EL PICUDO ROJO DE LAS PALMERAS

Transcripción

1 EL PICUDO ROJO DE LAS PALMERAS Rhynchophorus ferrugineus (Olivier, 1790) COLEÓPTERO. FAM. DRYOPHTHORIDAE ANTECEDENTES Rhynchophorus ferrugineus o picudo rojo es uno de los insectos más dañinos para las palmeras a nivel mundial, ocasionando normalmente su muerte. Este coleóptero curculiónido es originario del sureste asiático, desde donde se ha distribuido a distintos países del sur de Asia, Península Arábiga e Irán, alcanzando finalmente la cuenca mediterránea a través de Egipto en el año 1992, extendiéndose desde allí al resto de países del norte de África y sur de Europa (Italia, Francia, Portugal, España, Grecia, Turquía) a través de la importación de sus hospedantes, las especies del género Palmae. En España el primer focoo aparece en Granada en Años después se detecta en la comunidad Valenciana (2004), momento a partir del cual se multiplican las apariciones en numerosas regiones del país: Cataluña y Murcia (2005), Islas Baleares e Islas Canarias (2006), Ciudad Autónoma de Ceuta (2009), Aragón (2010), y ya en 2013 en Galicia, Extremadura, y finalmentee Castilla y León (octubre), siendo esta la última comunidad donde se ha detectado picudo rojo hasta el momento. Pese a no ser un organismo recogido en la Directiva 2000/29, el enorme riesgo que supone para las palmeras de los países del sur de Europa hace que, tras la notificación de la presencia del insecto en España, la Comisión europea adopte con carácter de urgencia una serie de medidas para evitar su expansión en la Comunidad, aprobando las Decisiones 2007/365/CE, 2008/776/CE, y 2010/467/UE. En ellas se establece la obligatoriedad de adoptar cuantas medidas se precisen para intentar erradicar o contener al organismo, entre ellas la realización de prospecciones, el establecimiento de zonas demarcadas con sus correspondientes planes de acción, y restricciones al comercio de especies hospedantes. MORFOLOGÍA Y BIOLOGÍA Este gran coleóptero alcanza un tamaño de 2 a 5 cm, distinguiéndose por su vistosa coloración pardo-rojiza que se acompaña de manchas negras en la parte dorsal del tórax y líneas oscuras sobre los élitros. Presenta el característico rostro de los gorgojos en forma de pico prominente, suavemente curvado, y con una cresta de pelos en su extremo en los machos.

2 La biología del insecto en cada zona está ligada de forma clara a las condiciones climáticas existentes. Así por ejemplo, en España se han citado entre una (Aragón) y tres o cuatro generaciones (Murcia) al año. El ciclo biológico se completa en un único hospedante, del cual se alimentan succionando los jugos de los tejidos vegetales y donde se pueden localizar individuos de las 4 fases de desarrollo que presenta: huevos, larvas, pupas y adultos se detectan durante todos los meses del año. Tras el apareamiento las hembras realizan la puesta aprovechando las heridas u orificios presentes en las partes blandas de la corona de la palmera, donde depositan de manera aislada entre 300 y 500 huevos protegidos entre los tejidos vegetales. Transcurridos entre tres y cinco días aparecen las voraces larvas ápodas, de color amarillo blanquecino y con potentes mandíbulas para alimentarse de los tejidos de la corona y del tronco. En su último estadio alcanzan los 5 cm de longitud y 2 cm de grosor, localizándose en las zonas de inserción de las hojas con el tronco, donde preparan la pupación mediante la construcción de un capullo cilíndrico de 4 a 6 cm. Entre 15 y 30 días después nacerá el adulto, que si todavía dispone de material vegetal que asegure su alimentación permanecerá en la palmera hospedante, desplazándose a un ejemplar próximo en caso contrario. La vida media de un adulto es de unos dos meses, y sus hábitos sedentarios son diurnos; aunque normalmente es trepador, puede volar largas distancias en la búsqueda de alimento atraído por feromonas de agregación emitidas por otros individuos o por sustancias volátiles (kairomonas) emitidas por las palmeras podadas o con heridas, realizando galerías de alimentación. La época de vuelo depende de las condiciones climáticas del año.

3 SÍNTOMAS Y DAÑOS Los síntomas y daños son diversos según la especie atacada. Los daños son provocados principalmente por la alimentación de las larvas en el interior del tronco (estípite) y de la corona, consumiendo todo el alimento que encuentran (no forman galerías). Los restos producidos por su alimentación fermentan y elevan la temperatura del interior de las palmeras, lo que puede favorecer su desarrollo en zonas más frías. Los daños ocasionados por la alimentación de los adultos se limitan a la absorción de los jugos de los tejidos vegetales que realizan mediante su trompa. El diagnóstico precoz es muy complicado, ya que las palmeras no manifiestan cambios externos en las fases iniciales de colonización. El incremento de individuos en su interior sí permite detectar el avance de la plaga mediante la aparición de hojas jóvenes centrales amarillentas y poco desarrolladas que se desprenden con facilidad, malformaciones foliares en la copa con foliolos comidos o en forma de punta de flecha, palmas caídas con señales evidentes de desgarro a nivel de la inserción en el tronco, y asimetría de la corona. En etapas posteriores, la corona presenta un aspecto desplomado con un decaimiento general de foliolos, pudiéndose apreciar en las proximidades de palmeras muy colonizadas un desagradable olor por la fermentación de tejidos, resultando incluso audibles los ruidos de alimentación de las larvas. En Phoenix canariensis los daños se localizan fundamentalmente en la zona superior de la palmera, mostrando la yema terminal desplazada, decaída, mientras que las hojas centrales aparecen amarillentas y marchitas, a veces podridas y roídas en su raquis central, llegando a desprenderse con facilidad o a partirse, con la fibra de la base descompuesto con presencia de galerías e incluso pupas incrustadas, mostrando la palmera un aspecto abierto a modo de paraguas. Aunque no es lo habitual, en zonas más frías también se detectan individuos (larvas, pupas y adultos) en las partes más bajas del tronco, posiblemente para protegerse de las bajas temperaturas existentes durante los meses de invierno. En las palmeras de escaso tamaño y en la especie Phoenix dactylifera, los daños son algo diferentes por la zona de localización. Se sitúan en la base de la palmera o alrededor de la zona de emisión de las raíces aéreas, ya que al emitir numerosos hijuelos los ataques se inician en su zona de inserción. Las larvas, tras atacar la base de la palmera, realizan galerías hacia otras zonas, desplazándose hacia el exterior cuando se acerca la pupación. En estos casos los adultos y pupas se encuentran incrustados en los tocones de las palmas secas (anteriormente podadas) y en los rebrotes existentes (los cuales se desprenden con facilidad). Si se afeita la palmera se pueden encontrar orificios que corresponden a la salida de los adultos, los cuales en ocasiones se encuentran recubiertos con un exudado espeso de color marrón-rojizo que puede escurrir por el tronco. En muchos de estos casos la corona de la palmera no muestra sintomatología alguna, por lo que prospectar sólo la zona con presencia de palmas puede dar lugar a conclusiones erróneas.

4 MÉTODOS DE CONTROL Y LUCHA Debido a la peligrosidad de la plaga, lo más importante es una detección temprana para proceder a su destrucción. La gestión de estos residuos contaminados debe realizarse de manera adecuada, preferentemente mediante triturado y enterramiento, no mediante incineración, y en ningún caso se deben abandonar en vertederos incontrolados. Los tratamientos curativos estudiados hasta ahora no son lo suficientemente efectivos, por lo que la principal medida sigue siendo la prevención y el control para evitar la introducción del insecto. Para ello pueden ser necesarios tratamientos fitosanitarios preventivos con los productos autorizados según el Registro de Productos Fitosanitarios del MAGRAMA. Del mismo modo, es aconsejable realizar la poda de palmeras únicamente de diciembre a febrero (meses de inactividad del insecto) y emplear pastas cicatrizantes para cubrir las heridas de poda que eviten la emisión de kairomonas atrayentes.

5 Ejemplares adultos de Rhynchophorus ferrugineus

6 ANEJO FOTOGRÁFICO Trampas de seguimiento para la detección de Rhynchophorus ferrugineus

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8 Daños detectados en palmeras por R.ferrugineus Autor fotos: Eudaldo González Rosa Información elaborada por el Centro de Sanidad Forestal de Calabazanos Servicio de Defensa del Medio Natural Consejería de Fomento y Medio Junta de Castilla y León Noviembre de 2013