TELEVISION CON CALIDAD: UN DERECHO DE TODOS

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1 TELEVISION CON CALIDAD: UN DERECHO DE TODOS Por: Claudia Martínez De Nubbila. Resumen: El fin justifica los medios. Este adagio popular se ha convertido en la actualidad en el eslogan de la lucha permanente que existe entre los principales canales privados de televisión en Colombia para ganar audiencia, aumentar el rating y posicionarse en el mercado; poco importa la calidad y variedad de los contenidos de los programas que son emitidos, la parrilla de programación se enfoca básicamente en el esquema simple (programas matutinos, noticieros, telenovelas y reality shows). (Ortega Martínez, 2006). Palabras Clave: Rating, Parrilla de programación, Canales privados, Derechos de los televidentes. Si tomamos referentes históricos, la televisión colombiana antes de 1998 poseía un sistema mixto en el que el Estado figuraba como único propietario de los canales de televisión, en los cuales las empresas privadas adquirían espacios presentando propuestas y acatándose a los mandatos decretados. El gobierno era quien imponía los tipos de programas y el horario en los que debían ser transmitidos. Aunque esto se podía considerar como un sistema que restringía a las programadoras, había puntualidad en las trasmisiones, diferentes puntos de vista, y sobre todo variedad en los programas que se presentaban a la audiencia. Pero todo cambió en enero de 1995, cuando se cumple con el mandato constitucional de 1991 de crear un ente autónomo para vigilar la televisión, es en ese momento cuando nace la Comisión Nacional de Televisión (CNTV), la cual establece la libertad de creación de medios de comunicación dando paso a los canales privados, trayendo con ellos la ya conocida o denominada batalla o guerra por el rating, que los ha conducido a acabar con el sistema de horarios de los programas que trasmiten,

2 causando inconformidad en las audiencias; los televidentes tienen que predecir a qué horas comienza un programa de televisión especialmente si éste está incluido en el horario triple A o Primetime, que de acuerdo con la programación semanal es liderado por las telenovelas, que son cambiadas de horario varias veces al año dependiendo de la programación que estructure el otro canal, restándole importancia a la opinión o a las inconformidades de los televidentes. Esta situación en la que claramente hay una violación contra los derechos de los usuarios no se presenta en otros países como Los Estados Unidos, que tiene una gran competencia entre los canales y los programas emitidos. Los estrenos que se realizan en el mes de otoño se conocen con dos y hasta tres meses de anticipación y las publicaciones dedicadas a ello perduran; incluso existen canales dedicados a mostrar los listados de programación. En Japón, de donde es originaria esta práctica, los sitios Web de los canales y los periódicos indican claramente a qué horas se transmite un programa, así sea en horarios tan raros como las 20:54 o las 25:50 (se pueden ver, por ejemplo, las parrillas de programación de TV Asahi, Nippon TV, TBS y Fuji TV, las cuatro principales cadenas privadas nacionales). (Ortega Martínez, 2006) Los medios tienen la tarea de abrir la puerta para que el público, la sociedad civil, las organizaciones de usuarios, los consumidores de la información y del entretenimiento, puedan tener una participación activa en los proyectos televisivos, ya que estos se convertirán en los usuarios finales. (Santos, 2002) Uno de estos métodos de participación que el Estado Colombiano planteó en pro de las audiencias fue la creación de la figura del Defensor del Televidente a través de la ley 335 (ley de televisión, artículo 11) exclusiva para los canales privados. La finalidad de este personaje es la de proteger los intereses de los televidentes solucionando los conflictos eventuales que puedan presentarse entre estos y el canal a la hora de la emisión de los programas, garantizando así el derecho a la información y a fomentar una televisión con calidad; entre sus funciones principales está la recepción de

3 quejas de los telespectadores por medio de correos electrónicos, páginas Web, líneas gratuitas para todo el país y espacios en los respectivos canales, para la transmisión de programas en los cuales se expongan las quejas y las posibles soluciones que presentan los medios audiovisuales. En el caso particular colombiano los 2 canales privados de televisión RCN Y CARACOL presentan al televidente los correos y las páginas principales y las líneas RCN ext 1128 u 1129 y Caracol y los programas Doble Vía del canal (Caracol) y tu tele de RCN. Resulta paradójico que estos programas que se realizan con la finalidad de demostrar el desacuerdo por parte de los televidentes y que representan una forma clara de participación ciudadana, se trasmitan en la madrugada, producto del mismo desorden en los horarios, lo que impide que las personas se enteren o participen en el mismo. A pesar de que a nivel Iberoamericano existen entes reguladores, como los Consejos Nacionales de Televisión (CNTV) y Comisiones Nacionales de Televisión (CNTV) que buscan garantizar al usuario una televisión con calidad, existen muchas falencias y mucho trabajo por hacer sobre todo en los temas referentes a los contenidos, la programación y el cumplimiento de horarios, por tal motivo es necesario que todos los ciudadanos sean participes en las tomas de decisiones y exijan sus derechos como televidentes, para que se pueda apostar cada día más por una televisión que cumpla con todos los parámetros de calidad. Organizaciones e Instituciones a nivel mundial como la Organization of News Ombudsmen (ONO), Consell de L Audiovisual de Catalunya Uteca y la Comisión Nacional de Televisión se convierten en los medios más idóneos para que los ciudadanos tomen la vocería y

4 expresen sus opiniones, después de todo los medios de comunicación trabajan diariamente para mostrarle a las audiencias lo que ellos quieren ver. El tema de la calidad de la televisión forma parte de una discusión que nos compete a todos, porque la calidad no es simplemente un problema económico que los consumidores esperan de los bienes y servicios que circulan en los mercados, sino un requisito social que los ciudadanos le exigen cada vez más a los medios de comunicación. (Santos, 2002).

5 Referencias: Herrera, C (2007). Los extraños gustos del televidente Colombiano, Consecuencias de parrillas locales asustadas. Colombia: M&P. Pág. 28 Santos, R (2002). Medios, calidad y responsabilidad social: Aportes de la exposición realizada en la conferencia de Televisión Pública: del consumidor al ciudadano. Bogotá, noviembre 23 de Extraído el 4 de Marzo de 2008 desde Rincón, O (2002).Pensar lo Público: Aportes de la exposición realizada en la conferencia de Televisión Pública: del consumidor al ciudadano. Bogotá, noviembre 23 de Extraído el 3 de Marzo el 2008 desde Ortega, J (2006). Televisión sin Horarios. Medios y cultura popular. Extraído el 4 de Marzo de 2008 desde