FLAGELACIÓN Y AMARGURA de Jerez de la Frontera

Transcripción

1 FRANCISCO ANTONIO GARCÍA ROMERO Y EUGENIO JOSÉ VEGA GEÁN FLAGELACIÓN Y AMARGURA de Jerez de la Frontera

2 FRANCISCO ANTONIO GARCÍA ROMERO Y EUGENIO JOSÉ VEGA GEÁN Con la colaboración para el Apéndice I de ANTONIO DE LA ROSA MATEOS Y RAFAEL SÁNCHEZ BERNAL FLAGELACIÓN Y AMARGURA de Jerez de la Frontera Jerez de la Frontera, octubre del año 2003, en el 75.º aniversario de la fundación de la hermandad

3 Para Beatriz Vega-Geán Corrales y para Antonio y Pablo de la Rosa Hurtado, porque el griego Platón acertó al afirmar que los libros son como hijos. A estos tres pequeños cofrades les dedicamos esta obra y les deseamos lo que las mujeres de la antigua Roma querían para sus recién nacidos, según nos legó el latino Persio: Que por donde pisen nazcan rosas.

4 PRÓLOGO La vida es un gerundio, no un participio, es un faciendum no un factum. El hombre no tiene naturaleza, tiene historia. Las sabias palabras de José Ortega y Gasset nos sirven para encabezar estas páginas sobre la historia de nuestra hermandad de la Flagelación y la Amargura. Pero pretendemos que no sólo la historia sino incluso la intrahistoria, como la llamaba Unamuno, se entremezclen y de ellas surja la realidad actual de la cofradía. Difícilmente aquí los datos históricos se desprenderán de la carga sentimental que para nosotros supone escribir acerca de unas imágenes y una corporación religiosa presentes en nuestras vidas desde la misma cuna. No pocas horas hemos pasado estudiando, intentando comprender y escribiendo sobre la Semana Santa y las cofradías penitenciales jerezanas antiguas y modernas. A todas sin excepción hemos llegado a respetarlas y a quererlas, porque ya se sabe que la investigación más fecunda no puede, es más, no debe carecer ni del respeto ni del amor, que son los que se erigen en auténticos órganos del conocimiento. Es así que, tras el estudio de tan primitiva, rica y singular manifestación de la religiosidad popular, con sus chocantes defectos pero innegables virtudes, creemos haber llegado a ciertos atisbos en el empeño de explicarnos, en lo posible, la supervivencia de este complejo fenómeno. Desde luego, entre otros factores, la capacidad de adaptación a los tiempos ha sido una característica fundamental y salvadora en momentos críticos para superar tantos escollos, pero además lo han sido un incuestionable amor a Jesús y a María, íntimamente (y hasta en ocasiones afirmaríamos que únicamente) representados por los rostros de las imágenes titulares, también el espíritu cristiano y, sin duda, una pertinacia encomiable, secular, de muchos hombres y mujeres. A la postre, sobre esa obstinatio, para decirlo en noble latín, sobre esa tenacidad, terquedad casi, se ha ido asentando la tradición; y son tales tradiciones las que, quiérase o no, nos conforman y nos identifican como grupo humano. Al igual que le ocurrirá seguramente a

5 la mayoría de los hermanos de cierta edad de todas las demás cofradías, los autores de este libro debemos confesar que cada vez que nos ponemos la túnica y la capa, o nos cubrimos con el antifaz sentimos esa inefable pero inequívoca sensación de estar andando por un camino que iniciaron otros miembros de nuestra familia: abuelos, tíos, padres o hermanos (Manuel Quirós Hurtado, Manuel García Parra y Miguel Ángel Vega Geán, en concreto) y que, a poco que perseveremos, continuarán nuestros hijos e hijas, como en efecto ya lo están haciendo. Para acabar este prólogo, una advertencia a los lectores. Dadas las características de nuestro trabajo, no nos ha parecido necesario añadir un capítulo específico de fuentes y bibliografía. Así pues, los documentos de archivos, periódicos y libros consultados se citan en el propio texto o en nota a pie de página con los comentarios pertinentes. Los autores Jerez de la Frontera, en el mes de octubre del año 2003

6 AGRADECIMIENTOS Quiero dejar aquí expresa constancia de nuestra gratitud, la de Eugenio José Vega Geán y la mía, a todos los que nos han proporcionado su ayuda para este libro. Mi tío, Manuel Quirós Hurtado (que fue cargador del paso de misterio), también Luis Sola López-Cepero, muy señaladamente el antiguo hermano mayor Juan Pedro Cosano Alemán, además de Anastasio Faiguel López-Cepero, Pedro Simón Rodríguez Martínez y mi buen amigo Juan Manuel López Tubío, todos ellos cofrades en los primeros años de vida de nuestra hermandad, nos contaron sus recuerdos y vivencias, trazándonos así con su amena conversación las líneas maestras de la historia que aquí presentamos. Tampoco podemos olvidarnos de Ana María Salas Trujillo, de Francisco Garrido Arcas, de José Luis Zarzana Palma, de Enrique Víctor de Mora o José María Tinoco, entre otros, quienes tuvieron la amabilidad de resolvernos muchas dudas. Domingo Gil Baro, Pbro., canónigo bibliotecario de nuestra iglesia Catedral, estuvo siempre y cordialmente dispuesto a ofrecernos la vasta información que ha venido recopilando sobre las primitivas cofradías jerezanas, y atendió con paciencia nuestras consultas acerca de la antigua Hermandad de San Antón y los legajos que sobre ésta se custodian en el Archivo Diocesano. En el Archivo Municipal nuestro buen amigo Manuel Barea Rodríguez supo guiar nuestros pasos vacilantes con su seguridad de experto archivero. Y en la Biblioteca Municipal Central, Victoria Olmo López bregó para nosotros con no pocos diarios y publicaciones de interés. Joaquín Baro de Alba nos asesoró de muy diversa forma, aparte de allanarnos el camino con su obra Flagelación y Amargura (en la S. R. I. I. Colegial) (Jerez de la Frontera, 1979), en la que se recogen muchas noticias sobre la cofradía hasta 1941, cuando se trasladó a la iglesia de Los Descalzos. Otros investigadores como son Jesús Caballero Ragel, Juan Luis Sánchez Villanueva (miembros del CEHJ), Manuel Romero Bejarano, José Jácome González y Jesús Antón Portillo tuvieron siempre a nuestra disposición datos y documentos que han venido descubriendo con su ingente, incansable y fructífera labor.

7 El actual hermano mayor, Alfonso Carlos Orellana Cánovas, y la Junta de Gobierno nos llenaron de orgullo al pedirnos que escribiéramos estas páginas y nos facilitaron, muy especialmente el secretario Daniel Barba López, la consulta de las actas y de la correspondencia oficial y la selección de fotografías, aspecto este en el que nuestro agradecimiento debe extenderse a Jesús Salido Aparicio. Asimismo Antonio de la Rosa Mateos, con las aportaciones del costalero de nuestra cofradía Rafael Sánchez Bernal, se ha encargado de realizar cabalmente la brillante y ya larga historia de nuestra costalería, por haberla investigado y conocerla de primera mano. Por su parte, los patrocinadores de esta edición, Banco Cetelem, Caja San Fernando Sevilla-Jerez, Solera Motor, S.A., y González Byass, se han convertido de este modo en ejemplos palpables de lo que debe ser ese valioso mecenazgo cultural que tanto se echa de menos en nuestros días. En concreto, esta última empresa ha entroncado en el 2003 con aquella semilla de hace setenta y cinco años, cuando un grupo de hombres, empleados de esta jerezanísima bodega, colaboraron en los primeros pasos para la fundación de nuestra cofradía. Por último y porque merece este lugar de privilegio, deseo darle las gracias a mi padre, Manuel García Parra, que no sólo fue guardando a lo largo de los años una nutrida colección de artículos de periódico referentes a nuestra hermandad, imprescindibles para esta historia, sino que también nos brindó sus comentarios y aclaraciones. Pero esto no es tan importante como el hecho de que fue él quien me enseñó a entender la Semana Santa y a tener siempre presentes a Jesús de la Flagelación y a María de la Amargura, detrás de cuyo palio siempre ha hecho su estación de penitencia mi madre, Antonia Romero Díaz. Fue y es él el verdadero promotor de esta devoción en nuestra familia y por él no sólo su hijo, sino sus sobrinos y nietos se visten de azul y blanco el Miércoles Santo. Francisco Antonio García Romero

8 I. UNA HERMANDAD JEREZANA CON DEVOCIÓN A LA VIRGEN DE LA AMARGURA EN LA SEMANA SANTA ANTIGUA DE JEREZ: LA PRIMITIVA HERMANDAD DE SAN ANTÓN Fundada en 1478 como cofradía no penitencial, la Hermandad de San Antón resultó ser la más antigua de las que con el paso del tiempo salieron en Semana Santa, y anterior en diez años a la gremial y hospitalaria de San Bartolomé (si bien esta última la precedió con mucho en aprobar sus reglas). Entiéndase el dato: no se fundó en esa tempranísima fecha como penitencial, sino que adquirió más tarde esta condición, pero quizá antes incluso que la Vera Cruz (de 1542), a la que hoy se tiene por decana de las cofradías de penitencia de Jerez de la Frontera. A lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII se contaron más de veinte cofradías penitenciales por las calles de nuestra ciudad, primero en la tarde del Jueves Santo y en la madrugada y tarde del Viernes Santo, y luego el Miércoles Santo y el Domingo de Ramos. Y repetimos que acaso tres de esas hermandades ya convertidas en penitenciales, la de San Antón, la de negros de Ntra. Sra. de los Reyes y la del Dulce Nombre (de los genoveses) habrían organizado una procesión de disciplinantes con anterioridad a la Vera Cruz. Realmente, no sólo los testimonios directos nos presentan el territorio del arzobispado hispalense repleto de cofradías penitenciales, sino que también los indicios de que disponemos apuntan a que en Jerez de la Frontera se conocían asociaciones o, al menos, manifestaciones penitenciales previas a la creación como tales de las que hoy consideramos primeras hermandades de penitencia. De la de San Antón 1 sabemos por los documentos conservados que Bartolomé Ximénez, un cantero jerezano, pensó en fundar una cofradía (no gremial, creemos) del Señor San Antón 2 para el sostenimiento de un hospital. No obstante y a pesar del apoyo del 1 Para el problema en la fecha de fundación, 1478 ó 1468, de la cofradía (no penitencial) de San Antón y para otros muchos datos, remitimos al lector a las páginas de José Luis Repetto Betes y Domingo Gil Baro, Cofradías penitenciales entre 1542 y 1779, en J. L. Repetto Betes (coord.)-d. Gil Baro-E. J. Vega Geán-Fco. Ant.º García Romero-J. López Romero, La Semana Santa de Jerez y sus cofradías. Historia y arte, I, Jerez de la Frontera, BUC, 1996, pp También pueden consultarse las líneas que dedica a esta cofradía José Moreno Alonso, Historias, leyendas y fiestas de Xerez de la Frontera, Jerez de la Frontera, colección Alcubilla, 1987, pp Como curiosidad apuntaremos (agradeciéndole la noticia a Domingo Gil Baro) que de 1601 data la existencia en Jerez de la Frontera de una reliquia de San Antonio Abad (según consta por un documento de San Miguel III ). Se trataba de un hueso del brazo traído con otras reliquias y con las debidas licencias por el sargento mayor Pedro Sarmiento (marqués de Casares) desde la villa de Bocolte (Bozar), obispado de la provincia de Muster (Estados de Flandes). Las reliquias eran para la capilla y enterramiento de sus padres en la del Stmo. Sacramento de San Miguel.

9 arzobispado y de la concesión por parte de la reina Isabel la Católica de un solar en el arrabal de San Miguel 3, el proyecto no llegó a consumarse por falta de medios económicos, razón por la cual, años más tarde, se firmó un acuerdo con la Hermandad de San Cristóbal que en 1490 se había hecho cargo del Hospital de Zurita, en la collación de San Dionisio. Debemos recordar aquí el sentido de hospital en la época, muy cercano aún al hospitium latino y, por tanto, nada más que un albergue para pobres y enfermos (ocho o diez nobles en el caso del de Zurita). He aquí el acuerdo, según palabras de J. L. Repetto y D. Gil Baro 4 : El solar concedido por la Reina se daría a censo y este censo lo cobraría la Hermandad de San Cristóbal, la cual con ese dinero costearía alguna de las camas del hospital, de forma que la renta revirtiera en los pobres, sin que para sus gastos de culto como cofradía ni San Cristóbal ni San Antón tocasen un cuarto de ese dinero. San Antón se establecería en la capilla del hospital. Pasaremos por alto la historia del hospital que se destinó, tras la reducción de 1593, sólo para mujeres y luego se convirtió en monasterio de monjas hasta el siglo XIX, cuando fue finalmente derribado y su solar devino plaza en 1868, popularmente llamada en la actualidad del Banco, por haber estado allí el Banco de España (y hoy la Biblioteca Municipal Central). Sí nos interesa aquí que la cofradía se hizo penitencial por iniciativa de algunos hermanos (Salvador Rodríguez, Diego González y el curtidor Pedro García) 5 y esto ocurrió, según una declaración de 1568, veintiocho años más o menos, literalmente, antes de esa fecha (1540), con lo que San Antón podría haber sido ya hermandad de penitencia antes de existir la Vera Cruz. Pero, como no hay seguridad (insistimos en esa coletilla, más o menos, del escrito) y, además, Hipólito Sancho 6 lee veintidós y no veintiocho (por tanto, 1546) y, por otro lado, se trata de una hermandad asistencial convertida en penitencial, podemos reafirmarnos por ahora, con J.L Repetto, en dar la primacía a la Vera Cruz. 3 Véase A. Muñoz y Gómez, Noticia histórica de las calles y plazas de Xerez de la Frontera, Jerez de la Frontera, 1903 (ed. facsímil actual, s. a.), pp. 85 s. 4 Cofradías penitenciales entre 1542 y 1779, op. cit., p Ibidem, pp. 166 s. Precisamente la mención del curtidor Pedro García invita a pensar que la hermandad no era gremial de canteros. La declaración de 1568 consta en los autos para la reducción de hospitales del Archivo Municipal de Jerez (citados ibidem, p. 175). 6 Nuestro imprescindible historiador escribió sobre la Hermandad de San Antón en su Historia social de Jerez de la Frontera al fin de la Edad Media, I (La vida material), Jerez de la Frontera, 1959, p. 95; ibidem, II (La vida espiritual), p. 17; y en Historia de Jerez de la Frontera. Desde su incorporación a los dominios cristianos, I, Jerez de la Frontera, 1964, p. 311; ibidem, II (ya póstumo y escrito y publicado con la colaboración de Juan de la Lastra Terry), 1965, pp. 238 y 263.

10 Messa Xinete 7 habló de tres sedes de esta cofradía: San Dionisio, San Cristóbal y la Trinidad, aunque no parece que los documentos avalen la primera de ellas. La aprobación de sus reglas (redactadas en 1561) data de 1562 y así consta en la lista del provisor Felipe de Haro de 1604 ( San Antón que fue aprobada en 6 de Febrero de 1562 ) 8. De estas reglas sólo conservamos el Incipit 9. No tenemos, pues, de primera mano el pasaje de la Pasión al que daban culto en aquel entonces, si bien un documento de 1652 ya nos transmite la denominación de Humildad y Paciencia y cita, como luego diremos, un Ecce Homo y, por su parte, Bartolomé Gutiérrez en su valiosísimo Año Xericiense 10 nos informa de que en 1755 salía en procesión el Jueves Santo por la tarde con el Señor de Humildad y Paciencia y la Virgen de la Amargura con San Juan Evangelista (imágenes en las que más abajo nos detendremos). Sin embargo, por Messa Xinete nos enteramos de que ya desde su sede en San Cristóbal la hermandad daba culto (y sacaba en procesión pero no de penitencia) a la Virgen de las Nieves y celebraba su fiesta el 5 de agosto, además, por supuesto, de tomar como abogado y patrón celestial al glorioso San Antón. Y, como en el caso de otras muchas cofradías, los hermanos en corporación y con cirios se ocupaban de acompañar los entierros de los pobres. Cuándo pasó esta cofradía de San Antón a la Trinidad? No conocemos la fecha exacta, pero los testimonios avalan que ya se encontraban allí en 1575 y, desde luego, no antes de 1569, año en el que los trinitarios consiguen el permiso para fundar su monasterio (antes habían estado en el convento de los terceros franciscanos, tras firmar un acuerdo con la Vera Cruz). El lugar era el mismo en el que hoy se hallan las monjas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús. El susodicho año de 1575 lo certifica un contrato del 6 de febrero de ese año hallado 7 F. de Messa Xinete, Historia sagrada y política de (...) Jerez de la Frontera, Tradiciones jerezanas, Jerez de la Frontera, 1888, pp. 269, 275 y 389 s. La incertidumbre sobre San Dionisio como sede persiste a pesar de lo que apuntó en su día Hipólito Sancho (contestado por Repetto Betes y Gil Baro, op. cit., pp. 167 s.) y por encima de la precisión de Mariano Pescador y Gutiérrez del Valle que anota el traslado de la cofradía de San Dionisio a San Cristóbal el 28 de febrero de 1561, en sus Efemérides Xerezanas, publicadas en el periódico El Mensajero en 1906 y recogidas en recortes que se encuadernaron en un tomo conservado en la Biblioteca Municipal Padre Luis Coloma de nuestra ciudad (datos que agradecemos a nuestro colega del CEHJ, el profesor Jesús Caballero Ragel). Sobre la iglesia de la Santísima Trinidad puede consultarse el reciente trabajo de la profesora Esperanza de los Ríos Martínez, Antón Martín Calafate y Diego Moreno Meléndez en la arquitectura jerezana del siglo XVII, Cádiz, Univ. de Cádiz-Univ. de Sevilla, 2003, pp Se trata del muy citado expediente sobre antigüedad y precedencia de la cofradía de San Sebastián, en el que se consigna la fecha de aprobación de las reglas de las cofradías, penitenciales o no, de nuestra ciudad, entre ellas la de San Antón (convento de San Cristóbal): Archivo Diocesano, sección Justicia: Ordinarios, serie Hermandades y Cofradías, caja 79, doc. 1, año Léase en Repetto Betes y Gil Baro, Cofradías penitenciales entre 1542 y 1779, op. cit., pp Año Xericiense, Tradiciones Jerezanas, Jerez de la Frontera, 1888, p. 129.

11 en los protocolos notariales de Jerez de la Frontera por Manuel Romero Bejarano 11. En este escrito el escultor sevillano Marcos Cabrera se compromete a realizar un Crucificado para la Cofradía de San Antón de nuestra ciudad: se trataba de una imagen de tamaño natural (178,5 cm de altura), de pasta de papel, con los cabellos de cáñamo teñido, cuya cruz proporcionaría la hermandad. Al respecto añade M. Romero Bejarano: Por el momento, lo que se conoce de este Cristo, que incluso puede que nunca llegara a realizarse, es lo contenido en el documento que se inserta, ya que las primeras noticias que se tienen de los titulares de la hermandad ( ) no mencionan que entre éstos se encontrara un Crucificado 12. He aquí el interesante texto: Oficio I. Rodrigo Montesinos. Fol. 224 vto. y ss. Sepan quantos esta carta vieren como yo marcos de cabrera escultor vecino que soy de la çibdad de sevylla en la collasyon de san viçente estante al presente en esta çibdad de xeres de la frontera otorgo e conosco a vos alonso lopes de trugillo adan prioste de la cofradia y hermandad de santo anton de esta çibdad que esta fundada en el monesterio de frayles de la santysima trynidad de la dicha çibdad e bernabe de espinosa hermanos mayores de la dicha cofradia y hermandad y francisco sanches adalid e hernan sanches de xaina hermanos de la dicha hermandad que estades presente otorgo que por esta presente carta me obligo e prometo de vos fazer e dar fecha e acabada una figura de un christo de pasta de papelon de altura de ocho palmos e medio de vara bien fecho e bien acabado y encarnada al olio con su corona e su cabello de cañamo teñydo a contento de los priostes y hermanos mayores de la dicha cofradia que me aveys de dar vos los dichos hermanos la crus fecha e pintada e los clavos para que yo lo de en la crus acabado de todo punto e lo tengo de comensar a fase desde oy dia de la fecha de esta carta e lo continuar e no alsar la mano de ello hasta lo acabar e dar acabado el domyngo de rramos primero que vyene de este presente año en que estamos de la fecha de esta carta e sy no lo hisiere e qunpliere que los dichos prioste y hermanos mayores e qual quier de ellos podays buscar e ygualar otra tal hechura como la que de suso esta dicho del dicho christo e por lo que Juraredes 11 Agradecemos a nuestro buen amigo y acreditado investigador el que nos facilitara el original de su artículo Un contrato del escultor Marcos Cabrera en Jerez de la Frontera: el Cristo de la Cofradía de San Antón, antes de ser publicado en la revista Historia de Jerez 9 (2003), Jerez Fra., CEHJ, pp El Crucificado que se encuentra en el convento de las Esclavas es de fecha posterior y, al parecer, del escultor sevillano Cristóbal Pérez: léase el artículo de Miguel Ángel Mariscal y Pablo Pomar, Un crucificado del escultor sevillano Cristóbal Pérez en Jerez de la Frontera, Historia de Jerez 9 (2003), Jerez Fra., CEHJ, pp

12 averla ygualado para la dicha hermandad en lugar del que yo me obligo seays creydos vos los suso dichos o qual quier de vos e me podays esecutar por ello como por deuda lyquida syn otra dilijençia ny solenydad alguna e sy en esta çibdad no lo hallaredes que podays a my costa enbiar a la çibdad de sevilla o donde hallaredes la dicha hechura e la ygualen a my costa e la costa de la tal persona que fuere o enbiaredes me obligo de pagar con solo el Juramento de qual quier de vos e que el dicho christo tengo de dar fecho y acabado el dicho domyngo de rramos puesto y entregado en la yglesia e monesterio de la trynidad de la dicha çibdad a my costa e sy no lo cunpliere ny quizieredes uzar del dicho Remedio de lo buscar e ygualar e pasar la hechura a my costa que vos los sobre dichos o qual quier de vos podays yr o enbiar una persona a le cobransa y execuçion de esta escriptura e de lo en ella contenydo a la çibdad de sevilla e con un ducados de en cada dia de los que en la dicha cobransa se ocupare lo qual me obligo de vos pagar en lo que paresçiere por execuçion de esta dicha escriptura e por el trabajo e materiales que en lo suso dicho tengo de poner me aveys de dar vos los dichos hermanos treynta e quatro ducados para en quenta de los quales Resibo de presente dies ducados ante y en presençia del escribano publico e testigos yuso escriptos que nos los vyeron dar e Resebyr en Reales de plata que los valieron e montaron de la qual paga e Reçibo yo el dicho escribano publico doy fee que se hizo en my presençia e de los testigos yuso escriptos de los quales yo el dicho marcos de Ribera soy e me otorgo e tengo por contento y entregado a my voluntad e los veynte e quatro ducados Restantes me aveys de dar e pagar el dicho domyngo de rramos primero que viene de este presente año en que estamos de la fecha de esta carta e antes si antes acabare de cunplir lo suso dicho e me obligo de aver por firme esta escriptura e lo en ella contenydo e no venir contra ella en tienpo alguno para todo lo qual asi pagar e guardar e cunplir obligo my persona e bienes avidos e por aver obligo my persona e bienes avydos e por aver e nos los dichos alonso lopes de trujillo adan e bernabe de espinosa e francisco sanches adalid e fernansanches de xaina todos quatro de mancomun e a boz de uno e cada uno de nos por sy e por el todo Renunciando como espesialmente Renunciamos la ley de duobus Rexs de bendi y el benefiçio de la division y escursion y el autentica presente de fi de Jusoribus e las otras leyes e derechos que heblan en Razon de la mancomunidad por nos y en nonbre de la dicha hermandad e de los demas hermanos e cofrades de ella otorgamos e conosemos que açetamos esta escritura por nos el dicho marcos de Ribera (sic) fecha e otorgada e lo en ella contenydo con las condiçiones e segun e como en ella se contiene la qual nos obligamos de cunplir como por nos esta dicho e declarado como si aqui fuese espresado e de vos pagar los dichos treynta e quatro ducados el dicho domyngo de Ramos primero que viene e antes si antes lo dieredes acabado de qunplir e para lo aver por firme obligamos los bienes e Rentas de la dicha hermandad espirituales e tenporales avidos e por aver e todas anbas partes damos todo poder qunplido a quales quier justiçias de quales quier partes para que nos conpelan a lo ansi cunplir e pagar como si oviese asi pasado en cosa Jusgada por sentencia definitiva e yo el dicho marcos de rribera (sic) Renunçio my propio fuero juridiçion domisilio e vesindad e me someto con my persona e bienes al fuero e Juridiçion de esta dicha çibdad e Juezes de ella por los que quiero ser Jusgado e sentençiado en esta rrazon Renuncio la ley si convenerid

13 dijestis de Juridiçione onyun Judicun fecha la carta en xeres de la frontera en las casas morada del dicho alonso lopes de trujillo dies e seis dias del mes de hebrero de myll e quinientos e setenta e çinco años y el dicho marcos de rribera (sic) lo firmo de su nonbre en el rregistro testigos luys benytes que firmo por los demas otorgantes e a su Ruego por que dixeron que no sabian firmar e andres ximenes e anton gil vecinos de esta çibdad. (El escultor firma como Marcos Cabrera) En solicita y obtiene del papa Pablo V su agregación a la Cofradía de la Resurrección de la Iglesia de los Españoles de Roma. A partir de entonces esta hermandad jerezana sacará otra procesión en la mañana del Domingo de Pascua con Jesús Resucitado y Nuestra Señora de las Nieves. Y, en efecto, un documento de 1679, sacado a la luz por José Jácome y Jesús Antón Portillo 14, confirma que el escultor Cristóbal Pérez se ajustó con la Cofradía de San Antón en realizar la imagen de un Resucitado, además de dos judíos : Haser una echura de un Jesús Resucitado de toda costa de siete cuartas de alto y una quarta de peana que por todo a de tener dos baras de alto ( ) = y asimismo dos echuras de dos judios de media bara de alto poco mas o menos pintados ( ). El dato de los judíos nos sirve también para cerciorarnos de la existencia en nuestra ciudad y en fecha temprana de varios misterios o grupos escultóricos en los pasos de Semana Santa. Parece que el primero, a principios del XVII, fue el de Jesús Nazareno con Marquillo y luego vendrían el del Ecce Homo de San Bartolomé, el de Humildad y Paciencia de San Antón (ambos cercanos en el tiempo e incluso en su morfología) y, algo posterior, el de la Coronación 15. El nombre de Humildad y Paciencia y la imagen de un Ecce Homo ya se atestiguan, como hemos adelantado, en un auto de a instancia del ministro de la Santísima Trinidad, 13 Un documento de este mismo año del Archivo Diocesano, sección Justicia: Ordinarios, serie Hermandades y Cofradías, caja 439, doc. 2, se refiere a un proceso de la Hermandad de San Antón contra la de San Andrés sobre la preeminencia en procesiones y actos públicos. 14 Archivo de Protocolos Notariales de Jerez de la Frontera; escribano público Blas Durante de Vargas; oficio XX; años ; folio 167; fecha 10 de julio de 1679: véase José Jácome González-Jesús Antón Portillo, Apuntes histórico-artísticos de Jerez de la Frontera en los siglos XVI-XVIII (3.ª serie), Historia de Jerez 8 (2002), Jerez Fra., CEHJ, p Puede consultarse E. J. Vega Geán-Fco. Ant.º García Romero-J. López Romero, El primer siglo de Semana Santa y La Semana Santa del Barroco, en J. L. Repetto Betes (coord.), La Semana Santa de Jerez y sus cofradías. Historia y arte, I, op. cit., pp. 58 s., 81 ss. 16 Archivo Diocesano de Jerez de la Frontera, sección Justicia: Ordinarios, serie Hermandades y Cofradías, caja 134, doc. 2, año 1652 (le damos las gracias, una vez más, a Domingo Gil Baro por la transcripción del documento). En documentos posteriores la cofradía aparecerá bajo uno u otro nombre indistintamente. Para la

14 en el que se solicita que la advocación de San Antonio Abad se transfiera en la de Humildad y Paciencia, por tener los hermanos una hechura de Ecce Homo de mucha devoción, de lo que cabe deducir que hacía tiempo que la poseían. Dice así la petición: El Maestro Fray Francisco Núñez, Ministro del Convento de la Santísima Trinidad de la Ciudad de Jerez de la Frontera, Digo que en la iglesia del dicho Convento está una cofradía de la advocación de san Antonio Abad en que los hermanos de ella celebran sus festividades conforme a sus capítulos de la Regla todos los años y ahora parece que los dichos hermanos tienen una echura de ecce homo de mucha devoción y pretenden que la advocación de san Antonio Abad se transfiera en la de humildad y paciencia y para que esto se observe y guarde de aquí adelante y la advocación que se le sigue a los dichos hermanos de la dicha cofradía y a todos los demás vecinos de dicha ciudad, Pido y Suplico a VM mande despachar su licencia y mandamiento en forma para el dicho efecto para que se exhiba y ponga la razón de ello y de dicho nombre de la dicha advocación en la dicha Regla y demás libros de ella para que en todo tiempo conste, que será justicia, etc.= Mº (Ministro) Fray Francisco Núñez (rubricado) AUTO Su Merced mandó informe al Vicario y exhíbase la regla de esta cofradía y preséntese Memorial firmado de los hermanos de ella con expresión de las causas que motivan su pretensión y se proveerá ( ). denominación de Ecce Homo téngase en cuenta que tanto la iconografía del Ecce Homo como la de Humildad y Paciencia (e incluso la del Cristo implorante y la del Cristo coronado de espinas ) proceden del mismo tema iconográfico del varón de dolores (al que más abajo nos referiremos) y con frecuencia se confunden en la manera de nombrarlos, como en la cofradía jerezana de San Bartolomé, cuyo Cristo recibió ambas advocaciones: véase E. J. Vega Geán-Fco. Ant.º García Romero-J. López Romero, El primer siglo de Semana Santa, y J. L. Repetto Betes-D. Gil Baro, Cofradías penitenciales entre 1542 y 1779, en J. L. Repetto Betes (coord.), La Semana Santa de Jerez y sus cofradías. Historia y arte, I, op. cit., pp. 58, 82 y 356.

15 Auto en el que se solicita cambiar el nombre de la Hermandad de San Antonio Abad por el de la Humildad y Paciencia y se menciona una imagen de Ecce Homo (Archivo Diocesano de Jerez de la Frontera, c. 134, doc. 2, año 1652).

16 Desde ahí seguimos los vestigios de la hermandad hasta llegar al bando del vicario Verger en Desde ese momento y durante los difíciles años de la extinción de las cofradías jerezanas y los recursos posteriores (septiembre de 1771-enero de 1779), silencio absoluto (no aparece en los informes de los vicarios, no presentó las reglas en 1770, etc.) hasta su mención en dos importantes documentos de 1814 y El primero, del Archivo Municipal de Jerez de la Frontera (legajo 306, expediente 9095, 12 de marzo de 1814), en el que Juan de Peña y otros devotos, vecinos todos de la ciudad e individuos del gremio de hortelanos (ya no de porqueros) solicitan el permiso y exhiben documentación (que no hemos encontrado en las Actas Capitulares) para lograr que la hermandad pudiera salir de nuevo en la tarde del Jueves Santo, porque la procesión la había impedido de algunos años a esta parte el trastorno de los tiempos. Tras certificar el secretario del Ayuntamiento Constitucional haberse visto el memorial, se consigna que la ciudad acuerda acceder a la pretensión de aquellos devotos con tal de que en su execución se observe lo que previenen las superiores órdenes. El segundo, relacionado con el anterior, del Archivo Diocesano de nuestra ciudad (sección Justicia: Ordinarios, serie Hermandades y Cofradías, caja 149[445], doc. 16, 27 de febrero de 1815), en el que, entre otras cuestiones, se prohíbe que salga la procesión (hojas 16 ss.) por los hechos acaecidos en la recogida del año 1814: (...) Fray Diego Machuca, lector en Sagrada Teología y ministro del convento de la Santísima Trinidad de esta ciudad (...) expone que hace más de cincuenta años que en su iglesia estaba establecida la Cofradía de la Humildad, la que en 17 Aparte de los testimonios que aducen Repetto Betes y Gil Baro en su trabajo Cofradías penitenciales entre 1542 y 1779, op. cit., pp , y además de los mencionados en nuestras líneas, contamos con los del Archivo Diocesano, sección Justicia: Ordinarios, serie Hermandades y Cofradías, caja 125, doc. 1, año 1663 (pleito entre la cofradía de San Antonio Abad, de porqueros, con hermanos atahoneros sobre pretender ser hermanos de dicha cofradía); caja 439, doc. 15, año 1670 (Humildad y Paciencia: demanda de pago al mayordomo anterior); y caja 435 B, doc. 7, año 1742 (San Antonio Abad: autos para cambio de día y hora de salida). 18 En el primer documento citado, el memorial, se incluye un inventario. Téngase en cuenta que tras el motín del 27 de abril de 1814, los realistas no dudaron en derribar a pedradas la lápida de la Constitución, colocada dos años antes en una de las esquinas de la plaza del Arenal. ( ). Sólo en este entorno podemos entender que cuando, el 31 de julio de 1814, se conoce en Jerez el restablecimiento del Tribunal de la Inquisición, la noticia se celebrara con repique general de campanas, luminarias, función de iglesia, sermón y Te Deum, con asistencia de las autoridades de la ciudad, los prelados de todas las comunidades y dignidades eclesiásticas : Diego Caro Cancela, Jerez Contemporáneo (siglos XIX y XX), en D. Caro Cancela (coord.), Historia de Jerez de la Frontera, II, El Jerez moderno y contemporáneo, Cádiz, 1999, pp. 301 s.

17 dicho tiempo por quimeras escandalosas se extinguió, pero por acuerdo del Ayuntamiento Constitucional de doce de marzo de mil ochocientos catorce se volvió a establecer cuando todavía no se había reunido la comunidad. El exponente vio salir la cofradía el Jueves Santo próximo pasado, y aun asistió a parte de su estación; pero en la misma noche se le informó que al tiempo de entrar los pasos hubo en la iglesia mucho escándalo contra el respeto y veneración que se debe, y lo que es más al Señor Sacramentado. Esto le ha impulsado tanto a su comunidad que le obliga a resistir por todos medios la continuación de tal cofradía; y aunque pudiera elevar su queja al trono, y aun al Supremo Consejo de la nación, seguro de ser oída, ha querido antes presentarse a V. I. (...). Más abajo se expone la falta de legitimidad del permiso dado por el Ayuntamiento Constitucional a los hermanos de la Cofradía del Señor de la Humildad, sin que precediese la competente licencia del Real Supremo Consejo (...). Acuerda que no pudiendo desentenderse este Ayuntamiento de las sólidas razones en que se funda la reclamación del reverendo padre ministro, y de tomar todas aquellas providencias para remedio de los escándalos y que no se atropelle el respeto y veneración que merece la casa de Dios, y considerando asimismo lo ilegítimo del permiso concedido a la mencionada cofradía sin preceder las formalidades y requisitos correspondientes y aun cuando todavía no se hallaba reunida aquella religiosa comunidad (...), desde luego quede sin efecto alguno el nominado permiso (...). El corregidor debía entonces hacerlo saber a los hermanos de la cofradía, cuyo mayordomo era el anteriormente citado Juan Peña (hojas 19 ss.). No debe extrañarnos que se hable generalmente en los documentos de cofradía, hermandad y cofrades o hermanos, a pesar de que las cofradías estaban extinguidas y acabadas desde el 16 de septiembre de 1771 (con resolución final el 14 de enero de 1779, tras recursos e informes) y sólo permitidas las procesiones de devotos. Aunque la prohibición debió hacerse efectiva al menos ese año de 1815, lo cierto es que volvemos a verla como Cofradía de Humildad y Paciencia y Virgen de la Amargura en los bandos del vicario Herrero Moris entre 1820 y En esa época la Virgen de la Amargura con San Juan a su lado iba bajo un palio guarnecido con veintitrés letras de plata, un sol y una luna 19. Quizá este conjunto y la urna 19 Lo confirma el inventario que acompaña al memorial citado de 1814 de la Hermandad de San Antón. Este inventario, en concreto, fue hace años estudiado, junto con los de otras cofradías, por Eugenio J. Vega Geán en su artículo Enseres procesionales de las cofradías jerezanas en los últimos años del Barroco, Trivium. Anuario de Estudios Humanísticos 8 (1996), Jerez de la Frontera, pp El n.º de legajo 203 que en este artículo se consigna es hoy el 306, como ya hemos dicho (y los expedientes corresponden a los inventarios de las

18 serían parecidos a lo que nos muestra una foto del Desconsuelo, de finales del XIX o principios del XX. La urna era la adecuada para que entraran dos imágenes, como las peanas que se hicieron en el XVII y XVIII, en plata, para la Concepción y el Gran Poder de Sevilla, o la peana ochavada (esta vez para una sola imagen) de la Virgen de la Soledad de El Puerto de Santa María 20. Por un inventario de 1835 referente a la desamortización, que se encuentra en el Archivo Municipal de Jerez de la Frontera 21, sabemos que la Virgen de la Amargura y San Juan aún tenían entonces retablo propio en la Trinidad. Además, en 1857 se publica el texto para la celebración de un Setenario doloroso de Maria (sic) Santísima de las Amarguras (sic), que se celebra en la Iglesia de la Trinidad de Jerez de la Frontera. hermandades de los Dolores, Vera Cruz, Soledad, Calvario, Humildad y Paciencia y San Juan Bautista- Coronación). En el de Humildad y Paciencia se asienta, entre otros enseres, lo siguiente: una trompeta, una campanilla; veintitrés letras de plata (que se colocarían sobre la tela del palio de la Virgen), un sol y una luna (que irían a los pies de la Señora); una corona, unas potencias y una caña de plata para el Señor de Humildad y Paciencia; una corona de plata, un manto de terciopelo y una túnica (quizá de terciopelo) para la Amargura; y una diadema de plata, una túnica y una capa (seguramente también de terciopelo) para San Juan. 20 Esa forma de guarnecer las caídas del palio con letras de plata era muy corriente en Jerez y en las localidades vecinas. En 1729, sabemos que el palio de la Virgen del Desamparo decoraba sus caídas con veintiséis letras de plata con el siguiente texto: SANTA MARIA DEL DESAMPARO ORA PRO NOBIS. En este palio también se incluían un escudo de María y un sol. Hoy afortunadamente se conserva un palio de este tipo de fines del XVII, propiedad de la Hermandad del Nazareno de Carmona, en el que se puede leer un texto bíblico. Sabemos por descripciones antiguas que en la segunda mitad del XVII las cenefas del palio del Mayor Dolor y Traspaso de Sevilla, eran así, y de 1753 son las letras de plata del interior del palio de la Soledad de Alcalá del Río, que conforman una letanía mariana y que hoy la hermandad aún conserva. También la Virgen de los Dolores antes de 1787 guarnecía sus caídas de terciopelo con letras de plata. Sostenían el palio los seis varales de plata e iba sobre una urna pintada y dorada (como la del Cristo de la hermandad). El paso se alumbraba con dos o cuatro faroles en la delantera del mismo. El conjunto se montaba sobre cuatro varas y era portado por no menos de diez cargadores. A finales del XVII o principios del XVIII, San Juan iba junto a la Virgen del Traspaso en una misma urna dorada. Iban bajo un palio morado con cenefas de plata de martillo (también nos estamos refiriendo a apliques) y el cielo de terciopelo celeste con estrellas de plata. Delante de las figuras dos pequeños ángeles querubines pasionarios, tal como se documentan por vez primera en 1813, y son los que hoy conserva la Hermandad. A principios del XIX las dos figuras del paso de palio tenían coronas y ropajes bordados. Suponemos que los varales también eran de plata, al igual que las cenefas. Al respecto puede consultarse el artículo de Eugenio J. Vega Geán, El paso en la Semana Santa jerezana del Barroco, Jerez en Semana Santa 3 (1999), Jerez de la Frontera, Hermandad Sacramental del Santo Crucifijo de la Salud, pp (con abundante bibliografía). 21 Sección Legado Soto Molina, legajo 38, expediente n.º 597, s/p: Inventario general de bienes muebles de la Iglesia del Convento de la Santísima Trinidad, con un catálogo de su biblioteca, 1835 (y véase también el inventario del Archivo Histórico Provincial de Cádiz, sección Desamortización, caja n.º 1, signatura n.º , año 1835: agradecemos nuevamente a Jesús Caballero Ragel estas referencias). El septenario que citamos y cuya portada reproducimos a continuación se trata de un documento de veintiuna páginas que se conserva en la Biblioteca Municipal Central de nuestra ciudad, del que tuvimos noticias gracias a la labor incesante de búsqueda de Joaquín Baro y Antonio de la Rosa.

19 Por su parte, un original mecanografiado 22 de 1940 de Juan de Mata López de Meneses 23, bajo el título Hermandades y Cofradías Xerezanas. Apuntes sobre las cofradías de Jerez de la Frontera, nos aporta datos fundamentales sobre esta época y sobre las imágenes que nos ocupan: Cuando fue cerrada al culto la iglesia de las Angustias a causa de la Revolución de 1868, la Hermandad allí existente y su sagrada imagen se trasladaron a la iglesia de la Trinidad (que al ser exclaustrados los Trinitarios quedó como ayuda de la Parroquia de San Miguel) y durante algunos años marcharon al unísono los cultos de la Madre Santísima de las Angustias y los de la Madre Venerada de la Amargura y el Señor de la Humildad, dándose el caso que en la mañana se hacía el septenario de la Hermandad de la Trinidad y por la tarde el de las Angustias. Las efigies de Nuestro Padre y Señor de la Humildad y Nuestra Señora de la Amargura, siguieron siendo veneradas en la iglesia de la Santísima Trinidad, hasta que en se dio posesión por el Sr. Arzobispo a las 22 Con páginas manuscritas y maquetadas para una futura publicación que no llegó a producirse. 23 Cuya copia poseemos gracias a la gentileza de nuestro amigo Luis Cruz de Sola. 24 En el texto sólo aparecen los dos primeros números del año, pero sabemos que la llegada de las Esclavas fue en 1883: léase, por ejemplo, el artículo de Lola Cruz de Sola, Jerez: ciudad de conventos, Jerez en Semana Santa 1 (1997), Hdad. Sacramental del Sto. Crucifijo de la Salud, Jerez Fra., pp : La orden trinitaria fue disuelta por la ley de desamortización en 1835 y, aunque fue restaurada en 1879, ya no volvería a la ciudad de Jerez. El convento, antes de la exclaustración, ocupaba aproximadamente todo el solar que hoy es compartido por dos conventos de monjas: el de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús y el de las Siervas de María. El primero de ellos, tercero de su orden en España, se instaló allí en En una página mecanografiada de los años 50,

20 Reverendas Religiosas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, de dicha iglesia, y entonces el Señor de la Humildad quedó en posesión de dichas Religiosas y Nuestra Señora de la Amargura y el discípulo San Juan fueron trasladados a San Juan de los Caballeros ( ). Desde luego es seguro que en 1886 la Virgen y el San Juan ya estaban en el histórico templo de San Juan de los Caballeros, porque así lo atestigua otro documento, esta vez del Archivo General del Arzobispado de Sevilla 25. El dato es fundamental para seguirles la pista a las dos tallas. Se ha asegurado que el último rastro que dejó la cofradía (que, insistimos, no lo era desde la supresión) fue la bendición de los animales en las Angustias, plaza de gran raigambre en la vida de nuestra hermandad. No hemos encontrado, sin embargo, la relación entre la tradicional bendición de los caballos (como se la califica en El Guadalete del 17-I-1902) en la alameda de las Angustias con el grupo concreto de devotos de San Antón. Lo que sí es innegable es que este acto se vino celebrando el 17 de enero, festividad de San Antón, (o en los días próximos) en las Angustias y, por ende, delante de la Santísima Trinidad, que en cualquier caso se recordaría como última sede de la primitiva cofradía de San Antón. Y así fue hasta el domingo 18 de enero de 1903, para pasar en 1904 al parque González Hontoria También Hipólito Sancho dice de ella que se extinguió en nuestros mismos días 26, cosa que no podemos corroborar. Eso sí, el llamado jubileo circular se celebraba los días 16 conservada en el archivo de la hermandad, se dice: La imagen de la Virgen de la Amargura ( ). Después de la exclaustración y cerrada la iglesia (de la Santísima Trinidad) al culto, fue la imagen de la Stma. Virgen cedida a la Comunidad de Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, quien a su vez entregó la imagen a la Iglesia de San Juan de los Caballeros en calidad de depósito, de donde nos fue concedida ( ). 25 Archivo General del Arzobispado de Sevilla, sección IV, serie 13, legajo 1421 (Inventario de San Juan de los Caballeros realizado por el cura regente Juan Sánchez el ). Entre las imágenes se cita una de la Amargura y un San Juan Evangelista de vestir. Reiteramos nuestro agradecimiento a nuestros buenos amigos José Jácome y Jesús Antón Portillo. Por ejemplo, El Guadalete del 17-I-1882 anunciaba todavía: Boletín Religioso. Visita de la Corte de María.- Nuestra Señora de la Amargura en la Santísima Trinidad. 26 Hipólito Sancho de Sopranis, Historia de Jerez de la Frontera. Desde su incorporación a los dominios cristianos, I, op. cit., p. 239, n. 17: ( ) estableciéndose en la iglesia del monasterio de la Trinidad, donde se extinguió en nuestros mismos días, sin que de ella quedase otro rastro que la bendición de animales que en la festividad del titular se hacía en el compás del referido templo. Véase también José Moreno Alonso, Historias, leyendas y fiestas de Xerez de la Frontera, op. cit., p. 124 s.; Antonio Mariscal Trujillo, Por las calles del viejo Jerez, Jerez de la Frontera, 1995, pp. 73 s.; y el artículo Recuerdos de antaño. La fiesta de San Antón, firmado por Don Braulio, en El Guadalete del 17-I Como se sabe, actualmente tiene sede canónica en la iglesia de la Santísima Trinidad la moderna Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, que trabajó para organizarse como hermandad desde 1974, celebraba cultos anuales a la imagen desde 1978, tuvo junta organizadora en 1979 (en la Santísima Trinidad) y en 1981 en la parroquia del Corpus Christi, de donde volvió a la antigua iglesia trinitaria, tuvo estatutos aprobados de Asociación Parroquial en 1994 y 1995 y aprobó recientemente sus nuevos estatutos el 2 de febrero del año 2000: véase nuestro capítulo (en colaboración con José López Romero) La Semana Santa desde

21 y 17 de enero de cada año (alguna vez el 17 y el 18) en la Santísima Trinidad (en 1896 en las Angustias, por obras en aquel templo), según puede leerse en los boletines religiosos de los periódicos (El Guadalete, Diario de Jerez, Ayer, Claridad, La Voz del Sur) desde el siglo XIX hasta pasado 1964, año de la muerte de don Hipólito Sancho. Aun así, no hay indicios de grupo organizado de devotos ni, mucho menos, de cofradía. Las imágenes de la antigua cofradía Como antes hemos aclarado (y aparte del Crucificado de Marcos Cabrera), ya Bartolomé Gutiérrez nombraba a los tres titulares: Humildad y Paciencia de Christo y Nuestra Señora de la Amargura y San Juan. La imagen del Señor, un Jesús sentado y despojado de sus vestiduras (el varón de dolores, gr. ánthrōpos en plēgêi, lat. vir dolorum, de Isaías 53, 3) es la talla del siglo XVII, el Ecce Homo del auto citado de 1652, que se conserva en la iglesia de la Santísima Trinidad 27. Recuérdense también los dos sayones del oficio de 1679 y que, por lo que puede deducirse, iban en el paso con el Cristo. En lo que respecta a la Virgen de la Amargura se comprueba con lo dicho que al menos desde el siglo XVIII consta en Jerez de la Frontera esta advocación y su devoción popular. De la excelsa talla, hoy atribuida al gran imaginero del XVIII Francisco Camacho de Mendoza 28, volveremos a hablar cuando veamos cómo en 1939 sale de nuevo en la procesión de Semana Santa de nuestra hermandad de la Flagelación. la posguerra hasta hoy en J. L. Repetto Betes (coord.), La Semana Santa de Jerez y sus cofradías. Historia y arte, II, Jerez de la Frontera, BUC, 1999, p La talla (para la que los restauradores Isaac Navarrete y Rosario Martínez Lorente propusieron un origen colonial o indiano) guarda un extraordinario parecido con otra de la misma época, que hoy puede contemplarse en la iglesia de la Merced, del Colegio del Salvador (ex convento de la Merced), de la localidad de Vejer de la Frontera y que es obra de Francisco de Villegas (a quien, como nos sugiere José Jácome, podría atribuirse la de nuestra ciudad, aunque los testimonios que tenemos del escultor no lo confirmen hasta el momento): véase Enrique Hormigo Sánchez, Vida y obra de Francisco de Villegas, escultor, retablista y ensamblador, Cádiz, 2002, pp. 54, 89 s. (el autor se basa en los trabajos de José Miguel Sánchez Peña). Para José Moreno Alonso (en su libro Historias, leyendas y fiestas de Xerez de la Frontera, op. cit., p. 122) la hermandad tuvo una talla mas antigua del Señor de Humildad y Paciencia cuando radicaba en el Hospital de San Cristóbal, antes del traslado a la Santísima Trinidad, y sería la que hoy puede verse en el templo de San Dionisio (si bien no parece que sus características iconográficas avalen esta hipótesis). 28 Así lo propone ya decididamente un gran especialista (y miembro del CEHJ) como es el profesor Fernando Aroca Vicenti, La Historia del Arte en Jerez en los siglos XVIII, XIX y XX, en Diego Caro (coord.), Historia de Jerez de la Frontera. Tomo III. El arte en Jerez, Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Diputación, 1999, p. 127: ( ) se muestra con un ligero giro de cabeza, lo que nos revela que en su momento iba acompañada de San Juan; sus facciones se acercarían más a la obra de Camacho si fueran eliminados los repintes, sobre todo en labios y cejas.

22 El San Juan, que en el XVIII iba a su lado en el paso y que en 1941 fue cedido a la hermandad jerezana del Cristo del Amor, dataría del mismo siglo XVIII. San Juan que acompañaba a la Virgen de la Amargura, hoy en el paso del Cristo del Amor (foto de Diego Romero Favieri). En absoluto debe extrañar que San Juan la acompañara 29. Es notable la relevancia que alcanzó la figura de Juan el evangelista, identificado por la tradición (ya en Orígenes, 29 Este párrafo reproduce con pequeñas modificaciones lo que al respecto anotamos en nuestros capítulos (en colaboración con José López Romero) El primer siglo de Semana Santa y La Semana Santa del Barroco en J. L. Repetto Betes (coord.), La Semana Santa de Jerez y sus cofradías. Historia y arte, I, op. cit., p. 62, n. 19, y p. 125, n. 97bis.

23 Comentarios al evangelio de San Juan 32, 21) con el discípulo amado del cuarto evangelio (Juan 13, 23; 19, 26;20, 2; 21, 7 y 20). En las apócrifas Actas de Pilato X 1 (recensión B, del s. V aprox.) se dice que Juan, tras seguir de cerca a Jesús en la subida al Calvario, corrió a contárselo todo a María y ambos, junto con Marta, María Magdalena y Salomé, acudieron a la calle de la Amargura. Éste será el dato que influya en la iconografía. Asimismo el Encuentro con la Madre es un buen ejemplo de esos pasos extraevangélicos o apócrifos (como también las Tres Caídas ) que se incluyeron en el vía crucis 30. La Virgen de la Amargura salía, pues, con San Juan en la Hermandad de San Antón de Humildad y Paciencia de Cristo y lo haría también así 31 ya en el siglo XX y en la Hermandad de la Flagelación. Imagen del Señor de Humildad y Paciencia de la iglesia de la Santísima Trinidad. 30 O, mejor dicho, en los vía crucis, dado que al principio no se trataba de un modelo fijo. Para esta fijación habrá que esperar a Leonardo de Porto Maurizio en el s. XVIII. 31 Recuérdese, no obstante, que la imagen que en 1937 salió acompañada de San Juan fue la actual del Perpetuo Socorro (de la Hermandad del Perdón), antes de ser sustituida por la primitiva (y actual) talla de la Amargura. Tampoco ese San Juan era la imagen antigua (hoy de la Hermandad del Amor, repetimos), sino una realizada por Ramón Chaveli, como veremos en su momento.