MINISTERIO DEL AIRE. Vuelo a Nueva York. En el aire, en el aire.

Transcripción

1 MINISTERIO DEL AIRE Vuelo a Nueva York 1 En el aire, en el aire.

2 Yo te miraba, y tú y el aire me mirabais a mí. Entre los dos, el aire. Nada teníamos en común más que el aire. Vivíamos de él. Él nos tenía. Todo estaba en el aire... Tú y yo. Tu, yo y el aire. Qué gozosos los tres. No; qué gozosos los cuatro: tú, el aire, el amor y yo. Juntos los cuatro. Por el aire. 2 Porque me abanicaste. Porque me abanicabas. Pero, por qué me abanicabas? El aire, de los dos; los dos, del aire. Por qué me abanicabas? Yo iba hacia ti -el columpio era el airey tú hacia mí. Por qué me abanicabas? Tu abanico era yo: tú, mi abanico. Pero, por qué me abanicabas? Pero por qué te abanicaba? Éramos aire, aire... Éramos una cosa, una cosa los dos, la misma cosa. Casi nada... Amor sólo.

3 3 Antes de haber llegado, sobre el Empire State oponiéndote al aire. Y el aire te llevaba. Antes de haber venido, sobre la Estatua de la Libertad oponiéndote al aire. Y el aire te mecía. Antes de conocerte, sobre mi corazón oponiéndote al aire. Y el aire nos besaba. 4 Me sonreías antes de conocerme, mi gato de Chesire. Yo te miraba antes de conocerte, mi gato de Chesire. Nos presentimos antes de conocernos, mi gato de Chesire. Y antes de conocernos, por qué nos olvidamos, mi gato de Chesire? 5 Pero no oías. Pero tú no me oías.

4 El aire levantaba su alta torre, levantaba el amor su alta veleta; pero no oías, no me oías. La caricia del Norte silenciosa, la caricia del Este atormentada, y no me oías, pero tú no oías. Y el aire, más alto que los dos, tan asombrado, caliente nos miraba. 6 Ángel, demonio mío: cuanto no hagamos lo haremos juntos, y cuanto hagamos separados lo haremos. Pero, por qué, por qué? Ángel mío, demonio: no he querido quererte y no quiero quererte. Cuando llegue la hora de concluir, haremos cuentas juntos: la inspiración será tuya; mía, la expiración; y la respiración seremos, ah, los dos. Al fin y al cabo, el aire. Y en él, tú, demonio y ángel mío. 7 No, no eras tú: era el aire. Volaba sobre el mar. Se detenía encima de la luz.

5 Olía la nube. Coloreaba el horizonte. Ponía en flor las áridas montañas... Y no eras tú, era el aire. Pero eres tú, criatura mía. Eres tú, creador mío. Soñadores los dos de un sueño divergente. En algún mundo, lejos o cerca, más hondo que el mundo que habitamos, en algún aire maravilloso, intacto, tú y yo, maravillosos, intactos, seremos uno solo... Y tú serás el aire. 8. Epitafio Ya eres el aire. Ahora ya no respiro. Estoy muerto entre rosas, oprimido por ti. 9 Nadie mojaba el aire tanto como mis ojos. Me decías: " Trabajas?" Me decías: " Ya es la hora del té?" Y yo no te decía: "Te amo"; no te decía: "Eres todo lo que tengo"; no te decía: "Eres la única rosa en la que caben todas las primaveras. Me decías:

6 "Adiós, hasta mañana." O me decías: " Necesitas algo?" Y yo no te decía: "Me estoy muriendo de amor... Me estoy muriendo." Nadie mojaba el aire como yo. 10. Adivinanza El aire es una rueda: un eje inmóvil; lo demás, silencio. Giramos tanto que se nos olvida que el centro único somos tú y yo, mi arcángel. Tú y yo en el aire sin saber ya por qué, ni dónde ni hacia dónde: ojo del huracán. El aire es una inmensa rueda, sin ti y sin mí... Pero, sin ti y sin mí, qué es una inmensa rueda? Ríe, amor mío, ríe. 11 Moriremos. No necesitaremos el aire. Por fin, juntos, no necesitaremos el aire para volar... Eso es todo. Ni el tiempo,

7 ni el amor, ni la tierra nos unirán: sólo esa leve común tristeza de no usar más el aire... Y antes, por separado, el aire lo era todo. Cuando no seamos nada, seremos nada juntos. 12 El aire te adormece. Yo miro la belleza del mundo desde arriba. Yo miro tu belleza adormecida. Tú eres el mundo. Así me atrevo a ti. Entre tú y yo está el aire. Te respiro en silencio, y vivo porque duermes. Cuando despiertes tú habré muerto de nuevo. Pero ahora te respiro. 13 Era invierno. Llegaste y fue verano. Cuando llegue el verano, qué será de nosotros? Quién calentará al aire más que julio y agosto? Tengo miedo de este error de los meses que has traído. Quién es nuestro aliado: tú o yo? Cuando llegue el verano quizá al aire esté frío...

8 Qué importa? Era invierno y llegaste. 14 Soy una miga de pan caída de un convite. Ni Dios me sabe a nada, ni estoy solo, ni amargo, e ignoro mi dulzura. Hasta que a mí llegó el arcángel sonoro. Ángel, abrázate al sol de par en par. Abarca con tus alas el aire, arrópalo. Tú eres rosa y león. Tu rugido perfuma y tu flor ruge. Escalas por la luz y tus pies me lastiman. Pero el dolor de un ángel es sagrado. 15 Pastorea las olas el mar y sin tregua las apacienta. Cuando se aleja el sol, el mar se va tras él con su rebaño. El ángel y Tobías corren y vuelan juntos. Ninguno de los dos resistirá: yo, el alto vuelo;

9 tú, la profunda mina. La cumbre tiene al monte; tú me tienes a mí, que te sostengo. Un pájaro de luz fuimos y una raíz sola. Ninguno de los dos hemos sobrevivido: yo, al alto vuelo; tú, a la profunda mina. Ahora el ángel no está, ni está Tobías. 16 La luz va por el aire o es el aire? Bebo la luz, te bebo y me iluminas. Ardo en ti y te ilumino. Somos sólo una llama: la única llama erguida en la mitad del aire, alimentada de aire, trepando por el aire. Yo soy tú, tú eres yo. No somos sino un vaho en el espejo del aire transparente. Reflejados uno en el otro, creciendo uno de otro como el aire y la luz... Somos la única llama. 17

10 Rodearé las cosas en tu nombre. Traspasaré las cosas en tu nombre. Inspiraré las cosas en tu nombre... Ya no soy yo. Me muevo a instancias tuyas; acaricio ecos tuyos; apoderado soy de tu grandeza. Qué sencillo es obrar bajo el sereno ministerio del aire. 18. Homenaje a San Juan de la Cruz Volé contigo, amor, volé, volaba. El cielo, en flor y niño, se admiraba de un vuelo tan en flor que no se oía. De tu vuelo mi vuelo dependía. Con tu aire, mi aire se aireaba, y a mi ala la tuya enamoraba. Como un niño, en tu cuna me mecía. Y el ventalle de cedros aire daba.