Lección 9 Alabanza, gloria y honra por siempre

Transcripción

1 Lección 9 Alabanza, gloria y honra por siempre Apocalipsis «Y decían a gran voz: «El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza». Apocalipsis 5.12

2 Propósito Reafirmar el propósito y objetivo de toda vida humana: bendecir y alabar a Dios y a su Hijo Jesucristo por lo que ambos son en sí mismos, Soberanos y Señores del universo entero y de cada uno de nosotros individualmente. Somos parte de la creación divina y vivimos y nos movemos como sus criaturas. Nuestra existencia debería ser un cántico permanente de alabanza y reconocimiento de la grandeza de nuestro Dios y de nuestro Redentor, Jesucristo.

3 Bosquejo de la lección Nueva segunda fase de la visión del trono. I. Los siete sellos. II. Transición de las alabanzas al Creador (capítulo 4) a las alabanzas del Cordero con las que va a terminar este capítulo (5.8-14). III. Los siete sellos que nadie puede abrir, sino solo el Cordero. IV. La respuesta del Apocalipsis: solo el Cordero tiene el secreto, al desatar rollo.

4 Vocabulario bíblico «CON SIETE SELLOS»: Quiere decir que su contenido era secretísimo. «ROLLO»: Griego «byblon», era una sola tira larga, generalmente de papiro, escrita en columnas, que se enrollaban alrededor de una varilla central. «LEÓN DE JUDÁ»: Es el Mesías. Entre las doce tribus Jacob da prelación a la tribu de Judá de la cual saldría el Mesías (Gn 49.9). «ARNION»: La palabra griega «arnion» aparece veintinueve veces en el Apocalipsis y designa al «Cordero crucificado». El cordero tiene siete «cornamentas» que significan poder o dignidad real.

5 Apocalipsis RVR 6 Miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes y en medio de los ancianos estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. 7 Él vino y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. VP 6 Entonces, en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, vi un Cordero. Estaba de pie, pero se veía que había sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. 7 Aquel Cordero fue y tomó el rollo de la mano derecha del que estaba sentado en el trono;

6 Apocalipsis 5.8 RVR 8 Cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Todos tenían arpas y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos. VP 8 y en cuanto tomó el rollo, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se pusieron de rodillas delante del Cordero. Todos ellos tenían arpas, y llevaban copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo santo.

7 Apocalipsis RVR 9 Y cantaban un cántico nuevo, diciendo: «Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje, lengua, pueblo y nación; 10 nos has hecho para nuestro Dios un reino y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.» VP 9 Y cantaban este canto nuevo: «Tú eres digno de tomar el rollo y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado; y derramando tu sangre redimiste para Dios gentes de toda raza, lengua, pueblo y nación. 10 De ellos hiciste un reino, hiciste sacerdotes para nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra.»

8 Apocalipsis RVR 11 Miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. Su número era millones de millones, 12 y decían a gran voz: «El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.» VP 11 Luego miré, y oí la voz de muchos ángeles que estaban alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. Había millones y millones de ellos, 12 y decían con fuerte voz: «El Cordero que fue sacrificado es digno de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría y la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza!»

9 Apocalipsis RVR VP 13 A todo lo creado que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, oí decir: «Al que está sentado en el trono y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.» 14 Los cuatro seres vivientes decían: «Amén!» Y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos. 13 Y oí también que todas las cosas creadas por Dios en el cielo, en la tierra, debajo de la tierra y en el mar, decían: «Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean dados la alabanza, el honor, la gloria y el poder por todos los siglos!» 14 Los cuatro seres vivientes respondían: «Amén!» Y los veinticuatro ancianos se pusieron de rodillas y adoraron.

10 Resumen Tras haber sido testigo de la alabanza celestial tributada a Dios como Creador y Señor de todo (4.1-1), el vidente contempla ahora al Cordero que llevó a cabo la redención. La visión presenta el problema de la historia y del pecado por medio del símbolo del rollo sellado con siete sellos. Cristo consiguió la victoria por medio de su sacrificio. En condición de resucitado solo quedan las huellas de su dolor. Como consecuencia de su triunfo, puede dirigir y culminar, en nombre de Dios, el curso de la historia. En una liturgia cósmica, toda la Creación proclama la dignidad del Cordero con motivo de su entronización. En seguida todo el cielo y todo el universo se unen en doxologías al Cordero y al que está sentado en el trono.

11 Oración Nos unimos, Padre de cielos y tierra, a la alabanza y glorificación de tu nombre y el nombre de tu Hijo Jesucristo, que las huestes celestiales en unión de los veinticuatro ancianos y los cuatro vivientes que representan la humanidad entera, te tributan y tributan al Cordero sacrificado, Jesucristo, el único digno de abrir el rollo de tu Palabra. Te rendimos nuestro reconocimiento a tu bondad, sabiduría y salvación. Tributamos todo honor y gloria a tu nombre y al nombre de tu Hijo Jesucristo. Amén.