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Transcripción

1 La decisión de tener un hijo es el proyecto más importante en la historia de una pareja. Pero también puede resultar una experiencia desconcertante o incluso una fuente de incertidumbre y ansiedad. Seré una buena madre? Cómo afectarán los cambios a mi cuerpo? Cómo puedo prepararme para tener un embarazo saludable? Qué puedo hacer para que mi hijo se desarrolle sano? son preguntas que todas las mujeres se hacen. Para ayudar a resolverlas, existen algunos consejos que se pueden seguir antes de lograr la gestación para favorecer la concepción y un embarazo sano. Aunque el embarazo es un proceso que en ocasiones ocurre de forma inesperada, la mayor parte de las mujeres previamente utilizan un método anticonceptivo hasta que han tomado la decisión de ser madres. Algunos de esos métodos no interfieren con la regulación del ciclo menstrual, por lo que una vez que dejan de utilizarse, la mujer puede intentar quedarse embarazada desde el primer día. Son los denominados métodos de barrera, como los preservativos femenino o masculino y el diafragma, y los métodos naturales, como el método del calendario, estudio de temperatura basal, moco cervical o los monitores electrónicos de fertilidad. Los métodos hormonales, tanto combinados en forma de píldora, anillo o parche, como los que solo contienen un gestágeno, en forma de minipíldora diaria, implante, DIU o inyectable, interfieren en el ciclo menstrual y por ello pueden transcurrir varios meses desde que se abandonen a que éste se restablezca. En estos casos se recomienda suspenderlos un par de meses antes de intentar el embarazo. Si la mujer era portadora de un DIU, dado que éste produce una inflamación de la capa más interna del útero, que es donde se debe implantar el embarazo, también se aconseja dejar pasar un par de meses antes de intentarlo. La fertilidad de la pareja humana es de las más bajas de la naturaleza considerándose que la posibilidad mensual máxima de conseguir un embarazo para una pareja de menos de 30 años no supera el 30%. La edad de la mujer es un factor decisivo, disminuyendo su fertilidad de forma dramática a partir de los 38 años. Las condiciones sociales y laborales del mundo actual sin embargo, obligan a la mujer a retrasar la concepción, por lo que resulta muy aconsejable conocer cuáles son los días más fértiles del ciclo a fin de aumentar las posibilidades de éxito. En torno a la mitad de las mujeres desconocen cuándo se produce su ovulación y en consecuencia no aprovechan los días en que tienen mayor probabilidad de quedarse embarazadas. Para identificar esos días hay que conocer la temporalidad del ciclo menstrual, que no es igual en todas las mujeres y puede variar entre los 26 y los 30 días. Para facilitar ese conocimiento, existen en el mercado sistemas destinados a la mujer que analizan la presencia de la hormona LH, que es la que estimula la ovulación femenina. Se trata de los test de ovulación, gracias a los que, con un sencillo análisis de orina, se pueden determinar los días más fértiles de la mujer y saber así en qué días es más probable que se produzca la concepción. Disponer de una información fiable y científicamente avalada sobre los días más fértiles, genera tranquilidad y confianza en la pareja, haciéndoles sentir más seguros y relajados ante su deseo de conseguir un embarazo.

2 La salud de la mujer durante su etapa fértil es en general excelente y por ello las visitas al médico suelen ser puntuales y coincidiendo con algún proceso patológico. Sin embargo, cuando se piensa en un embarazo, es fundamental hacerlo en las mejores condiciones y para eso se aconseja realizar una visita pre-concepcional al ginecólogo o al médico de familia, en la que no sólo se informará sobre hábitos saludables, sino también sobre conductas preventivas y, por supuesto, sobre el seguimiento del embarazo. Es fundamental conocer el estado actual de vacunación de la mujer porque en ocasiones, a pesar de haber recibido la vacuna en la infancia, los niveles de anticuerpos disminuyen con los años y se puede creer que existe inmunidad frente a infecciones contra las que no está protegida, por ejemplo, rubeola o hepatitis B. Algunas vacunas están especialmente recomendadas en las embarazadas, como la de la gripe, por lo que se puede administrar en este momento. Es importante repasar qué fármacos consume la paciente de forma habitual y esporádica y retirar aquellos que no sean imprescindibles o que puedan causar daño al feto. En ocasiones, el consumo es tan crónico que la paciente ni lo identifica como medicamento (ej, ansiolíticos o inductores del sueño). En otras ocasiones, se podrá permitir la toma del mismo hasta el momento de la concepción, suspendiéndolo entonces hasta que finalice el periodo de riesgo para la formación fetal, o sustituirlo. Esta visita debe ser especialmente importante para aquellas mujeres que padezcan una enfermedad crónica, como diabéticas, hipertiroideas, cardiópatas, epilépticas, etc. Los futuros padres son muy receptivos hacia cualquier medida que implique una mejora para su salud y la del bebé, por lo que éste se convierte en un momento óptimo para aconsejar el abandono de hábitos perjudiciales para la salud, especialmente los tóxicos, como el tabaco, el alcohol y otras drogas. Con ello también se favorece que se produzca la concepción. Por supuesto esta recomendación va dirigida a ambos miembros de la pareja El consumo de alcohol puede reducir la fertilidad femenina y afectar a la calidad del esperma. También puede aumentar el riesgo de aborto espontáneo. Aunque los profesionales sanitarios permiten un máximo de una a dos unidades de alcohol al día para las mujeres y tres a cuatro unidades al día para los hombres, durante el embarazo se recomienda ingerir cantidades inferiores, o preferiblemente no ingerir ninguna bebida alcohólica. El tabaco debe evitarse si se desea un embarazo. En comparación con los no fumadores, los hombres fumadores fabrican una cantidad inferior de espermatozoides y con una proporción mayor de formas anormales. En las mujeres, fumar se asocia con menopausia temprana e infertilidad. También puede aumentar el riesgo de aborto espontáneo y un inicio prematuro del parto. La mujer debe abandonar el hábito tabáquico, pero también animar a su pareja a hacerlo para evitar ser fumadora pasiva. Las sustancias adictivas provocan malformaciones fetales y pueden causar síndrome de abstinencia en el recién nacido.

3 La etapa preconcepcional es el momento más adecuado para adquirir hábitos saludables e interiorizarlos en el comportamiento, de modo que constituyan una conducta habitual no sólo cuando se consiga la gestación, sino para el resto de la vida. Es importante cuidar la alimentación, en relación a la cantidad y calidad de los alimentos, pero también al tipo y el horario de comidas. Debe procurarse la práctica de ejercicio físico regular y de actividades al aire libre. Se debe respetar un mínimo de horas de sueño y si es posible, un horario regular para el mismo. Algunas hormonas implicadas en la regulación del ciclo menstrual y la ovulación tienen ritmos circadianos, es decir influidos por las fases de sueño/vigilia, y pueden verse alteradas si se modifican las mismas. Tanto las mujeres que planifican un embarazo como las que ya lo han conseguido deben realizar una alimentación saludable para que el feto disponga de los nutrientes esenciales en su formación y desarrollo desde el momento de la concepción. Una dieta saludable incluye comer de manera regular y equilibrada, sin suprimir comidas y evitando los largos periodos de ayuno, reducir la comida rápida y los alimentos procesados y aumentar la ingesta de fruta fresca y vegetales. La leche y los productos lácteos contienen mucho calcio, que es importante para el desarrollo óseo del futuro bebé, por lo que también deben incluirse en cantidad adecuada diariamente. Con una dieta variada se cubren los requerimientos diarios de la futura madre. Pero los profesionales sanitarios aconsejan además la ingesta de un suplemento de ácido fólico para prevenir los defectos del tubo neural en el feto. Las mujeres que planifican quedarse embarazadas deben tomar un suplemento que contenga 400 microgramos de ácido fólico cada día. Lo ideal es iniciar el tratamiento tres meses antes de empezar a intentar concebir y mantenerlo al menos durante el primer trimestre del embarazo. Si sigue una dieta saludable, ya ingiere cierta cantidad de ácido fólico a partir de cereales enriquecidos para el desayuno, alubias, vegetales de hoja verde y zumo de naranja. Durante el embarazo y la lactancia se aconseja también el aporte de un suplemento de 200 microgramos de yodo diario. El déficit de yodo se ha relacionado con mayor incidencia de abortos, hipotiroidismo congénito y trastornos de aprendizaje durante la infancia Los suplementos polivitamínicos deben complementar una dieta saludable, nunca sustituirla.

4 Para evitar ese antiguo aforismo que relacionaba el embarazo con la pérdida de piezas dentales, es necesario insistir en la importancia de una higiene oral adecuada, la correcta técnica del cepillado y la visita periódica al dentista. Antes de quedarse embarazada, la mujer debería realizar una revisión dental para detectar la necesidad de pequeñas intervenciones y prevenir la aparición de infecciones. Aunque no existe ningún riesgo en realizar las mismas, tanto el uso de anestésicos locales como el de antibiótico es motivo de consulta al ginecólogo por la preocupación de la embarazada. Se aconseja cepillar minuciosamente los dientes como mínimo 2 veces al día, preferiblemente por las mañanas y antes de acostarse con un cepillo de dientes con filamentos suaves, o un cepillo eléctrico de buena calidad, que sea seguro y cómodo de usar. Se debe utilizar una pasta de dientes fluorada, ya que está demostrado que previene la formación de caries y utilizar hilo dental, cepillo interproximales u otros productos para eliminar la placa de las zonas donde no llega el cepillo de dientes. La práctica de ejercicio físico mejora la condición cardiovascular y muscular, favorece la corrección postural y evita un aumento excesivo de peso. Así mismo disminuye las molestias digestivas y el estreñimiento, aumenta el bienestar psicológico reduciendo la ansiedad, la depresión y el insomnio y crea hábitos de vida saludables. Mejora la tensión arterial y protege frente al riesgo de diabetes gestacional, pudiendo ser empleado como tratamiento alternativo que permitiría disminuir o incluso suprimir el uso de insulina. El nivel de adaptación al ejercicio físico previo al embarazo será un factor determinante en la tolerancia y posibilidades de realizar actividad física durante el mismo. Las mujeres que realizan ejercicio físico habitual suelen estar en condiciones de continuar su práctica pero con ligeras modificaciones, espaciando las sesiones de entrenamiento y evitando traumatismos. Los deportes más recomendables en el embarazo son la marcha, natación y ciclismo, que pueden realizarse hasta bien avanzado el mismo.

5 Es conveniente tener un peso adecuado antes de quedarse embarazada y se puede aprovechar este momento para iniciar una dieta, siempre bajo supervisión médica. Durante la gestación se va a producir una inevitable ganancia de peso, que puede tener repercusiones sobre el organismo si previamente existía un sobrepeso. El exceso de peso puede también disminuir las posibilidades de concepción porque está relacionado con alteraciones del ciclo menstrual y ciclos anovulatorios. Mujeres con kilos de más y menstruaciones irregulares, comprueban como éstas se hacen regulares cuando comienzan a perder peso. El sobrepeso en los hombres puede reducir la cantidad y la calidad del esperma, dificultando también la concepción. A diferencia de otras experiencias importantes como empezar un nuevo trabajo, cambiar de casa o incluso de ciudad, la decisión de tener un hijo es algo que cambiará de forma radical y para siempre la vida de la pareja y que en ocasiones supone la culminación de un proyecto en común. Pero lo que se inicia con ilusión y alegría puede convertirse en una fuente de estrés y frustración especialmente cuando la concepción tarda más tiempo del esperado en producirse. Y esto puede afectar a la relación de pareja. Por ello es importante saber que no conseguir un embarazo en poco tiempo, no significa que exista un problema. De hecho, los estudios demuestran que una de cada dos parejas simplemente puede estar intentándolo en el momento equivocado del mes y que la mayoría de las parejas saludables logran concebir durante el primer año después de comenzar a intentarlo. Planificar actividades, hacer ejercicio juntos, animarse mutuamente al abandono de hábitos inadecuados y sobre todo, mantener una actividad sexual placentera y no solo orientada a la consecución del embarazo deben ser objetivos de toda pareja que está buscando tener un hijo.