Una vez egresados, los apre n d i c e s gozan de 4, 3 o 2 kilos de descarga según la cantidad de victorias que acumulen, y cuando llegan a las 120 se gradúan de jockeys. Libré apunta que R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 1 1

11 carreras de las aproximadamente competencias del 2006, los aprendices ganaron 296. Un número, rescata sobre ese 5,6%. Y si hay alguien que enorg u- llece a la escuela desde su re a p e rt u r a, ése es Anselmo Zacarías, que demoró 6 meses y 14 días para ser piloto. Es réc o rd mundial. Y ahora trabaja el doble que como aprendiz, destaca su form a- d o r, aclarando que como jockey suele disminuir la demanda de montas por falta de descargo de peso. Libré puntualiza que su pupilo es muy agradecido y educado. Y nuevamente surge el tema. Lo primero es dar educación a los chicos. Arriba: Detalle de montura de entrenamiento Abajo izq.: El manejo de la fusta y las piernas son materia de evaluación Ab. Der.: Héctor Libré y Víctor Sabin, con los alumnos Jamás les digo «che»; siempre los trato de «usted», porque eso pone un freno, una distancia. Si viene uno a la clase con una gorra, le digo «sáquesela». Aquél que se siente oprimido, tal vez se vaya, pero el que quiere ser jockey debe superar estas barreras, expresa. Y para graficar la cuestión Libré pone un antiejemplo... pro t a g o n i z a d o por él mismo. Para el propietario, el caballo es como un hijo. Un día un señor me preguntó si re c o rdaba quién era, y le contesté que no. Me dijo «a usted lo odié mucho tiempo». Y me contó la historia: yo había corrido con un caballo suyo que no había ganado ni en Tucumán, y cuando me pidió opinión, le sugerí que no usara una bala, porque iba a gastar demasiada plata para lo que valía el caballo. Hoy por supuesto se arrepiente. Y sostiene que lo más difícil para el jockey son las relaciones. Hay que ser humilde. Y reconocer los erro res, aunque no sean p ropios, porque siempre el fusible es el jockey, aconseja. Por eso Héctor les enseña ética profesional, re l a c i ó n con los cuidadores ( es mejor tener veinte que entrenen cinco caballos, que uno que pre p a re cien, por si uno se queda sin él ), uso de la cabeza ( pueden estar sentados sobre una gamba verde [un millón de dólare s ], entonces deben tomar conciencia y no jugar sobre el caballo; en eso noto al d i f e rente ) y generalidades. Si bien hay un trato más afable, menos traumático, existen las mismas falencias educativas de hace 40 años. Incluso hay chicos que no saben manejar una b i rome. El gran problema de ellos es la comunicación; por eso les digo que lean. Mi libro de cabecera es Ya t a s t o, escrito por su propietario, amplía. Quién solventa a esta escuela sanisidrense? Enteramente el Jockey, y es por eso que se denomina, Escuela de aprendices del Jockey Club. Es un gasto que asume el club sin esperar resarcimiento, para hacer algo por la actividad y que se devuelva con resultados. Han sido muy buenos con los últimos egresados, profesional y personalmente, porque han cambiado la forma tradicional de moverse y de presentarse. Siendo de extracción muy humilde, han adquirido relación con el medio. Tienen buen trato, respeto, son cumplidores, aseados, bien formados. No piensan en el coche antes que en la casa. No se marean con éxitos tempranos. Ejemplos son Zacarías, [Francisco] Corrales, [Pablo] Carrizo, [Carlos] Sandoval, manifiesta Iglesias con plena satisfacción. Los aprendices felices: en un año o poco más aprenden un oficio apasionante y se capacitan para a f rontar las vicisitudes del quehacer laboral. Y adquieren algo más: aquello que hará que el mejor egresado sea el que más veces gane el Pellegrini de la vida... X.P.A R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

12 carreras Murió Hernán Ceriani Cernadas Izquierda: Su último pesaje, con Batallosa en el 2006 Der.echa Entrega del Pellegrini del año en 1998, por Southern Halo. Los hombres que el país necesita Fue propietario del haras La Quebrada y lo erigió en el más ganador desde el año 1974; ideó y c o n c retó la serie Carreras de las Estrellas, una B reeders Cup argentina; trajo al país a Southern Halo, tal vez el más exitoso re p roductor de la historia local. Se fue un turfman de raza. Como el 17 de agosto y el 20 de junio lo son para la patria, se podría pensar que el 17 de enero pasó a constituir un día de guardar para el turf argentino. Al menos para su élevage. Esa jornada del año 2007 resultó la del punto final para la vida de Hernán Rodolfo Ceriani Cernadas, al cabo de 73 años. Aquel miércoles de verano se apagó, al cabo de una extensa enfermedad, la existencia de uno de esos hombres a los que suelen acompañarlos varios títulos; en este caso, los de criador, dirigente, escribano, emprendedor. Casi un estadista de la hípica nacional, sin dirigirla en su conjunto, fue don Ceriani Cernadas. Propietario de La Quebrada, el haras más exitoso de los últimos 33 años en el país. Directivo de varias entidades: titular de la Asociación Cooperativa de Criadores, secretario del Stud Book Argentino y vocal de Criadore s A rgentinos del Sangre Pura de Carrera. Y p residente de la Fundación Equina Argentina, institución en la que más acabadamente fusionó sus dotes de dirigente y e n t re p re n e u r. En su órbita creó Carre r a s de las Estrellas, una serie de competencias jerárquicas concebida al estilo de la B reeders Cup estadounidense. Una caída suya de un equino, sufrida a los 12 años, derivaría en el nombre para el haras que su padre acababa de fund a r, pues Hernán Rodolfo, hijo de Hern á n María del Corazón de Jesús Ceriani Cernadas, se pasó un año en cama con una seria fractura de fémur derecho la quebrada y otras lesiones. De su pad re heredó la vocación por la escribanía y el gusto por los caballos. Pero a ese establecimiento le puso mucho más que pasión amateur y lo convirtió en el más ganador de Argentina, con 15 estadísticas de criadores conquistadas y 11 segundos puestos desde el 74 (año en que quedó al f rente del haras), 47 premios Carlos Pellegrini (incluidos a la caballeriza homónima), más de 250 triunfadores en clásicos y más de 180 victorias en pruebas del G rupo I. Y, por supuesto, muchos ejemp l a res que merecen ser mencionados: Team, El Compinche, Wa l l y, Gouache, Numeraria, Cadeaux, La Galerie y Chevil l a rd son apenas algunos. Hizo, además, de La Quebrada hizo además una familia; más allá de la posición final en la tempo R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

13 rada, celebraba con todo su personal, asado por medio, cada fin de año. Y aquel rasgo de emprendedor se confundió también con el de pre c u r s o r. Una obra de su ingenio, Carreras de las Estrellas (1991), resultó un gran impulso para la cría argentina. Tuvo que defenderlo con convencido tesón ante los críticos a v a t a res financieros nacionales, pero el evento salió a flote y se transformó en un clásico del turf albiceleste, que eyectó a n u m e rosos équidos a premios Pellegrini. Así como su progenitor había sido un visionario al importar de Estados Unidos al notable padrillo velocista Make Tr a c k s, en una época en que era ley no escrita que los mejores re p ro d u c t o res eran europeos y fondistas, Hernán siguió la huella trayendo a Southern Halo, cuyo físico m a l t recho por una lesión parecía no dar la razón a su corazonada. Pero el ojo clínico de Ceriani Cernadas no se equivocó y el corpulento zaino, comprado en el 87, se erigió en uno de los mejores sementales, si no el mejor, de la historia de la hípica criolla, con nueve victorias en estadísticas generales, siete en clásicas, medio centenar de vástagos triunfadores en competencias de Grupo I, varios pre m i o s Pellegrini como re p roductor y un Pellegini del año. Papá descubrió muchos padrillos, pero Southern Halo fue un capítulo muy especial en su vida. Había una relación muy particular entre ellos, contó H e rnán a secas, su hijo varón. Este último considera al zaino un jefe de raza, y bien se puede decir que, en lo suyo, Hernán Rodolfo Ceriani Cern a- das también lo fue, porque trazó líneas de acción, caminos por seguir para sus p a res. Y porque como él hubo pocos, muy pocos. Dicen que en la última versión del Pellegrini la cual, ya convaleciente, debió seguir por televisión sufrió mucho por no poder presenciarla in situ. Aquel sábado 16 de diciembre, el gran premio no lo tuvo junto a sí. Pero no sería de extrañar que sí lo tenga en el f u t u ro. Acaso, quién se anima a aseverar que no habrá dentro de un tiempo un clásico Hernán R. Ceriani Cern a d a s? Sería justicia. X.P.A. Una persona en dos cuerpos. No voy a hablar de papá. Voy a hablar del criador, de la persona. Con las ventajas de conocimiento que me otorga ser hijo de él, pero con una mirada objetiva. Tomó el haras La Quebrada y le dio proyección mundial, haciéndolo conocido en todo el planeta; consideraba un logro cada estadística obtenida, pero para él nunca se trató de ganarle a, sino de ganar en sí y superarse a sí mismo, como un golfista lo hace con la cancha. En todo lo que llevó a cabo en su vida buscó la excelencia, pero sabiendo que siempre puede superarse. Era un apasionado por los caballos, sobre todo como generadores de sueños, y cuando asignaba un padrillo a una yegua ya soñaba con un campeón. Siempre tuvo vocación de servicio sin fronteras por el turf nacional, del que fue un embajador en el mundo; fue muy exigente y consigo mismo más que con nadie; siempre realizó todo con afecto, nunca como si fuera un mero empleo aunque trabajaba como un esclavo, y daba gracias a Dios todos los días por poder hacer lo que hacía. Formó un grupo humano único, desde el jefe de veterinarios hasta el peón general, sin el cual no podría haber logrado todo lo que consiguió y al cual transmitió la característica de efectuar las cosas con placer. Entendía el éxito no como algo económico o profesional, sino como el acercamiento a la excelencia a la que En una muestra previa al remate anual, con sus hijos María Inés y Hernán. apuntaba; fue un tipo superderecho y superjusto; fue muy duro, pero al mismo tiempo una persona de las más humildes y nobles, cosa que se notaba en el trato con los empleados. No veía lo material, sino lo que estaba más allá; sin quererlo imponía mucho respeto, y a la vez era muy generoso con su tiempo, disfrutaba el trato con las personas y siempre quería aprender de quien estaba enfrente. Dio muchos consejos sobre lo que creía mejor por más que eso fuera en contra de sus intereses; fue una persona muy emotiva y que en cada actividad ponía todo de él, mucha garra, porque era un romántico de lo que hacía. Fue un muy buen amigo. Dicho esto, ahora sí voy a referirme a papá: Me enseñó todo lo que sabía y trató de que no tuviera sus defectos, porque me educó para ser mejor que él; fue un padre extraordinariamente bueno, el mejor maestro muy duro y exigente y un amigo espectacular. En los últimos años fuimos como una persona en dos cuerpos, porque compartíamos mucho tiempo, viajábamos juntos al campo y al exterior; teníamos ansiedad de vernos para contarnos las cosas y nos llamábamos muchas veces por día. Para mí es un honor ser hijo de él. Lo digo muy orgulloso por la calidad de persona que era. Fue, en el mejor de los sentidos, un monstruo, como criador, como persona y como padre. Hernán Ceriani Cernadas hijo de Hernán Rodolfo y actual responsable del haras La Quebrada R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 1 5

14 carreras Cómo apostar El Hipódromo del Jockey Club de San Isidro, ofrece tres diferentes tipos de apuestas: directas, múltiples o combinadas. En todos los sectores del hipódromo se encuentran ventanillas habilitadas para adquirir las apuestas y para el eventual cobro de boletos. Para jugar a las carreras, los apostadores deben determinar el monto a apostar, el tipo de apuesta y el número de el o los caballos elegidos. APUESTAS DIRECTAS Ganador Se apuesta sobre un caballo que debe llegar primero en una determinada carrera. Los poseedores de apuestas a ganador cobrarán solo si el caballo elegido gana. Segundo Se apuesta sobre un caballo que debe llegar en segundo lugar o mejor. Una apuesta a segundo gana si el caballo elegido termina ya sea como ganador o como segundo. Lo que otorga al apostador dos chances de cobrar. Tercero Se apuesta sobre un caballo que debe llegar en tercer lugar o mejor. Una apuesta a tercero gana si el caballo elegido termina ganador, segundo o tercero, lo que otorga al apostador tres chances de cobrar APUESTAS COMBINADAS Exacta Se deben seleccionar dos caballos en una misma carrera que deberán llegar primero y segundo en orden exacto. Imperfecta Se deben seleccionar dos caballos en una misma carrera que deberán llegar primero y segundo en cualquier orden. Trifecta Se deben seleccionar tres caballos en una misma carrera que deberán llegar primero, segundo y tercero en orden exacto. Cuatrifecta Se deben seleccionar cuatro caballos en una misma carrera que deberán llegar primero, segundo, tercero y cuarto en orden exacto. APUESTAS MÚLTIPLES Doble Se deben seleccionar dos caballos en dos carreras consecutivas que deberán llegar en primer lugar. Triplo Se deben seleccionar tres caballos que deberán llegar primero en tres carreras señaladas en el programa oficial. Cuaterna Se deben seleccionar cuatro caballos que deberán llegar primero en cuatro carreras consecutivas señaladas en el programa oficial. Triple con canje, enganche y placé Consiste en acertar los ganadores de tres carreras previamente determinadas en el programa oficial. Por ser una apuesta abierta, el vale ganador del 1er pase se deberá canjear durante la venta del 2do pase. Y nuevamente, el vale ganador del 2do pase, se deberá canjear durante la venta del 3er pase. Opcionalmente se podrá ingresar en esta apuesta en el 2do y/ó 3er pase adquiriendo el respectivo "vale de enganche". Cadena Se deben seleccionar seis caballos que deberán llegar primeros en seis carreras señaladas en el programa oficial. En el caso de retirarse un competidor, pasa al favorito de la apuesta a ganador. EL MARCADOR BANDERA ROJA: Indica la orden para largar y permanece en alto hasta que el marcador pasa a ser definitivo. BANDERA VERDE: Indica que, a simple vista, el juez de raya no pudo determinar cuál de dos o más competidores resultó ganador de alguno de los puestos. BANDERA AMARILLA: Indica un reclamo de uno o varios jockeys contra uno o varios de sus compañeros por molestias. Distanciamiento Tres cuartos cuerpo Empate Un cuerpo Ventaja mínima Un cuerpo y medio Hocico Dos cuerpos Media cabeza Dos cuer - pos y medio Cabeza Tres cuerpos Medio pescuezo Tres cuer - pos y medio Pescuezo Cuatro cuerpos Medio cuerpo Cuatro cuer - pos y medio R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

15 golf Gran Premio Miguel Juárez Celman 2006 Un duelo de generaciones Sebastián Prado, de 23 años, se impuso a Diego H e rmida, de 56, y logró su primer título en este t o rneo después de tres intentos. Su próximo objetivo es el Campeonato del Club. E n el menú de citas golfísticas que propone el Jockey Club, el Gran Premio Miguel Juárez Celman constituye uno de los desafíos más esperados del último tramo de la temporada. E n t re el viernes 24 y el domingo 26 de n o v i e m b re del 2006 se disputó este c e rtamen de 54 hoyos por golpes, dividido en categorías. Esta edición presentó una peculiaridad, ya que en la scratch se entabló un apasionante duelo generacional entre el campeón, Sebastián Prado, de 23 años, y su escolta, Diego Hermida, de 56, que tiene 5 de handicap y había triunfado en la categoría de 0 a 9. Está claro que no se vivió la vibración de un match play, en el que dos rivales se miden entre sí cara a cara y se abre el margen para la apuesta y la especulación hoyo por hoyo. En cambio, se trató de un medal play, que igualmente ofrece posibilidades de espiar la suerte del contrincante mientras se juega contra la cancha. De esa manera, se embarcó en uno de los certámenes de mayor exigencia que puede ofrecer el Club. En la previa, la lógica indicaba que ganaría yo, pero el Topo (Hermida) jugó muy bien, de manera muy pareja durante gran parte del torneo. El Jockey Club cuenta con muchos buenos jugadores como él, apuntó Prado R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

16 Izquierda: Sebastián Prado pega un potente drive Arriba: Diego Hermida: dueño de los mejores swings del Club Ambos aprovecharon las facilidades que otorga la cancha Azul en condiciones climáticas favorables, como sucedió aquel viernes, el día de los primeros golpes. Haciéndole frente a distancias más cortas respecto de la Colorada, los dos marcaron 71 golpes en la primera vuelta. Cuando estás parado en el tee del 1 de la Azul salís a jugar pensando en que vas a terminar bajo el par, pero corrés el peligro de complicarte solo; no hay que confiarse, aconseja Prado. El desequilibrio aunque mínimo se produjo el segundo día en la Colorada, en la que Prado firmó un score de 75, mientras que Hermida empleó 76. Ya en esa jornada, el viento irrumpió con cierta intensidad para agregar dificultades. Ante tanta paridad, todo condujo a un desenlace con final abierto, con una cuota de suspenso para el domingo. Y en ese último recorrido, Hermida se Un poco de historia El Jockey Club instituyó la Copa Miguel Juarez Celman para aficionados en el año Ese año fueron convocados equipos de universitarios Ciencias Sociales en la modalidad knockout y desde el 34 al 35 no universitarios. En 1935 se realizó también por equipos pero esta vez por golpes, para lo que fueron sumados los totales más bajos de siete, de los ocho integrantes de cada representación. A partir de 1936 se modificó esta última modalidad de juego, y se dispuso que esta importante copa se disputara a 72 hoyos para la categoría de aficionados scratch, con ventaja hasta 9, y de 10 a 22, en las que podían actuar todos los jugadores de los clubes afiliados a la Asociación Argentina de Golf. Los primeros resultados Año Categoría Ganador Score 1933 Equipo de Ciencias Sociales 8 a Equipo No Universitarios 7 a Equipo No Universitarios Scratch Harry Wesley Smith 302 A Eduardo V. López (9) 291 B Carlos Bracht (18) Scratch Fernando Osinalde 310 A Alfredo G. Blousson 286 B Rolando S. Casares Scratch Heriberto C. Buchanan 307 A Alfredo G. Blousson 301 B Enrique Duhau (h) 293 R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 1 9

17 golf El ganador con la Copa M. Juarez Celman, versión 2006 Diego puso lo mejor de sí: tenacidad y concentración. frustró con un doble bogey en el hoyo 16 que lo alejó de la chance de atrapar la corona. Debido a ese tropiezo terminó haciendo 79, con lo que totalizó 226 golpes. Creo que cometí ese error por el hecho de que no pude mantener la concentración a lo largo de las tres vueltas. En aquel hoyo me quedó una pelota injugable, y después, con el doble bogey, se me hizo muy difícil darle alcance a Sebastián. A partir de allí se me escapó definitivamente por más que intentara especular con algún error de él, comentó Hermida. Con tres golpes de ventaja al tee del último hoyo, el cierre del ganador resultó muy placentero: su drive aterrizó en las puertas del green y luego ejecutó un putter para águila que no entró por muy poco. Con la pelota dada, le restó embocar para finalizar con un birdie. La misión estaba cumplida: completó 76 en el tercer trayecto y acumuló un total de 222. Según Prado, la clave del éxito en la J u á rez Celman se basó en el control de su juego. Si bien no logré scores muy bajos, pude manejar la pelota. Metí algunos p u t t s i m p o rtantes y norm a l m e n- te acerté los f a i rw a y s. Así allané la victoria. De todas maneras, el campeón hizo una salvedad: Cuando jugás con alguien con quien tenés una muy buena relación, preferís ganarle en la cancha haciendo b i rd i e s y no apro v e c h a n- do un doble b o g e y que te permita sacar más distancias. El venía rindiendo bien, hasta que realizó mal aquel a p - p ro a c h en el 16. Los elogios también vinieron de p a rte de Hermida: Fue muy agradable jugar con Sebastián, que en la cancha se mueve muy suelto, como si no le importara nada. Se siente muy cómodo con el p u t t e r y nunca se enoja R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

18 golf Una dupla con buena onda f rente a eventuales erro res. La re l a- ción entre ellos viene de larga data: Lo conozco desde que él tenía 5 años. Tenemos fotos juntos en La Cumbre, C ó rdoba. Fue un placer haber perd i d o con el hijo de un amigo mío, como lo es Miguel Ángel Prado. Los Campeonatos Argentinos de Aficionados de 1979, 1980 y 1984, sumados a los Nacionales por Golpes de 1976, Torneo Oficial Gran Premio Dr. M. Juarez Celman 54 hoyos por golpes, Viernes 24, sábado 25 y domingo 26 de noviembre de 2006 Categoría scratch Ganadores: 1 Sebastián Prado = Diego Hermida (6) = 226 Ultimos 18 hoyos Sebastián Prado = 76 Categoría 0 a 9 Ganadores: 1 Diego Hermida = Alberto Becerra (h) (6) = 213 Ganador veteranos Diego Hermida = 208 Ultimos 18 hoyos Alberto Becerra (h) = 70 Categoría 10 a 12 Ganadores 1 Bonadeo Martín (11) =216 2 White Francisco (12) =216 Ganador veteranos White Francisco =216 Ultimos 18 hoyos Lanusse Guillermo (12) = 72 Categoría 13 a 17 Ganadores: 1 Luis Minvielle (h) (17) = 213 (17) 2 Felipe Collazo (13) = 218 Ganador veteranos Carlos R. Castro Cranwell (15) = 218 Ultimos 18 hoyos Luis Minvielle (h) = 67 Categoría 18 a 24 Ganadores 1 Ricardo A. Beguerie (24) = Luis C. Mariscotti (18) = 215 (18) Ganador veteranos Luis Mariscotti = 215 Ultimos 18 hoyos Ricardo A. Beguerie = 71 Categoría 25 a 36 Ganadores 1 Francisco M. Gebhardt (26) = Felipe Marino Anchorena (26) = 209 Ganador veteranos Juan J. Ham (25) = 214 Ultimos 18 hoyos Francisco M. Gebhart = y 1993 fueron algunos de los muchos títulos conseguidos por Miguel Ángel a lo largo de su carrera. Provengo de una familia de golfistas acota Sebastián y mi padre fue quien me enseñó a jugar en el San Isidro Golf Club. Es mi referente ineludible. Así, después de dos participaciones en la Juárez Celman, la tercera fue la vencida para Sebastián Prado, que empezó a jugar en el Jockey Club en Aquí tengo amigos de entre 20 y 40 años de edad. Siempre es muy agradable compartir momentos en un campo con ellos. Intervino varias veces en el Campeonato del Club, pero aún no pudo atesorar esa copa para las vitrinas. Sí ganó en el del Buenos Aires y en el de San Isidro, por lo que ahora busca atrapar la Triple Corona: En el Jockey no es fácil, es el más competitivo de los tres, aseguró. Fuera de la categoría scratch, como se apuntó, la 0-9 quedó en manos de Hermida, que superó a Alberto Becerra por 5 golpes, con un total de 208. En la de 10 a 12 triunfó Martín Bonadeo, que aventajó a Francisco White después de emplear 216. En la de festejó Luis Minvielle (h), luego de un acumulado de 213 impactos, cinco menos que Felipe Collazo. Ricardo A. Beguerie se impuso en la de 18-24, en la que marcó 215 y postergó a Luis Mariscotti. Y Francisco M. Gebhardt, con 196, triunfó en la de adelantádose a Felipe Marino Anchorena (209). Gastón Saiz R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

19 golf Cecilia Palacio y el protagonismo femenino Más que un juego de damas E l tiempo re t rocede a 1942 y en el centro de la escena aparece el antiguo Club House, h e redado con la adquisición de los terrenos arrendados por el Golf Club San Isidro. Allí, en esa cálida y acogedora casita, tomaba vida el golf del Jockey Club. Por entonces ya estaban en funcionamiento las canchas Azul y Colorada diseñadas por Allister Mackenzie, aunque los jugadores no eran más de cincuenta, según re c u e rda Cecilia Palacio, de 77 años y una de las golfistas aficionadas más emblemáticas del Club. La cancha estaba vacía, no había necesidad de sacar horarios. Decíamos: vamos que hace tiempo salió fulanito, y entonces salíamos a jugar. Además, aquella casa nos quedaba enorme porque éramos siempre los mismos, apenas cinco familias. Jugábamos a las cartas alre d e- dor de la chimenea, con cuatro o cinco mesas, y a la noche nos quedábamos a comer en el bar, comenta con nostalgia. E x i s t i e ron varias re f e rentes, pero Palacio es una de las mujeres que puede retratar una pintura perfecta de lo que significó el golf femenino en el Jockey Club a lo largo de su historia. Era una época con un altísimo nivel de jugadoras. Tenías a Adriana Cabanne, Lily Labourdette, Margarita Mackinlay de Maglione, chicas de una enorme calidad que normalmente representaban a los distintos equipos argentinos. El primer contacto de Palacio con el golf se produjo cuando ella tenía 12 años, con Jorge Zúñiga como maestro. Al poco tiempo sacó provecho de las enseñanzas de Martín Pose, su segundo pro f e s o r. Era un excelente profesional, tenía el swing más perfecto que conocí. Busqué copiar ese movimiento e intentar hacer todo lo que me decía. Con él ganamos el campeonato de aficionadas y pro f e s i o n a l e s. Al compás de su aprendizaje con los hierros, Cecilia contempló de cerca la c o n s t rucción del nuevo Club House, A lo largo de la historia, el Jockey siempre contó con una decisiva presencia femenina en los campeonatos nacionales e internacionales para aficionadas. Cecilia Palacio, protagonista ineludible, re c u e rda aquellos tiempos de éxitos y grandes experiencias Antes y después, siempre como protagonista de éxitos. impulsada por el arquitecto Guillermo Madero. Yo todavía era bastante chica como para divertirme mientras se construía la nueva casa. Pertenecía a la generación de Jorge Ledesma, Alfre d o Vercelli y Jorge Ocampo. Sus papás eran íntimos de los míos, así que jugábamos muy seguido y siempre nos quedábamos a comer. Salían dos hombres y dos mujeres, las salidas se mezclaban todo el tiempo, no estaba establecido que jugaran sólo las mujeres ni tampoco había divisiones en el bar. Compartíamos juntos y hacíamos partidos entre nosotros, incluso los matrimonios jugaban a la par; no había prioridades. Alcanzaron tal crecimiento golfístico las mujeres del Jockey Club que la mayoría se destacó puertas afuera, a nivel nacional y sudamericano. Valga un rápido repaso de la trayectoria de algunas de ellas como para tomar una dimensión de su valía deportiva. Margarita Mackinlay de Maglione, por ejemplo, se impuso 7 veces en el Campeonato Argentino de Damas de la AAG y triunfó en 57 ocasiones en los Campeonatos Internos de diferentes clubes (8 de ellos en el Jockey Club). Además, festejó en dos oportunidades en el Abierto de Brasil (en San Pablo) y una en el de Uruguay. No se quedó atrás María Julia Caserta, que consiguió la faena de cinco Argentinos y 8 Campeonatos del Club R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

20 Lily Labourdette, reconocida como una gran jugadora de match, conquistó en una ocasión el Campeonato Argentino de Damas y cinco veces el del Jockey Club. Marta Sáenz Valiente se adjudicó un Argentino de Damas (1966), la Copa Fay Crocker (1966) y el interno del Jockey Club (1968), mientras que Cristina Brandes de Molinari alzó dos copas del Argentino y tres campeonatos del Club. Excepto Labourdette, el resto logró en n u m e rosas ocasiones el título de la Copa Los Andes, el certamen para aficionadas por equipos más prestigioso de América del Sur y sobre el que se ponían mayore s expectativas en el calendario. Y en este ru b ro sobresale Cecilia Palacio, máxima ganadora con 10 conquistas, cuyos trofeos reposan orgullosos en una de las vitrinas de su living. Son las copas que más valoro, además de mis cuatro victorias en el Campeonato del Jockey. Era tal el protagonismo del Jockey Club en las Copas Los Andes que se llegaron a formar equipos completos con re p re s e n t a n- tes de la institución. Siguiendo en el plano intern a c i o n a l, la participación más importante no tanto por el resultado final, sino por la relevancia del acontecimiento se dio en el Mundial de París para aficionadas, Copa Espíritu Santo, que se disputó en 1964 en Saint Germaine. A Palacio y Maglione les tocó defender allí los colore s de la Argentina, en compañía de Adelina de Rodríguez, que no era del Jockey pero que se ganó el derecho por su ubicación en el ránking argentino. En ese Torneos En 1939 el Jockey Club incluyó en sus programas anuales de golf la Copa San Isidro, un torneo abierto para damas. El certamen se constituyó en un hito, ya que era el único torneo para damas a 72 hoyos en la modalidad medal play que se realizaba en el país. En la actualidad, los torneos internos más importantes durante el 2006, tuvieron los siguientes resultados: Campeonato del Club Copa Carlos Pellegrini Clasificación a 36 hoyos medal play - Final a 36 hoyos match play Ganadora: Barbosa Lucila 3/2 Finalista: Azzi Susana Copa Felix de Alzaga Unzue Clasificación a 36 hoyos medal play Final a 18 hoyos match play Categoria 0-18: Ganadora: Fernandez Madero Stella 1up Finalista: Freyre Patricia Categoria 19-36: Ganadora: Bomchil Ana 2up Finalista: Gassiebayle Maria E. c e rtamen había gente de todo el planeta. Me impactó mucho el hecho de haber actuado en mi primer Mundial y estar mano a mano con las mejores. Muchas se hicieron profesionales tras aquel torneo. A mí nunca me interesó ganarme la vida con el golf, porque es una vida muy difícil. Yo no fui una jugadora de hacer cinco bajo el par, cuenta Palacio. Por entonces, el dominio de las chicas del Club era elocuente en todos los fre n- tes, con el agregado de que se consagraron ocho veces seguidas en el Campeonato Nacional de Interclubes de Primera División. Con los años, debido al surg i- miento de nuevos clubes y canchas en Buenos Aires y en el interior del país, el abanico de jugadoras se diversificó y ya no hubo semejante presencia del Jockey en los grandes torneos de aficionadas. Más allá de su continua participación en torneos de distinta índole con el escudo del Jockey, Palacio emprendió además distintas iniciativas vinculadas con el golf. Fue una de las mentoras, por ejemplo, de una asociación de veteranas que sirvió como puntapié para formar parte del circuito de Damas Seniors por América del Sur. El objetivo principal consistió en mantener el vínculo con las amistades cosechadas a lo largo de la Copa Los Andes. También creó la Asociación de Ayuda al Caddie dentro del Jockey Club y fue capitana de golf durante varios años, además de conducir a las menores. Actualmente, la actividad golfística de las mujeres en el Jockey toma impulso los martes y los miércoles, con unas 70 jugadoras que actúan en cada Copa entre m a rzo y diciembre. Juegan unas 180 en total, guiadas por la capitana María Regina Firpo de Cordeu. El Club participa en la primera del To rneo Nacional Interc l u b S e n i o r, en la segunda división del Campeonato Argentino de Interclubes y en I n t e rclubes de Te rc e r a. G. S. Espacio de publicidad R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 2 5

21 golf P remios Golf El Presidente de la Comisión del Interior, Dr. Diego N. Quirno y la Comisión de Golf, en la entrega de premios de la temporada 2006 (foto 1). Entre otros, recibieron sus premios: Julio Sánchez Sorondo (h) (foto 2), Luis Minvielle (foto 3), Felipe Collazo (foto 4), Hernán Cruz Dubourg (foto 5) y Santiago Oromí (foto 6). Espacio de publicidad R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

22 Polo perfiles Heriberto Duggan, un gentleman... rider Notable criador, gran jugador, múltiple dire c t i v o del club y hasta jockey aficionado, Pepe vivió 85 años vinculado con los caballos, con gusto y f e rv o r. Cinco veces resultó campeón arg e n t i n o en Palermo por El Trébol y fue considerado el mejor jinete y el primer estratego del polo. To d o un caballero del deporte, a los 58 años cumplió un sueño de su vida: correr en Inglaterr a. C on una mano en el corazón, estimado socio, re s- ponda: sería usted capaz de prepararse cinco meses para algo que durará dos minutos y medio? Rara vez, no? Lo realizan grandes atletas, sí, pero hasta cierta edad, no casi a los 60 años. Tendría que tratarse de algo muy importante, o único. A menos de un mes de cumplir 59 lo hizo Heriberto Duggan. Fue en el año Y la cuestión conllevaba incluso, cierto riesgo físico. Pero la pasión, la fruición de este hombre por los caballos y el deporte, era irresistible. Y por eso corrió en el renombrado hipódromo de Epsom, Inglaterra, una carrera de pur a s a n g res re s e rvada a jockeys amateurs, o gentleman riders. Con unos 70 kilos, nada menos, y entre 13 adversarios. Para colmo, el ejemplar que le habían prometido quedó indisponible sobre la fecha; de apuro consiguió una yegua millera, Rag, para cubrir un 50% más de su distancia habitual... Era el 27 de agosto. Duggan y la imp rovisada fondista se mantuvieron en la Heriberto Duggan v a n g u a rdia aún ingresados a la última recta de los 2400 metros, pero la noble hembra no resistió y el 8º puesto final no fue tan mal resultado. Al piloto arg e n t i n o le ofre c i e ron actuar al año siguiente en la misma prueba, pero con un caballo como para ganar ; sin embargo, Herib e rto, satisfecho y sensato, re s p o n d i ó : gracias, amigo, por su distinción. Pero he cumplido mi sueño. Ya puedo morir tranquilo. Corrí en Epsom!. Tal su fanatismo, bien entendido, por la hípica. A esa altura de su vida, Pepe un apodo mucho más vinculado con su criolla tierra nativa que con su prosapia irlandesa era Secretario de la Comisión de Carreras del club (del 71 al 75), que por esos años administraba los hipódromos de Palermo y, naturalmente, San Isidro. La inauguración del hospital veterinario en este último, la construcción de 345 boxes y la instauración del centro de cómputos en aquél, y el marco legal para la importación de totalizadores automáticos constituyeron los avances más significativos de la Comisión, de la que Duggan había sido vocal varios años ( 58, 59, 62-64). Era un hombre de turf; está claro. Como que R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

23 era un hombre del Jockey Club, de cuya Comisión de Interior fue repetidamente vocal ( 60, 86 y 87). Y era, también, un hombre del polo. Fundamentalmente por esa actividad trascendió. Y vaya si con méritos: se adjudicó cinco veces el Campeonato Arg e n- tino Abierto (1939 al 43), obtuvo el Equipo de El Trebol en 1940: de izquierda a derecha: Carlos Menditeguy (8), Heriberto Duggan (9), Julio Menditeguy (8) y Luis J. Duggan (8) A b i e rto de Hurlingham, alzó la copa Cámara de Diputados y también la República Argentina. Su nombre quedó ligado indisolublemente a dos palabras que suenan fuertes en la historia del polo nacional: El Trébol, denominación del club que sostuvo con Venado Tu e rto el primer gran clásico del país. Nacido en el año 1915, Pepe corría cuadreras a los 12 en Capitán Sarmiento, acicateado por Juan Tomás, su padre y marido de Margarita Ham. De los 11 hijos, siete eran varones, y sólo uno, el mayor médico, no se dedicó al polo. Heriberto, el anteúltimo vástago, empezó en el polo a los 14. A mediados de la década del treinta, jugaba por San José, la estancia familiar, para la cual conquistó la copa República. En el 37 llegó a ocupar la tapa de la prestigiosa revista El Gráfico. Y a fines de la década ya actuaba por El Trébol, con cuya camiseta ganó por primera ocasión el Argentino Abierto, con sus hermanos Luis y Enrique y con Manuel Paisano Andrada, campeón olímpico en Berlín 36. En aquel año, 1939, actuó como Nº 2. P e ro al siguiente ya ocupó el puesto con el que se identificó a lo largo del tiempo: el de 3, con tanta fidelidad a la función que sería considerado el primer estratego del polo. Se dice que hasta planeaba los partidos usando ocho naipes, uno por cada protagonista. Y gozó otra distinción intangible: ser catalogado como el mejor jinete de esta disciplina. Ya eran tiempos de enfre n t a m i e n t o s con Venado Tu e rto. Ambos estaban compuestos por dos parientes de origen irlandés y dos hermanos de ascendencia vasca. Los Duggan, Luis y Heriberto, se habían unido otra vez con los Menditeguy, Carlos y Julio; a los primos Cavanagh, Juan y Rob e rto, se habían anexado los herm a n o s A l b e rdi, Enrique y Juan Carlos, que eran oriundos de Coronel Suárez pero acudieron a los santafecinos para hacer frente a los de Capitán Sarmiento. Porque la rivalidad de los Alberdi con aquéllos era pre e- xistente al duelo que pasó a la historia. E n t re las diferencias se encontraba el estilo. El Trébol practicaba un juego rápido y de habilidad, más vistoso que el fuerte y simple de Venado Tu e rto. Pero no necesariamente más eficaz: en definiciones de Palermo quedaron a mano, dos a dos. A tal punto fue trascendente el clásico que lo presenciaban aficionados al deporte en general y no sólo al polo, y hasta había figuritas de los ocho jugadore s. A l b e rto Pedro Heguy comparó al choque con el superclásico del fútbol: por aquello de los estilos: El Trébol era como R i v e r, y Venado Tu e rto, como Boca. La identificación del conjunto de Capitán S a rmiento iba incluso más allá: sus integrantes mantenían cierta afinidad con La Máquina, la re c o rdada delantera millonaria de los cuarenta, con la que a veces c o m p a rtían salidas hasta tarde. Una vez, tras una partida de pase inglés, José Manuel Moreno prometió a los polistas dedicarles un gol. El Charro durmió poco, p e ro cumplió: anotó un tanto y lo ofre c i ó a la platea donde estaban los jugadore s de El Trébol. Hay quien afirma que la banda diagonal de la camiseta de ese equipo de polo obedece a esa amistad... El 42 constituyó, tal vez, el mejor año de La Máquina. Con seguridad lo fue para Heriberto Duggan, declarado mejor polista de la temporada, aunque no ascendido a 10 goles de valorización. Y justo cuando, ya con 9, parecía muy bien enfilado a conseguirlos, en el 44 no pudo ser parte de la final del Argentino Abiert o se lo impidió un forúnculo, y lo suplió un viejo conocido, El Paisano Andrada, que no logró evitar una categórica derrota ante Venado Tu e rto. Era el fin de la seguidilla conquistadora en Palermo para el cuarteto de Luis Duggan, Julio Mendit e g u y, Heriberto Duggan y Charly Menditeguy; era el principio de la de Juan y Rob e rto Cavanagh y Enrique y Juan Carlos A l b e rdi, alineación campeona ese día y en los años 46 al 48, 50 y 55. La anteúltima de esas veces, con una de las derrotas más difíciles de absorber El Tr é b o l R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 2 9

24 Polo perfiles En el Hipódromo Argentino como gentlemanrider se imponía por 9-4 en el quinto chukker, fue la última para Pepe Duggan, que a sus escasos 35 años decidió re t i r a r- se del alto handicap. El polo de primera es muy tirante, muy cansador y muy costoso. Entonces me pareció que ya había tenido bastantes satisfacciones y decidí seguir jugando en otro nivel, justificó. E n t re las bastantes satisfacciones no quedó aquella de los 10 tantos. Care n c i a que compartió con otro protagonista del clásico, Juan Cavanagh, campeón arg e n- tino en siete ocasiones murió el 2 de f e b re ro de este año, y con Andrada, seis veces coronado en Palermo con cinco conjuntos diferentes más la citada de Berlín. Una situación tan llamativa como impensable para estos días. Venado Tu e rto era un equipo fuert e, d u ro, un poco más lento que nosotros. El día en que estábamos bien, el partido era n u e s t ro, y cuando ellos estaban bien, era para ellos. Eso sí: El Trébol tenía que estar muy bien montado porque nuestro juego estaba basado, fundamentalmente, en la combinación. Si la caballada no re s p o n d í a, el resultado era incierto, opinó Heribert o. La rivalidad con ellos era solamente dent ro de la cancha. Con los Cavanagh somos medio parientes lejanos y los Alberdi eran tipos macanudos y simpatiquísimos. Eso no quitaba que, llegado el momento de tirar la bocha, no quisiéramos ganar. Cre o que la presencia de esos dos equipos le hizo bien al polo, como después la de Coronel Suárez y Santa Ana, y posteriorm e n t e la de los dos Chapaleufú, agre g ó. El polo, además de su familia, era todo en la vida para él. Era su pasión, lo describió, una vez fallecido, su hija Clara, h e rmana de Carolina. Ambas conform a- ron la única descendencia de Duggan, que se casó con Agustina Uriburu en abril del 44 en la porteña parroquia de Nuestra Señora de la Merced. Entre ambas chicas le dieron seis nietos. En realidad, la afirmación de Clara no se ajustaba enteramente a los hechos. El polo era una pasión, pero no todo en su padre: se ocupó de la producción agrícola en sus campos b o n a e renses y los cordobeses de Adela María, cercanos a Río Cuarto; ejerció como abogado, ocupándose de derecho de familia; entre el 49 y el 52 se desempeñó como vocal en la Asociación Argentina de Polo (A. A. P.), durante la presidencia de su en la cancha archirival Quito Alberd i. Actuó en el exterior (Estados Unidos, I n g l a t e rra, Brasil, México, Perú, Chile, Colombia y Cuba) y fue, además, un gran c r i a d o r. La producción familiar se basó en Morfeo, en su momento el padrillo n ú m e ro 1 del polo argentino, y abasteció mucho, ventas mediante, a los Mendite R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

25 Polo perfiles Pepe Duggan se lució como un gran estratego. g u y. El mejor jugador? Es difícil decirlo. He visto tantos... pero diría que Carlos Menditeguy y Juan Carlos Harriott [h.] f u e ron los que más me impactaron, cada uno con su estilo, mencionó quien en sus últimos años era atraído por Indios Chapaleufú y por Adolfo Cambiaso. En cuanto a los caballos, la elección es más fácil: no es porque haya sido de nuestra cría, pero Pady, que después fue comprado por Carlos Menditeguy, era fabuloso. Tal vez, el mejor caballo que he visto en mi vida, juzgó quien, quizás, tuvo en Bélgica a su yegua más famosa. Era una muy buena persona, tanto él como todos los Duggan. n caballero dent ro y fuera de la cancha. No tenía una muy buena pegada, pero movía los hilos en la cancha. Manejaba los tiempos, sin gritar ni hablar. Y atrás tenía una barrera, Charly [Menditeguy], ponderó Rob e rto Cavanagh al enterarse de su deceso, ocurrido el 21 de febre ro del Rob e rto, otro triunfador con los colores argentinos en Berlín 36, moriría el 14 de s e p t i e m b re del 2002, la jornada en que la A. A. P. cumplió 80 años. La misma fecha, 14 de septiembre, en la que había nacido Duggan. Un día marcado a fuego en la historia del polo nacional. Elogiosas definiciones, como señor y caballero, acompañaron a Pepe hasta su muerte a los 85 años, e incluso después. Lógico. Heriberto Duggan, un apasionado por los caballos, era todo un gentleman. Un gentleman rider. Xavier Prieto Astigarr a g a Espacio de publicidad R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

26 campo de deportes Inicio de actividades y entrega de premios A todo deport e Con el inicio del calendario deportivo, se ponen en marcha muchas actividades y torneos que d e s p i e rtan el entusiasmo general. Arriba der.: Equipo de Zaragoza con su capitán Pablo Tau An - zoátegui. Abajo.: Chicos de la escuelita y su cuerpo técnico. Centro: Marcos Roca y miembros de la comisión del Campo de Deportes, en la entrega de premios. Abajo: Capitanes de la ca - tegoría menores: de izquierda a derecha Federico Moyano Crespo, Enrique Gassiebayle, Armando Besada, Cacho Cas - sinelli, Pablo de las Carreras, Javier Patrón, Eduardo Arias Sau - ze y Mariano Bengolea. futbol E n el mes de abril se iniciaro n los campeonatos de fútbol para todas las edades. Tr a n s c u- rrido el receso de Semana Santa y ya sembrados todos los campos de juego para que estén en las mejore s condiciones durante el año, numero s o s equipos nuevos con ganas renovadas por practicar este deporte se aprestan a disputar los respectivos torneos denominados Otoño, en las categorías de Ve t e r a- nos Seniors y Veteranos. Mas de veinte equipos Juveniles jugarán un campeonato sin duda apasionante. En la categoría M a y o res y en la de Juveniles, donde participan los hijos de socios e invitados, se a d v e rtirá una vez más el incremento en el número de equipos inscriptos. Divididos en zonas A y B, con ascensos y descensos como en ocasiones anteriores los ganadores en la división A jugarán la copa de Campeones Carlos Casal. Recientemente, en la sede de Alvear se llevó a cabo la entrega de premios de Juveniles 2006, encuentro que sirv i ó también para medir el interés y entusiasmo de los jugadores ante la pre s e n t a c i ó n y comienzo del torneo Otoño de este año. Te rminada la inscripción de jugadores para las restantes categorías de fútbol M e n o res, también se desarrollan los campeonatos correspondientes, como así también se inició la actividad de la escuelita de fútbol para niños de 4 a 7 años. En la sede, se distinguió a los socios que, como coord i n a d o res y capitanes, col a b o r a ron el año pasado en el fútbol de M e n o res, y también se les agradeció su labor y se les renovo el re c o n o c i m i e n t o por ofrecerse a hacerlo en el Se encuentra en curso la organización de los ya tradicionales encuentros de seleccionados de algunas categorías de fútbol con otros clubes, que también incluirá partidos de fútbol femenino. Como ya es habitual, los jugadores, capitanes, etc. podrán informarse en la página de Internet del Campo de Deportes sobre resultados de las fechas de las distintas categorías, tablas de posiciones, goleadores, expulsados, sanciones y otras novedades y datos de interés sobre los campeonatos de fútbol y demás actividades del campus. R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 3 3

27 campo de deportes tenis Se entre g a ron los premios 2006 en las categoría de Mayores y M e n o res en los que part i c i p a- ron con gran entusiasmo y como todos los años, padres e hijos. Algunos de esos momentos, quedaron re f l e- jados en las fotos que siguen. Derecha: Diego N. Quirno y el Capitán de tenis Sebastián Berro Madero. Abajo: Santiago Martel y Nicolas García Mansilla. Centro: Sara Soler y Agustina de Maschwitz. Derecha: Juan Va l e n - zuela, Iván Posse Molina y Guillermo White (h) bendición de las aguas El 11 de noviembre de 2006, en un espléndido día de primavera, se inaguro la temporada estival del Campo de Deportes. Al acto asistieron nuestro Pre s i d e n t e, don Bruno Quintana, los integrantes de la Comisión del Interior y numerosos socios, que pre s e n c i a ron la tradicional y emotiva ceremonia de la bendición de las aguas de la pileta del Club, que estuvo a cargo del P. Jorge Blanc. Posteriormente se agasajo a los presentes, brindando por el éxito de la temporada R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

28 Postales de una noche innolvidable. fiesta de fin de año 2006 Fantástica, divert i d í s i m a, re-buena... Estos fueron algunos de los calificativos con los que los asistentes alabaron la organización de la fiesta de fin de año que se realizó en el Campo de Deportes el 1 de diciembre de Cabe destacar que, año tras año, el p restigio de este evento se incre m e n t a gracias al esfuerzo y la dedicación puesto de manifiesto por los miembros de la Comisión del Interior y los distintos delegados. Como resultado de esa gestión, en la última fiesta se pudo disfrutar con la presencia del conjunto musical The Beats. Una excelente organización, buena comida y la alegría del baile: todo contribuyó para el éxito de la re u n i ó n, que se prolongó animadamente hasta el amanecer. R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 3 5

29 sede social socios Natación B r a z a d a sq u es a l p i c a n El grupo que surgió en la pileta del club y que con mucho entusiasmo llegó a participar con éxito en el Mundial de Stanford en 2006, ahora se plantea nuevas metas. E l nacimiento de este grupo se remonta a noviembre de 2004, cuando el profesor de natación de la mañana, Diego Tricárico, convocó a dos socios para i n t e rvenir en una prueba de aguas abiertas (1,5 km) en el río Areco. La experiencia ofreció un saldo tan positivo que entusiasmó a otros que acostumbraban a nadar en la pileta de la sede y así se consolidó el grupo. Los pioneros fueron Alej a n d ro Freeland, Carlos Morgan, Mart í n H u e rgo, Juan Pablo Dithurbide, Cristián S i c a rdi, Owen Tossounian, Matías de Cristóbal, Pepe Bosch y Amadeo Quiro g a, quienes aumentaron el ritmo de los ent renamientos y pasaron a competir tanto en el río Paraná como en la pileta. A partir de allí, el impulso no cesó. Ese grupo se federó y aparecieron los primeros éxitos en el Metropolitano y en el torneo de clubes. A fines de 2005 llegó la noticia de la gran cita mundial que se realizaría en agosto de 2006: el Master en Stanford, California. Decididos a realizar una enorme apuesta con miras a ese certamen, se redoblaron las horas de trabajo y comenzaron a nadar dos horas diarias, entre 4 y 5 kilómetros. Para perfeccionar la práctica, el escenario de entrenamiento se trasladó al Cenard, en donde los mejores exponentes de la Argentina como José Meolans, Georgina Bardach, Damián Blaum y Pilar Geijo buscan bajar los tiempos. Tras conseguir varios podios en el Argentino de pileta corta en Paraná, por fin se abrió el telón para el Master d e S t a n f o rd, un universo de la natación que reunió a 8000 competidores de todo el mundo; entre ellos, 10 argentinos y 6 de este grupo. La satisfacción surgió espontánea por la muy buena actuación general y, part i c u l a rmente, por la gran faena de Morgan, que en varias pruebas concluyó entre los 40 mejores del mundo. De izquierda a derecha Carlos Morgan, Amadeo Quiroga, José Bosch, Cristián Sicardi, Alejandro Freeland, Diego Tricarico (Profesor) y Juan Pablo Dithurbide. P e ro la aventura no finalizó en Calif o rnia. En octubre pasado se disputó el A rgentino de Pileta larga, en Mar del Plata, y Morgan descolló al consagrarse mon a rca argentino de su categoría en 50 m e t ros libre. Ni más ni menos que el primer campeón del club. En tanto, Fre e- land finalizó 3º en 100 metros mariposa. Ahora transcurren tiempos de expansión. El grupo se agranda y ya se van animando los hermanos Fabiani, Pablito Silvani, Eduardo Cavanagh, Marcelo Sánchez Zinny, junto con otros que ya tienen o pronto se pondrán la camiseta: Julito Méndez, Patricio Feune de Colombi, Javier Martínez Bo, Nico Carlisle, Mart í n Massera, Miguel O'Farrell, Juan Seeber y F e rnando Ketlehorn. El respaldo de la natación es total por estos días, ya que el Club decidió federarse. Ahora, el objetivo principal será re p resentar al Jockey en el Mundial de P e rth, Australia, en abril de Claro que antes habrá otros compromisos, como el Nacional de piletas corta y larga, el Sudamericano de Venezuela y los Metropolitanos, vitales para seguir cre c i e n d o. Gastón Saiz R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

30 sede social Esgrima Los Pirán: tres generaciones de esgrimistas De izq. a der: Juan Antonio, Juan Daniel, Tomás y Santiago Pirán, en la Sala de Armas del Club Una pasión que se re n u e v a El tradicional deporte de las armas reúne en sus pedanas a un abuelo, su hijo y sus nietos. El incondicional amor a esta disciplina, se transmite de padres a hijos y tiene como escenario la Sala de Armas del Jockey. C on la punta de su espada en línea, Juan Antonio Pirán se mueve a los 86 años sobre la pedana de la Sala de Armas. Sus amigos Dicky Solá, Luis Camps, Eduardo Bayley Bustamante, y Armando Romat son también sus adversarios en cuanto a esgrima, y pueden ver en su estilo la personalidad de este hombre que desde su juventud en el Uruguay, aprendió las técnicas del arte y la caballerosidad que corresponde al juego de combatir con armas. Hoy en día, en la sala de esgrima del club, Juan Antonio Pirán no ostenta ningún cargo. Sin embargo es toda una autoridad, un referente de última instancia cuando los asuntos urgentes requieren de su buen criterio, el mismo que puso en juego cuando llevó adelante la Peña de Armas, institución desde la cual a partir del año 1951 apoyó al Jockey Club y a sus directivos en aquellos difíciles momentos de la vida de la entidad. El Viejo Pirán, como cariñosamente se lo conoce en el club, tomó sus primeras lecciones en el Círculo de Armas de Montevideo. Desde ese entonces, su larga carrera deportiva le deparó numerosos triunfos y varios títulos nacionales uruguayos en las armas de f l o rete, espada y sable, pasándose a la espada definitivamente cuando se inventó el aparato eléctrico para el cont rol de los golpes. Descendiente de una larga dinastía de militares, que se inicia con su tatarabuelo Antonio Pirán, cabildante en Buenos Aires en la época de la colonia y defensor de la ciudad en la segunda invasión inglesa, sigue con su bisabuelo el general José María Pirán quién combatió en la batalla de Caseros contra Rosas. Su afición por la esgrima y la de su hijo y nietos pueden entenderse claramente cuando cuenta con emoción que su abuelo, de nombre Juan Antonio y también general, era instructor de caballería en la academia militar y enseñaba personalmente a sus tropas la esgrima de sable y lanza a caballo, tan necesaria en esa época en la caballería. Desde esa remota época afloran las otras pasiones familiares: el campo y los caballos, actividades con las que Pirán ha estado tradicionalmente ligado, Juan Antonio fue presidente de la Sociedad Rural Argentina, y también lo fue de Confederaciones Rurales Argentinas, siendo la única persona que ha presidido ambas instituciones. Su hijo Juan Daniel, hoy retirado de las pedanas, a quien el Maestro Naón apodaba cariñosamente El oso, tiene entre sus logros el haber sido campeón sudamericano juvenil de espada, tres veces campeón nacional de espada en la categoría mayores en los años 79, 80 y 82, el haber participado en los Juegos Olímpicos de Montreal 76, el haber ganado la medalla de bronce en la especialidad de espada por equipos en los Juegos Panamericanos de Puerto Rico R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

31 79 y, por sobre todo, el recuerdo de sus compañeros de armas de haber sido un excelente deportista tanto en su conducta como en su relación con los demás; conocido por su generosidad y de carácter afable y llano, el oso nunca se negaba a brindar una mano a quienes lo necesitaran. A Juan Daniel, como no podía ser de otra manera, lo siguen, en sus afanes esgrimísticos, sus dos hijos varo n e s : Juan Tomás de 19 años y Juan Santiago de 18, quienes a los 11 y 10 años respectivamente comenzaron a hacer sus primeros pasos de la mano del Maestro Gustavo Ducuing. A partir de allí se completa la tercera generación de campeones de esgrima, ya que ambos obtuvieron importantes logros desde sus comienzos hasta hoy. Comenzaron ambos y triunfos de importancia, como el que obtuvo en Chile en el año 2003 en el Sudamericano de Cadetes consagrándose Campeón Sudamericano, o el de Campeón Sudamericano Juvenil de florete por equipos, obtenido en Lima en el Actualmente estudia su t e rcer año de universidad en la carrera de administración y practica esgrima como forma de re c reación en algún alto en sus estudios. La esperanza de su re g reso a las pistas está siempre latente en sus maestros actuales J. Barbosa y José Casanova, quienes no se resignan y esperan de él todavía muchos triunfos más. Juan Santiago estudia agronomía en la UBA y reparte su tiempo entre el estudio, la esgrima y el campo. Solidario con sus compañeros de sala, afable y de con buen estado al Panamericano de Cadetes y Juveniles que se realizará a fines del mes de abril en nuestro país. Los Pirán son una dinastía de esgrimistas por donde fluye sangre que antaño fue probada en batallas y más tarde en justas deportivas: esos bellos combates sin heridos ni muertos. Algunas tardes Juan Antonio recorre las dos cuadras que lo separan del club y llega temprano a la sala para mirar los entrenamientos y reconocer, entre tantos bajo sus máscaras, a sus dos nietos, sorprendiéndose de su estilo y, secretamente orgulloso, sentirse a gusto con lo hecho por sus descendientes. Cuando se entrecruzan los ruidos de las espadas de estas tres generaciones en la misma sala de esgrima, es un evento en si mismo. Vale la pena ver al en florete, pero privó el buen criterio del maestro Ducuing y, para impedir las discrepancias familiares, se decidieron por practicar armas diferentes: el florete para Tomás y el sable para Santiago. Ellos forman parte actualmente de la camada mas fuerte competitivamente que posee el Jockey Club y, junto a Marcelo Méndez (h) y Ricardo Bustamante (h), se destacan en los escenarios de la esgrima nacional e internacional. Juan Tomás es callado y serio y sabe poner cara de póquer cuando algún fallo del árbitro no lo favorece. Su carácter sanguíneo a veces lo ha traicionado en la pista, aunque también ha sido el motor de excelentes levantadas buen carácter, de mirada franca y a b i e rta, se parece físicamente a su abuelo Juan Antonio, de quien heredó también el gusto por los caballos y el campo, donde se retira ni bien puede para ayudar a su padre o disfrutar de la naturaleza. Entre sus logros deportivos más destacables se deben mencionar el triunfo en el Campeonato Sudamericano Juvenil de Sucre 2005, cuando en la especialidad de sable por equipos vencieron al muy fuerte seleccionado de Venezuela y su segundo puesto en el actual ranking argentino de sable juvenil. Actualmente se prepara con intensidad con su maestro José Casanova y con el equipo nacional de sable, a fin de llegar abuelo cambiándose lentamente con el leit motiv de tirar unos golpes de espada con sus amigos y después tomarse un coloradito en el vestuario; observar al nieto en pantalones cortos entrenarse y darle un consejo al abuelo y descubrir al padre emocionarse desde afuera al ver a su hijo en áspero combate (algunas veces se sufre mucho más desde afuera). Lo que es cierto es que da gusto ver que la pasión de la esgrima sigue viva en estas tres generaciones y que, con su esfuerzo y dedicación constantes a las clases, los asaltos y los torneos, enaltecen la tradición de la Sala de Armas del Jockey Club. José María Casanova R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 3 9

32 sede social perfiles Vicente L. Casares La estatura de un empre n d e d o r Este año se cumplen 125 años de la fundación del Jockey Club. Qué mejor homenaje que dedicarle estas líneas a uno de sus fundadore s, don Vicente L. Casares. Hombre público, p i o n e ro de la industria láctea en la Argentina y por tres períodos Presidente del Club, Vicente L. Casares ocupa merecidamente un lugar en la historia grande del país. Placa en la bóveda de la Recoleta Vicente L. Casares nació en Buenos Aires el 10 de agosto de 1847, en el hogar conformado por Vicente E. Casares y María Ignacia Martínez de Hoz. Desde muy joven, se dedicó a las tareas agropecuarias junto a su padre en la estancia La Pastoril, en San Vicente, donde adquirió sus primeros conocimientos en la materia. Siendo aún un adolescente, instaló la estancia San Martín, en Cañuelas. En 1871, poco después de que se a p robara un ley promovida por Vi c e n t e Fidel López, por la que se gravaba la imp o rtación de trigo, Casares exportó la primera partida de ese cereal a Euro p a. Vicente L. Casares continuó su formación a través de sucesivos viajes a los Estados Unidos y a Europa, donde se puso en contacto con criadores de razas bovinas y equinas. En tanto, asociado a su hermano Emilio, proseguía la exportación de trigo, y también de manteca, a Inglaterra. En 1876 asumió como diputado provincial por Buenos Aires. Allí tuvo la oportunidad de tratar a muchos de los grandes hombres de la época y de conocer en profundidad los problemas que afectaban al país. Uno, sobre todo, lo tenía inquieto. Lo preocupaban sobre manera las estadísticas de mortalidad infantil, causada por enfermedades como la tuberculosis y fiebres infecciosas, que los médicos del momento atribuían a la leche contaminada. C a s a res puso todos sus esfuerzos para intentar paliar este mal que afectaba a la población, y en especial a los más chicos, y para eso fundó, en 1889, La Mart o- na, empresa con la que revolucionaría el sistema de producción y distribución de leche, basado en el empleo de los más m o d e rnos equipos de la época, que adquirió en Francia cuando visitó la Exposición Internacional de París. Según explicó en una carta dirigida a un amigo la posibilidad de establecer en Buenos Aires una industria que viva de las entrañas de nuestra tierra, consagrada al bienestar y al progreso de nuestra población y la ilusión de poder acabar con la mortalidad infantil. Con La Martona, por primera vez se higienizaba, filtraba, controlaba y clasificaba el producto. Por primera vez se vendía en el país la leche maternizada, según el sistema Backhaus. La primera p roducción de la fábrica consistió en leche higienizada, crema, manteca y hielo. El ingeniero agrónomo E. T. Larguía afirmaba, en 1896, en un informe oficial sobre la industria lechera, que le había encargado la provincia de Buenos Aires: La importancia que tiene (La Martona) no es solo debida a la mantequería de Cañuelas, sino al expendio de leche, crema, manteca y queso en las veinte sucursales que posee diseminadas por todos los barrios de Buenos Aires. Además el aseo y la prolijidad, lo mismo que el lujo y comodidad de estas dependencias y la buena calidad de los productos que expenden..., concluía. Con los adelantos que introdujo, Casares fue reemplazando paulatinamente el tradicional reparto de leche a domicilio que habían impuesto los inmigrantes vascos y que se trataba en muchos casos de leche sucia y manteca amasada a mano envuelta en trapos viejos y mal lavados, por la venta, en los locales de La Martona, de manteca empaquetada en papel impermeable, leche higienizada y queso. Los logros se sucedieron con los años. Así, en 1894, la empresa inició la pasteurización de la leche; en 1900 estrenó los primeros vagones térmicos y, en 1902, comenzó la industrialización del dulce de leche. Como si esto fuera poco, en 1908, la elaboración de yogur alcanzó R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

33 Vicente L. Casares La fábrica La Martona, a fines del siglo XIX niveles que colocaron a la Argentina como segundo productor del mundo. Paralelamente a su labor social e industrial, Casares no fue ajeno a la necesidad que tenía el país de personalidades como la suya para ocupar altos cargos de gobierno. En su personalidad, que desde su juventud acusara tan hermosos relieves, se había sintetizado el apotegma bíblico de Juntar ciencia con herencia. Sabía superarse diariamente en el camino siempre recto de su acción. Y por lo que significaba como exponente de capacidad, de honestidad y de experiencia en la evolución p ro g resiva de la República, (Carlos) Pellegrini y su ministro de Hacienda, D. Vicente Fidel López lo eligieron para pre s i- dir el primer directorio del Banco de la Nación Argentina, creado (en 1891) sobre la base del crédito, con un capital de 50 millones de pesos que se emitiera contra un bono firmado por Casares, explicaba, en 1931, el entonces director del Banco de la Nación Argentina, Pedro M. Ledesma, durante un acto en su homenaje. Por otra parte, en 1882, Vicente L. Casares fue uno de los fundadores del Jockey, y en 1898 fue elegido presidente del club, siendo reelegido durante dos períodos más, hasta Durante su gestión, se llevaron adelante diversas obras de remodelación en el Hipódromo Argentino. Se re c o n s t ru y ó la tribuna oficial, que había sido destru i- da por un tornado y se construyó un nuevo paddock. Asimismo, se extendió la antigua pista de carreras hasta hacerle alcanzar 2200 metros, y se re l l e n a ron los t e rrenos ubicados detrás de las tribunas, ampliándose asimismo los jard i n e s. La sede social no fue ajena a los prog resos y en ella se habilitó un depart a- mento de baños turc o - romanos y de vap o r. Además, se amplió la sala de masajes y se adquirieron todos los elementos necesarios para el funcionamiento del gimnasio y se instalaron en las salas de juego dos nuevos billares traídos de Euro p a. La importancia del club se vio reflejada en octubre de 1900 con el baile y las carreras ofrecidas en honor del presidente de Brasil, Manuel de Campos Salles. Por otra parte, fue durante ese período cuando, la nómina de socios alcanzó y superó el número de Cómo explicó el presidente del Jockey Club Eduardo F. Bullrich, en 1931, con motivo de la colocación de una placa conmemorativa en su bóveda, en el cementerio de la Recoleta, Vicente L. Cas a res contribuyó con su acción llena de afecto por el club y con su obra empeñosa a la subsistencia de la institución durante toda su vida, formando parte, entre otras cosas, con Santiago Luro, Eduard o C a s e y, Emilio Nouguier y Anacarsis Lanús (hijo), de la comisión encargada de p royectar el reglamento de carre r a s. De esta manera quiere recordar el Jockey Club al caballero que lo presidió durante varios períodos con dignidad y acierto extraordinarios, un verdadero espíritu emprendedor, puesto de lleno al servicio de la patria. Fernando Castro Nevares R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 4 1

34 sede social E n t rega de premios 2006 L a sede de la Av. Alvear fue el escenario de los actos de entrega de premios en las distintas actividades que se desarrollan todos los años. Reproducimos algunos momentos vividos durante esas ceremonias y sus protagonistas. 1. Ajedrez: Dr. Diego Quirno, el presidente Bruno Quinta - na, Ricardo Nazar Anchorena, Marcelo Condomí Alcorta, Jorge Rubinetti (profesor De la Sala), Mario Bonfanti, Ale - jandro Bonfanti, Hernán Huergo 2. Esgrima: El presidente Bruno Quintana entrega los pre - mios De la Sala 3. Tr u c o: Modestino Pizarro, Julio Uriburu Y Diego Ibarbia 4. G i m n a s i o: Marcelo Sanchez Zinny (delegado), Guillermo Callegari, el presidente Bruno Quintana y el Dr. Diego Quirno 5. S q u a s h: Paillot, Tomas; Bieule, Alberto; Alvarado, Carlos; Huergo, Diego; Olivera; Esteban; Pavlovsky, Ignacio; Puigga - ri, Javier; Diaz Cisneros, Adriano; Von Brevren, Roman; Ga - gliardo, Mariano (H); Cornejo Saravia, Jose; Chevalier, Ro - berto; Ottolenghi, Fernando; Olivero, Matias; Dodds, Emilio; Peña, Ignacio; Monsegur, Luis y Moroni, Fernando 6. Natacion: Carlos Morgan, Amadeo Quiroga, Alejandro Freeland, José Bosch 7. Snooker: Carlos Ibarra con Bruno Quintana Espacio de publicidad R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

35 Patrimonio Los Prilidianos del Jockey Club Dos pinturas de Prilidiano Pueyrredón, que pert e n e c i e ron al Club del Pro g reso, engalanan hoy los salones de nuestra Sede Social El Argos de Buenos Aire s el 10 de abril de 1822, cuando anotició que habían llegado a la ciudad un retrato elegante de cuerpo e n t e ro del finado General Belgrano, y un busto del mismo, trabajados por un hábil a rtista de Londres. El de cuerpo entero en realidad, de tres cuartos, que es el que aquí nos interesa, muestra a Belgrano sentado en una silla de estilo Imperio, vestido de fraque y pantalones amarillos, calzando botas y sosteniendo en su mano izq u i e rda, que apoya sobre su pierna derecha, un elegante pastillero. Detrás, una Hacia fines de 1814, Manuel Belgrano y Bern a rd i- no Rivadavia part i e ro n hacia Europa en misión diplomática. La causa de Mayo atravesaba por momentos sumamente difíciles y era necesario hallar una solución inmediata, ya fuera a través del re c o n o c i m i e n- to de nuestra independencia por el gob i e rno británico, ya estableciendo una m o n a rquía constitucional encabezada por algún príncipe europeo. En mayo de 1815 los enviados argentinos se encontraban en tierras europeas. Belgrano se dirigió a Londres y Rivadavia a Madrid. Las gestiones no dieron resultado. Rivadavia debió abandonar España en form a p e rentoria y se reencontró con Belgrano en Londres, donde tampoco habían pro s- perado sus propuestas. Ante el fracaso, Belgrano resolvió re g resar a Buenos Aires en noviembre, en tanto su colega permaneció en Europa durante unos cuantos años más. Casi con seguridad, fue durante su estadía en Londres cuando ambos posaron ante un pintor que realizó sus re t r a- tos absteniéndose de firmar las telas. Con el tiempo, y gracias a un soneto manuscrito descubierto por Mario Belgrano en el Museo Mitre, titulado Al perf e c t o retrato del General Belgrano por Monsieur Carbonnier, se atribuyeron los trabajos a François Casimir Carbonnier, un alumno de David e Ingres que expuso sus obras en Inglaterra a partir de 1815, p recisamente cuando nuestros enviados se encontraban en la capital británica. A su re g reso, Belgrano no trajo consigo su retrato, ni tampoco otro más pequeño, que también se suele atribuir a Carb o n n i e r 1. Posiblemente no estuvieran acabados para cuando dejó Londres, y sólo a rr i b a ron a Buenos Aires muchos años después, tal como lo informó el periódico Manuel Belgrano según Prilidiano Pueyrredón columna y un cortinado recogido, re c u r s o éste habitual en los retratos de aquella época. Hacia la derecha de la tela, y a través de una ventana, se visualiza un combate, en el que se descubre a un jinete que R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

36 Rivadavia retratado por Pueyrredón p o rta una bandera con dos franjas horizontales, una blanca y una celeste. En cuanto al retrato de Rivadavia, que sin duda llegó con él cuando re g re s ó al país en 1820, también lo muestra sentado en un sillón estilo Imperio, vistiendo fraque y pantalones amarillos de ante. Con su mano izquierda, apoyada sobre el muslo, sostiene sus anteojos, en tanto su brazo derecho reposa sobre una mesa en la cual se aprecian un pliego de papel y un tintero dorado con su pluma. Form a n respaldo a la figura el infaltable cort i n a- do y un reloj de pie 2. A poco de fundarse el Club del Prog reso, sus autoridades decidieron form a r una galería con retratos de figuras sobresalientes de nuestra historia. Fue entonces que le solicitaron a Prilidiano Pueyrredón la realización de sendas réplicas de los retratos citados, puesto que, como habían sido tomados del natural, se cons i d e r a ron como los que con mayor pre c i- sión reflejaban las fisonomías del cre a- dor de nuestra bandera y del primer presidente de la República. En líneas generales, Pueyrredón siguió con bastante fidelidad las características de los retratos europeos, sobre todo en lo que atañe a la composición y a la postura de las figuras. En el de Rivadavia se permitió algunas libertades en el fondo, suprimiendo el reloj de pie y modificando en algo el cortinado para dar lugar a una biblioteca. En el de Belgrano, las alteraciones son más notorias. Ante todo, la mano que sostiene el pastillero también modificado y de mayor tamaño re p o s a en el muslo izquierdo en lugar de hacerlo en el derecho. Además, trabajó de distinta manera el pedestal de la columna y no re p rodujo la escena de la batalla, llenando ese espacio con un fondo ocre verdoso. Si bien no se trata de obras que puedan catalogarse entre las más logradas de Prilidiano, son trabajos correctos y para nada desdeñables. Incluso, me atre v o a señalar que el retrato de Rivadavia es hasta cierto punto de mayor calidad que el pintado en Europa, y que uno de sus a c i e rtos reside en el amplio espacio dejado alrededor de la figura del prócer, superando así el atiborramiento que afecta al ejemplar londinense. A veces se ha querido desmerecer a estas pinturas de Pueyrredón sometiéndolas a un escrutinio bizantino y afirm a n d o que no se trata de originales o que son meras copias. Todo lo contrario: son pinturas auténticas debidas a la mano y los pinceles de nuestro gran pintor de mediados del siglo XIX, pero ocurre que no f u e ron hechas frente al modelo. Pueyrredón se vio en la obligación de pintarlas, por encargo, a partir de esos lienzos anter i o res, pero no se limitó a ser un mero copista. Ante todo, la diferencia de estilo es evidente, y además supo dejar su impro n- ta en las variantes que introdujo. Por eso pudo firmarlas, con todo derecho, con sus iniciales P. P. P., que en el retrato de Belgrano se aprecian hacia la izquierda, en el pedestal de la columna, y en el de Rivadavia hacia la derecha, sobre el asiento del sillón y entre las piernas del re t r a t a d o. A partir de 1936, ambos retratos fueron facilitados al Jockey Club y se expus i e ron en la Sección Argentina de la Biblioteca. Las razones de tal préstamo las desconocemos. En todo caso, quedaro n allí durante tres años, hasta que en dic i e m b re de 1939 se iniciaron las conversaciones para adquirir el de Belgrano. En n o v i e m b re de 1940 aún se seguía discutiendo acerca del tema, en esa oport u n i- dad incorporando a la propuesta el re t r a- to de Rivadavia, pero tampoco entonces pudo llegarse a un acuerdo satisfactorio. Por fin, las obras se adquirieron en re m a- te público, en el Banco Municipal, el 28 de abril de 1942, abonándose $ por el de Belgrano (Lote 424) y $ por el de Rivadavia (Lote 427). En las consideraciones con las que se dio cuenta de la incorporación de ambas pinturas al patrimonio del club, se destacó muy especialmente la importancia de esa compra, por el valioso aporte que implicaba su doble significado: el artístico y el histórico. Salvados milagrosamente del incendio de abril de 1953, los retratos pintados por Prilidiano Pueyrredón, según los de Carbonnier si es que realmente es a él a quien se le pueden atribuir las telas que s i rv i e ron como modelos siguen hoy ornando los salones del club. Con su presencia traen ecos de los días iniciales de nuestra vida independiente y de antiguas gestiones diplomáticas. También nos a c e rcan re c u e rdos del que fue el primer c e n t ro social aristocrático de Buenos Aires, el Club del Pro g reso, en cuyos muro s l u c i e ron durante muchos años, y de aquél cálido salón del Jockey Club de la calle Florida, donde convivieron con los libro s de autores argentinos y con antiguos muebles que habían pertenecido a la p restigiosa colección de Victoria Aguirre. Nos dejan ver, asimismo, los rasgos de dos argentinos que sintieron la necesidad de dejar reflejadas sus fisonomías para la posteridad, porque sin duda se diero n cuenta de que eran protagonistas de momentos fundacionales de nuestra historia y, por lo tanto, estaban destinados a figur a r, como personalidades de excepción, en el panteón ilustre de la patria. R o b e rto D. Müller 1 Hoy se conserva en el Museo Nacional de Bellas Artes, adonde ingresó como donación en 1938 integrando la co - lección Guerrico. 2 Los dos retratos permanecieron en poder de los respectivos descendientes de ambos próceres hasta que, en 1910, el de Rivadavia pasó por donación al Museo Histórico Nacional, en tanto que el de Belgrano fue adquirido a sus poseedores por el Banco de Olavarría en 1978, y hoy se conserva en el Mu - seo Dámaso Arce de dicha ciudad. Reproducciones de ambos pueden apreciarse en Mario Belgrano, En torno a los retratos de Rivadavia y Belgrano, Buenos Aires, 1942, láminas I y III. R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 4 5

37 biblioteca Una joya bibliográfica El M é t h o d e, del marqués de Newcastle (1657) Por Roberto D. Müller M uchas son las joyas bibliográficas que se conservan en el cofre maravilloso que es la Biblioteca del Jockey Club, pero una de ellas, por su especial resplandor, reclama que se le preste una atención particular. Se trata, según reza en su portada (ilus. 1), del Méthode et invention nouvelle de dresser les chevaux, soberbio volumen in-folio mayor o imperial que, en 1657, salió a luz en Amberes, por las prensas de Jacques van Meurs, ornado con un magnífico frontispicio y 42 sobresalientes grabados en taille douce a doble página. 1. Izquierda. Portada del Méthode et invention nouvelle de dresser les chevaux 2. Derecha. Grabado, el marqués a caballo, coronado por la Fama como ganador de una batalla. El autor El autor de la obra fue William Cavendish (c ), marqués y conde de Newcastle, vizconde de Mansfield, barón de Bolsover y Ogle, gentilhombre de Cámara del Rey de Inglaterra, por citar sólo algunos de sus numerosos títulos. Tu v o una destacada actuación política y militar durante los reinados de Jacobo I y de Carlos I. En 1638 fue nombrado gobern a n t e del Príncipe de Gales el futuro Carlos II y en 1639 consejero privado del mon a rca. Apoyó fielmente a la Corona durante las guerras civiles, mas al triunfar Cro n- well debió partir para el continente acompañado por sus familiares. Residió en H a m b u rgo, París, Rótterdam y finalmente en Amberes, donde adquirió caballos provenientes de la Berbería y de España, estableciendo una escuela de equitación asiduamente visitada por la nobleza flamenca y por sus pares ingleses expatriados. Con el tiempo, su estilo de entre n a- miento lograría una cierta trascendencia, permitiéndole inscribir su nombre en la nómina de los grandes maestros de la hípica moderna, como Federico Grisone, Giovanni Battista Pignatelli cuyas enseñanzas supo aprovechar, y Antoine Pluvinel de La Baume, el re n o m b r a d o i n s t ructor de Luis XIII de Francia. La p roliferación de esos maestros y de sus tratados se explica por haber sido aquélla entre 1500 y 1700 la época en la que la equitación fue reconocida como un arte y parte fundamental de la educación de los nobles, que indefectiblemente debían conocer y saber cómo lograr giros y movimientos como el p i a ff e r, la pirueta, el p a s s a g e, la corveta y la cabriola. Cuando pudo re g resar a Inglaterr a, una vez producida la restauración de los E s t u a rdo, Cavendish trasladó su escuela a su castillo de Bolsover. Sus pro p i e d a R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

38 des le fueron reintegradas y se lo nombró duque de Newcastle (1665), pero p refirió retirarse de la vida pública para dedicarse de lleno al entrenamiento de sus caballos. Fue él quien se percató de que, para lograr mejores re s u l t a d o s, cumplía un papel fundamental la memoria del animal, recomendando hacerles repetir una y otra vez los mismos movimientos, para que el caballo se fuera acostumbrando a ellos paulatinamente y pudiera realizar los giros y figuras con mayor desenvoltura y seguridad. Una característica especial de su manera de e n t renar era el uso de dos fustas, para poder indicarle al caballo con qué re m o debía comenzar su rutina, costumbre que aún sigue vigente en la Escuela de Equitación Española de Viena. Luego de una vida pródiga en aventuras y desventuras, el duque de Newcastle falleció el 25 de diciembre de 1676 y fue e n t e rrado con toda pompa en la abadía de We s t m i n s t e r. 3. Frontispicio grabado La edición y su rare z a Fue en Amberes donde Cavendish resolvió publicar su tratado, originalmente escrito en inglés y traducido a p a rtir de sus manuscritos y de acuerd o con sus órdenes. Los trabajos se re a l i z a- ron bajo su severo control y, de acuerd o con algunas opiniones, sólo llegaron a imprimirse 50 ejemplares, de ahí la dificultad que siempre existió para hallar alguno en el mercado del libro. Este dato ha sido cuestionado, ya que, como bien señaló Mennessier de la Lance en su Essai de bibliographie hippique, se supone que el autor tuvo la intención de obsequiar a cada uno de sus numero s o s amigos con uno de esos preciosos libro s para así mejor lucirse ante ellos, y, por lo tanto, difícilmente haya limitado a tan c o rto número la tirada. Según Brunet, la causa fue otra: parte de esa primera edición que de todos modos debió ser bastante escueta se habría perd i d o durante un incendio ocurrido en los depósitos del libre ro, lo que explicaría que, a juicio de Mennesier, le Newcas - tle de 1657 soit de la plus grande rare t é. A g reguemos, por nuestra parte, que también debió influir en esta singularidad el hecho de que muchos ejemplare s f u e ron desmembrados para poder vender por separado sus valiosas estampas, de ahí que ya fuera muy difícil dar con volúmenes completos y en buen estado a fines del siglo XVIII. Lo cierto es que los entendidos en el tema están de a c u e rdo en que, la de 1657 es, como la definió William Lowndes, the first and most esteemed edition, very rarely found c o m p l e t e del tratado de Newclastle (The bibliographer's manual), y que los socios del Jockey Club pueden sentirse o rgullosos de que en su Biblioteca se c o n s e rve uno de esos rarísimos, muy estimados y escasos ejemplares completos que aún existen. R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 4 9

39 biblioteca F rontispicio y port a d a El libro incluye un frontispicio grabado (ilus. 3) y una portada tipográfica. En el primero, el título figura rodeado por alegorías hípicas, emblemas, p u t t i, cuernos de la abundancia y el escudo de armas de Newcastle, que ostenta la divisa que, en francés antiguo, corresponde a la Muy Noble Orden de la Jarretera: H o - ni soit qui mal y pense, es decir: Ve r- güenza para quien piense mal o Que el mal le venga a quien mal piense. En el c e n t ro de ese conglomerado de figuras se lee lo siguiente: La méthode nouvelle / & / invention extraord i n a i re de dresser les chevaus les / travailler selon la nature et p a r a i re la nature par la / subtilité de l'art ; la quelle n'a jamais été treuvée que. / Par / Le tres noble, haut et tres-puissant Prince Guillaume, Marquis et Comte de Newcas - t l e..., continuando luego la enumeración de todos los títulos y cargos de Cavendish. Se aclara también que la obra había sido traducida al francés por orden del a u t o r, y figura por fin el equivalente de n u e s t ro actual pie de imprenta: A Anvers / Chez / Iacques van Meurs / l'an M. DC. LV I I I. En la portada, en cambio, el enunciado figura abreviado, y después de la inacabable enumeración de dignidades aparece una nota en itálica en la que se completan los datos de acuerdo con lo ya dicho en el frontispicio y se indica que la obra se enriquece con plu - sieures belles Figures en taille douce. En cuanto al año de edición, aparece aquí el de M. DC. LVII. Existe por lo tanto una divergencia con lo informado en el frontispicio, donde se daba como fecha de edición Ésta es la razón por la que casi todos los que han tenido en sus manos ejemplares de esta obra han notado que en las portadas la fecha impresa fue alterada a mano para transformarla en Así, en el Catalogue de la Bibliothèque de Jérôme Pichon (Paris, 1897, nº 289), se advierte que se debe leer como fecha 1657, ya que el último I (el número uno romano) había sido agregado a pluma, particularidad ésta que también se observa en el ejemplar de nuestra Biblioteca, tratándose de la única intervención manuscrita que hemos detectado, puesto que no muestra otras marcas, correcciones, subrayados o marginalia. E s t ructura de la obra Una vez abierto el libro y traspuestos el f rontispicio y la portada, nos enfre n t a m o s con lo que Gérard Genette ha denominado el p a r a t e x t o, es decir, los textos que p receden y acompañan a la obra en sí. En este caso, lo constituyen la dedicatoria al Rey de la Gran Bretaña, una carta dirigida por el marqués a sus hijos, otra a todos los honorables caballeros y a sus caballerizas, un prólogo, un conjunto de adiciones, la 4. Imagen ecuestre del rey Carlos II, a quien coronan y acompañan figuras alegóricas. a p robación y los privilegios de impre s i ó n. Por fin comienza el texto de la obra, que llena 271 páginas, a las que siguen la conclusión y el índice. Cabe destacar que muchas de las páginas del texto incluyen gráficos grabados en madera, con esquemas de los movimientos propuestos por el duque, de diseño muy sencillo y didáctico. Las estampas Todos las ilustraciones hors texte f u e- ron grabadas en planchas de cobre, como era usual hacerlo desde fines del siglo XVI. Por esa razón se hacía necesario imprimir por un lado los caracteres tipográficos, y por otro los grabados, utilizando dos prensas diferentes. Esa fue la razón por la cual las imágenes, hasta el siglo XIX, estuvieran situadas fuera del texto, ya sea en el frontispicio que da comienzo al libro, ya en láminas intercaladas entre las páginas impresas. En el caso que estamos tratando, desde un comienzo se adv i e rte ese tipo de compaginación. Sin contar el frontispicio, el primer grabado que sigue a la portada re p resenta al marqués a caballo, coronado por la Fama como ganador de una batalla (Ilus. 2). A continuación de la dedicatoria al rey lo vemos nuevamente cabalgando, ro d e a d o por trofeos de guerra y ubicado sobre un pedestal en el que se leen versos en su elogio. En la estampa siguiente apare c e una vez más Cavendish, conducido sobre un carro triunfal tirado por centauros y honrado por una serie de caballos arro d i- llados a su alre d e d o r. En la cuarta se nos muestra al mismo personaje, al que la tierra ya no parecía alcanzarle para demostrar sus cualidades hípicas, puesto que cabalga por los aires como montado en el a l í g e ro Pegaso, pronto a ser recibido por los dioses del Olimpo. Finalmente, dejan R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

40 biblioteca toda su familia, muy de acuerdo con la a p reciación que sobre la personalidad del tratadista hicieron Monique y Jean Dossenbach, autores de Le cheval ro i: La modestia no fue aparentemente su fuert e, y debió creer que sólo él era capaz de montar y dirigir los caballos. Todas estas estampas fueron dibujadas por Abraham Diepenbeke ( ), un pintor holandés que fue alumno y asistente de Rubens y que trabajó para los libre ros e impre s o res de su tiempo engalanando sus ediciones con viñetas e ilustraciones a toda página. Su obra, tal como se puede apreciar en el M é t h o d e, poseía una cierta calidad, y La encuadern a c i ó n El ejemplar de nuestra Biblioteca fue vestido por Champs, un destacado e n c u a d e rnador de fines del siglo XIX, que optó por una encuadernación a toda pasta en tafilete colorado, cuyas sobrias cubiertas sólo lucen un fino enm a rcado de triple filete gofrado y dorado. En el lomo, en cambio, optó por las características propias de lo que se ha dado en llamar encuadern a c i ó n re t rospectiva, una técnica que tuvo su mayor apogeo entre 1840 y 1880, y que consistía en imitar las orn a m e n t a c i o- nes de las encuadernaciones antiguas, fundamentalmente las de los siglos XVII y XVIII. do de lado ese monumento ostentoso a la vanidad del autor, en la quinta lámina s u rge la imagen ecuestre del rey Carlos II, a quien coronan y acompañan algunas figuras alegóricas, entre las que descubrimos a Pallas, Cupido, Marte y Merc u r i o (ilus. 4). Siguen luego, intercaladas entre las páginas del texto, 36 ilustraciones a doble página que muestran diversos tipos de caballos, su entrenamiento, sus pasos, g i ros y figuras; los establos y los difere n- tes momentos del entrenamiento. En muchas de esas escenas las imágenes se rec o rtan sobre fondos en los que se aprecian algunos de los palacios y parques de los que el duque era propietario, y en casi todas ellas es Cavendish el pro t a g o n i s- ta, demostrando su habilidad para ejecutar los pasos propios de su método. La última ilustración es un retrato colectivo (ilus. 5), cuyo primer plano lo ocupan los dos hijos varones del autor montados en sus caballos. Detrás se despliega una elegante l o g g i a, y en cada uno de sus comp a rtimentos se re p resentan a las re s p e c- tivas esposas de los dos caballeros citados, a las tres hijas de Newcastle con sus maridos y, en el centro, al marqués y la m a rquesa. Así, lo que comenzó como un desmedido elogio en imágenes del autor, concluye con la apoteótica celebración de 5. Retrato colectivo, cuyo primer plano lo ocupan los dos hijos varones del autor montados en sus caballos. aunque se descubran algunas incorre c- ciones en las re p resentaciones de los caballos, no se puede negar el valor art í s t i- co de su trabajo, en especial en lo que atañe a los fondos, los paisajes, las cart e- las y los ornamentos. En cuanto a los grabados, casi todos fueron realizados hasta donde me fue permitido identificar las firmas por Lucas Vo r s t e rm a n, Theodor van Kessel, Adriaen Lommelin, P e t rus van Lisebetten, Petrus Clouwet y C o rnelis van Caukerc k e n. La procedencia de la obra El ex libris heráldico que luce adherido en la contratapa, con la divisa C a - ve muscam pungit (Cuidado que esta mosca pincha), nos permite descubrir, en parte, la procedencia de este ejemplar inigualable, puesto que es el que identifica a los libros pertenecientes a la biblioteca de Pierre Mouchon, un bibliófilo francés, experto coleccionista de libros sobre caza y autor además de un suplemento de la Bibliographie des ouvrages français sur la chasse, que Jules Thiébaud había publicado en 1934 y que Mouchon actualizó hasta Cómo llegó su ejemplar del M é t h o d e a n u e s t ro país es cuestión misteriosa. No se sabe si fue comprado en Francia, si p e rteneció a un bibliófilo argentino o si en algún momento circuló por el mundo de los anticuarios de Buenos Aire s. Lo único que se puede afirmar es que fue adquirido para el club hacia fines de 1938 o comienzos de 1939, ya que figuró anunciado como recién incorporado en un boletín publicado en enero de 1939, por medio de una simple nota i n f o rmativa y sin ningún comentario especial acerca de sus cualidades tan especiales; esas cualidades que perm i- ten definirlo, justicieramente, como una joya sin igual dentro del excepcional cofre de joyas que es la Biblioteca del Jockey Club R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

41 reciprocidad Lima Golf Club Recientemente incorporado a la nómina de clubes con re c i p rocidad,el Lima Golf Club está ubicado en el distrito de San Isidro, uno de los b a rrios más exclusivos de la capital peru a n a. S u origen se remonta a 1923, cuando un grupo conform a- do por los señores Frank F. Hixson, Alex McDonald y R. G. Brown, entre otros, se abocaron a la búsqueda de un terreno idóneo para practicar su deporte favorito: el golf. Finalmente, adquirieron a la familia M o reyra una fracción de 45 hectáre a s, una zona que se estaba urbanizando p a u l a t i n a m e n t e. En ese mismo año se constituyó jurídicamente la compañía Sociedad Anónima Lima Golf Club, con un capital social de 10 mil libras peruanas, re p resentado por 400 acciones de 10 mil libras cada una, y se instaló el primer dire c t o- rio, presidido por A. S. Cooper. El 7 de abril de 1924, las obras civiles y el campo de golf estaban prácticamente concluidos. Se eligió entonces como p residente del club a Frank F. Hixson, personalidad que fue fundamental para el desarrollo del club, quien había llegado al Perú en 1918 contratado por la Peruvian Corporation como ingeniero en jefe del Ferrocarril Central y llegó a ser gerente general de esa empresa, además de un apasionado por el golf. El 28 de mayo de 1924, el pre s i d e n t e de la República, Augusto B. Leguía, inauguraba formalmente el club, y al año siguiente, exactamente e 29 de agosto de 1925, la cancha fue habilitada luego de ser re c o n s t ruida de acuerdo con las normas modernas del golf. De 18 hoyos, es P o r l o s caminos d e l I n c a... Magnífica vista del hoyo 16, par 4 de 381 yardas R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

42 reciprocidad 1. Green del actual hoyo 15. Al fondo se ve el Country Club. 2. Vista actual del comedor del local social. 3. Club House original a principios de los años El edificio renovado del Club House, inaugurado el 17 de septiembre de 1944, sufrió diversas re f o rmas hasta la actualidad, como la habilitación de una sala para damas, y un salón de lectura en el sector de caballeros. En su restaurant y bar se dan cita los socios mayores de edad. En 1989 se estre n a ron la pileta para m a y o res, el pabellón del comedor anexo a ella, la zona de la pileta de menores y un bar. Y dentro del área de la pileta de m e n o res se agre g a ron un sector de juegos para niños y una cancha de papi-fútbol. En ese año también se instalaron un baño sauna y una ducha española. En 1998 se inauguró el gimnasio, que cuenta con modernos aparatos para la re a l i z a- ción de ejercicios aeróbicos y de musculación. Por otra parte, en 1999 se equipó el sótano con un nuevo salón de billar. Una fecha tradicional que se festeja es la Fiesta de Año Nuevo, evento que reúne y convoca a la sociedad limeña y considerada la cuarta cancha de golf más antigua de la cuenca del Pacífico. El 26 de agosto de 1926, el club tomó residencia oficial en el Country Club de Lima, lo cual lo ponía a la vanguardia de todos los clubes de Sudamérica, y lo convertía en uno de los más adelantados del mundo, según reza una de las memorias de la época. El convenio entre ambos clubes finalizó en 1943, pese a las gestiones destinadas a renovarlo. Según algunas tradiciones orales, los ingleses y otros extranjeros socios del Lima Golf Club no renovaron el contrato porque el Country Club había aumentado en 20 centavos el precio del vaso de scotch, actitud que, a esos socios, le pareció intolerable. Ya en 1927, en una memoria del Directorio, se informaba que la cancha de golf podía ser considerada la mejor en la costa occidental de Sudamérica y favorablemente comparada con cualquiera de las de la República Arg e n t i n a. En 1931, el club fue visitado por diversas personalidad mundiales, entre ellas el Príncipe de Gales y el Duque de Yo r k, quienes jugaron en sus links y fueron incorporados como socios honorarios. En 1936 se plantaron 250 árboles, en su mayoría tipas, en gran parte originarias de su propio vivero, que son las que aún hoy en día prevalecen. En la década de 1950 el club fue visitado con frecuencia por destacados pro f e- 3 sionales argentinos de golf como Robert o de Vicenzo y Leopoldo Ruiz, entre otro s. Del club salieron golfistas como Guillermo Salazar Leguía y Guillermo Salazar Etchecopar, padre e hijo, ambos campeones sudamericanos, caso único en el golf de este subcontinente. También se disputan allí copas internacionales de aficionados, como la Manuel Prado y la Carlos Raffo. El club también cuenta con 11 canchas de tenis de polvo ladrillo, donde se llevan adelante importantes eventos nacionales. Además posee dos canchas de squash y un frontón para la práctica de la pelota-paleta. El Club House original, construido en 1924, contaba con vestuarios, un bar y un salón con terraza circundante, con vista a la cancha de golf. A un costado del mismo se construyó el Caddie House, que fue trasladado a su actual ubicación alrededor de que se ha convertido en un hito en el calendario social. Así, el Lima Golf Club llega a sus 83 años, lleno de tradiciones, con el org u l l o de ser una de las instituciones pioneras en la introducción del golf en el Perú y de c o n s t i t u i r, en la actualidad, un centro de la vida social limeña de primer ord e n. Los socios del Jockey Club ya cuentan con otra institución para disfrutar en su viaje al Perú. Fernando Castro Nevares R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

43 agenda Sede Social C o n m u t a d o r : 48 l l / 0022 G e rencia de Interior: C o rreo electrónico: g i n t e r i o j o c k e y c l u b. o rg.ar Página en Intern e t : w w w. j o c k e y c l u b. c o m. a r a g e n d a H i p ó d romo de San Isidro Conmutador: / 19 C o rreo electrónico: j c h s o v e rn e t. c o m. a r I n t e rn e t : w w w. h i p o d ro m o s a n i s i d ro. c o m. a r sede social Ciclo Cultural El 6 de mayo se ofrecerá en el Salón Anasagasti un homenaje a María Callas B i b l i o t e c a A partir de mayo, los socios podrán solicitar por correo electrónico el Boletín de la Biblioteca n* 17-18, que incluye información sobre todos los libros ingresados por compra o donación durante el año Desde mediados de abril, se expone en la sala de lectura una selección de libros sobre Clubes de Argentina y del Mundo. Ya se encuentra en etapa de producción el libro Carlos Pellegrini en perspectiva, que incluye todas las conferencias que se pronunciaron en el Jockey Club, desde 1921, en homenaje a su fundador. Se trata de un nuevo título de la serie Biblioteca Jockey Club, y en este caso se publicará en conmemoración del centenario del fallecimiento del Dr. Carlos Pellegrini (2006) y como celebración del 125* aniversario de la fundación del Jockey Club (2007) S q u a s h A mediados del mes de abril comienza la disputa de la Copa Apertura en todas las categorías E s g r i m a Se reseñan seguidamente los próximos torneos: 17/5 Copa Carlos Pellegrini espada individual 30/5 Copa Agustín Roca espada individual 14/6 Copa Manuel Anasagasti espada individual 27/6 Copa Alfredo Lalor espada y florete por equipos 11/7 Copa José Oriani espada por equipos golf Se reseñan seguidamente algunos de los torneos a disputarse en los próximos meses: 5/5 Copa Comisión de Golf 36 hoyos FbC 12/5 Copa Manuel Anasagasti 36 hoyos FbA. 19/5 Copa Jockey Club 54 hoyos Medal Play 2/6 Copa Agustín Roca 18 hoyos FbC 9/6 Copa Alfredo Lalor 36 hoyos FbA 23/6 Copa Ernesto Reyna Allende 18 hoyos FbC 30/6 Copa Independencia 36 hoyos Medal Play 9/7 Copa 9 de Julio 18 hoyos Laguneada de 4 jugadores 14/7 Copa Miguel Madero 18 hoyos FbA 21/7 Copa Joaquín S. de Anchorena 36 hoyos Medal Plaz S e r v i c i o s Alquiler de carritos: Se ha implementado para los señores socios con impedimentos físicos, el servicio de alquiler de carritos para la práctica de golf. Cajero automático: Se encuentra habilitado un cajero automático para el uso de los señores socios. Tarjeta de crédito: En el comedor del club se acepta este medio de pago. Salones de recepciones: Los salones del Club House pueden ser utilizados para ofrecer r e c e p c i o n e s. Se recuerda que se imparten clases de golf a socios, esposas e hijos de socios y que el Club House cuenta con canchass de squash, servicio de masajista, peluquería y baño sauna para uso exclusivo de los señores socios. Se ha incorporado el servicio de masajes para damas. campo de deportes Tenis: El calendario de los torneos y la información general sobre ese deporte puede solicitarse al correo electrónico tenis@jockeyclub.org.ar Enseñanza de tenis: Los sábados y domingos se imparte en el sector Cadetes, clases de tenis dirigidas a menores de 5 a 18 años. Por otra parte, se martes a domingo se ofrecen clases individuales para socios y familiares mayores de 18 años. Hockey: Las clases dirigidas a niñas de 6 a 14 años, se imparten los sábados de 14 a 17. A través del correo electrónico hockey@jockeyclub.org.ar puede obtenerse mayor información sobre la actividad. Fútbol: A fines del mes en curso comenzará el torneo de fútbol en todas sus categorías. Salones para fiestas: El Campo de Deportes cuenta con salones aptos para reuniones sociales. La disponibilidad de fechas y aranceles pueden consultarse en la Administración. Traslado al Campo de Deportes: Este servicio se brinda los sábados y domingos, con salidas desde la Sede Social a las 10 y 12 hs. y regresos a las 16,30 y 18,30 Hipódromo de San Isidro Las alternativas de las pruebas que se disputan en el Hipódromo de San Isidro pueden seguirse a través de Internet. Se accede a través de la página institucional del Club (www. j o c k e y c l u b-.com.ar) y posteriormente en el ícono del Hipódromo de San Isidro, deberá pulsarse CARRE- RAS DEL DIA. Fechas y Clásicos 6/5 Clasico Olavarria G.3 yeguas de 3 años y más edad, metros. 9/5 Handicap Parwiz todo caballo de 4 años y más, metros. 11/5 Clasico Leteo (L) potrancas, metros. 16/5 Handicap Kendal todo caballo de 4 años y más edad, metros. 19/5 Clasico Capital G.2 todo caballo de 3 años y más edad, metros. 23/5 Handicap Petite Ecurie yeguas de 4 años y más edad, metros. 26/5 Gran Premio 25 de Mayo G.1 todo caballo de 3 años y más edad, metros. 30/5 Clasico Asocición Argentina de Fomento Equino (L) todo caballo 3 años y más, m e t r o s. C o n t a c t o s Sede Social: Ginterior@jockeyclub.org.ar Golf: infogolf@jockeyclub.org.ar Campo de Deportes: cpodep@jockeyclub.org.ar Hipódromo de San Isidro: /11 jchsi@overnet.com.ar R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

44 estilos viajes Suiza, la de los tres mundos Fotos y textos: Julie Bergadá El grotto Sassalto cerca de Caslano R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

45 Un pequeño gigante Hacer base en Lugano, obviamente Suiza, es una opción difere n t e para recorrer el cantón del Ticino. Como en el resto de la Confederación Helvética, todo funciona de maravillas; todo es puntualidad, nada es estridente. Los edificios, las veredas, los parques y paseos son impecables, pero a pesar de tanta perfección en el ambiente se percibe un encantador aire relajado que delata su origen italiano. A esta ciudad, cuyo nombre viene del latín lucus (bosque sagrado), como a tantas otras en la historia europea, se la disputaron desde el obispo de Como en el siglo IX hasta el resto de los italianos y franceses y por supuesto los suizos cuando fue el tiempo de organizar la Confederación. Rodeada de montes y a orillas del lago de Lugano que en la porción Italiana se llama Ceresio es un importante centro comercial y, como corresponde a la fama suiza, sede de los más importantes bancos. Cualquiera que haya visitado Lugano sabe que es ineludible un aperitivo al medio día, claro en uno de los bares de la Piazza Reforma, dominada por los balcones cargados de malvones del edificio del Credit Suisse Nada menos! Si se quiere seguir en el ambiente business, lo mejor es almorzar en el Grand Café o en el Scala. Como la mayoría de los negocios cierran al medio día, se puede aprovechar el tiempo para pasear por el lun - golago hasta esa maravilla que es el 1 2 San Carlino, el corte transversal de una iglesia a escala real, una increíble obra de arte flotante realizada en madera por el arquitecto Mario Botta. En plan ecológico, siga hasta el Parco Ciani, el espléndido jardín público de la ciudad. Recuerde que en verano acá se realizan 3 1. Air show sobre el lago de Lugano. 2. El Hotel Imperiale de la ciudad. 3. Tráfico de Ferraris en Ponte Tresa. conciertos al aire libre. Si en cambio la naturaleza ya lo colmó, dedíquese a recorrer las calles Nassa y Pessina. No se pierda las tiendas Manor y Fnac y, un consejo, para hacer la Via della Catedrale, tome el tren-funicular en la Piazza Cioccaro hasta la catedral misma y luego alegremente baje por esa vía flanqueada de simpáticos negocios. R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B - 6 1

46 estilos viajes S u rcar el lago Las posibilidades? Infinitas. Desde dar una vuelta de un par de horas, hasta llegar a la otra punta del lago. Con algunas excursiones se puede bajar en los pueblos para visitarlos y retomar el barco más tarde, siempre teniendo en cuenta los horarios de regreso o en su defecto lleve consigo un cepillo de Restaurantes en el lungolago del estrecho de Lavena. 5. Coche de tiro en Paradiso. 6.Delicias y típico vaso de vino en un grotto. 7. Una habitación en la Isla Borronea Grande. 6 7 En el rubro gastronómico, Lugano ofrece centenares de lugares. Pero al menos una vez se debe ir a un grotto. Estas privadas y simples casas-cavas, estratégicamente ubicadas en lugares frescos para mantener a buena temperatura los vinos, funcionaban y funcionan como lugares para disfrutar de una merecida y regada comida familiar. Salvo una, que queda en un subsuelo del centro de la ciudad, al resto se las encuentra escondidas en el v e rde, generalmente con vistas que cortan el aliento. En las grandes mesas de madera o granito dispuestas bajo los árboles, y muchas veces compartidas con otra gente, las comidas que se sirven son bien típicas: risottos, guisos, varios tipos de polenta acompañada de carne vacuna o de conejo y por supuesto platos de salames y quesos que son un puema. Vale la aclaración sobre la carne vacuna, ya que es muy común que le ofrezcan horror de horrores para los argentinos carne equina. No se sorprenda tampoco cuando a la mesa le traigan una taza sin asa, es ahí quien sabe porqué donde sirven el rico Merlot o el Nostrano. Contrariamente a lo que sucede en nuestra city, los fines de semana de primavera y verano Lugano arde! Mercaditos, festivales varios, músicos que suenan los corni delle Alpi (enormes cuernos que usaban los campesinos para comunicarse en las montañas) o saxos interpretando el mejor jazz. A veces fuegos artificiales y siempre cantidad de gente, gente alegre y divertida, hasta eso de la media noche dientes; lugar para dormir encontrará seguro. También hay salidas a las 21 horas con la posibilidad, luego de una cena a la luz de las velas en un restaurante del encantador pueblito de Morcote, de bajarse en el casino de Campione, claro que así uno se pierde el baile de regreso, programa ultra romántico si los hay. Queda siempre, para los más independientes y porqué no ro m á n t i c o s también, la opción de alquilar un barco y organizar su propio itinerario, con baile y casino a piacere. Como se ve, hay para todos los gustos y bolsillos R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B

47 estilos viajes Si navegar lo marea, darle la vuelta en auto o en moto es otra de las posibilidades. Hacia el sur de Lugano, bordee el lago hasta Melide para hacer la primera parada: Swissminiatur. Aquí se pueden ver e n t re montañas, bosques lagos y ríos, los palacios, castillos y otros edificios que rep resentan la distinta arquitectura de los cantones suizos. Todo está hecho en escala1:25, hasta el circuito de trenes m e t ros de vías, el cable carril y los barquitos que, lógicamente, tienen movimiento. Cuesta dejar el lugar, pero hay que seguir. La ruta costera es una sucesión de paisajes soñados que lo llevan hasta uno de los pueblitos más lindos, M o rcote. Sí, es conocido y ya muy turístico, pero realmente vale la pena visitarlo y t repar por una empinada callecita de piedra hasta la iglesia Santa María del Sasso, desde donde la impactante vista compite con la belleza de los frescos y del bautisterio. Vuelva al pueblo para almorzar en alguno de los restaurantes bajo las arc a- das de influencia lombarda o, mejor aún, en el del Hotel Carina Carlton ubicado en una terraza sobre el agua misma. Como en una confabulación, los restaurantes se a l t e rnan con negocitos de s o u v e n i r s; hasta se puede ir a ver algo mientras se espera la pasta. Guarde lo que haya comprado en el auto/moto y siga por las estrechas callecitas que lo llevarán hasta el camino que trepa por i monti, ya para volver a la ciudad. Madonna D'Ongero y la iglesia de San Giorgio de Carona merecen ser visitadas, la primera por la incre í- ble cantidad y belleza de los frescos y la segunda por la infartante vista. Y así llegará de nuevo a Lugano, entrando por el elegante barrio de Paradiso. Más lagos y la bella Italia Si su idea es seguir hasta Italia, desde Morcote se puede seguir dándole la vuelta al lago hasta llegar al paso fronterizo de Ponte Tresa y proseguir hasta el lago Maggiore o desandar un poco el camino y tomar la autopista hasta el lago de Como. En el Lago Maggiore la navegación hasta las Islas Borroneas es un must. La más grande es la Isla Madre, pero la más linda tiene un palacio y jardines aterrazados que le dieron el acertadísimo aunque poco creativo nombre de Isola Bella. El lago de Como, en cambio, ofrece una ciudad con todas las de la ley. Catedral, teatros y restaurantes sobre el lungolago, y en las cercanías el encantador pueblito de Cernobbio, con el ultra elegante hotel Villa D'Este. Un lugar al que no hay que dejar de ir, aunque sea para almorzar y visitar los maravillosos jardines de esta espectacular ex-residencia aristocrática del siglo XVI que hace más de 120 años que recibe huéspedes. Pero esto es otra historia El encantador pueblito de Morcote en el Lago de Lugano R E V I S T A D E L J O C K E Y C L U B