Lección 6 El Cristo resucitado se aparece

Transcripción

1 Lección 6 El Cristo resucitado se aparece Juan «Les dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «Tú, quién eres?», sabiendo que era el Señor». Juan 21.12

2 Propósito Entender los deseos y propósitos de Jesús de dejar una comunidad sencillamente organizada con algunos líderes que a pesar de su fe débil terminan siguiendo adelante con su misión de establecer el reinado de su Padre en la tierra. Para realizar esta misión, el pasaje nos enseña que solos no vamos a poderlo hacer. Convencernos de que las aguas están llenas de peces (almas). La pesca se impone. Necesitamos pescadores.

3 Bosquejo de la lección I. Decisión de los siete de pescar, dirigidos por Pedro, quien es el líder del grupo. II. Cambia el liderato ante el fracaso de la pesca y Jesús se pone al frente, sin ser reconocido por el grupo, hasta que Juan reconoce a Jesús y se lo comunica a Pedro. III. Jesús prepara comida para todos con un pescado y pan, que Él mismo había traído.

4 Vocabulario bíblico «MAR DE TIBERÍADES»: Así se conocía el lago de Galilea, por la ciudad de Tiberias edificada por Herodes el grande, en honor del emperador romano Tiberio. «EN LA RIBERA OCCIDENTAL»: No lejos del monte de las Bienaventuranzas. Juan menciona los nombres de los discípulos presentes (v. 2): Simón Pedro, Tomás, Natanael. «OTROS DOS»: Los hijos de Zebedeo no figuran expresamente en el cuarto evangelio. Los otros dos tal vez son Andrés y Felipe. «NO SABÍAN»: Como María Magdalena (20.14) y los discípulos de Emaús (Lc 24.16). «HIJITOS»: En Jesús llama «hijitos» a sus discípulos. Aquí por primera y única vez los llama «muchachos» (NVI). «A LA DERECHA»: La derecha significa honor y predilección. Donde están Cristo y los suyos, los elegidos de Dios y el lugar donde Cristo opera.

5 Juan Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al Mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera: 2 Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Dídimo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. 1 Después de esto, Jesús se apareció otra vez a sus discípulos, a orillas del Lago de Tiberias. Sucedió de esta manera: 2 Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, al que llamaban el Gemelo, Natanael, que era de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos de Jesús.

6 Juan Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Salieron, pues, y entraron en una barca; pero aquella noche no pescaron nada. 4 Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa, pero los discípulos no sabían que era Jesús. 3 Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos contestaron: Nosotros también vamos contigo. Fueron, pues, y subieron a una barca; pero aquella noche no pescaron nada. 4 Cuando comenzaba a amanecer, Jesús se apareció en la orilla, pero los discípulos no sabían que era él.

7 Juan Y les dijo: Hijitos, tenéis algo de comer? Le respondieron: No! 6 Él les dijo: Echad la red a la derecha de la barca y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces. 5 Jesús les preguntó: Muchachos, no tienen pescado? Ellos le contestaron: No. 6 Jesús les dijo: Echen la red a la derecha de la barca, y pescarán. Así lo hicieron, y después no podían sacar la red por los muchos pescados que tenía.

8 Juan Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella) y se tiró al mar. 8 Los otros discípulos fueron con la barca, arrastrando la red llena de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos codos. 7 Entonces el discípulo a quien Jesús quería mucho, le dijo a Pedro: Es el Señor! Apenas oyó Simón Pedro que era el Señor, se vistió, porque estaba sin ropa, y se tiró al agua. 8 Los otros discípulos llegaron a la playa con la barca, arrastrando la red llena de pescados, pues estaban a cien metros escasos de la orilla.

9 Juan Al descender a tierra, vieron brasas puestas y un pescado encima de ellas, y pan. 10 Jesús les dijo: Traed de los peces que acabáis de sacar. 9 Al bajar a tierra, encontraron un fuego encendido, con un pescado encima, y pan. 10 Jesús les dijo: Traigan algunos pescados de los que acaban de sacar.

10 Juan Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se rompió. 12 Les dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «Tú, quién eres?», sabiendo que era el Señor. 11 Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la playa la red llena de grandes pescados, ciento cincuenta y tres; y aunque eran tantos, la red no se rompió. 12 Jesús les dijo: Vengan a desayunarse. Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían que era el Señor.

11 Juan Vino, pues, Jesús, y tomó el pan y les dio, y asimismo del pescado. 14 Ésta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de haber resucitado de los muertos. 13 Luego Jesús se acercó, tomó en sus manos el pan y se lo dio a ellos; y lo mismo hizo con el pescado. 14 Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de haber resucitado.

12 Resumen El capítulo 21 del Evangelio de Juan nos presenta una de las apariciones de Jesús después de su resurrección. La primera que hace fuera de Jerusalén. Se aparece a siete de sus discípulos en el marco del Lago de Genesaret o mar de Galilea, después de que estos no habían podido pescar nada durante toda una frustrante noche de faena. Jesús muestra su poder y sus planes de formar una comunidad unida y solidaria. Por eso les da Él mismo el ejemplo preparándoles una comida con pan que había traído y pescado. Las lecciones del pasaje son obvias: reconocer a Jesús Resucitado, con todo su poder y comprender sus planes de dejar organizada su iglesia a través de este pequeño grupo de discípulos. Dar una lección de humildad, amor y solidaridad, como base de su empresa redentora y probar con su resurrección que era Hijo de Dios hecho hombre para redimir al mundo de pecado y muerte, brindando a todos una nueva vida de amor, perdón y salvación.

13 Oración Amadísimo Padre de los cielos y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Redentor de nuestras vidas y dador de la vida eterna, que Él consiguió con su muerte y resurrección: te reconocemos como el Soberano Señor de nuestras vidas y restaurador de nuestras existencias, que ahora podrán prolongarse para siempre por la acción y los méritos de nuestro Señor y Salvador Resucitado. Amén.