TESTIMONIO DE UN NIÑO SIRIO. Hola, me llamo Jamal y tengo 12 años.

Transcripción

1 TESTIMONIO DE UN NIÑO SIRIO Hola, me llamo Jamal y tengo 12 años.

2 Nací, y viví en Fadle, un pueblo sirio de la región de Muhafazat Hims hasta ahora. Yo iba al colegio todos los días, con mis amigos, y mi hermano pequeño. Me gustaba aprender. Siempre he querido ser médico. Era muy buen estudiante. Luego volvíamos a casa. La verdad es que, aunque no teníamos mucho

3 dinero, vivíamos felices, pero un día todo cambió. Una bomba cayó en el colegio, y destruyó totalmente el edificio. Cada noche tengo pesadillas con el sonido de la explosión y la terrible

4 visión de ver a mis queridos amigos y compañeros tirados en el suelo, destrozados por la metralla Me encontré cubierto de sangre y muy mareado, pero algo me dijo que debía salir corriendo de la escuela antes de que lo poco que quedaba en pie de la misma se me cayera encima. Empecé a correr todo lo rápido que pude, entre los gritos de los

5 niños que también habían sobrevivido, y de repente un pensamiento cruzó mi mente aturdida y sentí cómo el corazón se me helaba: mi hermanito pequeño. Corrí entre los escombros hasta lo que cinco minutos atrás había sido la clase de Educación Infantil

6 Tuve que sacar a mi pequeño hermano de entre los escombros. Estaba también cubierto de sangre. El pobrecito tenía tanto miedo que no decía nada. Sólo se agarraba a mí fuerte Aliviado, corrí hasta casa con mi hermanito en brazos. Las calles eran un caos. Habían bombardeado hospitales también.

7 Mi madre se abrazó a nosotros llorando otra bomba había sido arrojada sobre la fábrica donde trabajaba nuestro querido padre No tuvimos tiempo de enterrar a mi padre: tuvimos que salir corriendo de nuestro pueblo. La fábrica - como muchas partes del pueblo- había quedado completamente destrozada y se necesitaba mucho tiempo y dinero

8 para poder recuperar los cuerpos de los fallecidos. Así que con muchísimo dolor por tener que abandonar nuestras casas, y sin creernos todavía que nuestro papaíto había muerto, decidimos huir hacia Europa, porque sabíamos que era nuestra única posibilidad de no morir aplastados por las bombas.

9 Tuvimos que usar nuestros ahorros de toda la vida para pagar a las mafias, puesto que el viaje a Europa era imposible sin ellos. Sabíamos que mucha gente moría en el viaje, porque las mafias estafaban a la gente y cobraban precios desorbitados por un pasaje en una pequeña barca a rebosar de gente. No morir ahogados era

10 difícil, pero sobrevivir en nuestro país era imposible. Primero estuvimos esperando a poder entrar a una barcaza en unos campamentos que no tenían nada, ni luz ni comodidad, y después de pagar casi todo lo que

11 teníamos, nos subimos a una barcaza inestable a rebosar de gente, con el objetivo de llegar a Grecia. El viaje fue una auténtica pesadilla. Mucha gente cayó al mar, o murieron aplastadas. Mi madre nos mantuvo bien agarrados. Sabía que muchos niños se habían perdido o se habían quedado sin padres, y las mafias

12 los secuestraban para venderlos como niños soldados o a otras mafias que se dedicaban al tráfico de órganos. Después de pasar por todo aquel infierno de viaje, llegamos a una isla donde nos dijeron que no podían aceptar más refugiados, y fuimos trasladados a una zona de espera, en la que aún estamos mi madre, mi hermano y yo.

13 Aquí no hay mucha comida, y pasamos mucha hambre. El frío es terrible. Y lo peor de todo no puedo ir a la escuela.

14 Mucha gente se ríe de mí cuando les digo que algún día seré médico. Dicen que nuestro país está destrozado y que en Europa no nos quieren. Y que aunque así fuera, nunca conseguiría el dinero suficiente para pagarme una buena escuela y la universidad. Quizás haya algunos europeos que tengan compasión de unos niños refugiados como nosotros.

15 Esos europeos están viendo las noticias cada día, ven cómo los niños morimos y pasamos hambre Espero que eso les mueva el corazón y nos acojan. Sé que muchos de ellos son cristianos, y me han contado que Jesús hablaba del amor al prójimo como a uno mismo. Ojalá le hagan más caso a Jesús y nos ayuden!

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